Determinación de las características del desplazamiento de la población en la conurbación de la ciudad de Quito con el cantón Mejía

Deter­mi­na­tion of the char­ac­ter­is­tics of the dis­place­ment of the pop­u­la­tion in the conur­ba­tion of the city of Quito with the can­ton Mejía

Mon­ser­rath Mejía Salazar*
Cesar Pal­iz**
Peter José Schweiz­er***

Recibido: 20 de abril de 2018
Acep­ta­do: 5 de noviem­bre de 2018

Resumen

El pre­sente artícu­lo es pro­duc­to de una reflex­ión sobre los con­stantes prob­le­mas socio ter­ri­to­ri­ales que se gen­er­an al incor­po­rar nuevas pobla­ciones, ter­ri­to­rios y paisajes geográ­fi­cos a las dinámi­cas de los pro­ce­sos de crec­imien­to urbano que afectan la sus­tentabil­i­dad de las ciu­dades. La inves­ti­gación con­sid­era analizar el pro­ce­so de desplaza­mien­to, especí­fi­ca­mente el orig­i­na­do por los migrantes pobres y su influ­en­cia en la trans­for­ma­ción en el ter­ri­to­rio del peri­ur­bano sur de la ciu­dad de Quito, lo que oca­siona la espa­cial­ización de pobreza urbana. Los resul­ta­dos del estu­dio se basan en el análi­sis cuan­ti­ta­ti­vo del desplaza­mien­to aso­ci­a­do a la movil­i­dad res­i­den­cial, vin­cu­la­da a las migra­ciones regionales. Se evi­den­cian difer­entes pro­ce­sos de desplaza­mien­to de la población en fun­ción de sus ran­gos de edad, así como tam­bién la agru­pación en con­jun­tos de unidades espa­ciales car­ac­ter­i­za­dos por la iden­ti­fi­cación de patrones de ocu­pación.

Pal­abras clave: desplaza­mien­to — conur­bano — gen­tri­fi­cación — migración

Abstract

This arti­cle is the prod­uct of reflec­tion on the con­stant socio-ter­ri­to­r­i­al prob­lems gen­er­at­ed by incor­po­rat­ing new pop­u­la­tions, ter­ri­to­ries and geo­graph­i­cal land­scapes into the dynam­ics of urban growth process­es, that affect the sus­tain­abil­i­ty of cities. The cur­rent research con­sid­ers ana­lyz­ing the process of dis­place­ment, specif­i­cal­ly those orig­i­nat­ed by poor migrants and their influ­ence on the trans­for­ma­tion in the south­ern peri-urban ter­ri­to­ry of the city of Quito, which caus­es the spa­tial­iza­tion of urban poverty.The results of the study are based on the quan­ti­ta­tive analy­sis of dis­place­ment asso­ci­at­ed with res­i­den­tial mobil­i­ty, linked to region­al migra­tions. Dif­fer­ent process­es of dis­place­ment of the pop­u­la­tion in rela­tion to their age ranges are evi­denced, as well as the group­ing in sets of spa­tial units char­ac­ter­ized by the iden­ti­fi­ca­tion of occu­pa­tion pat­terns.

Key words: dis­place­ment — conur­ba­tion — gen­tri­fi­ca­tion — migra­tion

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Introducción

Este artícu­lo es pro­duc­to de una reflex­ión sobre los con­tin­u­os prob­le­mas que sur­gen al incor­po­rar –pro­gre­si­va­mente– nuevas pobla­ciones, ter­ri­to­rios y nat­u­raleza a las dinámi­cas de los pro­ce­sos de crec­imien­to urbano en la ciu­dad de Quito, Ecuador. Los prob­le­mas impli­can el desplaza­mien­to, la seg­re­gación res­i­den­cial[1] y despo­jo, tan­to mate­r­i­al como inma­te­r­i­al, que sufren los sec­tores pop­u­lares y su pos­te­ri­or con­fi­namien­to en las per­ife­rias pre­carias. Estos pro­ce­sos sin duda inci­den sobre la sus­tentabil­i­dad de la ciu­dad.

De los espa­cios geográ­fi­cos donde se con­cen­tra la desigual­dad social, las zonas de la per­ife­ria de las ciu­dades con­sti­tuyen ter­ri­to­rios het­erogé­neos, seg­re­ga­dos, con acce­so lim­i­ta­do a ser­vi­cios bási­cos y opor­tu­nidades lab­o­rales. La pre­sente inves­ti­gación con­sid­era analizar el pro­ce­so de desplaza­mien­to, especí­fi­ca­mente el orig­i­na­do por los migrantes pobres y su influ­en­cia en la trans­for­ma­ción del ter­ri­to­rio del peri­ur­bano sur de la ciu­dad de Quito, lo que oca­siona la espa­cial­ización[2] de la pobreza urbana.

Con estos antecedentes surge la sigu­iente pre­gun­ta de inves­ti­gación: ¿Qué car­ac­terís­ti­cas poseen los asen­tamien­tos de la población migrante que lle­ga a la ciu­dad de Quito y cómo influye su desplaza­mien­to en la trans­for­ma­ción del conur­bano sur?

A par­tir de la iden­ti­fi­cación de esta prob­lemáti­ca, en el mar­co del proyec­to “Ter­ri­to­rios en trans­for­ma­ción: seg­re­gación, despos­esión y desplaza­mien­to de la población rur­al por el crec­imien­to urbano. Caso de estu­dio la conur­bación de la ciu­dad de Quito con el can­tón Mejía”, el obje­ti­vo de este artícu­lo, con­siste en analizar a la población desplaza­da al conur­bano sur de la ciu­dad de Quito, des­de un enfoque cuan­ti­ta­ti­vo, detal­lan­do sus car­ac­terís­ti­cas socio-ter­ri­to­ri­ales.

Para con­seguir este obje­ti­vo gen­er­al se plantean dos obje­tivos especí­fi­cos. En primer lugar, se bus­ca elab­o­rar una metodología para selec­cionar unidades espa­ciales de análi­sis en fun­ción de los datos del cen­so de Población y Vivien­da del Ecuador 1990 – 2001 y 2010. El segun­do obje­ti­vo se cen­tra en iden­ti­ficar patrones de ocu­pación de la población oca­sion­a­dos por el desplaza­mien­to.

La prin­ci­pal premisa que guía la pre­sente inves­ti­gación es que la población pobre al no con­tar con opor­tu­nidades de edu­cación o empleo se desplaza al sec­tor conur­bano del sur de la ciu­dad de Quito que se ha con­sti­tu­i­do como un espa­cio de acogi­da de población de bajos recur­sos desplaza­da por la migración, donde se con­for­man ter­ri­to­rios con altos índices de pobreza, crec­imien­to infor­mal de la man­cha urbana, auto­con­struc­ción de la vivien­da y cam­bio en el uso del sue­lo de rur­al a urbano.

Un marco teórico para la reflexión sobre la pobreza urbana

Los debates teóri­cos en Améri­ca Lati­na vin­cu­la­dos con el estu­dio del pro­ce­so de desplaza­mien­to de la población, lo han enmar­ca­do en la prob­lemáti­ca de la relación entre la con­tin­ua trans­for­ma­ción del espa­cio urbano y la injus­ti­cia socio-espa­cial cau­sa­da por la pro­duc­ción de la ciu­dad neolib­er­al que ha priv­i­le­gia­do la ganan­cia sobre la jus­ti­cia social.

En el con­tex­to ante­ri­or, las geografías del desplaza­mien­to tra­ba­jadas por Alexan­dri et al. [2016], señalan que en las últi­mas tres décadas, en las ciu­dades de Améri­ca Lati­na han exis­ti­do nuevas lóg­i­cas de desplaza­mien­to rela­cionadas con la expul­sión de los pobladores de menores ingre­sos como respues­ta a la reestruc­turación del espa­cio urbano.

Al respec­to, Lefeb­vre [1968] ha expli­ca­do que el desplaza­mien­to es el fac­tor intrínseco a la pro­duc­ción de paisajes urbanos cap­i­tal­is­tas. Desmond [2012] señala que es uno de los pro­ce­sos menos estu­di­a­dos, a pesar de que “influye de man­era con­stante en la vida urbana de las per­sonas más pobres” [Janosch­ka y Sequera 2014: 8].

Se pueden con­sid­er­ar varias for­mas de desplaza­mien­to en las ciu­dades y una for­ma es el “direc­to o for­zoso” hacia los habi­tantes, con desa­lo­jos vio­len­tos o embar­gos. Otra es la de tipo “excluyente” donde los hog­a­res más pobres son exclu­i­dos de sec­tores urbanos des­ti­na­dos para res­i­dentes de ingre­sos más altos.

El fenó­meno del desplaza­mien­to está rela­ciona­do, por un lado, con fac­tores como el aban­dono espec­u­la­ti­vo de la vivien­da, proyec­tos de desar­rol­lo para la gen­tri­fi­cación, proyec­tos urbanos pat­ri­mo­ni­ales, entre otros. Por otro lado, los tipos de desplaza­mien­to son iden­ti­fi­ca­dos como: la expul­sión, la pér­di­da de acce­so al cen­tro de la ciu­dad [Alexan­dri et al. 2016] y el desplaza­mien­to des­de la migración vol­un­taria [Blan­co y Apao­laza 2016] a los sec­tores per­iféri­co de las ciu­dades. Esto provo­ca un pro­ce­so de despo­jo, que involu­cra pér­di­da de ele­men­tos físi­cos, cul­tur­ales, sim­bóli­cos, económi­cos y psi­cológi­cos [Alexan­dri et al. 2016].

Un impor­tante eje de reflex­ión con­cep­tu­al sobre el desplaza­mien­to es su nexo con los pro­ce­sos de gen­tri­fi­cación, con­sideran­do que las famil­ias de lim­i­ta­dos recur­sos económi­cos son las que están más involu­cradas en el desplaza­mien­to y la sep­a­ración de sus hábi­tats. En oca­siones son oblig­a­dos a con­sti­tuir asen­tamien­tos infor­males (como por ejem­p­lo vil­las mis­e­ria, fave­las, sub­ur­bios per­iféri­cos pobres y con­ven­til­los, entre otros).

Al respec­to, autores como Smith [1982, 1987], Ley [1986], Janosch­ka y Sequera [2014], Lees et al. [2008], han con­tex­tu­al­iza­do el con­cep­to de desplaza­mien­to en el mar­co de los pro­ce­sos de la gen­tri­fi­cación del que son víc­ti­mas las clases pop­u­lares. Expli­can que esta movil­i­dad es una dinámi­ca urbana actu­al y, se refle­jan en las políti­cas neolib­erales apli­cadas en las ciu­dades de Améri­ca Lati­na que “fomen­tan la expul­sión pro­gre­si­va de las clases pop­u­lares del cen­tro de las ciu­dades a las per­ife­rias” [Janosch­ka y Sequera 2014: 3]. Al respec­to tam­bién expli­can que:

El desplaza­mien­to puede definirse como una operación que restringe las alter­na­ti­vas de los sec­tores de la sociedad más vul­ner­a­ble para con­seguir un lugar ade­cua­do para vivir. Esto ocurre espe­cial­mente cuan­do otros gru­pos sociales con may­or cap­i­tal económi­co, social y cul­tur­al se insta­lan en un bar­rio [Janosch­ka y Sequera 2014: 8].

La gen­tri­fi­cación es un pro­ce­so pro­mo­ciona­do por las clases dom­i­nantes que se expre­sa en el espa­cio, bási­ca­mente los intere­ses del cap­i­tal, cuya inver­sión se la real­iza en un espa­cio definido (cen­tros históri­cos, bar­rios obreros, zonas rurales que bor­dean las per­ife­rias urbanas) que es reha­bil­i­ta­do con están­dares al ser­vi­cio de los gru­pos de más altos ingre­sos que se mov­i­lizan a estos “nuevos espa­cios”.

Como con­se­cuen­cia de este pro­ce­so, los gru­pos de bajos ingre­sos económi­cos, que antes ocu­pa­ban zonas cen­trales de la ciu­dad, son desplaza­dos a las per­ife­rias con altos nive­les de pre­cariedad, vul­ner­a­bil­i­dad ambi­en­tal y escasez o ausen­cia de ser­vi­cios públi­cos [Blan­co y Apao­laza 2016].

Lo ante­ri­or está rela­ciona­do con los proyec­tos del neolib­er­al­is­mo a escala urbana, que uti­liza como una de sus estrate­gias de acu­mu­lación de cap­i­tal el dis­cur­so de la recu­peración de los cen­tros históri­cos y la creación de proyec­tos de per­ifer­ización de los pro­gra­mas de vivien­da públi­ca [Alexan­dri et al. 2016].

Una de las causas de esta reestruc­turación está aso­ci­a­da con los pro­ce­sos de gen­tri­fi­cación de algunos cen­tros históri­cos lati­noamer­i­canos, lo que ha con­ll­e­va­do a la mod­i­fi­cación del cam­bio de uso del sue­lo, generan­do desplaza­mien­to y despo­jo de los habi­tantes pobres hacia sec­tores deprim­i­dos, en oca­siones, a las áreas per­iféri­c­as de las ciu­dades [Slater 2009]. Esto se debe a la lle­ga­da de nuevos habi­tantes, con may­or cap­i­tal económi­co, a sec­tores de la ciu­dad que antes eran ocu­pa­dos por pobla­ciones pobres. Den­tro de esta dis­cusión teóri­ca, Janosch­ka [2016] pun­tu­al­iza que las causas y con­se­cuen­cias de la gen­tri­fi­cación cam­bian en fun­ción del con­tex­to económi­co, políti­co y cul­tur­al de cada ciu­dad.

Mar­cuse [1985] sostiene que los mecan­is­mos de desplaza­mien­to son de dos tipos: direc­to e indi­rec­to. Pro­pone incluir den­tro de los debates críti­cos sobre la gen­tri­fi­cación la exis­ten­cia de cua­tro dimen­siones del desplaza­mien­to:

  1. El “desplaza­mien­to del últi­mo res­i­dente”: el número de vivien­das afec­tadas y el últi­mo res­i­dente que ha sido expul­sa­do.
  2. El “desplaza­mien­to en cade­na”: todos los hog­a­res en el cur­so de un pro­ce­so de gen­tri­fi­cación.
  3. El “desplaza­mien­to exclu­sivista”: cuan­do los res­i­dentes no pueden acced­er a la vivien­da debido a la gen­tri­fi­cación.
  4. La “pre­sión de desplaza­mien­to”: se refiere al “despo­jo sufri­do por los sec­tores más des­fa­vore­ci­dos de la población durante la trans­for­ma­ción de un bar­rio” [Slater 2009].

Al ini­cio, la dis­cusión teóri­ca versa­ba en la exis­ten­cia de vin­cu­lar unívo­ca­mente gen­tri­fi­cación con desplaza­mien­to de la población [Díaz Par­ra 2018]. Esta pos­tu­ra fue crit­i­ca­da por Free­man y Bra­coni [2004] y Saba­ti­ni et al. [2009], debido a que en Améri­ca Lati­na se obser­va que el pro­ce­so de gen­tri­fi­cación posee car­ac­terís­ti­cas difer­entes de una ciu­dad a otra. Además, advierten que “en lugar de ver­i­fi­carse en las áreas cen­trales, como en Esta­dos Unidos y en Europa, la gen­tri­fi­cación lati­noamer­i­cana se expande en la per­ife­ria urbana y otras áreas de cada ciu­dad” [Saba­ti­ni et al. 2009: 18].

Otra de las difer­en­cias sus­tan­ciales que obser­van los autores, respec­to de la expe­ri­en­cia lati­noamer­i­cana en relación con los Esta­dos Unidos y Europa, es que la gen­tri­fi­cación no involu­cra nece­sari­a­mente la expul­sión o desplaza­mien­to de los res­i­dentes antigu­os de las áreas afec­tadas, por lo que la denom­i­nan gen­tri­fi­cación sin expul­sión. Loren­zen [2015] cues­tiona la relación entre desplaza­mien­to y gen­tri­fi­cación en sus estu­dios empíri­cos en Méx­i­co, al analizar los efec­tos de la gen­tri­fi­cación en zonas rurales y peri­ur­banas. Igual­mente sucede con los estu­dios com­par­a­tivos de Durán et al. [2016], quienes car­ac­ter­i­zan a sec­tores del peri­ur­bano de Quito con ini­cios de pro­ce­sos de gen­tri­fi­cación rur­al y desplaza­mien­to de población mar­gin­al a la per­ife­ria.

La prop­ues­ta con­cep­tu­al de Janosch­ka [2016], para el estu­dio del desplaza­mien­to, es con­sid­er­ar­lo como un pro­ce­so mate­r­i­al, políti­co, sim­bóli­co y psi­cológi­co. Además, plantea una tip­i­fi­cación de los pro­ce­sos de desplaza­mien­to y despos­esión, con algunos estu­dios empíri­cos de las ciu­dades de Méx­i­co, Buenos Aires, Río de Janeiro, San­ti­a­go de Chile y Quito.

Al respec­to, Janosch­ka [2016] expli­ca que, para el caso de Méx­i­co, son escasas las estadís­ti­cas que ayu­den al análi­sis del desplaza­mien­to como pro­ce­so mate­r­i­al, pero hace ref­er­en­cia a que existe desplaza­mien­to por despos­esión del pat­ri­mo­nio arqui­tec­tóni­co en el cen­tro de Ciu­dad de Méx­i­co.

En otro aspec­to, como pro­ce­so políti­co, el desplaza­mien­to debe ser estu­di­a­do des­de la políti­ca de Esta­do, debido a que es el actor que se encar­ga de plan­i­ficar y estable­cer el orde­namien­to ter­ri­to­r­i­al, generan­do proyec­tos de vivien­da, como tam­bién planes de con­trol y vig­i­lan­cia de espa­cios públi­cos.

En cuan­to al pro­ce­so sim­bóli­co del desplaza­mien­to, Janosch­ka [2016] lo expli­ca des­de las sub­je­tivi­dades rela­cionadas a las clases pop­u­lares que exper­i­men­tan al ser estigma­ti­zadas, y la con­sti­tu­ción sim­bóli­ca de la sociedad que dis­pu­ta una hege­monía cul­tur­al. Un caso de estu­dio que ejem­pli­fi­ca este tipo de desplaza­mien­to es la despos­esión del pat­ri­mo­nio cul­tur­al en la ciu­dad de Buenos Aires, con un esce­nario sim­i­lar de expul­sión de habi­tantes tradi­cionales alrede­dor del área del Abas­to y su relo­cal­ización en vivien­das sociales, ubi­ca­dos en lugares per­iféri­cos durante los años 90 [Car­man 2011]. Después sucedió en el bar­rio de San Tel­mo, dado que su trans­for­ma­ción está vin­cu­la­da, por un lado, con la ren­o­vación munic­i­pal y el impul­so a las activi­dades cul­tur­ales del tan­go y el tur­is­mo; y por otro lado, con la alta inver­sión inmo­bil­iaria en con­struc­ción de edi­fi­cios de alto están­dar.

El desplaza­mien­to como pro­ce­so psi­cológi­co –que no ha sido muy anal­iza­do en el mar­co de los estu­dios urbanos– con­ll­e­va la iden­ti­fi­cación a niv­el indi­vid­ual de los efec­tos del desplaza­mien­to, como la desar­tic­u­lación lab­o­ral, la destruc­ción de lazos sociales, la dis­o­ciación o fal­ta de interés por la con­struc­ción de un ter­ri­to­rio. Esto habría gen­er­a­do ais­lamien­to social, pér­di­da del lugar, vul­ner­a­bil­i­dad psi­cofísi­ca e iden­ti­taria, entre otros efec­tos de estrés de la vida diaria [Janosch­ka 2016, Blan­co y Apao­laza 2016, Apao­laza 2018].

Blan­co y Apao­laza [2016], estu­di­an las políti­cas y geografías del desplaza­mien­to, con la revisión y análi­sis de una exten­sa obser­vación de tra­ba­jos académi­cos. Deter­mi­naron el uso recur­rente del tér­mi­no “desplaza­mien­to” en siete ejes temáti­cos. Un uso del tér­mi­no desplaza­mien­to aso­ci­a­do con algu­nas activi­dades como: 1) la movil­i­dad urbana y el trans­porte, en ref­er­en­cia a una prác­ti­ca social en el espa­cio y en un tiem­po deter­mi­na­do; 2) la movil­i­dad res­i­den­cial; 3) las migra­ciones; 4) los fenó­menos nat­u­rales; 5) los con­flic­tos y ten­siones políti­co-mil­itares; 6) los proyec­tos de infraestruc­tura y orde­namien­to ter­ri­to­r­i­al; y 7) los pro­ce­sos de gen­tri­fi­cación, con el aban­dono de vivien­das y ren­o­vación urbana.

El tér­mi­no “desplaza­mien­to for­zoso” ha sido uti­liza­do por var­ios inves­ti­gadores [Vil­le­gas et al. 2010, Ardi­la 2006, Lozano y Gómez 2015, Aponte Mot­ta et al. 2017], con­sid­er­a­do como un fenó­meno que se desar­rol­la en zonas de con­flic­to, como el caso del con­flic­to arma­do en Colom­bia, la cri­sis políti­ca y económi­ca de Venezuela que ha impul­sa­do el cre­ciente desplaza­mien­to de vene­zolanos en los últi­mos cin­co años, prin­ci­pal­mente a país­es como Colom­bia, Ecuador, Brasil, Perú, Chile y Argenti­na. En otra línea de inves­ti­gación, se estu­dia la con­fig­u­ración espa­cial de los inmi­grantes a par­tir de cri­te­rios socioe­conómi­cos, pro­fun­dizan­do en temas como la het­ero­genei­dad racial y cul­tur­al en los espa­cios seg­re­ga­dos, como es el caso de migrantes boli­vianos y peru­anos en Buenos Aires [Caggiano y Segu­ra 2014].

Estos fenó­menos sociales cada vez más com­ple­jos involu­cran a famil­ias desplazadas de esca­sos recur­sos económi­cos, que en la may­oría de los casos se ubi­can en zonas mar­ginales en la ciu­dad y, de esta man­era, se artic­u­la la temáti­ca pobreza urbana y desplaza­mien­to. Esta población desplaza­da tiene car­ac­terís­ti­cas de baja cal­i­fi­cación lab­o­ral, que tratan de inser­tarse en un esti­lo de vida urbana con cada vez menos opor­tu­nidades de empleo y cos­tos de vida más altos. Por lo que se hace nece­sario medir el impacto del desplaza­mien­to en el ter­ri­to­rio, tan­to en los pro­ce­sos mate­ri­ales como en los pro­ce­sos de desar­rai­go y ter­ri­to­ri­al­ización, por los trasla­dos de un lugar a otro [Vélez 2009, Blan­co y Apao­laza 2016].

Metodología de trabajo

Para la inves­ti­gación se ha con­sid­er­a­do, en una primera fase, la real­ización de un análi­sis cuan­ti­ta­ti­vo del desplaza­mien­to, que ha sido aso­ci­a­do a la movil­i­dad res­i­den­cial, vin­cu­la­da con las migra­ciones regionales.

Además, se aso­cian sus condi­ciones y posi­bil­i­dades económi­cas y el tipo de sus vivien­das con la trans­for­ma­ción de los paisajes rurales-urbanos local­iza­dos en sec­tores urbanos per­iféri­cos.

El uso de estadís­ti­ca micro cen­sal de Población y Vivien­da del Ecuador en tres perío­dos de análi­sis (1990, 2000, 2010), com­bi­na­do con vari­ables de uso del sue­lo, per­mite enten­der el pro­ce­so de trans­for­ma­ción y ocu­pación de la zona conur­bana del sur de Quito. Con estos insumos se ha prop­uesto una metodología que cumple la fun­ción de detec­tar, en un ini­cio, los pro­ce­sos de desplaza­mien­to, iden­ti­f­i­can­do las car­ac­terís­ti­cas socio habita­cionales.

Los obje­tivos plantea­d­os bus­can ser alcan­za­dos medi­ante la apli­cación del méto­do geográ­fi­co (que se ocu­pa de la ubi­cación de cualquier fenó­meno sobre un ter­ri­to­rio) y la uti­lización de Sis­temas de Infor­ma­ción Geográ­fi­ca para la elab­o­ración de car­tografía estadís­ti­ca uti­lizan­do análi­sis mul­ti­vari­able (Tabla 1).

El enfoque ter­ri­to­r­i­al que se ha desar­rol­la­do en la inves­ti­gación, uti­liza méto­dos cuan­ti­ta­tivos, pro­pios del análi­sis espa­cial y está cen­tra­do en el estu­dio de las local­iza­ciones, dis­tribu­ciones, aso­cia­ciones, inter­ac­ciones y evolu­ciones socioter­ri­to­ri­ales, durante el tran­scur­so del tiem­po. Con esto se han gen­er­a­do los conocimien­tos que pueden ser apli­ca­dos a la plan­i­fi­cación de ter­ri­to­rios peri­ur­banos.

La deter­mi­nación de los con­jun­tos de análi­sis se real­izó por medio de agru­pación de pares bási­cos, a un niv­el de con­fi­an­za del 87%. Los pares fun­da­men­tales para este análi­sis fueron entre: den­si­dad pobla­cional ver­sus la población migrante o de lugar de nacimien­to; la tenen­cia de vivien­da ver­sus el tipo de vivien­da; la ocu­pación ver­sus la activi­dad. Además, tam­bién se con­sid­eró, para la deter­mi­nación de estos con­jun­tos, la topografía y la ubi­cación geográ­fi­ca.

Se obtienen así tres con­jun­tos prin­ci­pales y ocho sub­con­jun­tos. Este análi­sis sola­mente se real­izó con vari­ables de dimen­sión, uti­lizan­do el “méto­do del «fusil» o de las «pléyades» para el análi­sis de grandes can­ti­dades de datos, en las que no exis­ten hipóte­sis sól­i­das o pre­su­posi­ciones a pri­ori” [Miller y Kahn 1962: 315–324] cita­do en Hagget [1989: 362–363]. Según este méto­do, todos los fac­tores se han queda­do inter­rela­ciona­dos con el fin de iden­ti­ficar los patrones de desplaza­mien­to.

Metodológi­ca­mente, Janosch­ka [2016] expli­ca que un estu­dio del desplaza­mien­to no sería ópti­mo si solo se lo real­iza con el análi­sis estadís­ti­co que cuan­tifique la sal­i­da invol­un­taria o vol­un­taria de la población, o de los datos sobre mer­ca­do inmo­bil­iario, número y den­si­dad de habi­tantes, mov­i­lización hacia lugares de tra­ba­jo, sino tam­bién, la relación con las políti­cas públi­cas de uso de sue­lo y las car­ac­terís­ti­cas sim­bóli­cas de la población desplaza­da.

Por lo que, en una segun­da fase, el desplaza­mien­to será estu­di­a­do con la uti­lización de méto­dos cual­i­ta­tivos, prin­ci­pal­mente con la apli­cación de entre­vis­tas semi­estruc­turadas a los actores claves que viv­en en los sec­tores estu­di­a­dos.

Tabla 1. Variables e indicadores para la identificación de patrones espaciales
Vari­ables Indi­cador cuan­ti­ta­ti­vo Indi­cador cual­i­ta­ti­vo
Evolu­ción demográ­fi­ca de la población
Tasa de crec­imien­to inter­censal 1990–2001; 2001–2010 de la población. Número de población de los años 1990, 2001, 2010.
Den­si­dad de habi­tantes Número de habitantes/hectárea
Población según par­ro­quia de nacimien­to Número de población migrante según par­ro­quia de nacimien­to
Tasa de crec­imien­to de migración inter­censal 1990–2001; 2001–2010 de la población. Número de población por par­ro­quia de nacimien­to
Población económi­ca­mente acti­va por rama de activi­dad económi­ca Número de población por rama de activi­dad económi­ca
Población económi­ca­mente acti­va por cat­e­goría de ocu­pación Número de población por cat­e­goría de ocu­pación
Indi­cadores de urban­ización
Man­cha urbana de los años (1990, 2001, 2010 y 2015). Tasa anu­al de expan­sión de la man­cha urbana (1990, 2001, 2010 y 2015).
Ubi­cación de la población (Local­ización de asen­tamien­tos dis­per­sos).
Tipo de vivien­da Número de tipo vivien­das
Tipo de tenen­cia de la vivien­da Número de vivien­das por tipo de tenen­cia
Uso del sue­lo
Uso del sue­lo Super­fi­cies de tipo de uso (clasi­fi­cación tipo/has) Para la elab­o­ración de los mapas de usos del sue­lo se con­sid­eró la sigu­iente tipología: bosque, páramo, área urban­iza­da, agropecuario, agua, mator­ral, Pat­ri­mo­nio de Áreas Nat­u­rales del Esta­do — PACE, glacial, eri­al[3] y lava.

Fuente: Elab­o­ración propia sobre el mod­e­lo metodológi­co apli­ca­do para la inves­ti­gación

Área de estudio en Quito

Las par­ro­quias rurales Cutuglagua, Uyumbi­cho y Tam­bil­lo com­pren­den el área de estu­dio. Se ubi­can en el sec­tor norte del can­tón Mejía, el cual se local­iza al suror­i­ente del Dis­tri­to Met­ro­pol­i­tano de Quito (DMQ). La par­ro­quia Cutuglagua limi­ta al norte con el DMQ, especí­fi­ca­mente con las par­ro­quias urbanas de Gua­maní y Turubam­ba del can­tón Quito (Figu­ra 1 y Figu­ra 2). La par­ro­quia Uyumbi­cho y Tam­bil­lo lim­i­tan al este con la par­ro­quia Amaguaña del DMQ.

Figura 1. Ubicación del área de estudio

Fuente: Elab­o­ración propia sobre mapas temáti­cos de Esri 2010 e INEC 2010

Figura 2. Ubicación del área de estudio en la conurbación sur de Quito con norte del Cantón Mejía

Fuente: Elab­o­ración propia sobre mapas temáti­cos de Esri 2010 e INEC 2010

Configuración del conurbano sur de la ciudad de Quito

La Estrate­gia Ter­ri­to­r­i­al Nacional 2009–2013, al iden­ti­ficar las local­i­dades aman­zanadas que pre­sen­tan pro­ce­sos de conur­bación con Quito, ha definido a las par­ro­quias de La Joya, Zám­biza, Cutuglagua, Llano Chico, Nayón, Pomasqui y Calderón como las más dinámi­cas en crec­imien­to demográ­fi­co y urbano [SENPLADES 2009].

Debido al crec­imien­to expan­si­vo de la man­cha urbana al sur de Quito, se ha con­sid­er­a­do exten­der el estu­dio a los asen­tamien­tos humanos de la par­ro­quia Cutuglagua, con­sti­tu­i­dos por 49 bar­rios. Los prin­ci­pales son San­to Domin­go, San Fran­cis­co y La Joya, los cuales pre­sen­tan gran por­centa­je de migrantes de la provin­cia de Cotopaxi, en la que la activi­dad agropecuar­ia es solo de auto­con­sumo. Tam­bién se con­sid­era la par­ro­quia Uyumbi­cho, con 21 bar­rios y la par­ro­quia Tam­bil­lo con 28 bar­rios. El número total de habi­tantes de las tres par­ro­quias fue de 29.672 con un número de vivien­das de 9.377 según el INEC [2010].

El tér­mi­no “conur­bación” fue uti­liza­do por Patrick Ged­des en 1915, con­sideran­do las áreas urbanas con­tin­uas de más de dos cen­tros urbanos. Moreno [2008] describe a la conur­bación como un pro­ce­so físi­co de trans­for­ma­ción del ter­ri­to­rio y como el resul­ta­do del crec­imien­to de varias ciu­dades o cen­tros urbanos, sien­do gen­er­ador de diver­sas dinámi­cas ter­ri­to­ri­ales.

El tér­mi­no conur­bación –que se uti­liza para la pre­sente inves­ti­gación– iden­ti­fi­ca al espa­cio geográ­fi­co resul­tante de la unión de asen­tamien­tos urbanos de munici­p­ios que, al cre­cer, gen­er­an un área urbana con­tin­ua. Los pro­ce­sos de conur­bación tam­bién son impul­sa­dos por el crec­imien­to de local­i­dades aman­zanadas, que se encuen­tran a menos de un kilómetro de un eje de trá­fi­co. Cada asen­tamien­to conur­bano mantiene una inde­pen­den­cia políti­ca admin­is­tra­ti­va, aunque sus ter­ri­to­rios pre­sen­ten un con­tin­uo edi­fi­ca­do.

Los cam­bios espa­ciales provo­ca­dos por la expan­sión demográ­fi­ca y urbana en las zonas conur­banas del sur de Quito, se pueden visu­alizar en el crec­imien­to mul­ti­tem­po­ral de las man­chas urbanas (Figu­ra 3 y Tabla 2), las car­ac­terís­ti­cas del uso del sue­lo (Figu­ra 3) y la evolu­ción de la migración (Tabla 3).

La mancha urbana

Entre los prob­le­mas que deno­tan el crec­imien­to y la pau­lati­na con­sol­i­dación de los sec­tores urbanos en el tran­scur­so de los años de estu­dio, en las tres par­ro­quias, se evi­den­cia una fal­ta de zonifi­cación de uso del sue­lo, población asen­ta­da en zonas de ries­go, dotación defi­ciente de infraestruc­tura y ser­vi­cios bási­cos; altos por­centa­jes de pobreza por necesi­dades bási­cas insat­is­fe­chas, con­for­ma­ción de asen­tamien­tos irreg­u­lares y, final­mente, un ele­va­do con­sumo y frac­cionamien­to de la tier­ra.

A con­tin­uación, se pre­sen­tan insumos que per­mi­tieron aplicar la metodología de con­jun­tos para la car­ac­ter­i­zación del área de estu­dio.

Figura 3. Delimitación del crecimiento de la mancha urbana en el conurbano sur de Quito, en primera aproximación

Fuente: Elab­o­ración propia sobre la car­tografía de man­zanas cen­sales INEC [1990, 2001 y 2010] e infor­ma­ción del GAD Can­tón Mejía infor­ma­ción cat­a­stral del 2018, Escala 1:5.000

Tabla 2. Tasa de expansión urbana
Par­ro­quias 1990

(ha)

2001

(ha)

Tasa de crec­imien­to urbano 1990/2001 2010

(ha)

Tasa de crec­imien­to urbano 1990/2001 Cat­a­stro 2018

(ha)

Cutuglagua 38,09 520 26,9% 683,61 2,7% 720,88
Uyumbi­cho 78,82 90* 1,2% 114,10 2,4% 160,29
Tam­bil­lo 155,80 215,57 3% 259,56 1,9% 291,89
Total 272,71 524,24 1.057,33 1.173,06

Fuente: Elab­o­ración propia sobre la car­tografía de man­zanas cen­sales INEC 1990, 2001 y 2010 e infor­ma­ción cat­a­stral del Can­tón Mejía en 2018. * Este dato es una aprox­i­mación de la for­ma y exten­sión de Uyumbi­cho para el 2001

Para el año 2015, en el uso actu­al del sue­lo exis­tió un pre­do­minio de pas­tos (3.542,58 ha) y cul­tivos de ciclo cor­to (1.542,37 ha). El relieve que car­ac­ter­i­za a la zona de estu­dio con­sti­tuye el ini­cio del Valle de Machachi y las estriba­ciones de la cordillera occi­den­tal, con alturas que van des­de los 2.300 m.s.n.m has­ta los 3.200 m.s.n.m (Figu­ra 4). Gran parte del ter­ri­to­rio es uti­liza­do para el uso agropecuario, por la alta fer­til­i­dad de los sue­los. Pero en el caso de Cutuglagua, la ele­va­da deman­da de vivien­da por su cer­canía a Quito ha trans­for­ma­do el uso de sue­lo de rur­al a urbano, con­fig­u­ran­do asen­tamien­tos humanos dis­per­sos y con bajas den­si­dades de vivien­da (2 viviendas/ha) [GAD Mejía 2018, INEC 2010].

Figura 4. Uso actual del suelo y cobertura vegetal

Fuente: Elab­o­ración propia sobre la car­tografía e infor­ma­ción cat­a­stral del GAD Can­tón Mejía del año 2018. Escala 1:5.000 y orto­fo­to IGM 2010 escala 1:25.000

Evolu­ción de la migración

A par­tir de los datos de población por par­ro­quia de nacimien­to, en el área de estu­dio de los tres cen­sos de población y vivien­da (1990, 2001, 2010), y cua­tro gru­pos de edad de población económi­ca­mente acti­va, se evi­den­cia el primer indi­cio de la movil­i­dad humana.

En el Grá­fi­co 1, la población joven (15 a 19 años) refle­ja una tasa de decrec­imien­to del ‑1,03%, al com­parar los perío­dos inter­censales 1990–2001 y 2001–2010. De allí surge una primera hipóte­sis y es que al no con­tar con opor­tu­nidades de edu­cación o empleo este grupo se desplaza al inte­ri­or de la ciu­dad de Quito.

El grupo de edad de 20 a 24 años pre­sen­ta una tasa de crec­imien­to del 9,74% sien­do la más alta de todos los gru­pos etar­ios anal­iza­dos. Esto se debe a que este tipo de población es la más propen­sa a migrar des­de difer­entes sitios del país hacia la ciu­dad de Quito, con el fin de estable­cer su res­i­den­cia de for­ma per­ma­nente. En los dos sigu­ientes gru­pos de edad se obser­va un decrec­imien­to de la migración.

Gráfico 1. Tasa de migración por grupos de edad

Elab­o­ración propia con base en el análi­sis de datos cen­sales del INEC 1990, 2001, 2010

La par­ro­quia Cutuglagua, para el año 2010, reg­is­tra­ba la tasa de crec­imien­to más alta del can­tón Mejía y una de las razones es la cer­canía a la ciu­dad de Quito. Los flu­jos migra­to­rios han provo­ca­do la con­for­ma­ción de bar­rios infor­males; además el pre­cio de ter­reno y el alquil­er de vivien­da han sido más ase­quibles a las clases pop­u­lares. Esta dinámi­ca de ocu­pación ha gen­er­a­do un cam­bio de uso del sue­lo de rur­al a urbano y una pro­gre­si­va expan­sión de la ciu­dad [GAD Mejía 2015] (Tabla 3 y Grá­fi­co 2).

Para el año 2010 los datos refle­jan que el 87,9% de la población de Cutuglagua es pobre por Necesi­dades Bási­cas Insat­is­fe­chas (NBI); en Tam­bil­lo el por­centa­je alcan­za el 50,1% de la población y en Uyumbi­cho el 40,7%, lo que refle­ja la vul­ner­a­bil­i­dad de la población en la zona de estu­dio.

Tabla 3. Evolución de la migración (tasas de crecimiento)
  1990 2001 2010
Nativos

(hab.)

Migrantes

(hab.)

Total

(hab.)

Nativos

 (hab.)

Migrantes

(hab.)

Total

(hab.)

Tasa de crec­imien­to

(1990/2001)

Nativos

 (hab.)

Migrantes

(hab.)

Total

(hab.)

Tasa de crec­imien­to

(2001/2010)

Cutuglagua 1.240 2.353 3.593 2.494 7.493 9.987 11% 6.697 10.049 16.746 3%
Uyumbi­cho 1.714 1.503 3.217 1.565 2.114 3.679 3% 1.752 2.855 4.607 3%
Tam­bil­lo 3.284 2.676 5.960 73 6.498 6.571 8% 4.131 4.188 8.319 -4%
Total 6.238 6.532 12.770 4.132 16.105 20.237 12.580 17.092 29.672

Elab­o­ración propia con base en el análi­sis de datos cen­sales del INEC 1990, 2001, 2010

Gráfico 2. Evolución de la tasa de crecimiento de migración períodos 1990 – 2010 1990–2001 y 2001–2010

Fuente: Elab­o­ración propia con base en el análi­sis de datos cen­sales del INEC 1990, 2001, 2010

Unidades espaciales de análisis y patrones de ocupación del conurbano sur de Quito

Las unidades de análi­sis son con­jun­tos homogé­neos deter­mi­na­dos por vari­ables demográ­fi­cas y de ubi­cación espa­cial. Las unidades, depen­di­en­do de su ubi­cación, tienen dis­tin­tas car­ac­terís­ti­cas que deter­mi­nan una cual­i­dad prin­ci­pal que, al aso­cia­r­la a sus datos de migración, se deter­mi­na su car­ac­terís­ti­ca prin­ci­pal.

Para el sigu­iente análi­sis se deter­mi­naron tres con­jun­tos ini­ciales que con­for­man tres áreas urbanas en esta­do de con­sol­i­dación[4] de las par­ro­quias de estu­dio; se las denom­inó con las tres letras, A para Cutuglagua, B para Uyumbi­cho y C para Tam­bil­lo. En estos con­jun­tos se visu­al­iza el ini­cio del pro­ce­so de expan­sión des­de 1990 alrede­dor de sus primeras áreas urbanas, y en las dos décadas pos­te­ri­ores 2001 y 2010 se obser­va el crec­imien­to de las man­chas urbanas e incre­men­to de la población. Con esto se ha gen­er­a­do la con­for­ma­ción de otros sub­con­jun­tos, numer­a­dos del 1 al 8, como se puede ver en la Figu­ra 5, y cada uno se define de for­ma par­tic­u­lar.

Figura 5. Determinación de conjuntos y densidad de migración

Fuente: Elab­o­ración propia con base en un análi­sis de con­jun­tos, a par­tir de la metodología de Miller y Kahn 1962

El con­jun­to A de Cutuglagua, para 1990, tuvo una den­si­dad pobla­cional de has­ta 270 hab./ha, y en sus áreas de may­or migración tenía entre los 32 y 60 hab./ha; el 22% de la población ini­cial del área de estu­dio era población migrante. Las car­ac­terís­ti­cas de la vivien­da eran de con­struc­ción infor­mal (auto­con­struc­ción), denom­i­na­da “medi­agua”. Por otra parte, la población económi­ca­mente acti­va (PEA) se ded­i­ca­ba prin­ci­pal­mente a la con­struc­ción, segui­do de activi­dades de trans­porte y com­er­cio. En los datos de cat­e­goría de ocu­pación de la población existía pre­do­minio de tra­ba­jos “por cuen­ta propia”.

La población para el año 2001 tenía una den­si­dad de has­ta 180 hab./ha, mien­tras que la migrante en cier­tos lugares del con­jun­to pasó a ten­er entre el 62 y 127 hab./ha, lo cual evi­den­ció el incre­men­to del 22% al 70% de esta población y se refle­jó en el crec­imien­to de la super­fi­cie urbana en 28 ha. Esta población no tenía ser­vi­cios bási­cos ni infraestruc­tura vial defini­da. Para este perío­do se incre­men­tó la con­for­ma­ción de lotes y bar­rios con medi­aguas y cuar­tos de arren­damien­to.

La población para el año 2010 pre­sen­ta una den­si­dad de has­ta 186 hab./ha mien­tras que la migrante, en algunos sec­tores del con­jun­to, pasa a ten­er entre el 62 y 127 hab./ha, lo cual deter­mi­na que su población migrante cre­ció del 22% al 27%. La vivien­da mantiene las car­ac­terís­ti­cas de infor­mal­i­dad, tiene un crec­imien­to sostenido en el número de medi­aguas y en el frac­cio­nan­do del sue­lo. La super­fi­cie del con­jun­to se incre­men­tó en 11 ha.

Los flu­jos migra­to­rios son de las provin­cias de Bolí­var (par­ro­quias de Guaran­da, San Miguel y San Pablo); Cotopaxi (par­ro­quia Pujilí) y San­to Domin­go de los Tsáchi­las. La may­or parte de la población se ded­i­ca prin­ci­pal­mente a las activi­dades de ser­vi­cio domés­ti­co, emplea­d­os de com­er­cios y de indus­tria local, y existe may­or número de población por cat­e­goría de ocu­pación del tipo patrón.

El con­jun­to B de Uyumbi­cho, para 1990, tenía una den­si­dad pobla­cional en sus áreas pobladas de has­ta 114 hab./ha, y en sus áreas de may­or migración tenía entre los 32 y 60 hab./ha; es decir que su población ini­cial des­de 1990 se con­sid­er­a­ba nati­va y el 40% era población migrante. En algu­nas zonas del con­jun­to se puede obser­var que pre­dom­i­na esta últi­ma. Las vivien­das esta­ban con­sti­tu­idas por medi­aguas y algu­nas casas. Por otra parte, la población se ded­i­ca­ba prin­ci­pal­mente a la indus­tria, al com­er­cio y al trans­porte de mer­cancías.

La población, para el año 2001, tenía una den­si­dad de has­ta 235 hab./ha, mien­tras que la migrante en algu­nas man­zanas del con­jun­to pasó a ten­er entre 26 y 85 hab./ha. Esto evi­den­cia un decrec­imien­to del número de migrantes del 40% al 23%; los bar­rios en su con­fig­u­ración urbana eran más com­pactos, dejan­do pocos espa­cios vacantes para la con­struc­ción de nuevas vivien­das, lo que pudo lim­i­tar el asen­tamien­to de población desplaza­da por la migración hacia esos sec­tores. Se pudo obser­var que el crec­imien­to entre el primer con­jun­to y el segun­do es mín­i­mo: ape­nas de 3,2 ha. Se incre­men­tó el número de arren­damien­to de cuar­tos, con­sideran­do esta activi­dad como una fuente de ingre­sos.

La población, para el año 2010, tenía una den­si­dad de has­ta 83 hab./ha, mien­tras que la migrante en cier­tos lugares del con­jun­to tenía entre 33 y 62 hab./ha; esto deter­mi­na que su población migrante ha cre­ci­do del 23% al 60%, con­cen­trán­dose en algu­nas man­zanas del con­jun­to. Su condi­ción de vivien­da mejo­ra, aumen­tan­do el número de medi­aguas, cuar­tos y la exis­ten­cia ya de depar­ta­men­tos en alquil­er. Su crec­imien­to en super­fi­cie de este con­jun­to es de 35 ha.

Los bar­rios del con­jun­to deno­tan may­or con­sol­i­dación urbana, los gru­pos de población migrante se ded­i­can al tra­ba­jo autónomo de la con­struc­ción o se emplean en la indus­tria. La población nati­va se ded­i­ca a sus pequeños emprendimien­tos de nego­cios y tam­bién se incre­men­ta el número de per­sonas que son empleadas en el Esta­do. Existe un pre­do­minio de población naci­da en la par­ro­quia San­golquí del can­tón Rumiñahui, en la par­ro­quia de Amaguaña del DMQ, par­ro­quia Palmi­ra del can­tón Guamote y del can­tón Pujilí de la provin­cia de Cotopaxi.

El con­jun­to C de Tam­bil­lo, para 1990, tenía una den­si­dad pobla­cional de has­ta 114 hab./ha. En man­zanas donde se reg­is­tra may­or población migrante existía entre los 32 y 60 hab./ha. El 40% de la población reg­istra­da en el cen­so de 1990 provenía de diver­sas par­ro­quias de la sier­ra cen­tral del Ecuador, por lo que se la con­sid­era población migrante. En sec­tores del con­jun­to que pre­sen­ta una topografía acci­den­ta­da con pen­di­entes fuertes (zonas de laderas) se iden­ti­ficó alta infor­mal­i­dad en la con­struc­ción, con pre­do­minio de este grupo pobla­cional.

Se evi­den­ció una mejor condi­ción económi­ca de la población, por la pres­en­cia de may­or número de casas y depar­ta­men­tos, sin dejar de lado la exis­ten­cia tam­bién de cuar­tos y medi­aguas. Por otra parte, la población se ded­i­ca­ba prin­ci­pal­mente a la indus­tria, al com­er­cio y al trans­porte de mer­cancías y la población migrante se ded­i­ca­ba a las activi­dades de con­struc­ción. Sin embar­go, por los datos arro­ja­dos se deter­minó que den­tro de la población acti­va sola­mente se encuen­tra el jefe de hog­ar y/o hijos may­ores de edad.

La población, para el año 2001, tenía una den­si­dad de has­ta 93 hab./ha, mien­tras que la migrante en cier­tos lugares del con­jun­to pasó a ten­er entre 26 y 85 hab./ha, lo cual deter­minó que cre­ció del 40% al 60%. El incre­men­to del número de población migrante no se rela­ciona­ba con la con­cen­tración de este grupo humano en sec­tores con­sol­i­da­dos del con­jun­to; por el con­trario, se inten­si­ficó el crec­imien­to dis­per­so de la urban­ización, expan­di­en­do su super­fi­cie con una difer­en­cia entre el primer polí­gono y el segun­do de 14 ha. Su condi­ción de tipo de vivien­da se dete­ri­oró y en estos nuevos sec­tores de expan­sión exis­tió incre­men­to de cuar­tos y medi­aguas.

La población, para el año 2010, tiene una den­si­dad de has­ta 186 hab./ha, mien­tras que la migrante en algu­nas man­zanas del con­jun­to pasó a ten­er entre el 33 y 62 hab./ha, lo cual deter­minó que su población migrante decre­ció de 60% a 25%. Su crec­imien­to es de 34 ha, lo cual deter­mi­na que el espa­cio urbano se expandió, pro­por­cio­nan­do a este grupo unidades habita­cionales. En los sec­tores no con­sol­i­da­dos la población migrante pobre se ubi­ca de man­era infor­mal en medi­aguas de auto­con­struc­ción. La may­or can­ti­dad de población proviene de la par­ro­quia San­golquí del can­tón Rumiñahui y la par­ro­quia Amaguaña del DMQ (grá­fi­co 3).

Gráfico 3. Origen de la población en la conurbación de la ciudad de Quito con el cantón Mejía períodos 1990 – 2010 1990–2001 y 2001–2010

Fuente: Elab­o­ración propia con base al análi­sis de datos cen­sales del INEC 1990, 2001, 2010

Los con­jun­tos A, B, C a par­tir de 1990 pre­sen­taron un crec­imien­to den­tro del ter­ri­to­rio, lle­gan­do a 2001 a gener­arse ocho sub­con­jun­tos en sus áreas col­in­dantes. Para cumplir los obje­tivos de este artícu­lo se citan tres sub­con­jun­tos, el número dos como sub­con­jun­to del A, el número siete como sub­con­jun­to del B, y el número ocho como sub­con­jun­to del C (Figu­ra 4).

Sub­con­jun­to 2 (A): posee actual­mente una den­si­dad pobla­cional de 88 hab./ha, y en las áreas de may­or den­si­dad de migración alcan­za los 62 hab./ha; esto quiere decir que la población foránea se local­iza en lotes con medi­aguas en situación irreg­u­lar, y en los datos de PEA no existe un pre­do­minio de activi­dad económi­ca. La may­oría de la población es migrante y proviene de Pujilí, San Loren­zo en el can­tón Guaran­da, can­tón Sig­chos de la provin­cia de Cotopaxi, can­tón Riobam­ba y Guamote de la provin­cia de Chimb­o­ra­zo.

Sub­con­jun­to 7 (B): para el año 2010 tiene una den­si­dad pobla­cional prome­dio de 61 hab./ha, y en las áreas de may­or den­si­dad de migración alcan­za los 33 hab./ha; esto quiere decir que el número de habi­tantes mantiene un equi­lib­rio entre forá­neos y nativos. Al exi­s­tir esta relación en el número de población, resul­ta como hipóte­sis que la población nati­va pro­por­ciona fuentes de empleo para la población desplaza­da. Los datos de PEA mues­tran un pre­do­minio de población ded­i­ca­da a activi­dades de agri­cul­tura, ganadería y sil­vi­cul­tura; tam­bién se ded­i­can al com­er­cio y trans­porte de mer­cancías. La población proviene en may­or número de la par­ro­quia San­golquí del can­tón Rumiñahui, y de Amaguaña, par­ro­quia del DMQ.

Sub­con­jun­to 8 ©: tiene actual­mente una den­si­dad pobla­cional prome­dio de 35 hab./ha, y en las áreas de may­or den­si­dad de migración alcan­za los 23,54 hab./ha; esto quiere decir que la población migrante es muy sim­i­lar en número a la población nati­va. Al estar en una zona de baja den­si­dad se deduce que la población migrante se ha local­iza­do en este ter­ri­to­rio por su vocación agrí­co­la y se encuen­tra emplea­da por los patronos del lugar. Cuan­do existe esta relación de dese­qui­lib­rio de población, resul­ta que los desplaza­dos acu­d­en a lugares rurales para tra­ba­jar (sin asen­tamien­to) sin posi­bil­i­dad de adquirir vivien­da o com­prar propiedades, ya que según datos no demues­tra algún tipo de tenen­cia. La may­oría de la población migrante proviene en may­or número de la par­ro­quia San Miguel de Can­tón Pujilí, par­ro­quia Sibambe del can­tón Alausí, Alóag del can­tón Mejía y San­golquí del can­tón Rumiñahui.

Reflexiones finales

En el pre­sente artícu­lo se ha real­iza­do una primera aprox­i­mación del conur­bano sur de Quito, especí­fi­ca­mente de las tres par­ro­quias rurales de estu­dio en fun­ción de las car­ac­terís­ti­cas cuan­ti­ta­ti­vas del desplaza­mien­to y su dis­tribu­ción en el bor­de pobre de una ciu­dad. Sur­gen pre­gun­tas que deberán ser resueltas en futur­os tra­ba­jos de inves­ti­gación como, por ejem­p­lo: ¿qué tipo de vín­cu­los se estable­cen entre las per­sonas que viv­en en ter­ri­to­rios seg­re­ga­dos y con injus­ti­cia socioe­s­pa­cial? ¿Cuáles son las inter­rela­ciones sociales de los gru­pos desplaza­dos y la población res­i­dente en el lugar y sus activi­dades? Sigu­ien­do a Janosch­ka [2016] ¿de qué for­ma se man­i­fi­es­ta en la población de clases pop­u­lares la exclusión sim­bóli­ca del desplaza­mien­to en fun­ción de los estereoti­pos o estig­mas de índole étni­ca y racial?

En el análi­sis de con­jun­tos se puede obser­var que las zonas agrí­co­las son ocu­padas de man­era tem­po­ral por la población migrante, esto se debe a que por medio de la inter­pretación de los datos no existe una pos­esión per­ma­nente en el ter­ri­to­rio y se con­ser­va su uso; dan­do lugar, a la con­struc­ción de unidades habita­cionales irreg­u­lares y sin ser­vi­cios bási­cos. Además, la deman­da de mano de obra en la activi­dad agrí­co­la y ganadera pro­por­ciona una opor­tu­nidad lab­o­ral a población prove­niente de par­ro­quias rurales de la sier­ra cen­tral.

Otros patrones de ocu­pación ponen en evi­den­cia la con­for­ma­ción del ter­ri­to­rio en igual número de per­sonas nati­vas y foráneas. Al analizar las activi­dades lab­o­rales de esta población migrante se obser­va que la ofer­ta de tra­ba­jo es pro­por­ciona­da por los nativos.

De man­era aleato­ria, en los con­jun­tos se iden­ti­fi­ca que el tra­ba­jo campesino migrante está aso­ci­a­do a las labores agrí­co­las de pro­duc­ción y debe mod­i­ficar sus activi­dades pro­duc­ti­vas, diver­si­f­i­can­do al com­er­cio infor­mal, albañil­ería y ofi­cios var­ios.

El tema de “los desplaza­dos” y los ter­ri­to­rios recep­tores de esta población pre­sen­ta vital impor­tan­cia para la plan­i­fi­cación del gob­ier­no local, e indi­ca la necesi­dad de desar­rol­lar políti­cas públi­cas que con­tribuyan a la sus­tentabil­i­dad a par­tir de ges­tionar espa­cios urbanos donde existe con­cen­tración de pobreza y pocas opor­tu­nidades para mejo­rar la cal­i­dad de vida de sus habi­tantes.

Agradecimiento

Se agradece la colab­o­ración a los estu­di­antes Rosa Fer­nán­dez y Vale­ria Cór­do­va, en cal­i­dad de asis­tentes de inves­ti­gación en el proyec­to “Ter­ri­to­rios en trans­for­ma­ción: seg­re­gación, despos­esión y desplaza­mien­to de la población rur­al por el crec­imien­to urbano. Caso de estu­dio la conur­bación de la ciu­dad de Quito con el can­tón Mejía. Perío­do de estu­dio des­de 1990 has­ta 2017”.

 Citas

* Geó­grafa, Lab­o­ra­to­rio de Inves­ti­ga­ciones Geográ­fi­cas (LIG). Docente de la Escuela de Cien­cias Geográ­fi­cas, Pon­ti­f­i­cia Uni­ver­si­dad Católi­ca del Ecuador. mmejias@puce.edu.ec

** Arqui­tec­to, Docente de la Fac­ul­tad de Arqui­tec­tura, Pon­ti­f­i­cia Uni­ver­si­dad Católi­ca del Ecuador. cfpaliz@puce.edu.ec

*** Arqui­tec­to, Docente de la Fac­ul­tad de Arqui­tec­tura, Pon­ti­f­i­cia Uni­ver­si­dad Católi­ca del Ecuador. peterjose604@yahoo.com.br

[1] La seg­re­gación res­i­den­cial iden­ti­fi­ca a la “estigma­ti­zación social que poseen los bar­rios de hog­a­res de bajos ingre­sos u ocu­pa­dos por minorías” (raciales, étni­cas y etarias) en la población urbana [Rojas 2006: 2 en Saba­ti­ni 2006].

[2] La espa­cial­ización con­siste en la apli­cación del enfoque espa­cial que tiene la Geografía al con­sid­er­ar la local­ización y dis­tribu­ción de fenó­menos en la super­fi­cie ter­restre, com­ple­men­tan­do con el estu­dio de los lugares, las rela­ciones espa­ciales y la orga­ni­zación del espa­cio geográ­fi­co [Gómez 1994].

[3] Sue­lo que no se cul­ti­va por su bajo niv­el de fer­til­i­dad donde crece veg­etación espon­tánea.

[4] Sue­lo urbano con­sol­i­da­do: Es el sue­lo urbano que posee la total­i­dad de los ser­vi­cios, equipamien­tos e infraestruc­turas nece­sar­ios, y que may­ori­tari­a­mente se encuen­tra ocu­pa­do por la edi­fi­cación (Asam­blea Nacional del Ecuador 2016: 22).

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  Cómo citar ¬

Monserrath Mejía Salazar, Cesar Paliz y Peter José Schweizer, «Determinación de las características del desplazamiento de la población en la conurbación de la ciudad de Quito con el cantón Mejía», Revista de Estudios Marítimos y Sociales [En línea], publicado el [insert_php] echo get_the_time('j \d\e\ F \d\e\ Y');[/insert_php], consultado el [insert_php] setlocale(LC_ALL,"es_ES"); echo strftime("%e de %B del %Y");[/insert_php]. URL: https://estudiosmaritimossociales.org/archivo/rems-14/dossier-mejia-salazar/
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