Crítica del libro La historiografía chilena durante el siglo XX

Cami­lo San­tibáñez Rebolle­do*

Recibido: 03 de junio de 2018
Acep­ta­do: 28 de junio de 2018

Durante el ver­a­no de 2002, Julio Pin­to Valle­jos impar­tió un cur­so sobre his­to­ri­ografía chile­na para los estu­di­antes de la Maestría en His­to­ri­ografía de la Uni­ver­si­dad Autóno­ma Met­ro­pol­i­tana (UAM), en Méx­i­co. Cua­tro años más tarde, como intro­duc­ción a la repro­duc­ción de una serie de frag­men­tos rep­re­sen­ta­tivos de las líneas his­to­ri­ográ­fi­cas nacionales más dis­tin­ti­vas, las clases fueron redac­tadas en alrede­dor de cien pági­nas y pub­li­cadas por la mis­ma UAM como guía para los foras­teros intere­sa­dos en el der­rotero dis­ci­pli­nario chileno [Pin­to y Argudín 2006[1]]. En dicho estu­dio intro­duc­to­rio, Pin­to revisó y des­tinó un capí­tu­lo para cada una de las suce­si­vas “eta­pas” que a su juicio per­mitían explicar la fisonomía de la labor his­to­ri­ográ­fi­ca en el país durante el siglo XX: la his­to­ri­ografía nacional­ista-con­ser­vado­ra que devi­no en hegemóni­ca hacia sus albores (1900–1940); la rup­tura pro­tag­on­i­za­da des­de medi­a­dos de la mis­ma cen­turia por la his­to­ri­ografía marx­ista y la influ­en­ci­a­da por Annales (1950–1973); la his­to­ri­ografía sig­na­da luego por la expe­ri­en­cia de la dic­tadu­ra mil­i­tar (1973–1990); y la con­cerniente, por últi­mo, a su coro­lario tran­si­cional, libra­da a batal­lar por la memo­ria trauma­ti­za­da de las chile­nas y chilenos (1990–2002).

Según ha con­fi­den­ci­a­do el pro­pio Julio Pin­to al remem­o­rar la preparación del tex­to, fueron los cole­gas y estu­di­antes mex­i­canos quienes le hicieron notar la inten­si­dad de la lig­azón que el desar­rol­lo de la his­to­ri­ografía chile­na man­tenía con las vicisi­tudes de la are­na políti­ca nacional. No como mera recep­to­ra afec­ta­da por las con­tin­gen­cias con­tem­poráneas, por cier­to, sino como instru­men­to mis­mo de la prop­ues­ta, la críti­ca y la defen­sa de los proyec­tos nacionales cuyas ten­siones y fric­ciones devinieron en tales con­tin­gen­cias; inclu­sive dramáti­ca­mente para sus expo­nentes.

En con­cor­dan­cia con este énfa­sis, el pro­fe­sor Pin­to orga­nizó los cua­tro capí­tu­los del tex­to en torno a dicho eje y lo jus­ti­ficó advir­tien­do des­de las primeras líneas: “Más vis­i­ble­mente tal vez que en otros país­es del con­ti­nente, el ofi­cio de la his­to­ria ha sido en Chile más cam­po de batal­la que torre de marfil, más enfrentamien­to políti­co que mero ejer­ci­cio académi­co”.

En lo que cabe con­sid­er­ar como un notable acier­to edi­to­r­i­al, Améri­ca en Movimien­to decidió reed­i­tar dicho tex­to intro­duc­to­rio el mis­mo año que su autor recibió el Pre­mio Nacional de His­to­ria (2016) –inau­gu­ran­do con él la Colec­ción His­to­rias en Dis­pu­ta. Pues, aunque la últi­ma déca­da ha vis­to apare­cer una serie de escritos sobre la his­to­ri­ografía chile­na durante el pasa­do siglo [Gaz­muri 2006–2009, de Mussy 2007, Gón­go­ra Escobe­do 2015][2], la peren­nidad del tex­to de Julio Pin­to rad­i­ca pre­cisa­mente en su capaci­dad para tornar intel­igi­ble aquel tran­scur­so his­to­ri­ográ­fi­co, basán­do­lo en el per­ma­nente “para­lelis­mo entre his­to­ria e his­to­ri­ografía”.

Es cier­to que este análi­sis puede resul­tar algo con­streñi­do para la des­bor­dante com­ple­ji­dad de la his­to­ri­ografía pro­duci­da en los años más recientes. Por pon­er un ejem­p­lo, el para­lelis­mo se rev­ela exiguo para com­pren­der el “entron­camien­to” que ten­drían los estu­dios sobre mar­gin­al­i­dad social que pro­lif­er­aron en los noven­ta tan­to con la “nue­va his­to­ria social” como con el tra­ba­jo que Mario Gón­go­ra pub­licó en la déca­da de 1960.[3] Y todavía más con­sideran­do la dis­tan­cia políti­ca que ambas ref­er­en­cias guardaron en su breve coex­is­ten­cia. No obstante, lejos de ser cues­tiones incom­pat­i­bles, la sín­te­sis de Pin­to habili­ta las condi­ciones para ejercer una inci­si­va inter­ro­gación sobre esta y otras líneas de tra­ba­jo, que en apari­en­cia la rehúyen en tan­to inter­pretación gen­er­al.

Huel­ga decir que esta opción por ape­garse al para­lelis­mo enun­ci­a­do dista de la evasión en que incur­rieron otros autores con­tem­porá­neos. Cris­t­ian Gaz­muri, por ejem­p­lo, recono­ció en la intro­duc­ción de su volu­mi­nosa obra sobre La his­to­ri­ografía chile­na (2006–2009) que detu­vo el perío­do de estu­dio en 1970 porque “tratar la obra de muchos autores que aún están vivos y más de uno pro­ducien­do”, le impediría enfo­car su obra como total­i­dad y le repor­taría “más de un prob­le­ma per­son­al” [Gaz­muri 2006–2009].[4] Pin­to estu­vo lejos de estos res­guar­dos al escribir. De hecho, la mitad del libro está des­ti­na­da al perío­do en que él mis­mo y sus cole­gas se for­maron pro­fe­sion­al­mente, pub­li­caron sus primeros tra­ba­jos y mar­caron posi­ción en el debate públi­co (1973–2002).

En con­sid­eración de todo lo ante­ri­or, y con­sideran­do la fecun­da pro­duc­tivi­dad his­to­ri­ográ­fi­ca que ha car­ac­ter­i­za­do el desar­rol­lo dis­ci­pli­nario des­de entonces (par­tien­do por el pro­fu­so tra­ba­jo del mis­mo Julio Pin­to), es en cier­ta medi­da lam­en­ta­ble la decisión edi­to­r­i­al de man­ten­er el tex­to orig­i­nal, escrito, como se dijo, entre 2003 y 2005.

En defen­sa de esta decisión, no obstante, cabe decir que una inter­pretación his­to­ri­ográ­fi­ca seria del siglo tran­scur­ri­do impli­caría por sí sola la con­fec­ción un nue­vo vol­u­men. Bási­ca­mente porque, como ha indi­ca­do Jorge Rojas Flo­res, estos últi­mos años con­sti­tuyen el perío­do más álgi­do de la cre­ciente pro­fe­sion­al­ización que el ofi­cio ha acu­sa­do durante la post­dic­tadu­ra, basa­da en un incre­men­to del acce­so a estu­dios y becas de post­gra­do en el país tan­to como en el extran­jero, la estandarización de los pro­ce­sos de cal­i­fi­cación y el some­timien­to del que­hac­er his­to­ri­ográ­fi­co a parámet­ros inter­na­cionales. Condi­ciones éstas en que la pro­duc­ción no sólo se ha incre­men­ta­do expo­nen­cial­mente, sino que se ha espe­cial­iza­do con la mis­ma inten­si­dad, lle­gan­do a difi­cul­tar –por no decir impedir- su seguimien­to en todas las áreas, inclu­so para los his­torió­grafos más acu­ciosos [Rojas Flo­res 2015:217].

En La his­to­ri­ografía chile­na durante el siglo XX, tal como hiciera Jacques Rev­el respec­to de Las con­struc­ciones france­sas del pasa­do[5], el pro­fe­sor Pin­to pro­mueve una línea de tra­ba­jo para dicha tarea, enraizan­do el análi­sis en la per­ma­nente cor­relación que la pro­duc­ción his­to­ri­ográ­fi­ca mantiene con los pro­ce­sos que enfren­tó y sigue enfrentan­do la sociedad chile­na. El recorda­to­rio que impone a las his­to­ri­ado­ras e his­to­ri­adores sobre la dimen­sión políti­ca de su labor, además, per­mite insi­s­tir en la vocación par­tidista que ani­mó a los hom­bres y mujeres del referi­do siglo, hoy bas­tante más difumi­na­da.

***

Pin­to, Julio 2016 La his­to­ri­ografía chile­na durante el siglo XX. Cien años de prop­ues­tas y com­bat­es. Edi­to­r­i­al Améri­ca en movimien­to, colec­ción his­to­rias en dis­pu­ta, Val­paraí­so.

* Uni­ver­si­dad de San­ti­a­go de Chile, Depar­ta­men­to de His­to­ria. sntibaez@gmail.com

[1] El tex­to incor­po­ra frag­men­tos de obras de Alber­to Edwards, Jaime Eyza­guirre, Julio César Jobet, Marío Gón­go­ra, Gabriel Salazar, Alfre­do Joce­lyn-Holt, Hei­di Tins­man y Gon­za­lo Vial, e igual­mente el Man­i­fiesto de his­to­ri­adores.

[2]. Tam­bién cabría con­sid­er­ar Vil­lalo­bos 2011 y Salazar 2017. En lo con­cerniente a algunos cam­pos en par­tic­u­lar exis­ten bal­ances bas­tante rig­urosos no con­sid­er­a­dos en dichas obras. Acu­do arbi­trari­a­mente a dos ejem­p­los: Rojas Flo­res 2000 y  Klubock 2001. Un cruce de ambas temáti­cas en Zárate y Godoy 2005.

[3] La ret­ro­spec­ción facili­ta mar­car la dis­tan­cia entre his­to­ri­adores como Eduar­do Cavieres y Ale­jan­dra Araya, ambos cita­dos por Julio Pin­to en la nota al pie 75 como expo­nentes de los estu­dios históri­cos sobre la mar­gin­al­i­dad social (pág. 96).

[4] En cualquier caso, el recau­do toma­do por este his­to­ri­ador no cumplió su cometi­do [Vil­lalo­bos 2012].

[5] Cito a Rev­el para hac­er un con­tra­pun­to delib­er­a­do entre su libro His­to­ries: French Con­struc­tions of the Past (The New Press, 1996) y The French His­tor­i­cal Rev­o­lu­tion. The Annales School, 1929–1989 (Oxford, 1990) de Peter Burke. El “Pref­a­cio a la edi­ción en español” de la primera obra mues­tra que Rev­el tam­bién escribió dicho tex­to como ensayo intro­duc­to­rio a una obra sobre “las ten­den­cias de la his­to­ria y la his­to­ri­ografía france­sa” des­ti­na­da a lec­tores forá­neos [Rev­el 2002: 7].

Bibliografía

de Mussy, Luis
2007 Bal­ance his­to­ri­ográ­fi­co chileno. El orden del dis­cur­so y el giro críti­co actu­al. Edi­ciones Uni­ver­si­dad Finis Ter­rae, San­ti­a­go.

Gaz­muri, Cris­t­ian
2006–2009 La his­to­ri­ografía chile­na (1842–1970), 2 vols. Cen­tro de Inves­ti­ga­ciones Diego Bar­ros Arana, Tau­rus, San­ti­a­go.

Gón­go­ra Escobe­do, Álvaro
2015 Anatomía de una dis­ci­plina. 25 años de his­to­ri­ografía chile­na. Edi­ciones Uni­ver­si­dad Finis Ter­rae, San­ti­a­go.

Klubock, Thomas
2001 Writ­ing the His­to­ry of Women and Gen­der in Twen­ti­eth-Cen­tu­ry Chile, His­pan­ic Amer­i­can His­tor­i­cal Review, 81 (3–4): 493–518.

Pin­to Valle­jos, Julio y María Luna Argudín
2006 Cien años de prop­ues­tas y com­bat­es: la his­to­ri­ografía chile­na del siglo XX. Uni­ver­si­dad Autóno­ma Met­ro­pol­i­tana, Méx­i­co D. F.

Rojas Flo­res, Jorge
2015 His­to­ri­ografía chile­na reciente sobre el siglo XX: 1989–2014, en Anatomía de una dis­ci­plina. 25 años de his­to­ri­ografía chile­na, Álvaro Gón­go­ra Escobe­do. Edi­ciones Uni­ver­si­dad Finis Ter­rae, San­ti­a­go.

2000 Los tra­ba­jadores en la his­to­ri­ografía chile­na: bal­ance y proyec­ciones. Revista de Economía y Tra­ba­jo, 10: 47–118.

Rev­el, Jaques
2002 Las con­struc­ciones france­sas del pasa­do. Fon­do de Cul­tura Económi­ca, Buenos Aires.

Salazar, Gabriel
2017 La his­to­ria des­de aba­jo y des­de aden­tro. Artícu­los, con­fer­en­cias, ensayos (1985–2016), Tau­rus, San­ti­a­go.

Vil­lalo­bos, Ser­gio
2011 La his­to­ria por la his­to­ria, Críti­ca de la his­to­ri­ografía actu­al. Globo Edi­tores, Colec­ción Pen­samien­to Históri­co, San­ti­a­go.
2012 Cris­t­ian Gaz­muri, La his­to­ri­ografía chile­na (1842–1970). Tomo II. Cuader­nos de His­to­ria, 36: 173–178.

Zárate, María Soledad y Lore­na Godoy
2005 Análi­sis críti­co de los estu­dios históri­cos del tra­ba­jo femeni­no en Chile. Cuader­nos de Inves­ti­gación, 2.

~•~

  Cómo citar ¬

Camilo Santibáñez Rebolledo, «Crítica del libro La historiografía chilena durante el siglo XX», Revista de Estudios Marítimos y Sociales [En línea], publicado el [insert_php] echo get_the_time('j \d\e\ F \d\e\ Y');[/insert_php], consultado el [insert_php] setlocale(LC_ALL,"es_ES"); echo strftime("%e de %B del %Y");[/insert_php]. URL: https://estudiosmaritimossociales.org/archivo/rems-13/resena-santibanez/
~•~
Licencia de Creative Commons
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento — No Comercial — Compartir Igual 4.0 Internacional.