Pescadores artesanales y uso del borde costero: caracterización socio-espacial en la comuna de Puerto Montt. Periodo 1991–2013

Arti­san fisher­men and use of the coastli­ne: socio- spa­tial cha­rac­te­ri­za­tion in the borough of Puer­to Montt. Period 1991–2013

Edgar­do Solís Tar­dón*
Gon­za­lo Díaz Cro­vet­to**

Reci­bi­do: 19 de abril de 2017
Acep­ta­do: 18 de diciem­bre de 2017

Resumen

La pes­ca arte­sa­nal es una de las acti­vi­da­des pro­duc­ti­vas más tra­di­cio­na­les del bor­de cos­te­ro chi­leno, la cual se había desa­rro­lla­do en for­ma rela­ti­va­men­te autó­no­ma y al mar­gen de las regu­la­cio­nes del Esta­do, no obs­tan­te, la pro­mul­ga­ción de la Ley Gene­ral de Pes­ca y Acui­cul­tu­ra en el año 1991 inau­gu­ró un perio­do com­ple­jo en la ges­tión de las pes­que­rías arte­sa­na­les, carac­te­ri­za­do por un acce­so regu­la­do tan­to al espa­cio marí­ti­mo como a la pro­pia acti­vi­dad pes­que­ra. En este con­tex­to nues­tro obje­ti­vo fue iden­ti­fi­car y carac­te­ri­zar las prin­ci­pa­les diná­mi­cas terri­to­ria­les que han impac­ta­do al sec­tor pes­que­ro arte­sa­nal de la comu­na de Puer­to Montt, enten­dien­do que esta área de estu­dio, cons­ti­tu­ye un caso repre­sen­ta­ti­vo de la pro­ble­má­ti­ca actual de la pes­ca arte­sa­nal, debi­do fun­da­men­tal­men­te a la cre­cien­te inten­si­fi­ca­ción de acti­vi­da­des antró­pi­cas sobre su bor­de costero.

Pala­bras cla­ve: pes­ca­do­res arte­sa­na­les — bor­de cos­te­ro — diná­mi­cas territoriales

Abstract

Arti­sa­nal fishing is one of the most tra­di­tio­nal pro­duc­ti­ve acti­vi­ties of the Chi­lean coas­tal edge, which had deve­lo­ped rela­ti­vely auto­no­mously and outsi­de the regu­la­tions of the Sta­te, howe­ver, the enact­ment of the Gene­ral Law on Fishe­ries and Aqua­cul­tu­re in the year 1991 inau­gu­ra­ted a com­plex period in the mana­ge­ment of arti­sa­nal fishe­ries, cha­rac­te­ri­zed by regu­la­ted access both to the mari­ti­me spa­ce and to the fishing acti­vity itself. In this con­text, our objec­ti­ve was to iden­tify and cha­rac­te­ri­ze the main terri­to­rial dyna­mics that have impac­ted the arti­sa­nal fishing sec­tor of Puer­to Montt, unders­tan­ding that this area of ​​study is a repre­sen­ta­ti­ve case of the current pro­blem of arti­sa­nal fishing, mainly due to the increa­sing inten­si­fi­ca­tion of anth­ro­pic acti­vi­ties on the coas­tal edge.

Key­words: arti­sa­nal fisher­men — coas­tal edge — terri­to­rial dynamics

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Introducción

La pes­ca arte­sa­nal es una acti­vi­dad don­de la acción huma­na se vin­cu­la inten­sa­men­te con los eco­sis­te­mas mari­nos, en efec­to, la inter­ven­ción sobre éstos, es uno de los atri­bu­tos que defi­ne una pes­que­ría [McGood­win 2002].

En fun­ción de la lite­ra­tu­ra revi­sa­da se logró dis­tin­guir dos enfo­ques en el tra­ta­mien­to dado a la pes­ca arte­sa­nal en Chi­le. Por un lado, una ten­den­cia gene­ra­li­za­da a defi­nir­la en fun­ción de su diná­mi­ca pro­duc­ti­va-extrac­ti­va,[1] y por otro, una corrien­te –mino­ri­ta­ria pero emer­gen­te en opi­nión del autor- que la ana­li­za como una acti­vi­dad cuyos sig­ni­fi­ca­dos supe­ran la dimen­sión pro­duc­ti­va, incor­po­ran­do ele­men­tos iden­ti­ta­rios que han for­ja­do una cul­tu­ra par­ti­cu­lar en los pes­ca­do­res arte­sa­na­les.[2]

En sin­to­nía con esta últi­ma corrien­te, este estu­dio se plan­tea des­de un enfo­que inter­dis­ci­pli­nar entre la Geo­gra­fía Cons­truc­ti­vis­ta [Cla­val 2002, Lin­dón 2007] y la Antro­po­lo­gía de las Socie­da­des Cos­te­ras [De la Cruz y Argüe­llo 2006] encon­tran­do en el con­cep­to de terri­to­rio su prin­ci­pal cate­go­ría de aná­li­sis.[3]

Pesca artesanal en Chile

El mar de Chi­le alber­ga eco­sis­te­mas de alta bio­di­ver­si­dad, entre los que des­ta­can los nerí­ti­cos, inter­ma­rea­les y lito­ra­les que expli­can la gran varie­dad de recur­sos hidro­bio­ló­gi­cos pre­sen­tes en la cos­ta [Cas­tro & Alva­ra­do 2009]. Aquí, la pes­ca arte­sa­nal cons­ti­tu­ye una acti­vi­dad de sub­sis­ten­cia que ha esta­do a la base del sur­gi­mien­to de asen­ta­mien­tos huma­nos en las zonas cos­te­ras, con­fi­gu­rán­do­se pau­la­ti­na­men­te el ofi­cio de pes­ca­dor arte­sa­nal, enfo­ca­do ini­cial­men­te en la auto­sus­ten­ta­ción ali­men­ti­cia y gra­dual­men­te en la comer­cia­li­za­ción de pes­ca­dos, maris­cos y algas. No obs­tan­te, y si bien la pes­ca arte­sa­nal es una prác­ti­ca socio­eco­nó­mi­ca fuer­te­men­te arrai­ga­da en el terri­to­rio, este estu­dio con­si­de­ra que pre­do­mi­na un cono­ci­mien­to muy este­reo­ti­pa­do de ella, ya que su defi­ni­ción y mane­jo se sus­ten­tan en aten­ción a su diná­mi­ca pro­duc­ti­va y en una visión con­tra­pues­ta a la pes­ca industrial.

En este sen­ti­do, no hay con­sen­so res­pec­to al sur­gi­mien­to del con­cep­to de “pes­ca­dor arte­sa­nal” sino has­ta el año 1991 cuan­do la Ley Gene­ral de Pes­ca y Acui­cul­tu­ra (en ade­lan­te LGPA) se encar­ga de reco­no­cer jurí­di­ca­men­te esta acti­vi­dad tra­di­cio­nal y fijar de paso, los linea­mien­tos para su administración.

En con­se­cuen­cia, la pes­ca arte­sa­nal se defi­ne legal­men­te como

la actividad pesquera extractiva realizada por personas naturales que en forma personal, directa y habitual trabajan como pescadores artesanales [LGPA artículo 2]. Por quien se entenderá, aquel que se desempeña como patrón o tripulante de una embarcación artesanal. Si es dueño de hasta dos embarcaciones será armador artesanal; si su actividad principal es la extracción de mariscos, será mariscador y si realiza recolección y segado de algas será alguero  [artículo 2, N°29].

De este modo, la cla­si­fi­ca­ción de los pes­ca­do­res arte­sa­na­les se basa en la acti­vi­dad pro­duc­ti­va que desem­pe­ñan; reco­no­cién­do­se for­mal­men­te las cate­go­rías de arma­dor arte­sa­nal, pes­ca­dor arte­sa­nal, buzo o maris­ca­dor y algue­ro o reco­lec­tor de ori­lla [LGPA]. Así, las acti­vi­da­des del pes­ca­dor arte­sa­nal, en sus dife­ren­tes mani­fes­ta­cio­nes y cate­go­rías (repro­du­ci­das como un habi­tus en torno al mar) están, cada una de ellas y de for­ma par­ti­cu­lar, some­ti­das a reque­ri­mien­tos espe­cí­fi­cos impues­tos por el Esta­do como prin­ci­pal agen­te regu­la­dor de la acti­vi­dad [Díaz-Cro­vet­to 2015].

En tér­mi­nos for­ma­les, los pes­ca­do­res arte­sa­na­les cons­ti­tu­yen un sub­sec­tor den­tro del sec­tor pes­que­ro nacio­nal, inte­gra­do tam­bién por el sub­sec­tor acuí­co­la y el sub­sec­tor indus­trial.[4] Diri­gen su “esfuer­zo pes­que­ro” o de cap­tu­ra sobre espe­cies pelá­gi­cas, demer­sa­les y/o ben­tó­ni­cas, evi­den­cian­do una ocu­pa­cio­na­li­dad múl­ti­ple, que es deter­mi­na­da tan­to por las carac­te­rís­ti­cas bio­ló­gi­cas de las espe­cies, como por el mar­co nor­ma­ti­vo con­te­ni­do en la actual Ley de Pes­ca N°20.657 del año 2013.[5]

La evo­lu­ción del Regis­tro Nacio­nal de Pes­ca­do­res Arte­sa­na­les (en ade­lan­te RPA) ha sido ver­ti­gi­no­sa duran­te las últi­mas déca­das, si hacia fines de 1960 el sub­sec­tor no supe­ra­ba los 10.000 inte­gran­tes, al año 2013 la cifra lle­gó a 91.395 per­so­nas reco­no­ci­das en las diver­sas cate­go­rías del RPA, don­de el 78% corres­pon­de a hom­bres y el 22% a muje­res [SERNAPESCA 2013]. De acuer­do con esta inves­ti­ga­ción este incre­men­to con­di­cio­nó el deve­nir del sec­tor, por cuan­to el sub­sec­tor arte­sa­nal comen­zó a ope­rar con una gran infor­ma­li­dad inter­na, lo cual se expli­ca fun­da­men­tal­men­te por la ausen­cia de barre­ras de ingre­so a la acti­vi­dad. En el área de estu­dio y a par­tir del año 1985, este fenó­meno fue más evi­den­te, con­se­cuen­cia por un lado, de un mode­lo eco­nó­mi­co que incen­ti­vó la expor­ta­ción y por otro, de la cri­sis eco­nó­mi­ca que vivía el país, así al sub­sec­tor arte­sa­nal se suma­ron sec­to­res des­em­plea­dos e inver­sio­nis­tas que vie­ron una opor­tu­ni­dad en la acti­vi­dad pesquera.

En tér­mi­nos de orga­ni­za­ción social inter­na los pes­ca­do­res arte­sa­na­les cons­ti­tu­yen un actor colec­ti­vo alta­men­te orga­ni­za­do, con una diná­mi­ca orga­ni­za­cio­nal en ple­na diver­si­fi­ca­ción, que se ha ins­ta­la­do en los tres nive­les bási­cos de repre­sen­ta­ción; Nacio­nal, Regio­nal y Local, a tra­vés de las figu­ras de las Con­fe­de­ra­cio­nes, Fede­ra­cio­nes y Sin­di­ca­tos, respectivamente.

La repre­sen­ta­ción nacio­nal de los pes­ca­do­res recae en tres orga­ni­za­cio­nes; la Con­fe­de­ra­ción Nacio­nal de Pes­ca­do­res Arte­sa­na­les de Chi­le CONAPACH, la Con­fe­de­ra­ción de Fede­ra­cio­nes de Pes­ca­do­res Arte­sa­na­les de Chi­le CONFEPACH, y el Con­se­jo de Defen­sa del Patri­mo­nio Pes­que­ro CONDEPP. En el área de estu­dio, el sub­sec­tor se carac­te­ri­za por su alta afi­lia­ción a orga­ni­za­cio­nes, des­ta­can­do la par­ti­ci­pa­ción en sin­di­ca­tos, aso­cia­cio­nes gre­mia­les y/o coope­ra­ti­vas, en este sen­ti­do, la ten­den­cia es que por cada cale­ta pes­que­ra exis­ta al menos una o dos orga­ni­za­cio­nes de base [CEDIPAC 2006]. A su vez, estas orga­ni­za­cio­nes se encuen­tran afi­lia­das a fede­ra­cio­nes zona­les o regio­na­les y éstas, a algu­na de las con­fe­de­ra­cio­nes nacio­na­les existentes.

Dinámicas territoriales locales

El terri­to­rio de la región de Los Lagos es hete­ro­gé­neo y exten­so, admi­nis­tra­ti­va­men­te se divi­de en 4 pro­vin­cias, las que alber­gan 30 comu­nas, 22 de las cua­les poseen bor­de cos­te­ro. El mar inte­rior de la Región tie­ne asig­na­da la zona admi­nis­tra­ti­va N°121, espa­cio marí­ti­mo agru­pa­do en cua­tro sub­zo­nas que son; seno del Relon­ca­ví, gol­fo de Ancud, islas inte­rio­res de Chi­loé y gol­fo de Cor­co­va­do, la acti­vi­dad pes­que­ra arte­sa­nal se desa­rro­lla prin­ci­pal­men­te en las tres pri­me­ras sub­zo­nas [IFOP 2006].

La comu­na de Puer­to Montt, capi­tal de la región de Los Lagos, se ubi­ca en el pun­to de con­tac­to entre el océano Paci­fi­co y el extre­mo sur del valle lon­gi­tu­di­nal de Chi­le, su ubi­ca­ción estra­té­gi­ca la ha con­so­li­da­do como una ciu­dad de inter­co­ne­xión entre el país y la zona aus­tral. Puer­to Montt pre­sen­ta una tasa de cre­ci­mien­to demo­grá­fi­co de 3,4% en el perio­do inter­cen­sal 1992–2002, con una den­si­dad pro­me­dio de 108 hab/há que refle­ja la fuer­te pre­sión urba­na por expan­dir­se hacia terri­to­rios cir­cun­dan­tes, cabe seña­lar, que este incre­men­to se atri­bu­ye fun­da­men­tal­men­te al desa­rro­llo de la acti­vi­dad acuí­co­la-sal­mo­ne­ra y la matriz de ser­vi­cios que se regis­tra en su hin­ter­land [Rovi­ra 2009].

Cier­ta­men­te este dina­mis­mo ha gene­ra­do impac­tos al bor­de cos­te­ro comu­nal, a par­tir del desa­rro­llo de diver­sas acti­vi­da­des de tipo pro­duc­ti­vo, resi­den­cial y de trans­por­te marí­ti­mo, las que se expre­san en la deman­da de sue­lo hacia la peri­fe­ria del bor­de cos­te­ro, espe­cial­men­te hacia los sec­to­res de Pani­tao, Pellu­co y el pri­mer tra­mo de la carre­te­ra aus­tral [MOP 2005]. En cohe­ren­cia con este diag­nós­ti­co, los ins­tru­men­tos de pla­ni­fi­ca­ción terri­to­rial vigen­tes como el PLADECO, PLADETUR y ERD, con­cuer­dan que este terri­to­rio está fuer­te­men­te inter­ve­ni­do en tér­mi­nos ambien­ta­les, ini­cial­men­te por la acti­vi­dad agro-fores­tal y actual­men­te por la acti­vi­dad acuí­co­la-pes­que­ra y residencial.

En aten­ción a éstas diná­mi­cas recien­tes en el uso del terri­to­rio, se pro­pu­so carac­te­ri­zar sus reper­cu­sio­nes sobre el sub­sec­tor pes­que­ro arte­sa­nal de la comu­na de Puer­to Montt, que sus­ten­ta su acti­vi­dad pro­duc­ti­va y su modo de vida en la ocu­pa­ción tra­di­cio­nal del bor­de cos­te­ro, expo­nien­do la hipó­te­sis esta área de estu­dio, cons­ti­tu­ye un caso repre­sen­ta­ti­vo de la pro­ble­má­ti­ca actual de la pes­ca arte­sa­nal, aten­dien­do por un lado, a las diná­mi­cas terri­to­ria­les seña­la­das, y por otro, a los cam­bios nor­ma­ti­vos que la admi­nis­tra­ción pes­que­ra ha intro­du­ci­do duran­te los últi­mos 25 años.

Materiales y Método

El área de estu­dio se cons­ti­tu­yó en el bor­de cos­te­ro de la comu­na de Puer­to Montt, des­de el sec­tor Huel­mo has­ta cale­ta la Are­na, el cual cons­ti­tu­ye un terri­to­rio en for­ma de arco de apro­xi­ma­da­men­te 75 km de exten­sión, deno­mi­na­do tam­bién como Bor­de Cos­te­ro Marí­ti­mo Comu­nal [PLADETUR 2013].

Figura 1: Área de estudio

Fuen­te: Ela­bo­ra­ción propia

Como obje­ti­vo prin­ci­pal se pro­pu­so carac­te­ri­zar los usos del bor­de cos­te­ro que exhi­be el sec­tor pes­que­ro arte­sa­nal de la comu­na de Puer­to Montt. Mien­tras que los obje­ti­vos espe­cí­fi­cos fue­ron; a) des­cri­bir las prác­ti­cas socio­eco­nó­mi­cas de los pes­ca­do­res arte­sa­na­les, b) iden­ti­fi­car los usos terri­to­ria­les res­pec­to al bor­de cos­te­ro, y c) carac­te­ri­zar las trans­for­ma­cio­nes gene­ra­das por los cam­bios nor­ma­ti­vos en el sec­tor pes­que­ro arte­sa­nal de la comu­na de Puer­to Montt.

En el plano meto­do­ló­gi­co se reali­zó un estu­dio de carác­ter cua­li­ta­ti­vo con un enfo­que explo­ra­to­rio-des­crip­ti­vo, apo­ya­do en el méto­do etno­grá­fi­co de inves­ti­ga­ción social [Ham­mers­ley y Atkin­son 2005]. Se pri­vi­le­gió el aná­li­sis de los pro­ce­sos terri­to­ria­les a par­tir de la pers­pec­ti­va de los acto­res socia­les vin­cu­la­dos al sub­sec­tor pes­que­ro arte­sa­nal en el área de estu­dio, intere­sán­do­nos acce­der al nivel de infor­ma­ción que refle­ja sus per­cep­cio­nes, cono­ci­mien­tos y prác­ti­cas socia­les [Ther y Val­de­rra­ma 2012].

De este modo, el estu­dio se basó en fuen­tes pri­ma­rias gene­ra­das a par­tir de entre­vis­tas con infor­man­tes cla­ves e infor­ma­ción secun­da­ria corres­pon­dien­te a docu­men­tos téc­ni­cos de ins­ti­tu­cio­nes públi­co-pri­va­das vin­cu­la­das al sec­tor pes­que­ro artesanal.

El pro­ce­so de inves­ti­ga­ción con­si­de­ró dos eta­pas fun­da­men­ta­les, en la pri­me­ra se recu­rrió a fuen­tes secun­da­rias para esta­ble­cer una des­crip­ción actual del sec­tor pes­que­ro arte­sa­nal en el área de estu­dio, al tér­mino de la cual, se con­fi­gu­ró un mapa de acto­res cla­ves. [6] En la segun­da eta­pa se reali­zó el tra­ba­jo de cam­po, desa­rro­lla­do prin­ci­pal­men­te duran­te el año 2013, apli­can­do una entre­vis­ta semi-estruc­tu­ra­da orga­ni­za­da en fun­ción de tres tópi­cos de inte­rés y doce pre­gun­tas refle­xi­vas. Lo cual se com­ple­men­tó con ins­tru­men­tos pro­pios de la inves­ti­ga­ción etno­grá­fi­ca como la obser­va­ción par­ti­ci­pan­te y etno­gra­fía des­crip­ti­va, tan­to en esce­na­rios coti­dia­nos de los pes­ca­do­res arte­sa­na­les como en otros de carác­ter públi­co-ins­ti­tu­cio­nal, como semi­na­rios y reunio­nes del gre­mio. Con­si­de­ran­do el cri­te­rio de satu­ra­ción de la infor­ma­ción, se rea­li­za­ron 8 entre­vis­tas,[7] las que fue­ron gra­ba­das en audio, trans­cri­tas y sis­te­ma­ti­za­das de acuer­do al méto­do de aná­li­sis de con­te­ni­do [Valles 1997].

Resultados

Los resul­ta­dos que se pre­sen­tan a con­ti­nua­ción res­pon­den a cada uno de los obje­ti­vos espe­cí­fi­cos plan­tea­dos en el estu­dio, cada títu­lo o apar­ta­do refle­ja las cate­go­rías de aná­li­sis que fue­ron desa­rro­lla­das. Los tex­tos en cur­si­va corres­pon­den a frag­men­tos de entre­vis­tas que se incor­po­ran para ofre­cer una mayor rique­za des­crip­ti­va a la caracterización.

Dinámica productiva: heterogeneidad interna y comercialización de la pesca artesanal
No he compartido nunca el tema de que seamos tan parcializados o sea que estemos tan divididos de acuerdo a las especies…para mí, me quedo con el concepto de pescador artesanal nomas [Dirigente artesanal, entrevista realizada en julio de 2013].

El sub­sec­tor arte­sa­nal se carac­te­ri­za por su gran hete­ro­ge­nei­dad, don­de la espe­cia­li­za­ción en deter­mi­na­das espe­cies hidro­bio­ló­gi­cas con­fi­gu­ra las carac­te­rís­ti­cas de un sub­sec­tor pro­duc­ti­vo. En el área de estu­dio, las pes­que­rías pelá­gi­cas han dado for­ma al sub­sec­tor pelá­gi­co, deno­mi­na­do tam­bién como “flo­ta cer­que­ra o bolin­che­ros” espe­cia­li­za­dos en recur­sos como reine­ta (Bra­ma aus­tra­lis), sar­di­na (Sar­di­na pil­char­dus), ancho­ve­ta (Engrau­lis rin­gens) y peje­rrey (Basi­lichthys aus­tra­lis). Las pes­que­rías demer­sa­les han dado for­ma al “sub­sec­tor mer­lu­ce­ro aus­tral” espe­cia­li­za­dos en recur­sos como el con­grio dora­do (Geny­pte­rus bla­co­des), la man­ta raya (Man­ta biros­tris) y la mer­lu­za en sus tres varie­da­des prin­ci­pa­les (mer­luc­cius aus­tra­lis, Mer­luc­cius gayi gayi y Macru­ro­nus mage­lla­ni­cus). Mien­tras que las pes­que­rías ben­tó­ni­cas agru­pan a diver­sos sub­sec­to­res espe­cia­li­za­dos en recur­sos como hui­ro (Macrocys­tis pyriphe­ra), chi­co­rea de mar (Chon­dra­canthus cha­mis­so), luga roja (Gigar­ti­na skot­ts­ber­gii), luga negra (Sar­cotha­lia cris­pa­ta) y peli­llo (Gra­ci­la­ria chi­len­sis) para los algue­ros, y loco (Con­cho­le­pas con­cho­le­pas), eri­zo (Loxe­chi­nus albus), alme­ja (Venus anti­qua), chol­ga (Aula­com­ya atra), hue­po (Ensis macha) y nava­jue­la (Tage­lus dom­beií) para los buzos o mariscadores.

La orga­ni­za­ción labo­ral de los pes­ca­do­res arte­sa­na­les es hete­ro­gé­nea y diná­mi­ca, depen­dien­do de diver­sos fac­to­res como la espe­cia­li­za­ción pes­que­ra que des­cri­bi­mos en el párra­fo ante­rior, las artes de pes­ca que se uti­li­zan y la esta­cio­na­li­dad de los recur­sos hidro­bio­ló­gi­cos, entre otros. En este con­tex­to, sur­ge una prác­ti­ca socio­eco­nó­mi­ca cla­ve entre los pes­ca­do­res, la cual deno­mi­nan “socie­dad a la par­te”, des­cri­ta como “una for­ma de repar­to de cos­tos y uti­li­da­des” en par­tes igua­les de acuer­do al núme­ro de tri­pu­lan­tes más uno, corres­pon­dien­te a la “embar­ca­ción y sus mate­ria­les de tra­ba­jo”. Dado que en la diná­mi­ca pro­duc­ti­va de la pes­ca arte­sa­nal los acuer­dos son fun­da­men­tal­men­te por fae­na, no exis­te un con­cep­to de sala­rio, sino que “la ganan­cia del pes­ca­dor es a la par­te”. Cabe pre­ci­sar, que este sis­te­ma de dis­tri­bu­ción fue regis­tra­do sólo en el sub­sec­tor mer­lu­ce­ro mien­tras que el sub­sec­tor ben­tó­ni­co ope­ra bajo una moda­li­dad de “por­cen­ta­jes de acuer­do al nivel de ries­go en la faena”.

Otra prác­ti­ca socio­eco­nó­mi­ca de la diná­mi­ca pro­duc­ti­va es repre­sen­ta­da a tra­vés del con­cep­to de “pes­ca negra” el cual obe­de­ce a una deno­mi­na­ción pro­pia entre los pes­ca­do­res arte­sa­na­les y se pue­de des­cri­bir como la extrac­ción de recur­sos hidro­bio­ló­gi­cos inde­pen­dien­te de la situa­ción legal de éstos. Gene­ral­men­te esta extrac­ción se aso­cia a redes infor­ma­les de comer­cia­li­za­ción, de este modo la “pes­ca negra” ope­ra tam­bién como un mer­ca­do de tran­sac­ción de recur­sos hidro­bio­ló­gi­cos. Cabe seña­lar, que las fuen­tes secun­da­rias con­sul­ta­das hablan de Pes­ca Infor­mal, Pes­ca no Decla­ra­da y/o Pes­ca Ile­gal, si bien la “pes­ca negra” posee ele­men­tos de cada uno de estos con­cep­tos, su defi­ni­ción es cier­ta­men­te com­ple­ja pues­to que impli­ca una serie de varia­bles socia­les, rela­cio­na­das con eco­no­mías de sub­sis­ten­cia en los gru­pos más vul­ne­ra­bles del sub­sec­tor pes­que­ro arte­sa­nal, tal como se refle­ja en el siguien­te testimonio;

Aquí nosotros tenemos embarcaciones trabajando con registro pesquero y otras que están dedicados a la pesca negra y así nomás es…si nuestra gente tiene que trabajar, no pueden dejar de pescar, sino que van a hacer entonces ¿de qué viven esas familias? [Pescador artesanal, entrevista realizada en julio 2013].

En cuan­to a la diná­mi­ca de comer­cia­li­za­ción, se esta­ble­ció que el mer­ca­do de los pro­duc­tos hidro­bio­ló­gi­cos ope­ra fun­da­men­tal­men­te a nivel pri­ma­rio, don­de el pes­ca­dor gene­ra la extrac­ción de un recur­so, el cual ven­de “pues­to en pla­ya” a un “inter­me­dia­rio” por lo cual sus ope­ra­cio­nes se carac­te­ri­zan como de pri­me­ra ven­ta.[8] Para muchos pes­ca­do­res esto cons­ti­tu­ye el “esla­bón más débil” en su diná­mi­ca comer­cial, lo cual se refuer­za en ideas como “pes­car menos, pero ven­der mejor”.

En for­ma simul­tá­nea el “inter­me­dia­rio” adop­ta tam­bién el rol de pro­vee­dor o “finan­cis­ta” del pes­ca­dor arte­sa­nal. Si bien este víncu­lo ‑carac­te­ri­za­do como “infor­mal y de tra­to direc­to”- ha exis­ti­do des­de el comien­zo de la explo­ta­ción inten­si­va de los recur­sos demer­sa­les en el sur de Chi­le [Saa­ve­dra 2012], pre­sen­ta diver­sos mati­ces de acuer­do a los con­tex­tos socio-terri­to­ria­les don­de se pre­sen­te. En la prác­ti­ca este pro­vee­dor cos­tea la sali­da de pes­ca, faci­li­tan­do el com­bus­ti­ble para la embar­ca­ción y la car­na­da para los espi­ne­les. Tam­bién rea­li­za pagos eco­nó­mi­cos por ade­lan­ta­do al pes­ca­dor “para un apu­ro eco­nó­mi­co” o “para dejar en la casa cuan­do se anda afue­ra”, entre otras pres­ta­cio­nes, que se garan­ti­zan con el com­pro­mi­so de entre­ga de la pes­ca cap­tu­ra­da por el pes­ca­dor, dan­do for­ma a una prác­ti­ca socio­eco­nó­mi­ca que se cono­ce como “pes­ca cau­ti­va”, que pode­mos des­cri­bir como aquel pro­duc­to que está com­pro­me­ti­do al pro­vee­dor antes que el pes­ca­dor la obten­ga, tal como se com­pren­de en el siguien­te relato;

El proveedor a uno le financia la salida, y le pasa plata si uno quiere, entonces como me pasó esa plata, yo ya estoy amarrado, y voy a tener que entregarle mi pesca hasta que le pague, y póngale usté que yo haga 2 o 3 salidas y me vaya mal, entonces sigo encalillándome en cada salida, y si yo le debía 10 cuando recién empiece a pagarle ya le voy a deber 20 [Pescador artesanal, entrevista realizada en agosto de 2013].

Este inter­me­dia­rio actúa tam­bién como pro­vee­dor de las plan­tas pro­ce­sa­do­ras, en este rol se encar­ga de com­prar en “las cale­tas” y movi­li­zar hacia las plan­tas que ela­bo­ran y expor­tan pro­duc­tos hidro­bio­ló­gi­cos. Para cum­plir este rol de “abas­te­ce­dor” el inter­me­dia­rio va con­so­li­dan­do peque­ños núcleos de pes­ca­do­res que tra­ba­jan con él en dis­tin­tas cale­tas de una zona pes­que­ra deter­mi­na­da. Cabe seña­lar que estos “acuer­dos de pala­bra” son muy poco expli­ci­ta­dos y por lo gene­ral, los pes­ca­do­res optan por invi­si­bi­li­zar cual­quier rela­ción de depen­den­cia hacia un inter­me­dia­rio.[9]

No obs­tan­te y si bien, la depen­den­cia al inter­me­dia­rio es común­men­te expues­ta como una debi­li­dad de su cade­na comer­cial, para los pes­ca­do­res del medio rural o de cale­tas con mayor ais­la­mien­to geo­grá­fi­co, es algo natu­ra­li­za­do en sus prác­ti­cas pro­duc­ti­vas, pues­to que “el com­pra­dor gran­de no vie­ne a la cale­ta a com­prar” y el pes­ca­dor por su par­te, “no sale más allá de la pla­ya a ven­der”. Mien­tras que en otros sub­sec­to­res como el de las pes­que­rías ben­tó­ni­cas, se obser­vó que la inter­me­dia­ción comer­cial es asu­mi­da por las pro­pias orga­ni­za­cio­nes de los pes­ca­do­res, des­pla­zan­do pau­la­ti­na­men­te la figu­ra del inter­me­dia­rio comer­cial que se des­cri­bió anteriormente.

Pescadores Artesanales y Usos del Borde Costero
Aquí la pesca ha sido de toda una vida, muchas generaciones fueron pescadores y recolectores de orilla que se llama. Porque esos eran los únicos trabajos que habían aquí hace 40 o 50 años atrás, ese era el único sustento para la gente de este sector [Pescador artesanal, entrevista realizada en junio de 2013].

El bor­de cos­te­ro del área de estu­dio se carac­te­ri­za por su gran diver­si­dad de recur­sos hidro­bio­ló­gi­cos, los que han sido uti­li­za­dos por comu­ni­da­des pes­que­ras asen­ta­das en este terri­to­rio des­de tiem­pos pre­his­pá­ni­cos, en una ocu­pa­ción con­ti­nua que se man­tie­ne has­ta nues­tros días [Durán 2009]. En este con­tex­to, se cons­tru­ye una rela­ción con el espa­cio cos­te­ro-marí­ti­mo basa­da en la sub­sis­ten­cia y el com­ple­men­to a las acti­vi­da­des pro­duc­ti­vas, expre­sán­do­se por ejem­plo en el cono­ci­mien­to de los luga­res don­de hay mayor abun­dan­cia de recur­sos deno­mi­na­dos “ban­cos natu­ra­les” y/o “cala­de­ros de pes­ca”. Los que cons­ti­tu­yen las áreas de extrac­ción uti­li­za­das por los pes­ca­do­res arte­sa­na­les, reco­no­ci­das por sus con­di­cio­nes favo­ra­bles para la exis­ten­cia de recur­sos de tipo pelá­gi­co, demer­sal y/o ben­tó­ni­co, y por ende, son los luga­res don­de los pes­ca­do­res ejer­cen su “esfuer­zo pes­que­ro” y/o acti­vi­dad pro­duc­ti­va.[10]

Tra­di­cio­nal­men­te los pes­ca­do­res de Puer­to Montt han pes­ca­do en la bahía y sec­to­res cer­ca­nos al seno del Relon­ca­ví y el canal Ten­glo. Lue­go con mejo­res embar­ca­cio­nes y tec­no­lo­gías de nave­ga­ción, se des­pla­za­ron tam­bién hacia “cala­de­ros de pes­ca” más ale­ja­dos, como el gol­fo de Ancud, gol­fo de Cor­co­va­do, archi­pié­la­go de las Guai­te­cas y Gua­fo. Otros sec­to­res iden­ti­fi­ca­dos como “cala­de­ros” en el área de estu­dio fue­ron; cale­ta Alfa­ro, Chol­gue, La Vega y Cola­co en las cos­tas de la comu­na de Cal­bu­co. Ralún, Rolli­zo en el estua­rio del Relon­ca­ví. Con­tao, Que­tén, Role­cha, Pichi­co­lo, Aya­ca­ra en la comu­na de Hua­laihué y alre­de­do­res (ver figu­ra 2).

En con­se­cuen­cia para los pes­ca­do­res arte­sa­na­les del área de estu­dio, las acti­vi­da­des de pes­ca, reco­lec­ción y/o buceo son asu­mi­das como pro­pias e inhe­ren­tes a su con­di­ción de “gen­te cos­ti­na” dan­do cuen­ta de una rela­ción de acce­so abier­ta y direc­ta al bor­de cos­te­ro. En este con­tex­to, uno de los ras­gos adap­ta­ti­vos que da cuen­ta de esta rela­ción, es la con­for­ma­ción de las deno­mi­na­das “Cale­tas Pes­que­ras”.[11]

La Cale­ta es un espa­cio físi­co y socio­eco­nó­mi­co cla­ve para el fun­cio­na­mien­to y repro­duc­ción de la acti­vi­dad pes­que­ra arte­sa­nal. Por lo gene­ral, los pes­ca­do­res hablan de un sen­ti­do de “comu­ni­dad” al refe­rir­se a las rela­cio­nes socia­les en las cale­tas, en este sen­ti­do, se logró esta­ble­cer tres con­cep­tua­li­za­cio­nes para refe­rir­se a ellas; pri­me­ro como una orga­ni­za­ción socio-pro­duc­ti­va, lue­go como una “gran fami­lia” (espe­cial­men­te en momen­tos adver­sos como “cuan­do hay tra­ge­dias en el mar” y en las fes­ti­vi­da­des reli­gio­sas como la “fies­ta a San Pedro”) y final­men­te, como una infra­es­truc­tu­ra espa­cial de tra­ba­jo.[12]

En la comu­na de Puer­to Montt se reco­no­cen ofi­cial­men­te 16 cale­tas, estas son; bahía Huel­mo, Ilque, el Este­ro, Sur­gi­de­ro, Puquel­dón, Chin­quihue, Anahuac, Angel­mó, pun­ti­lla Ten­glo, Pichi­pe­llu­co, Coihuín, pie­dra Azul, Qui­llai­pe, Chai­ca, Len­ca y la Are­na [Gore Los Lagos 2002]. A las que se agre­gan, pani­tao Bajo, pun­ta Pellu­co, Pichi­qui­llai­pe, Metri y cale­ta Gutié­rrez, las que si bien no están regu­la­ri­za­das por la auto­ri­dad, sí regis­tran uso per­ma­nen­te y/o esta­cio­nal (ver figu­ra 2).

Por otro lado, el incre­men­to demo­grá­fi­co de Puer­to Montt se ha mani­fes­ta­do terri­to­rial­men­te de mane­ra bas­tan­te des­igual, gene­ran­do impac­tos sig­ni­fi­ca­ti­vos en el modo de vida de la pobla­ción cos­te­ra. Para los pes­ca­do­res arte­sa­na­les los prin­ci­pa­les con­flic­tos tie­nen que ver por un lado, con la con­ta­mi­na­ción de las aguas inte­rio­res, así como, con la fal­ta de orde­na­mien­to terri­to­rial en la inte­gra­ción de la zona urba­na al bor­de cos­te­ro. Sub­ra­yan­do que estos impac­tos son más evi­den­tes en las cale­tas urba­nas y peri-urba­nas como Pani­tao, Anahuac, Chin­quihue, pun­ti­lla Ten­glo, Pichi­pe­llu­co y Coihuín.

En este sen­ti­do, se visua­li­zan dos ten­den­cias pre­do­mi­nan­tes en la diná­mi­ca de ocu­pa­ción del bor­de cos­te­ro comu­nal, por un lado, la expan­sión urba­na hacia el sec­tor ponien­te de la ciu­dad, des­de la cale­ta Pichi­pe­llu­co a Pani­tao, aso­cia­da a los rubros indus­trial-por­tua­rio, comer­cial, depor­ti­vo y resi­den­cial, sobre un terri­to­rio de alta den­si­dad de acti­vi­da­des eco­nó­mi­co-pro­duc­ti­vas, don­de ade­más se ubi­ca una zona de inte­rés turís­ti­co [ZOIT Angelmó–Isla Tenglo].

En con­tra­par­te, la expan­sión hacia el sec­tor sur­es­te del bor­de cos­te­ro, don­de exis­te un uso indus­trial-por­tua­rio muy res­trin­gi­do, pre­do­mi­nan­do las acti­vi­da­des aso­cia­das a los rubros turís­ti­co, resi­den­cial y recrea­cio­nal. En efec­to, el atrac­ti­vo del pri­mer tra­mo de la carre­te­ra aus­tral ha deter­mi­na­do un alto valor del sue­lo, posi­cio­nan­do a estos sec­to­res como barrios resi­den­cia­les para los estra­tos socio-eco­nó­mi­cos de mayo­res ingre­sos. Des­de la cale­ta Pichi­pe­llu­co has­ta cale­ta la Are­na, exis­ten ade­más una serie de sitios arqueo­ló­gi­cos de inte­rés patri­mo­nial como el monu­men­to natu­ral “toco­nes de Pelluhuin” y el “con­chal de Pie­dra Azul”, que dan cuen­ta del uso ances­tral del terri­to­rio y que actual­men­te se han inte­gra­do a una red de turis­mo rural.

Figura 2: Caletas pesqueras y “caladeros de pesca” artesanal en el borde costero comunal

Fuen­te: Ela­bo­ra­ción propia


Régi­men de pro­pie­dad y acce­so a los recur­sos del bor­de costero

Cuando salió la ley del 91’ fue con el fin de ordenar a los pescadores, decían que había mucho esfuerzo pesquero, pero ahora…no es eso, ahora se está decidiendo la propiedad, esta ley va a decir quién es el dueño y quien puede operar en la pesca [pescador artesanal].[13]

 Has­ta el año 1991 y en un con­tex­to de libre acce­so como era en Chi­le, cual­quier empre­sa o per­so­na podía acce­der a cap­tu­rar un recur­so hidro­bio­ló­gi­co, bajo un mar­co nor­ma­ti­vo don­de el que pri­me­ro los extraía se con­ver­tía en su pro­pie­ta­rio.[14] En cuan­to a la pro­pie­dad se pasó de un régi­men que los con­si­de­ra­ba como pro­pie­dad común, a uno de pro­pie­dad pri­va­da, asig­na­dos median­te un sis­te­ma de cuo­ta.[15]

De este modo, la LGPA ins­tau­ra una regu­la­ción al libre acce­so que carac­te­ri­za­ba al sub­sec­tor pes­que­ro arte­sa­nal, decre­tan­do un régi­men exclu­si­vo en las pri­me­ras 5 millas del bor­de cos­te­ro. Esto se hizo efec­ti­vo a tra­vés de diver­sas figu­ras jurí­di­cas de admi­nis­tra­ción, apli­ca­das en fun­ción del esta­do de explo­ta­ción en que se encuen­tran los recur­sos, entre las que des­ta­can; Areas de Mane­jo y Explo­ta­ción de Recur­sos Ben­tó­ni­cos (en ade­lan­te AMERB), Con­ce­sio­nes de Acui­cul­tu­ra y Régi­men Arte­sa­nal de Extrac­ción. Se abor­da­rán en esta sec­ción, las que ha cri­te­rio de los pes­ca­do­res del área de estu­dio, tuvie­ron un impac­to mayor en sus diná­mi­cas de uso del bor­de costero.

En el área de estu­dio, la mayo­ría de los sin­di­ca­tos y orga­ni­za­cio­nes de pes­ca­do­res cuen­tan con Areas de Mane­jo decre­ta­das y otros en pro­ce­so de soli­ci­tud. Se cons­ta­tó que las orga­ni­za­cio­nes del ámbi­to rural han sido más recep­ti­vas a incor­po­rar­se a este régi­men, lo cual se com­pren­de a par­tir de la diver­si­dad pro­duc­ti­va que exhi­ben estos pes­ca­do­res, ejer­cien­do su “esfuer­zo pes­que­ro” en las diver­sas cate­go­rías del RPA, es decir pes­can, bucean y/o reco­lec­tan de mane­ra alter­na­da. Mien­tras que en el ámbi­to urbano pre­do­mi­na la espe­cia­li­za­ción en recur­sos demer­sa­les y par­ti­cu­lar­men­te “mer­lu­ce­ra”.

Asi­mis­mo se pudo veri­fi­car que exis­te una eva­lua­ción rela­ti­va­men­te posi­ti­va del régi­men de AMERB en fun­ción prin­ci­pal­men­te de sus resul­ta­dos eco­nó­mi­cos, enten­di­dos como ingre­sos com­ple­men­ta­rios para los pes­ca­do­res, lo cual ha sido inclu­so un incen­ti­vo para que muchas orga­ni­za­cio­nes que no son espe­cia­li­za­das en recur­sos ben­tó­ni­cos se incor­po­ren a este régi­men. Mien­tras que sus detrac­to­res alu­den prin­ci­pal­men­te al ámbi­to bio­ló­gi­co y la natu­ra­le­za jurí­di­ca del régi­men. Cues­tio­nan­do que no se rea­li­za un efec­ti­vo mane­jo eco­sis­té­mi­co en las AMERB, sino que se pro­mue­ve un mane­jo mono-espe­ci­fi­co de las espe­cies. Mien­tras que des­de el pun­to de vis­ta jurí­di­co, se cri­ti­ca que es un régi­men que otor­ga dere­chos exclu­si­vos sólo a las orga­ni­za­cio­nes de pes­ca­do­res legal­men­te cons­ti­tui­das, afec­tan­do a aque­llos pes­ca­do­res que no se encuen­tran ads­cri­tos a algu­na orga­ni­za­ción. De igual for­ma, algu­nos infor­man­tes plan­tea­ron que las orga­ni­za­cio­nes soli­ci­tan AMERB como una for­ma de ase­gu­rar un “dere­cho pro­duc­ti­vo” en el bor­de cos­te­ro. Lo cual pue­de ser ana­li­za­do como un refle­jo del aumen­to de la com­pe­ten­cia por los espa­cios marí­ti­mos entre las pro­pias orga­ni­za­cio­nes de pes­ca­do­res artesanales.

La segun­da figu­ra jurí­di­ca ana­li­za­da corres­pon­de al Régi­men Arte­sa­nal de Extrac­ción o RAE, el cual con­sis­te en el meca­nis­mo de dis­tri­bu­ción de la frac­ción de la cuo­ta glo­bal de cap­tu­ra por año que le corres­pon­dien­te al sub­sec­tor arte­sa­nal, es decir, a tra­vés del RAE la cuo­ta de pes­ca es entre­ga­da de mane­ra indi­vi­dual a los arma­do­res arte­sa­na­les. Para los pes­ca­do­res con­sul­ta­dos, la imple­men­ta­ción de esta figu­ra ha sido des­fa­vo­ra­ble, pues­to que se con­tra­po­ne a su estruc­tu­ra socio-labo­ral tra­di­cio­nal deno­mi­na­da “socie­dad a la par­te”, en la medi­da que legi­ti­ma la con­cen­tra­ción en un mis­mo agen­te (el Arma­dor) de los medios de pro­duc­ción y los recur­sos que se explo­tan, tal como expli­ca un informante;

Con el RAE usted pasa a ser empleado del armador y de la embarcación. Por eso nosotros no compartimos esta situación, porque aquí el pescado queda en manos de los armadores y también tienen que tener derecho los pescadores y las organizaciones [Pescador artesanal, entrevista realizada en septiembre de 2013].

De acuer­do a este estu­dio se pue­de seña­lar que esta opo­si­ción al RAE ha sido par­ti­cu­lar­men­te enér­gi­ca en el sub­sec­tor de las pes­que­rías demer­sa­les, carac­te­ri­za­do tam­bién como “flo­ta menor o flo­ta ama­ri­lla” [embar­ca­cio­nes meno­res a 12 metros], el cual se ha opues­to a esta moda­li­dad indi­vi­dual de dis­tri­bu­ción, ya que según sus argu­men­tos, impo­ne la diná­mi­ca del sub­sec­tor indus­trial al tra­ba­jo de los pes­ca­do­res artesanales.

Otra de las con­se­cuen­cias direc­tas del RAE es que gene­ra una “invi­si­bi­li­dad” hacia el pes­ca­dor que no pue­de optar a cuo­ta, ya sea por­que no es Arma­dor (no posee has­ta dos embar­ca­cio­nes) o por­que no pue­de ingre­sar al Regis­tro Pes­que­ro Arte­sa­nal, situa­ción que afec­ta prin­ci­pal­men­te a los pes­ca­do­res jóve­nes, tal como expli­ca un infor­man­te consultado;

El problema es que tenemos muchos pescadores que por diversas razones no pueden estar en el registro pesquero, porque la mayoría de los recursos están cerrados también, entonces no hay movilidad en este sistema del RAE….y todos esos cabros trabajan informal nomás [Dirigente artesanal, entrevista realizada en julio de 2013].

Cabe des­ta­car que los prin­ci­pios que ins­pi­ran ambos sis­te­mas difie­ren entre sí, mien­tras que en uno, la pro­pie­dad es colec­ti­va y exclu­si­va de la orga­ni­za­ción (AMERB), en el otro (RAE), la pro­pie­dad es pri­va­da del armador.

Discusión
El borde costero como espacio tensionado: actores, usos y transformaciones socio-espaciales
Yo creo que hoy en día cada espacio en el borde costero es un tesoro. Hoy día tenemos que cuidar cada metro que tengamos [Pescador artesanal, entrevista realizada en septiembre de 2013].

El con­cep­to de Bor­de Cos­te­ro fue crea­do por la Polí­ti­ca Nacio­nal de Uso del Bor­de Cos­te­ro del año 1994. La sin­gu­la­ri­dad de este espa­cio está dada por cons­ti­tuir aque­lla zona de inter­fa­ce entre el eco­sis­te­ma marino y el terres­tre, el cual pre­sen­ta una sin­gu­lar diná­mi­ca hidro­bio­ló­gi­ca y diver­sas opor­tu­ni­da­des para el desa­rro­llo pro­duc­ti­vo de la socie­dad [CNUBC 2010]. Téc­ni­ca­men­te corres­pon­de a la fran­ja lon­gi­tu­di­nal entre la línea de más alta marea y las pri­me­ras 12 millas náu­ti­cas mar adentro.

Median­te un pro­ce­so de re-estruc­tu­ra­ción el Esta­do –como prin­ci­pal agen­te regu­la­dor- ins­ta­la una nue­va for­ma de uso de este espa­cio, regu­lan­do el régi­men de libre acce­so, logran­do de esta for­ma, con­tro­lar el espa­cio marí­ti­mo y la explo­ta­ción de recur­sos que rea­li­za­ban los agen­tes pes­que­ros arte­sa­na­les [Ske­wes et al 2012; Saa­ve­dra 2012]. En este mar­co, la rela­ción de usos tra­di­cio­na­les del bor­de cos­te­ro que se ha evi­den­cia­do en los resul­ta­dos de este estu­dio, se ve alte­ra­da por dos diná­mi­cas fun­da­men­ta­les, por un lado, la pér­di­da de movi­li­dad espa­cial aso­cia­da al pro­ce­so de “regio­na­li­za­ción” de la pes­ca arte­sa­nal. Y por otro, los nue­vos usos que irrum­pen en el espa­cio, con­cre­ta­men­te la indus­tria acuí­co­la-sal­mo­ne­ra y la expan­sión urba­na, en el caso de nues­tra área de estudio.

Par­ti­cu­lar­men­te y en el con­tex­to del uso indus­trial e inten­si­vo del bor­de cos­te­ro, la acui­cul­tu­ra y sal­mo­ni­cul­tu­ra se han cons­ti­tui­do en una de las trans­for­ma­cio­nes pro­duc­ti­vas regio­na­les más nota­bles de las últi­mas déca­das. A media­dos de la déca­da de 1990 el cul­ti­vo de sal­mo­nes era una acti­vi­dad de tal mag­ni­tud que prác­ti­ca­men­te la tota­li­dad del bor­de cos­te­ro inte­rior de la isla de Chi­loé, el estua­rio de Relon­ca­ví y gran par­te del entorno de la ciu­dad de Puer­to Montt, esta­ban satu­ra­dos de cen­tros de cul­ti­vo [Saa­ve­dra, 2012].

En con­se­cuen­cia, este desa­rro­llo inten­si­vo ha teni­do efec­tos impor­tan­tes en el terri­to­rio los cua­les se mani­fies­tan prin­ci­pal­men­te en la ven­ta de fuer­za de tra­ba­jo a las sal­mo­ne­ras, espe­cial­men­te mano de obra feme­ni­na y juve­nil, migra­ción intra­rre­gio­nal a ciu­da­des inter­me­dias [conur­ba­ción Puer­to Montt — Puer­to Varas y ciu­dad saté­li­te de Aler­ce], expan­sión urba­na no pla­ni­fi­ca­da sobre el bor­de cos­te­ro, movi­li­dad ocu­pa­cio­nal des­de el sec­tor arte­sa­nal, espe­cial­men­te en el sub­sec­tor de los Buzos, entre otros.[16]

Por otro lado, el pro­ce­so de regio­na­li­za­ción de la pes­ca arte­sa­nal, el régi­men de AMERB, y las con­ce­sio­nes de acui­cul­tu­ra, han con­tri­bui­do a gene­rar nue­vos patro­nes de uso del espa­cio cos­te­ro-marí­ti­mo entre los pes­ca­do­res arte­sa­na­les. Así por ejem­plo, la obli­ga­to­rie­dad de habi­li­tar­se en el RPA en fun­ción de su lugar de resi­den­cia, redu­ce sus posi­bi­li­da­des de movi­li­dad espa­cial en el bor­de cos­te­ro, en para­le­lo, se gene­ró un fuer­te arrai­go entre los pes­ca­do­res a éste espa­cio terri­to­rial, ten­den­cia que se con­so­li­dó con la intro­duc­ción del régi­men de con­ce­sio­nes (marí­ti­mas y de acui­cul­tu­ra) que en tér­mi­nos prác­ti­cos, vin­cu­la­ron el dere­cho de extrac­ción de un recur­so hidro­bio­ló­gi­co, con un área geo­grá­fi­ca deter­mi­na­da y exclu­si­va.[17]

En la pers­pec­ti­va de este estu­dio, este fenó­meno de arrai­go terri­to­rial ope­ra en dos nive­les, por un lado, fue pau­la­ti­na­men­te for­ma­li­zan­do muchos asen­ta­mien­tos espon­tá­neos de pes­ca­do­res arte­sa­na­les en el bor­de cos­te­ro, y por otro, fue acu­ñan­do la idea que para adqui­rir dere­chos de uso del bor­de cos­te­ro, había que renun­ciar a la movi­li­dad espa­cial y al régi­men de libre acce­so, enten­di­das como prác­ti­cas con­sue­tu­di­na­rias de apro­pia­ción y dis­tri­bu­ción del terri­to­rio cos­te­ro. [Ske­wes et al 2012].

Conclusiones

El sub­sec­tor pes­que­ro arte­sa­nal es un sec­tor social y pro­duc­ti­vo que ha expe­ri­men­ta­do cons­tan­tes modi­fi­ca­cio­nes, en el cual se cons­ta­tó la intro­duc­ción de diver­sas figu­ras regu­la­to­rias para su mane­jo y mejo­ra­mien­to, las que se orien­tan prin­ci­pal­men­te des­de el pun­to de vis­ta legis­la­ti­vo y de desa­rro­llo pro­duc­ti­vo. Tran­si­tan­do des­de un para­dig­ma de admi­nis­tra­ción que per­ci­bía los recur­sos hidro­bio­ló­gi­cos como bie­nes inago­ta­bles a uno actual, que los admi­nis­tra como bie­nes fini­tos, exclu­si­vos y bio­ló­gi­ca­men­te sobre-explotados.

En el perio­do ana­li­za­do en este tra­ba­jo [Ley Gene­ral de Pes­ca y Acui­cul­tu­ra del año 1991 has­ta la Nue­va Ley de Pes­ca del año 2013], se obser­van medi­das con­cre­tas para con­fe­rir un mar­co regu­la­to­rio al sec­tor pes­que­ro extrac­ti­vo en gene­ral y al sub­sec­tor arte­sa­nal en par­ti­cu­lar. Entre éstas, las de mayor reper­cu­sión sobre los pes­ca­do­res arte­sa­na­les del área de estu­dio, tie­nen que ver con los regí­me­nes de acce­so al espa­cio cos­te­ro-marí­ti­mo, el sis­te­ma de cuo­tas y el mar­co ins­ti­tu­cio­nal pes­que­ro. Si bien se com­pren­de que el mar­co nor­ma­ti­vo vino a regu­lar un ámbi­to que se pre­sen­ta­ba cada vez más con­flic­ti­vo, resul­ta per­sis­ten­te la inca­pa­ci­dad que ha mos­tra­do para abor­dar las pro­ble­má­ti­cas inter­nas del sub­sec­tor arte­sa­nal, rela­cio­na­das prin­ci­pal­men­te con la hete­ro­ge­nei­dad de la com­po­si­ción inter­na de la flo­ta pes­que­ro arte­sa­nal y la infor­ma­li­dad en los pro­ce­sos productivos.

En el aná­li­sis de la diná­mi­ca terri­to­rial del bor­de cos­te­ro, se obser­vó que los usos con­sue­tu­di­na­rios comen­za­ron a reorien­tar­se ins­ti­tu­cio­nal­men­te bajo una estruc­tu­ra de moder­ni­za­ción pro­duc­ti­va, ins­ta­lán­do­se una nue­va for­ma de orga­ni­za­ción del bor­de cos­te­ro, que vino a regu­lar el régi­men de libre acce­so que carac­te­ri­za­ba al sub­sec­tor arte­sa­nal. Esta admi­nis­tra­ción ha gene­ra­do una nue­va con­fi­gu­ra­ción en el uso del mar. Ade­más de ace­le­rar un cam­bio en la con­fi­gu­ra­ción cul­tu­ral de los pes­ca­do­res arte­sa­na­les, modi­fi­can­do su patrón caza­dor-reco­lec­tor por el de cul­ti­va­dor-cose­cha­dor, diná­mi­ca espe­cial­men­te evi­den­te bajo el sis­te­ma de Areas de Mane­jo y Con­ce­sio­nes de Acui­cul­tu­ra [SUBPESCA 2013]. En este sen­ti­do, se con­clu­ye que el sub­sec­tor pes­que­ro arte­sa­nal vie­ne tran­si­tan­do des­de prác­ti­cas tra­di­cio­na­les, hacia usos pro­duc­ti­vos de mayor inten­si­dad, espe­cial­men­te del tipo extrac­ti­vo, ben­tó­ni­co y acuí­co­la, lo cual se evi­den­cia en las cifras de des­em­bar­que y en las soli­ci­tu­des de AMERB y Con­ce­sio­nes que se pre­sen­tan en el área de estudio.

Por otro lado, las diná­mi­cas terri­to­ria­les que se carac­te­ri­za­ron en este tra­ba­jo, ocu­rren sobre un terri­to­rio que es en esen­cia diná­mi­co y mul­ti­fun­cio­nal, que fue ana­li­za­do como un sis­te­ma terri­to­rial que repre­sen­ta tam­bién un esti­lo de desa­rro­llo y de cre­ci­mien­to de una socie­dad regio­nal. En este sen­ti­do, se con­clu­ye que los impac­tos sobre el bor­de cos­te­ro comu­nal, tie­nen rela­ción con una cre­cien­te ten­sión, don­de diver­sos acto­res entran en la dispu­ta de deter­mi­na­dos espa­cios y recur­sos, con­fi­gu­rán­do­se una diná­mi­ca terri­to­rial con­flic­ti­va y compleja.

En con­se­cuen­cia, la cre­cien­te den­si­fi­ca­ción de acti­vi­da­des antró­pi­cas sobre el bor­de cos­te­ro, lo han posi­cio­na­do como un terri­to­rio sin­gu­lar­men­te diná­mi­co, reco­no­cien­do­se en él diver­sas fun­cio­nes de tipo ambien­tal, eco­nó­mi­cas y socia­les. En este con­tex­to, la pro­ble­má­ti­ca de su orde­na­mien­to es hoy en dia un tema de dis­cu­sión per­ma­nen­te a nivel nacio­nal, regio­nal y local, don­de diver­sos orga­nis­mos y acto­res socia­les han toma­do par­te en este emer­gen­te deba­te. En este con­tex­to pare­ce per­ti­nen­te a la luz de los resul­ta­dos de este estu­dio, insis­tir en la nece­si­dad de dar a cono­cer una visión terri­to­rial de la pes­ca arte­sa­nal, iden­ti­fi­can­do los usos par­ti­cu­la­res del espa­cio cos­te­ro para abor­dar por ejem­plo, los pro­ce­sos de micro-zoni­fi­ca­ción a esca­la comunal.

Citas

* Antro­pó­lo­go. Uni­ver­si­dad Cató­li­ca de Temu­co, Chi­le. r.solis79@gmail.com

** Dr. Antro­po­lo­gía Social. Docen­te Inves­ti­ga­dor Depar­ta­men­to de Antropología/Núcleo de Estu­dios Inter-étni­cos e Inter­cul­tu­ra­les, Uni­ver­si­dad Cató­li­ca de Temu­co, Chi­le. gdiazcrovetto@uct.cl

[1] El cual ha sus­ten­ta­do estu­dios téc­ni­cos enfo­ca­dos prin­ci­pal­men­te en la diná­mi­ca eco­nó­mi­ca y el mejo­ra­mien­to pro­duc­ti­vo del sec­tor arte­sa­nal, los que se orien­tan fun­da­men­tal­men­te des­de una ópti­ca Bio-Económica.

[2] Este enfo­que ha sus­ten­ta­do estu­dios pre­fe­ren­te­men­te de carác­ter explo­ra­to­rio sobre las pro­ble­má­ti­cas del sec­tor arte­sa­nal en con­tex­tos terri­to­ria­les espe­cí­fi­cos, los cua­les se orien­tan fun­da­men­tal­men­te des­de una ópti­ca Socio-Ambien­tal [Ver Bus­tos y Uri­be 2009, Ther y Val­de­rra­ma 2012].

[3] Enten­dien­do que la ocu­pa­ción antró­pi­ca del terri­to­rio se ha mani­fes­ta­do en todos los tiem­pos y luga­res como un pro­ce­so diná­mi­co, se ana­li­za como una cons­truc­ción social com­ple­ja, resul­tan­te de rela­cio­nes que se expre­san en diver­sas for­mas de uso, apro­pia­ción y dis­tri­bu­ción. [Ver Lin­dón 2007, De La Cruz y Argüe­llo, Ther-Ríos 2008].

[4] Cabe seña­lar que la emplea­bi­li­dad direc­ta del sec­tor pes­que­ro nacio­nal se esti­ma en torno a los 135.000 pues­tos de tra­ba­jo, a los que se agre­ga una gran can­ti­dad de empleos indi­rec­tos e infor­ma­les en los diver­sos enca­de­na­mien­tos pro­duc­ti­vos y la matriz de ser­vi­cios aso­cia­dos al rubro pes­que­ro. En este sen­ti­do, las esti­ma­cio­nes en torno a la can­ti­dad glo­bal de per­so­nas vin­cu­la­das ‑direc­ta e indi­rec­ta­men­te- al sec­tor ha veni­do aumen­tan­do des­de 400 mil en el año 1997, lle­gan­do a 600 mil para el 2006 y con­clu­yen­do en 1.350.000 per­so­nas en el año 2009 [Ver IFOP 2006, OCDE 2009, CENDEC 2010].

[5] En la pers­pec­ti­va de este estu­dio, se pro­pu­so cir­cuns­cri­bir la inves­ti­ga­ción al perío­do com­pren­di­do entre los años 1991 y 2013, por­que se esti­ma que aquí se gene­ran las modi­fi­ca­cio­nes que con­di­cio­na­ron el esce­na­rio actual del sub­sec­tor pes­que­ro arte­sa­nal, tan­to en los ámbi­tos pro­duc­ti­vo, orga­ni­za­cio­nal, socio­cul­tu­ral y ambien­tal, ins­ta­lán­do­se una serie de diná­mi­cas socio-terri­to­ria­les que com­ple­ji­za­ron la acti­vi­dad, des­de el pun­to de vis­ta nor­ma­ti­vo como socio-ambiental.

[6] El aná­li­sis secun­da­rio rea­li­za­do per­mi­tió esta­ble­cer cua­tro ámbi­tos de acción don­de se sitúan los acto­res cla­ves, deno­mi­na­dos como Acto­res Loca­les (cate­go­ría que inclu­yó a pes­ca­do­res y diri­gen­tes de la pes­ca arte­sa­nal), Acto­res del ámbi­to Ins­ti­tu­cio­nal Publi­co (red ins­ti­tu­cio­nal en torno a la pes­ca arte­sa­nal), Acto­res del ámbi­to Ins­ti­tu­cio­nal Pri­va­do (acto­res direc­ta­men­te vin­cu­la­dos con el sec­tor pes­que­ro arte­sa­nal en tér­mi­nos de pres­ta­ción de ser­vi­cios y coope­ra­ción téc­ni­ca) y Otros Acto­res (cate­go­ría que con­si­de­ró a acto­res del ámbi­to aca­dé­mi­co, Polí­ti­co y ONGs pre­sen­tes en el terri­to­rio comunal).

[7] Corres­pon­dien­tes a acto­res loca­les de las cale­tas de pani­tao bajo, anahúac, pun­ti­lla ten­glo, pichi­pe­llu­co, qui­lla­pe, pie­dra azul y chaica.

[8] Por lo gene­ral los pes­ca­do­res ven­den la tota­li­dad de sus cap­tu­ras a inter­me­dia­rios comer­cia­les espe­cial­men­te sus pro­duc­tos de pri­me­ra cali­dad, asi­mis­mo exis­te tam­bién un com­pra­dor local, “abas­te­ce­dor de mer­ca­dos regio­na­les” con el cual se comer­cia­li­zan los pro­duc­tos de menor talla (“pitu­fa”) y/o con defec­tos (“pica­da o mor­di­da”). Otro sis­te­ma de comer­cia­li­za­ción más ren­ta­ble para el pes­ca­dor es la ven­ta direc­ta o “al deta­lle” como se obser­va por ejem­plo, en la cale­ta Pichi­pe­llu­co, sin embar­go, los volú­me­nes de ven­ta por esta vía son bajos e irregulares.

[9] Tal como plan­tea el estu­dio de Le Hen [2011] esto se rela­cio­na con los atri­bu­tos de tra­ba­jo “inde­pen­dien­te y autó­no­mo” que los pes­ca­do­res le asig­nan a su actividad.

[10] Si bien los “cala­de­ros de pes­ca” no tie­nen reco­no­ci­mien­to legal, la actual Ley N°20.657 incor­po­ra una serie de medi­das para que sean iden­ti­fi­ca­dos por tipo de pes­que­ría, reco­no­cien­do tam­bién los poten­cia­les con­flic­tos de uso con otros acto­res y usua­rios del bor­de costero.

[11] El regis­tro ofi­cial de cale­tas pes­que­ras, está regu­la­do por el DS N°240 de 1998, modi­fi­ca­do por el DS N°337 de 2004 y el DS N°237 de 2009. A nivel nacio­nal se reco­no­cen 455 cale­tas per­ma­nen­tes y 105 fon­dea­de­ros tem­po­ra­les. En la Xa región se reco­no­cen 206 cale­tas per­ma­nen­tes y 14 fon­dea­de­ros tem­po­ra­les, corres­pon­dien­do al 45% del total nacio­nal. [Ver CENDEC 2010, SUBPESCA 2013].

[12] Cabe indi­car que duran­te el tra­ba­jo de cam­po se obser­va­ron dife­ren­cias sig­ni­fi­ca­ti­vas entre las cale­tas rura­les y urba­nas en diver­sos aspec­tos, rela­cio­na­dos tan­to con las for­mas de pro­duc­ción como con los modos de vida de los pes­ca­do­res arte­sa­na­les. Así por ejem­plo en las cale­tas rura­les, los pes­ca­do­res com­bi­nan su acti­vi­dad pro­duc­ti­va con la peque­ña agri­cul­tu­ra, la crian­za de ani­ma­les, el turis­mo rural y la “car­pin­te­ría de ribe­ra”, entre otras acti­vi­da­des pro­duc­ti­vas que evi­den­cian una diná­mi­ca labo­ral mixta.

[13] Cita­do en Bus­tos y Uri­be 2009.

[14] El Acce­so defi­ne quie­nes pue­den rea­li­zar cap­tu­ras y la Pro­pie­dad defi­ne quien se apro­pia de la ren­ta o valor comer­cial de esas cap­tu­ras [Ver Ibá­ñez et al 2002].

[15] En Chi­le la pro­pie­dad de los recur­sos se entre­ga vía cuo­tas indi­vi­dua­les de pes­ca (CIP) las que son trans­fe­ri­das a los Arma­do­res, sean indus­tria­les o arte­sa­na­les a tra­vés de las figu­ras jurí­di­cas de los Lími­te Máxi­mo de Cap­tu­ra por Arma­dor (LMCA) y Régi­men Arte­sa­nal de Extrac­ción (RAE), respectivamente.

[16] [Ver Amt­mann y Blan­co 2001, Jacobs 2009, Rovi­ra 2009, Bus­tos 2012].

[17] Con­si­de­ran­do que estas figu­ras se sus­ten­tan en un uso pri­va­do y exclu­si­vo de la colum­na de agua y el fon­do marino, se esti­ma que con­tri­bu­ye­ron tam­bién a aumen­tar la ten­sión entre orga­ni­za­cio­nes de un mis­mo sec­tor o cer­ca­nas, esti­mu­lan­do un sen­ti­do de com­pe­ti­ti­vi­dad por el espa­cio marí­ti­mo, lo cual se ha evi­den­cia­do por ejem­plo, en los múl­ti­ples hechos de vio­len­cia aso­cia­dos a la apa­ri­ción de los deno­mi­na­dos “pira­tas del loco”.

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Cómo citar ¬

Edgardo Solís Tardón y Gonzalo Díaz Crovetto, «Pescadores artesanales y uso del borde costero: caracterización socio-espacial en la comuna de Puerto Montt. Periodo 1991-2013», Revista de Estudios Marítimos y Sociales [En línea], publicado el [insert_php] echo get_the_time('j \d\e\ F \d\e\ Y');[/insert_php], consultado el [insert_php] setlocale(LC_ALL,"es_ES"); echo strftime("%e de %B del %Y");[/insert_php]. URL: https://estudiosmaritimossociales.org/archivo/rems-12/articulos-solis-diaz/
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