Pescadores artesanales y uso del borde costero: caracterización socio-espacial en la comuna de Puerto Montt. Periodo 1991–2013

Arti­san fish­er­men and use of the coast­line: socio- spa­tial char­ac­ter­i­za­tion in the bor­ough of Puer­to Montt. Peri­od 1991–2013

Edgar­do Solís Tardón*
Gon­za­lo Díaz Crovet­to**

Recibido: 19 de abril de 2017
Acep­ta­do: 18 de diciem­bre de 2017

Resumen

La pesca arte­sanal es una de las activi­dades pro­duc­ti­vas más tradi­cionales del bor­de cos­tero chileno, la cual se había desar­rol­la­do en for­ma rel­a­ti­va­mente autóno­ma y al mar­gen de las reg­u­la­ciones del Esta­do, no obstante, la pro­mul­gación de la Ley Gen­er­al de Pesca y Acui­cul­tura en el año 1991 inau­guró un peri­o­do com­ple­jo en la gestión de las pes­querías arte­sanales, car­ac­ter­i­za­do por un acce­so reg­u­la­do tan­to al espa­cio marí­ti­mo como a la propia activi­dad pes­quera. En este con­tex­to nue­stro obje­ti­vo fue iden­ti­ficar y car­ac­teri­zar las prin­ci­pales dinámi­cas ter­ri­to­ri­ales que han impacta­do al sec­tor pes­quero arte­sanal de la comu­na de Puer­to Montt, enten­di­en­do que esta área de estu­dio, con­sti­tuye un caso rep­re­sen­ta­ti­vo de la prob­lemáti­ca actu­al de la pesca arte­sanal, debido fun­da­men­tal­mente a la cre­ciente inten­si­fi­cación de activi­dades antrópi­cas sobre su bor­de cos­tero.

Pal­abras clave: pescadores arte­sanales — bor­de cos­tero — dinámi­cas ter­ri­to­ri­ales

Abstract

Arti­sanal fish­ing is one of the most tra­di­tion­al pro­duc­tive activ­i­ties of the Chilean coastal edge, which had devel­oped rel­a­tive­ly autonomous­ly and out­side the reg­u­la­tions of the State, how­ev­er, the enact­ment of the Gen­er­al Law on Fish­eries and Aqua­cul­ture in the year 1991 inau­gu­rat­ed a com­plex peri­od in the man­age­ment of arti­sanal fish­eries, char­ac­ter­ized by reg­u­lat­ed access both to the mar­itime space and to the fish­ing activ­i­ty itself. In this con­text, our objec­tive was to iden­ti­fy and char­ac­ter­ize the main ter­ri­to­r­i­al dynam­ics that have impact­ed the arti­sanal fish­ing sec­tor of Puer­to Montt, under­stand­ing that this area of ​​study is a rep­re­sen­ta­tive case of the cur­rent prob­lem of arti­sanal fish­ing, main­ly due to the increas­ing inten­si­fi­ca­tion of anthrop­ic activ­i­ties on the coastal edge.

Key­words: arti­sanal fish­er­men — coastal edge — ter­ri­to­r­i­al dynam­ics

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Introducción

La pesca arte­sanal es una activi­dad donde la acción humana se vin­cu­la inten­sa­mente con los eco­sis­temas mari­nos, en efec­to, la inter­ven­ción sobre éstos, es uno de los atrib­u­tos que define una pes­quería [McGood­win 2002].

En fun­ción de la lit­er­atu­ra revisa­da se logró dis­tin­guir dos enfo­ques en el tratamien­to dado a la pesca arte­sanal en Chile. Por un lado, una ten­den­cia gen­er­al­iza­da a definir­la en fun­ción de su dinámi­ca pro­duc­ti­va-extrac­ti­va,[1] y por otro, una cor­ri­ente –minori­taria pero emer­gente en opinión del autor- que la anal­iza como una activi­dad cuyos sig­nifi­ca­dos super­an la dimen­sión pro­duc­ti­va, incor­po­ran­do ele­men­tos iden­ti­tar­ios que han for­ja­do una cul­tura par­tic­u­lar en los pescadores arte­sanales.[2]

En sin­tonía con esta últi­ma cor­ri­ente, este estu­dio se plantea des­de un enfoque inter­dis­ci­pli­nar entre la Geografía Con­struc­tivista [Claval 2002, Lindón 2007] y la Antropología de las Sociedades Costeras [De la Cruz y Argüel­lo 2006] encon­tran­do en el con­cep­to de ter­ri­to­rio su prin­ci­pal cat­e­goría de análi­sis.[3]

Pesca artesanal en Chile

El mar de Chile alber­ga eco­sis­temas de alta bio­di­ver­si­dad, entre los que desta­can los neríti­cos, inter­mareales y litorales que expli­can la gran var­iedad de recur­sos hidro­bi­ológi­cos pre­sentes en la cos­ta [Cas­tro & Alvara­do 2009]. Aquí, la pesca arte­sanal con­sti­tuye una activi­dad de sub­sis­ten­cia que ha esta­do a la base del surgimien­to de asen­tamien­tos humanos en las zonas costeras, con­fig­urán­dose pau­lati­na­mente el ofi­cio de pescador arte­sanal, enfo­ca­do ini­cial­mente en la auto­sus­tentación ali­men­ti­cia y grad­ual­mente en la com­er­cial­ización de pesca­dos, mariscos y algas. No obstante, y si bien la pesca arte­sanal es una prác­ti­ca socioe­conómi­ca fuerte­mente arraiga­da en el ter­ri­to­rio, este estu­dio con­sid­era que pre­dom­i­na un conocimien­to muy estereoti­pa­do de ella, ya que su defini­ción y mane­jo se sus­ten­tan en aten­ción a su dinámi­ca pro­duc­ti­va y en una visión con­tra­pues­ta a la pesca indus­tri­al.

En este sen­ti­do, no hay con­sen­so respec­to al surgimien­to del con­cep­to de “pescador arte­sanal” sino has­ta el año 1991 cuan­do la Ley Gen­er­al de Pesca y Acui­cul­tura (en ade­lante LGPA) se encar­ga de recono­cer jurídica­mente esta activi­dad tradi­cional y fijar de paso, los lin­eamien­tos para su admin­is­tración.

En con­se­cuen­cia, la pesca arte­sanal se define legal­mente como

la actividad pesquera extractiva realizada por personas naturales que en forma personal, directa y habitual trabajan como pescadores artesanales [LGPA artículo 2]. Por quien se entenderá, aquel que se desempeña como patrón o tripulante de una embarcación artesanal. Si es dueño de hasta dos embarcaciones será armador artesanal; si su actividad principal es la extracción de mariscos, será mariscador y si realiza recolección y segado de algas será alguero  [artículo 2, N°29].

De este modo, la clasi­fi­cación de los pescadores arte­sanales se basa en la activi­dad pro­duc­ti­va que desem­peñan; recono­cién­dose for­mal­mente las cat­e­gorías de armador arte­sanal, pescador arte­sanal, buzo o mariscador y alguero o recolec­tor de oril­la [LGPA]. Así, las activi­dades del pescador arte­sanal, en sus difer­entes man­i­festa­ciones y cat­e­gorías (repro­duci­das como un habi­tus en torno al mar) están, cada una de ellas y de for­ma par­tic­u­lar, someti­das a requer­im­ien­tos especí­fi­cos impuestos por el Esta­do como prin­ci­pal agente reg­u­lador de la activi­dad [Díaz-Crovet­to 2015].

En tér­mi­nos for­males, los pescadores arte­sanales con­sti­tuyen un sub­sec­tor den­tro del sec­tor pes­quero nacional, inte­gra­do tam­bién por el sub­sec­tor acuí­co­la y el sub­sec­tor indus­tri­al.[4] Diri­gen su “esfuer­zo pes­quero” o de cap­tura sobre especies pelág­i­cas, dem­er­sales y/o ben­tóni­cas, evi­den­cian­do una ocu­pa­cional­i­dad múlti­ple, que es deter­mi­na­da tan­to por las car­ac­terís­ti­cas biológ­i­cas de las especies, como por el mar­co nor­ma­ti­vo con­tenido en la actu­al Ley de Pesca N°20.657 del año 2013.[5]

La evolu­ción del Reg­istro Nacional de Pescadores Arte­sanales (en ade­lante RPA) ha sido ver­tig­i­nosa durante las últi­mas décadas, si hacia fines de 1960 el sub­sec­tor no super­a­ba los 10.000 inte­grantes, al año 2013 la cifra llegó a 91.395 per­sonas recono­ci­das en las diver­sas cat­e­gorías del RPA, donde el 78% cor­re­sponde a hom­bres y el 22% a mujeres [SERNAPESCA 2013]. De acuer­do con esta inves­ti­gación este incre­men­to condi­cionó el devenir del sec­tor, por cuan­to el sub­sec­tor arte­sanal comen­zó a oper­ar con una gran infor­mal­i­dad inter­na, lo cual se expli­ca fun­da­men­tal­mente por la ausen­cia de bar­reras de ingre­so a la activi­dad. En el área de estu­dio y a par­tir del año 1985, este fenó­meno fue más evi­dente, con­se­cuen­cia por un lado, de un mod­e­lo económi­co que incen­tivó la exportación y por otro, de la cri­sis económi­ca que vivía el país, así al sub­sec­tor arte­sanal se sumaron sec­tores desem­plea­d­os e inver­sion­istas que vieron una opor­tu­nidad en la activi­dad pes­quera.

En tér­mi­nos de orga­ni­zación social inter­na los pescadores arte­sanales con­sti­tuyen un actor colec­ti­vo alta­mente orga­ni­za­do, con una dinámi­ca orga­ni­za­cional en ple­na diver­si­fi­cación, que se ha insta­l­a­do en los tres nive­les bási­cos de rep­re­sentación; Nacional, Region­al y Local, a través de las fig­uras de las Con­fed­era­ciones, Fed­era­ciones y Sindi­catos, respec­ti­va­mente.

La rep­re­sentación nacional de los pescadores recae en tres orga­ni­za­ciones; la Con­fed­eración Nacional de Pescadores Arte­sanales de Chile CONAPACH, la Con­fed­eración de Fed­era­ciones de Pescadores Arte­sanales de Chile CONFEPACH, y el Con­se­jo de Defen­sa del Pat­ri­mo­nio Pes­quero CONDEPP. En el área de estu­dio, el sub­sec­tor se car­ac­ter­i­za por su alta afil­iación a orga­ni­za­ciones, desta­can­do la par­tic­i­pación en sindi­catos, aso­cia­ciones gremi­ales y/o coop­er­a­ti­vas, en este sen­ti­do, la ten­den­cia es que por cada cale­ta pes­quera exista al menos una o dos orga­ni­za­ciones de base [CEDIPAC 2006]. A su vez, estas orga­ni­za­ciones se encuen­tran afil­i­adas a fed­era­ciones zonales o regionales y éstas, a algu­na de las con­fed­era­ciones nacionales exis­tentes.

Dinámicas territoriales locales

El ter­ri­to­rio de la región de Los Lagos es het­erogé­neo y exten­so, admin­is­tra­ti­va­mente se divide en 4 provin­cias, las que alber­gan 30 comu­nas, 22 de las cuales poseen bor­de cos­tero. El mar inte­ri­or de la Región tiene asig­na­da la zona admin­is­tra­ti­va N°121, espa­cio marí­ti­mo agru­pa­do en cua­tro sub­zonas que son; seno del Relon­caví, gol­fo de Ancud, islas inte­ri­ores de Chiloé y gol­fo de Cor­co­v­a­do, la activi­dad pes­quera arte­sanal se desar­rol­la prin­ci­pal­mente en las tres primeras sub­zonas [IFOP 2006].

La comu­na de Puer­to Montt, cap­i­tal de la región de Los Lagos, se ubi­ca en el pun­to de con­tac­to entre el océano Paci­fi­co y el extremo sur del valle lon­gi­tu­di­nal de Chile, su ubi­cación estratég­i­ca la ha con­sol­i­da­do como una ciu­dad de inter­conex­ión entre el país y la zona aus­tral. Puer­to Montt pre­sen­ta una tasa de crec­imien­to demográ­fi­co de 3,4% en el peri­o­do inter­censal 1992–2002, con una den­si­dad prome­dio de 108 hab/há que refle­ja la fuerte pre­sión urbana por expandirse hacia ter­ri­to­rios cir­cun­dantes, cabe señalar, que este incre­men­to se atribuye fun­da­men­tal­mente al desar­rol­lo de la activi­dad acuí­co­la-salmonera y la matriz de ser­vi­cios que se reg­is­tra en su hin­ter­land [Rovi­ra 2009].

Cier­ta­mente este dinamis­mo ha gen­er­a­do impactos al bor­de cos­tero comu­nal, a par­tir del desar­rol­lo de diver­sas activi­dades de tipo pro­duc­ti­vo, res­i­den­cial y de trans­porte marí­ti­mo, las que se expre­san en la deman­da de sue­lo hacia la per­ife­ria del bor­de cos­tero, espe­cial­mente hacia los sec­tores de Pan­i­tao, Pel­lu­co y el primer tramo de la car­retera aus­tral [MOP 2005]. En coheren­cia con este diag­nós­ti­co, los instru­men­tos de plan­i­fi­cación ter­ri­to­r­i­al vigentes como el PLADECO, PLADETUR y ERD, con­cuer­dan que este ter­ri­to­rio está fuerte­mente inter­venido en tér­mi­nos ambi­en­tales, ini­cial­mente por la activi­dad agro-fore­stal y actual­mente por la activi­dad acuí­co­la-pes­quera y res­i­den­cial.

En aten­ción a éstas dinámi­cas recientes en el uso del ter­ri­to­rio, se pro­pu­so car­ac­teri­zar sus reper­cu­siones sobre el sub­sec­tor pes­quero arte­sanal de la comu­na de Puer­to Montt, que sus­ten­ta su activi­dad pro­duc­ti­va y su modo de vida en la ocu­pación tradi­cional del bor­de cos­tero, exponien­do la hipóte­sis esta área de estu­dio, con­sti­tuye un caso rep­re­sen­ta­ti­vo de la prob­lemáti­ca actu­al de la pesca arte­sanal, aten­di­en­do por un lado, a las dinámi­cas ter­ri­to­ri­ales señal­adas, y por otro, a los cam­bios nor­ma­tivos que la admin­is­tración pes­quera ha intro­duci­do durante los últi­mos 25 años.

Materiales y Método

El área de estu­dio se con­sti­tuyó en el bor­de cos­tero de la comu­na de Puer­to Montt, des­de el sec­tor Huel­mo has­ta cale­ta la Are­na, el cual con­sti­tuye un ter­ri­to­rio en for­ma de arco de aprox­i­mada­mente 75 km de exten­sión, denom­i­na­do tam­bién como Bor­de Cos­tero Marí­ti­mo Comu­nal [PLADETUR 2013].

Figura 1: Área de estudio

Fuente: Elab­o­ración propia

Como obje­ti­vo prin­ci­pal se pro­pu­so car­ac­teri­zar los usos del bor­de cos­tero que exhibe el sec­tor pes­quero arte­sanal de la comu­na de Puer­to Montt. Mien­tras que los obje­tivos especí­fi­cos fueron; a) describir las prác­ti­cas socioe­conómi­cas de los pescadores arte­sanales, b) iden­ti­ficar los usos ter­ri­to­ri­ales respec­to al bor­de cos­tero, y c) car­ac­teri­zar las trans­for­ma­ciones gen­er­adas por los cam­bios nor­ma­tivos en el sec­tor pes­quero arte­sanal de la comu­na de Puer­to Montt.

En el plano metodológi­co se real­izó un estu­dio de carác­ter cual­i­ta­ti­vo con un enfoque explorato­rio-descrip­ti­vo, apoy­a­do en el méto­do etno­grá­fi­co de inves­ti­gación social [Ham­mer­s­ley y Atkin­son 2005]. Se priv­i­legió el análi­sis de los pro­ce­sos ter­ri­to­ri­ales a par­tir de la per­spec­ti­va de los actores sociales vin­cu­la­dos al sub­sec­tor pes­quero arte­sanal en el área de estu­dio, interesán­donos acced­er al niv­el de infor­ma­ción que refle­ja sus per­cep­ciones, conocimien­tos y prác­ti­cas sociales [Ther y Valder­ra­ma 2012].

De este modo, el estu­dio se basó en fuentes pri­marias gen­er­adas a par­tir de entre­vis­tas con infor­mantes claves e infor­ma­ción secun­daria cor­re­spon­di­ente a doc­u­men­tos téc­ni­cos de insti­tu­ciones públi­co-pri­vadas vin­cu­ladas al sec­tor pes­quero arte­sanal.

El pro­ce­so de inves­ti­gación con­sid­eró dos eta­pas fun­da­men­tales, en la primera se recur­rió a fuentes secun­darias para estable­cer una descrip­ción actu­al del sec­tor pes­quero arte­sanal en el área de estu­dio, al tér­mi­no de la cual, se con­fig­uró un mapa de actores claves. [6] En la segun­da eta­pa se real­izó el tra­ba­jo de cam­po, desar­rol­la­do prin­ci­pal­mente durante el año 2013, apli­can­do una entre­vista semi-estruc­tura­da orga­ni­za­da en fun­ción de tres tópi­cos de interés y doce pre­gun­tas reflex­i­vas. Lo cual se com­ple­men­tó con instru­men­tos pro­pios de la inves­ti­gación etno­grá­fi­ca como la obser­vación par­tic­i­pante y etno­grafía descrip­ti­va, tan­to en esce­nar­ios cotid­i­anos de los pescadores arte­sanales como en otros de carác­ter públi­co-insti­tu­cional, como sem­i­nar­ios y reuniones del gremio. Con­sideran­do el cri­te­rio de sat­u­ración de la infor­ma­ción, se realizaron 8 entre­vis­tas,[7] las que fueron grabadas en audio, tran­scritas y sis­tem­ati­zadas de acuer­do al méto­do de análi­sis de con­tenido [Valles 1997].

Resultados

Los resul­ta­dos que se pre­sen­tan a con­tin­uación respon­den a cada uno de los obje­tivos especí­fi­cos plantea­d­os en el estu­dio, cada títu­lo o aparta­do refle­ja las cat­e­gorías de análi­sis que fueron desar­rol­ladas. Los tex­tos en cur­si­va cor­re­spon­den a frag­men­tos de entre­vis­tas que se incor­po­ran para ofre­cer una may­or riqueza descrip­ti­va a la car­ac­ter­i­zación.

Dinámica productiva: heterogeneidad interna y comercialización de la pesca artesanal
No he compartido nunca el tema de que seamos tan parcializados o sea que estemos tan divididos de acuerdo a las especies…para mí, me quedo con el concepto de pescador artesanal nomas [Dirigente artesanal, entrevista realizada en julio de 2013].

El sub­sec­tor arte­sanal se car­ac­ter­i­za por su gran het­ero­genei­dad, donde la espe­cial­ización en deter­mi­nadas especies hidro­bi­ológ­i­cas con­figu­ra las car­ac­terís­ti­cas de un sub­sec­tor pro­duc­ti­vo. En el área de estu­dio, las pes­querías pelág­i­cas han dado for­ma al sub­sec­tor pelági­co, denom­i­na­do tam­bién como “flota cer­quera o bolincheros” espe­cial­iza­dos en recur­sos como reine­ta (Bra­ma aus­tralis), sar­di­na (Sar­di­na pilchardus), anchove­ta (Engraulis rin­gens) y pejer­rey (Basilichthys aus­tralis). Las pes­querías dem­er­sales han dado for­ma al “sub­sec­tor mer­lucero aus­tral” espe­cial­iza­dos en recur­sos como el con­grio dora­do (Genypterus bla­codes), la man­ta raya (Man­ta birostris) y la mer­luza en sus tres var­iedades prin­ci­pales (mer­luc­cius aus­tralis, Mer­luc­cius gayi gayi y Macruronus mag­el­lan­i­cus). Mien­tras que las pes­querías ben­tóni­cas agru­pan a diver­sos sub­sec­tores espe­cial­iza­dos en recur­sos como huiro (Macro­cys­tis pyriph­era), chicorea de mar (Chon­dra­can­thus chamis­so), luga roja (Gigarti­na skotts­bergii), luga negra (Sar­cothalia crispa­ta) y pelil­lo (Gracilar­ia chilen­sis) para los algueros, y loco (Con­c­holepas con­c­holepas), eri­zo (Lox­ech­i­nus albus), alme­ja (Venus anti­qua), chol­ga (Aula­comya atra), hue­po (Ensis macha) y nava­juela (Tagelus dombeií) para los buzos o mariscadores.

La orga­ni­zación lab­o­ral de los pescadores arte­sanales es het­erogénea y dinámi­ca, depen­di­en­do de diver­sos fac­tores como la espe­cial­ización pes­quera que describi­mos en el pár­rafo ante­ri­or, las artes de pesca que se uti­lizan y la esta­cional­i­dad de los recur­sos hidro­bi­ológi­cos, entre otros. En este con­tex­to, surge una prác­ti­ca socioe­conómi­ca clave entre los pescadores, la cual denom­i­nan “sociedad a la parte”, descri­ta como “una for­ma de repar­to de cos­tos y util­i­dades” en partes iguales de acuer­do al número de trip­u­lantes más uno, cor­re­spon­di­ente a la “embar­cación y sus mate­ri­ales de tra­ba­jo”. Dado que en la dinámi­ca pro­duc­ti­va de la pesca arte­sanal los acuer­dos son fun­da­men­tal­mente por fae­na, no existe un con­cep­to de salario, sino que “la ganan­cia del pescador es a la parte”. Cabe pre­cis­ar, que este sis­tema de dis­tribu­ción fue reg­istra­do sólo en el sub­sec­tor mer­lucero mien­tras que el sub­sec­tor ben­tóni­co opera bajo una modal­i­dad de “por­centa­jes de acuer­do al niv­el de ries­go en la fae­na”.

Otra prác­ti­ca socioe­conómi­ca de la dinámi­ca pro­duc­ti­va es rep­re­sen­ta­da a través del con­cep­to de “pesca negra” el cual obe­dece a una denom­i­nación propia entre los pescadores arte­sanales y se puede describir como la extrac­ción de recur­sos hidro­bi­ológi­cos inde­pen­di­ente de la situación legal de éstos. Gen­eral­mente esta extrac­ción se aso­cia a redes infor­males de com­er­cial­ización, de este modo la “pesca negra” opera tam­bién como un mer­ca­do de transac­ción de recur­sos hidro­bi­ológi­cos. Cabe señalar, que las fuentes secun­darias con­sul­tadas hablan de Pesca Infor­mal, Pesca no Declar­a­da y/o Pesca Ile­gal, si bien la “pesca negra” posee ele­men­tos de cada uno de estos con­cep­tos, su defini­ción es cier­ta­mente com­ple­ja puesto que impli­ca una serie de vari­ables sociales, rela­cionadas con economías de sub­sis­ten­cia en los gru­pos más vul­ner­a­bles del sub­sec­tor pes­quero arte­sanal, tal como se refle­ja en el sigu­iente tes­ti­mo­nio;

Aquí nosotros tenemos embarcaciones trabajando con registro pesquero y otras que están dedicados a la pesca negra y así nomás es…si nuestra gente tiene que trabajar, no pueden dejar de pescar, sino que van a hacer entonces ¿de qué viven esas familias? [Pescador artesanal, entrevista realizada en julio 2013].

En cuan­to a la dinámi­ca de com­er­cial­ización, se estable­ció que el mer­ca­do de los pro­duc­tos hidro­bi­ológi­cos opera fun­da­men­tal­mente a niv­el pri­mario, donde el pescador gen­era la extrac­ción de un recur­so, el cual vende “puesto en playa” a un “inter­me­di­ario” por lo cual sus opera­ciones se car­ac­ter­i­zan como de primera ven­ta.[8] Para muchos pescadores esto con­sti­tuye el “eslabón más débil” en su dinámi­ca com­er­cial, lo cual se refuerza en ideas como “pescar menos, pero vender mejor”.

En for­ma simultánea el “inter­me­di­ario” adop­ta tam­bién el rol de provee­dor o “financista” del pescador arte­sanal. Si bien este vín­cu­lo ‑car­ac­ter­i­za­do como “infor­mal y de tra­to direc­to”- ha exis­ti­do des­de el comien­zo de la explotación inten­si­va de los recur­sos dem­er­sales en el sur de Chile [Saave­dra 2012], pre­sen­ta diver­sos mat­ices de acuer­do a los con­tex­tos socio-ter­ri­to­ri­ales donde se pre­sente. En la prác­ti­ca este provee­dor costea la sal­i­da de pesca, facil­i­tan­do el com­bustible para la embar­cación y la car­na­da para los espine­les. Tam­bién real­iza pagos económi­cos por ade­lan­ta­do al pescador “para un apuro económi­co” o “para dejar en la casa cuan­do se anda afuera”, entre otras presta­ciones, que se garan­ti­zan con el com­pro­miso de entre­ga de la pesca cap­tura­da por el pescador, dan­do for­ma a una prác­ti­ca socioe­conómi­ca que se conoce como “pesca cau­ti­va”, que podemos describir como aquel pro­duc­to que está com­pro­meti­do al provee­dor antes que el pescador la obten­ga, tal como se com­prende en el sigu­iente rela­to;

El proveedor a uno le financia la salida, y le pasa plata si uno quiere, entonces como me pasó esa plata, yo ya estoy amarrado, y voy a tener que entregarle mi pesca hasta que le pague, y póngale usté que yo haga 2 o 3 salidas y me vaya mal, entonces sigo encalillándome en cada salida, y si yo le debía 10 cuando recién empiece a pagarle ya le voy a deber 20 [Pescador artesanal, entrevista realizada en agosto de 2013].

Este inter­me­di­ario actúa tam­bién como provee­dor de las plan­tas proce­sado­ras, en este rol se encar­ga de com­prar en “las cale­tas” y mov­i­lizar hacia las plan­tas que elab­o­ran y expor­tan pro­duc­tos hidro­bi­ológi­cos. Para cumplir este rol de “abaste­cedor” el inter­me­di­ario va con­sol­i­dan­do pequeños núcleos de pescadores que tra­ba­jan con él en dis­tin­tas cale­tas de una zona pes­quera deter­mi­na­da. Cabe señalar que estos “acuer­dos de pal­abra” son muy poco explic­i­ta­dos y por lo gen­er­al, los pescadores optan por invis­i­bi­lizar cualquier relación de depen­den­cia hacia un inter­me­di­ario.[9]

No obstante y si bien, la depen­den­cia al inter­me­di­ario es común­mente expues­ta como una debil­i­dad de su cade­na com­er­cial, para los pescadores del medio rur­al o de cale­tas con may­or ais­lamien­to geográ­fi­co, es algo nat­u­ral­iza­do en sus prác­ti­cas pro­duc­ti­vas, puesto que “el com­prador grande no viene a la cale­ta a com­prar” y el pescador por su parte, “no sale más allá de la playa a vender”. Mien­tras que en otros sub­sec­tores como el de las pes­querías ben­tóni­cas, se observó que la inter­me­diación com­er­cial es asum­i­da por las propias orga­ni­za­ciones de los pescadores, desplazan­do pau­lati­na­mente la figu­ra del inter­me­di­ario com­er­cial que se describió ante­ri­or­mente.

Pescadores Artesanales y Usos del Borde Costero
Aquí la pesca ha sido de toda una vida, muchas generaciones fueron pescadores y recolectores de orilla que se llama. Porque esos eran los únicos trabajos que habían aquí hace 40 o 50 años atrás, ese era el único sustento para la gente de este sector [Pescador artesanal, entrevista realizada en junio de 2013].

El bor­de cos­tero del área de estu­dio se car­ac­ter­i­za por su gran diver­si­dad de recur­sos hidro­bi­ológi­cos, los que han sido uti­liza­dos por comu­nidades pes­queras asen­tadas en este ter­ri­to­rio des­de tiem­pos pre­his­páni­cos, en una ocu­pación con­tin­ua que se mantiene has­ta nue­stros días [Durán 2009]. En este con­tex­to, se con­struye una relación con el espa­cio cos­tero-marí­ti­mo basa­da en la sub­sis­ten­cia y el com­ple­men­to a las activi­dades pro­duc­ti­vas, expresán­dose por ejem­p­lo en el conocimien­to de los lugares donde hay may­or abun­dan­cia de recur­sos denom­i­na­dos “ban­cos nat­u­rales” y/o “caladeros de pesca”. Los que con­sti­tuyen las áreas de extrac­ción uti­lizadas por los pescadores arte­sanales, recono­ci­das por sus condi­ciones favor­ables para la exis­ten­cia de recur­sos de tipo pelági­co, dem­er­sal y/o ben­tóni­co, y por ende, son los lugares donde los pescadores ejercen su “esfuer­zo pes­quero” y/o activi­dad pro­duc­ti­va.[10]

Tradi­cional­mente los pescadores de Puer­to Montt han pesca­do en la bahía y sec­tores cer­canos al seno del Relon­caví y el canal Ten­g­lo. Luego con mejores embar­ca­ciones y tec­nologías de nave­gación, se desplazaron tam­bién hacia “caladeros de pesca” más ale­ja­dos, como el gol­fo de Ancud, gol­fo de Cor­co­v­a­do, archip­iéla­go de las Guaite­cas y Guafo. Otros sec­tores iden­ti­fi­ca­dos como “caladeros” en el área de estu­dio fueron; cale­ta Alfaro, Cholgue, La Vega y Cola­co en las costas de la comu­na de Cal­bu­co. Ralún, Rol­li­zo en el estu­ario del Relon­caví. Con­tao, Quetén, Rolecha, Pichi­co­lo, Ayacara en la comu­na de Hualai­hué y alrede­dores (ver figu­ra 2).

En con­se­cuen­cia para los pescadores arte­sanales del área de estu­dio, las activi­dades de pesca, recolec­ción y/o buceo son asum­i­das como propias e inher­entes a su condi­ción de “gente costi­na” dan­do cuen­ta de una relación de acce­so abier­ta y direc­ta al bor­de cos­tero. En este con­tex­to, uno de los ras­gos adap­ta­tivos que da cuen­ta de esta relación, es la con­for­ma­ción de las denom­i­nadas “Cale­tas Pes­queras”.[11]

La Cale­ta es un espa­cio físi­co y socioe­conómi­co clave para el fun­cionamien­to y repro­duc­ción de la activi­dad pes­quera arte­sanal. Por lo gen­er­al, los pescadores hablan de un sen­ti­do de “comu­nidad” al referirse a las rela­ciones sociales en las cale­tas, en este sen­ti­do, se logró estable­cer tres con­cep­tu­al­iza­ciones para referirse a ellas; primero como una orga­ni­zación socio-pro­duc­ti­va, luego como una “gran famil­ia” (espe­cial­mente en momen­tos adver­sos como “cuan­do hay trage­dias en el mar” y en las fes­tivi­dades reli­giosas como la “fies­ta a San Pedro”) y final­mente, como una infraestruc­tura espa­cial de tra­ba­jo.[12]

En la comu­na de Puer­to Montt se recono­cen ofi­cial­mente 16 cale­tas, estas son; bahía Huel­mo, Ilque, el Estero, Surgidero, Puqueldón, Chin­qui­hue, Anahuac, Angelmó, pun­til­la Ten­g­lo, Pichipel­lu­co, Coihuín, piedra Azul, Quil­laipe, Chaica, Lenca y la Are­na [Gore Los Lagos 2002]. A las que se agre­gan, pan­i­tao Bajo, pun­ta Pel­lu­co, Pichiquil­laipe, Metri y cale­ta Gutiér­rez, las que si bien no están reg­u­lar­izadas por la autori­dad, sí reg­is­tran uso per­ma­nente y/o esta­cional (ver figu­ra 2).

Por otro lado, el incre­men­to demográ­fi­co de Puer­to Montt se ha man­i­fes­ta­do ter­ri­to­rial­mente de man­era bas­tante desigual, generan­do impactos sig­ni­fica­tivos en el modo de vida de la población costera. Para los pescadores arte­sanales los prin­ci­pales con­flic­tos tienen que ver por un lado, con la con­t­a­m­i­nación de las aguas inte­ri­ores, así como, con la fal­ta de orde­namien­to ter­ri­to­r­i­al en la inte­gración de la zona urbana al bor­de cos­tero. Sub­rayan­do que estos impactos son más evi­dentes en las cale­tas urbanas y peri-urbanas como Pan­i­tao, Anahuac, Chin­qui­hue, pun­til­la Ten­g­lo, Pichipel­lu­co y Coihuín.

En este sen­ti­do, se visu­al­izan dos ten­den­cias pre­dom­i­nantes en la dinámi­ca de ocu­pación del bor­de cos­tero comu­nal, por un lado, la expan­sión urbana hacia el sec­tor poniente de la ciu­dad, des­de la cale­ta Pichipel­lu­co a Pan­i­tao, aso­ci­a­da a los rubros indus­tri­al-por­tu­ario, com­er­cial, deporti­vo y res­i­den­cial, sobre un ter­ri­to­rio de alta den­si­dad de activi­dades económi­co-pro­duc­ti­vas, donde además se ubi­ca una zona de interés turís­ti­co [ZOIT Angelmó–Isla Ten­g­lo].

En con­tra­parte, la expan­sión hacia el sec­tor sureste del bor­de cos­tero, donde existe un uso indus­tri­al-por­tu­ario muy restringi­do, pre­dom­i­nan­do las activi­dades aso­ci­adas a los rubros turís­ti­co, res­i­den­cial y recrea­cional. En efec­to, el atrac­ti­vo del primer tramo de la car­retera aus­tral ha deter­mi­na­do un alto val­or del sue­lo, posi­cio­nan­do a estos sec­tores como bar­rios res­i­den­ciales para los estratos socio-económi­cos de may­ores ingre­sos. Des­de la cale­ta Pichipel­lu­co has­ta cale­ta la Are­na, exis­ten además una serie de sitios arque­ológi­cos de interés pat­ri­mo­ni­al como el mon­u­men­to nat­ur­al “tocones de Pel­luhuin” y el “con­chal de Piedra Azul”, que dan cuen­ta del uso ances­tral del ter­ri­to­rio y que actual­mente se han inte­gra­do a una red de tur­is­mo rur­al.

Figura 2: Caletas pesqueras y “caladeros de pesca” artesanal en el borde costero comunal

Fuente: Elab­o­ración propia


Rég­i­men de propiedad y acce­so a los recur­sos del bor­de cos­tero

Cuando salió la ley del 91’ fue con el fin de ordenar a los pescadores, decían que había mucho esfuerzo pesquero, pero ahora…no es eso, ahora se está decidiendo la propiedad, esta ley va a decir quién es el dueño y quien puede operar en la pesca [pescador artesanal].[13]

 Has­ta el año 1991 y en un con­tex­to de libre acce­so como era en Chile, cualquier empre­sa o per­sona podía acced­er a cap­turar un recur­so hidro­bi­ológi­co, bajo un mar­co nor­ma­ti­vo donde el que primero los extraía se con­vertía en su propi­etario.[14] En cuan­to a la propiedad se pasó de un rég­i­men que los con­sid­er­a­ba como propiedad común, a uno de propiedad pri­va­da, asig­na­dos medi­ante un sis­tema de cuo­ta.[15]

De este modo, la LGPA instau­ra una reg­u­lación al libre acce­so que car­ac­ter­i­z­a­ba al sub­sec­tor pes­quero arte­sanal, dec­re­tan­do un rég­i­men exclu­si­vo en las primeras 5 mil­las del bor­de cos­tero. Esto se hizo efec­ti­vo a través de diver­sas fig­uras jurídi­cas de admin­is­tración, apli­cadas en fun­ción del esta­do de explotación en que se encuen­tran los recur­sos, entre las que desta­can; Areas de Mane­jo y Explotación de Recur­sos Ben­tóni­cos (en ade­lante AMERB), Con­ce­siones de Acui­cul­tura y Rég­i­men Arte­sanal de Extrac­ción. Se abor­darán en esta sec­ción, las que ha cri­te­rio de los pescadores del área de estu­dio, tuvieron un impacto may­or en sus dinámi­cas de uso del bor­de cos­tero.

En el área de estu­dio, la may­oría de los sindi­catos y orga­ni­za­ciones de pescadores cuen­tan con Areas de Mane­jo dec­re­tadas y otros en pro­ce­so de solic­i­tud. Se con­stató que las orga­ni­za­ciones del ámbito rur­al han sido más recep­ti­vas a incor­po­rarse a este rég­i­men, lo cual se com­prende a par­tir de la diver­si­dad pro­duc­ti­va que exhiben estos pescadores, ejer­cien­do su “esfuer­zo pes­quero” en las diver­sas cat­e­gorías del RPA, es decir pes­can, bucean y/o recolectan de man­era alter­na­da. Mien­tras que en el ámbito urbano pre­dom­i­na la espe­cial­ización en recur­sos dem­er­sales y par­tic­u­lar­mente “mer­lucera”.

Asimis­mo se pudo ver­i­ficar que existe una eval­u­ación rel­a­ti­va­mente pos­i­ti­va del rég­i­men de AMERB en fun­ción prin­ci­pal­mente de sus resul­ta­dos económi­cos, enten­di­dos como ingre­sos com­ple­men­tar­ios para los pescadores, lo cual ha sido inclu­so un incen­ti­vo para que muchas orga­ni­za­ciones que no son espe­cial­izadas en recur­sos ben­tóni­cos se incor­poren a este rég­i­men. Mien­tras que sus detrac­tores alu­den prin­ci­pal­mente al ámbito biológi­co y la nat­u­raleza jurídi­ca del rég­i­men. Cues­tio­nan­do que no se real­iza un efec­ti­vo mane­jo eco­sistémi­co en las AMERB, sino que se pro­mueve un mane­jo mono-especi­fi­co de las especies. Mien­tras que des­de el pun­to de vista jurídi­co, se crit­i­ca que es un rég­i­men que otor­ga dere­chos exclu­sivos sólo a las orga­ni­za­ciones de pescadores legal­mente con­sti­tu­idas, afectan­do a aque­l­los pescadores que no se encuen­tran adscritos a algu­na orga­ni­zación. De igual for­ma, algunos infor­mantes plantearon que las orga­ni­za­ciones solic­i­tan AMERB como una for­ma de ase­gu­rar un “dere­cho pro­duc­ti­vo” en el bor­de cos­tero. Lo cual puede ser anal­iza­do como un refle­jo del aumen­to de la com­pe­ten­cia por los espa­cios marí­ti­mos entre las propias orga­ni­za­ciones de pescadores arte­sanales.

La segun­da figu­ra jurídi­ca anal­iza­da cor­re­sponde al Rég­i­men Arte­sanal de Extrac­ción o RAE, el cual con­siste en el mecan­is­mo de dis­tribu­ción de la frac­ción de la cuo­ta glob­al de cap­tura por año que le cor­re­spon­di­ente al sub­sec­tor arte­sanal, es decir, a través del RAE la cuo­ta de pesca es entre­ga­da de man­era indi­vid­ual a los armadores arte­sanales. Para los pescadores con­sul­ta­dos, la imple­mentación de esta figu­ra ha sido des­fa­vor­able, puesto que se con­trapone a su estruc­tura socio-lab­o­ral tradi­cional denom­i­na­da “sociedad a la parte”, en la medi­da que legit­i­ma la con­cen­tración en un mis­mo agente (el Armador) de los medios de pro­duc­ción y los recur­sos que se explotan, tal como expli­ca un infor­mante;

Con el RAE usted pasa a ser empleado del armador y de la embarcación. Por eso nosotros no compartimos esta situación, porque aquí el pescado queda en manos de los armadores y también tienen que tener derecho los pescadores y las organizaciones [Pescador artesanal, entrevista realizada en septiembre de 2013].

De acuer­do a este estu­dio se puede señalar que esta oposi­ción al RAE ha sido par­tic­u­lar­mente enér­gi­ca en el sub­sec­tor de las pes­querías dem­er­sales, car­ac­ter­i­za­do tam­bién como “flota menor o flota amar­il­la” [embar­ca­ciones menores a 12 met­ros], el cual se ha opuesto a esta modal­i­dad indi­vid­ual de dis­tribu­ción, ya que según sus argu­men­tos, impone la dinámi­ca del sub­sec­tor indus­tri­al al tra­ba­jo de los pescadores arte­sanales.

Otra de las con­se­cuen­cias direc­tas del RAE es que gen­era una “invis­i­bil­i­dad” hacia el pescador que no puede optar a cuo­ta, ya sea porque no es Armador (no posee has­ta dos embar­ca­ciones) o porque no puede ingre­sar al Reg­istro Pes­quero Arte­sanal, situación que afec­ta prin­ci­pal­mente a los pescadores jóvenes, tal como expli­ca un infor­mante con­sul­ta­do;

El problema es que tenemos muchos pescadores que por diversas razones no pueden estar en el registro pesquero, porque la mayoría de los recursos están cerrados también, entonces no hay movilidad en este sistema del RAE….y todos esos cabros trabajan informal nomás [Dirigente artesanal, entrevista realizada en julio de 2013].

Cabe destacar que los prin­ci­p­ios que inspi­ran ambos sis­temas difieren entre sí, mien­tras que en uno, la propiedad es colec­ti­va y exclu­si­va de la orga­ni­zación (AMERB), en el otro (RAE), la propiedad es pri­va­da del armador.

Discusión
El borde costero como espacio tensionado: actores, usos y transformaciones socio-espaciales
Yo creo que hoy en día cada espacio en el borde costero es un tesoro. Hoy día tenemos que cuidar cada metro que tengamos [Pescador artesanal, entrevista realizada en septiembre de 2013].

El con­cep­to de Bor­de Cos­tero fue crea­do por la Políti­ca Nacional de Uso del Bor­de Cos­tero del año 1994. La sin­gu­lar­i­dad de este espa­cio está dada por con­sti­tuir aque­l­la zona de inter­face entre el eco­sis­tema mari­no y el ter­restre, el cual pre­sen­ta una sin­gu­lar dinámi­ca hidro­bi­ológ­i­ca y diver­sas opor­tu­nidades para el desar­rol­lo pro­duc­ti­vo de la sociedad [CNUBC 2010]. Téc­ni­ca­mente cor­re­sponde a la fran­ja lon­gi­tu­di­nal entre la línea de más alta marea y las primeras 12 mil­las náu­ti­cas mar aden­tro.

Medi­ante un pro­ce­so de re-estruc­turación el Esta­do –como prin­ci­pal agente reg­u­lador- insta­la una nue­va for­ma de uso de este espa­cio, reg­u­lan­do el rég­i­men de libre acce­so, logran­do de esta for­ma, con­tro­lar el espa­cio marí­ti­mo y la explotación de recur­sos que real­iz­a­ban los agentes pes­queros arte­sanales [Skewes et al 2012; Saave­dra 2012]. En este mar­co, la relación de usos tradi­cionales del bor­de cos­tero que se ha evi­den­ci­a­do en los resul­ta­dos de este estu­dio, se ve alter­a­da por dos dinámi­cas fun­da­men­tales, por un lado, la pér­di­da de movil­i­dad espa­cial aso­ci­a­da al pro­ce­so de “region­al­ización” de la pesca arte­sanal. Y por otro, los nuevos usos que irrumpen en el espa­cio, conc­re­ta­mente la indus­tria acuí­co­la-salmonera y la expan­sión urbana, en el caso de nues­tra área de estu­dio.

Par­tic­u­lar­mente y en el con­tex­to del uso indus­tri­al e inten­si­vo del bor­de cos­tero, la acui­cul­tura y salmoni­cul­tura se han con­sti­tu­i­do en una de las trans­for­ma­ciones pro­duc­ti­vas regionales más nota­bles de las últi­mas décadas. A medi­a­dos de la déca­da de 1990 el cul­ti­vo de salmones era una activi­dad de tal mag­ni­tud que prác­ti­ca­mente la total­i­dad del bor­de cos­tero inte­ri­or de la isla de Chiloé, el estu­ario de Relon­caví y gran parte del entorno de la ciu­dad de Puer­to Montt, esta­ban sat­u­ra­dos de cen­tros de cul­ti­vo [Saave­dra, 2012].

En con­se­cuen­cia, este desar­rol­lo inten­si­vo ha tenido efec­tos impor­tantes en el ter­ri­to­rio los cuales se man­i­fi­es­tan prin­ci­pal­mente en la ven­ta de fuerza de tra­ba­jo a las salmoneras, espe­cial­mente mano de obra femeni­na y juve­nil, migración intrar­re­gion­al a ciu­dades inter­me­dias [conur­bación Puer­to Montt — Puer­to Varas y ciu­dad satélite de Alerce], expan­sión urbana no plan­i­fi­ca­da sobre el bor­de cos­tero, movil­i­dad ocu­pa­cional des­de el sec­tor arte­sanal, espe­cial­mente en el sub­sec­tor de los Buzos, entre otros.[16]

Por otro lado, el pro­ce­so de region­al­ización de la pesca arte­sanal, el rég­i­men de AMERB, y las con­ce­siones de acui­cul­tura, han con­tribui­do a gener­ar nuevos patrones de uso del espa­cio cos­tero-marí­ti­mo entre los pescadores arte­sanales. Así por ejem­p­lo, la oblig­a­to­riedad de habil­i­tarse en el RPA en fun­ción de su lugar de res­i­den­cia, reduce sus posi­bil­i­dades de movil­i­dad espa­cial en el bor­de cos­tero, en para­le­lo, se gen­eró un fuerte arrai­go entre los pescadores a éste espa­cio ter­ri­to­r­i­al, ten­den­cia que se con­solidó con la intro­duc­ción del rég­i­men de con­ce­siones (marí­ti­mas y de acui­cul­tura) que en tér­mi­nos prác­ti­cos, vin­cu­laron el dere­cho de extrac­ción de un recur­so hidro­bi­ológi­co, con un área geográ­fi­ca deter­mi­na­da y exclu­si­va.[17]

En la per­spec­ti­va de este estu­dio, este fenó­meno de arrai­go ter­ri­to­r­i­al opera en dos nive­les, por un lado, fue pau­lati­na­mente for­mal­izan­do muchos asen­tamien­tos espon­tá­neos de pescadores arte­sanales en el bor­de cos­tero, y por otro, fue acuñan­do la idea que para adquirir dere­chos de uso del bor­de cos­tero, había que renun­ciar a la movil­i­dad espa­cial y al rég­i­men de libre acce­so, enten­di­das como prác­ti­cas con­sue­tu­di­nar­ias de apropiación y dis­tribu­ción del ter­ri­to­rio cos­tero. [Skewes et al 2012].

Conclusiones

El sub­sec­tor pes­quero arte­sanal es un sec­tor social y pro­duc­ti­vo que ha exper­i­men­ta­do con­stantes mod­i­fi­ca­ciones, en el cual se con­stató la intro­duc­ción de diver­sas fig­uras reg­u­la­to­rias para su mane­jo y mejo­ramien­to, las que se ori­en­tan prin­ci­pal­mente des­de el pun­to de vista leg­isla­ti­vo y de desar­rol­lo pro­duc­ti­vo. Tran­si­tan­do des­de un par­a­dig­ma de admin­is­tración que percibía los recur­sos hidro­bi­ológi­cos como bienes inagota­bles a uno actu­al, que los admin­is­tra como bienes fini­tos, exclu­sivos y biológi­ca­mente sobre-explota­dos.

En el peri­o­do anal­iza­do en este tra­ba­jo [Ley Gen­er­al de Pesca y Acui­cul­tura del año 1991 has­ta la Nue­va Ley de Pesca del año 2013], se obser­van medi­das conc­re­tas para con­ferir un mar­co reg­u­la­to­rio al sec­tor pes­quero extrac­ti­vo en gen­er­al y al sub­sec­tor arte­sanal en par­tic­u­lar. Entre éstas, las de may­or reper­cusión sobre los pescadores arte­sanales del área de estu­dio, tienen que ver con los regímenes de acce­so al espa­cio cos­tero-marí­ti­mo, el sis­tema de cuo­tas y el mar­co insti­tu­cional pes­quero. Si bien se com­prende que el mar­co nor­ma­ti­vo vino a reg­u­lar un ámbito que se pre­senta­ba cada vez más con­flic­ti­vo, resul­ta per­sis­tente la inca­paci­dad que ha mostra­do para abor­dar las prob­lemáti­cas inter­nas del sub­sec­tor arte­sanal, rela­cionadas prin­ci­pal­mente con la het­ero­genei­dad de la com­posi­ción inter­na de la flota pes­quero arte­sanal y la infor­mal­i­dad en los pro­ce­sos pro­duc­tivos.

En el análi­sis de la dinámi­ca ter­ri­to­r­i­al del bor­de cos­tero, se observó que los usos con­sue­tu­di­nar­ios comen­zaron a reori­en­tarse insti­tu­cional­mente bajo una estruc­tura de mod­ern­ización pro­duc­ti­va, instalán­dose una nue­va for­ma de orga­ni­zación del bor­de cos­tero, que vino a reg­u­lar el rég­i­men de libre acce­so que car­ac­ter­i­z­a­ba al sub­sec­tor arte­sanal. Esta admin­is­tración ha gen­er­a­do una nue­va con­fig­u­ración en el uso del mar. Además de acel­er­ar un cam­bio en la con­fig­u­ración cul­tur­al de los pescadores arte­sanales, mod­i­f­i­can­do su patrón cazador-recolec­tor por el de cul­ti­vador-cosechador, dinámi­ca espe­cial­mente evi­dente bajo el sis­tema de Areas de Mane­jo y Con­ce­siones de Acui­cul­tura [SUBPESCA 2013]. En este sen­ti­do, se con­cluye que el sub­sec­tor pes­quero arte­sanal viene tran­si­tan­do des­de prác­ti­cas tradi­cionales, hacia usos pro­duc­tivos de may­or inten­si­dad, espe­cial­mente del tipo extrac­ti­vo, ben­tóni­co y acuí­co­la, lo cual se evi­den­cia en las cifras de desem­bar­que y en las solic­i­tudes de AMERB y Con­ce­siones que se pre­sen­tan en el área de estu­dio.

Por otro lado, las dinámi­cas ter­ri­to­ri­ales que se car­ac­teri­zaron en este tra­ba­jo, ocur­ren sobre un ter­ri­to­rio que es en esen­cia dinámi­co y mul­ti­fun­cional, que fue anal­iza­do como un sis­tema ter­ri­to­r­i­al que rep­re­sen­ta tam­bién un esti­lo de desar­rol­lo y de crec­imien­to de una sociedad region­al. En este sen­ti­do, se con­cluye que los impactos sobre el bor­de cos­tero comu­nal, tienen relación con una cre­ciente ten­sión, donde diver­sos actores entran en la dis­pu­ta de deter­mi­na­dos espa­cios y recur­sos, con­fig­urán­dose una dinámi­ca ter­ri­to­r­i­al con­flic­ti­va y com­ple­ja.

En con­se­cuen­cia, la cre­ciente den­si­fi­cación de activi­dades antrópi­cas sobre el bor­de cos­tero, lo han posi­ciona­do como un ter­ri­to­rio sin­gu­lar­mente dinámi­co, recono­cien­dose en él diver­sas fun­ciones de tipo ambi­en­tal, económi­cas y sociales. En este con­tex­to, la prob­lemáti­ca de su orde­namien­to es hoy en dia un tema de dis­cusión per­ma­nente a niv­el nacional, region­al y local, donde diver­sos organ­is­mos y actores sociales han toma­do parte en este emer­gente debate. En este con­tex­to parece per­ti­nente a la luz de los resul­ta­dos de este estu­dio, insi­s­tir en la necesi­dad de dar a cono­cer una visión ter­ri­to­r­i­al de la pesca arte­sanal, iden­ti­f­i­can­do los usos par­tic­u­lares del espa­cio cos­tero para abor­dar por ejem­p­lo, los pro­ce­sos de micro-zonifi­cación a escala comu­nal.

Citas

* Antropól­o­go. Uni­ver­si­dad Católi­ca de Temu­co, Chile. r.solis79@gmail.com

** Dr. Antropología Social. Docente Inves­ti­gador Depar­ta­men­to de Antropología/Núcleo de Estu­dios Inter-étni­cos e Inter­cul­tur­ales, Uni­ver­si­dad Católi­ca de Temu­co, Chile. gdiazcrovetto@uct.cl

[1] El cual ha sus­ten­ta­do estu­dios téc­ni­cos enfo­ca­dos prin­ci­pal­mente en la dinámi­ca económi­ca y el mejo­ramien­to pro­duc­ti­vo del sec­tor arte­sanal, los que se ori­en­tan fun­da­men­tal­mente des­de una ópti­ca Bio-Económi­ca.

[2] Este enfoque ha sus­ten­ta­do estu­dios pref­er­ente­mente de carác­ter explorato­rio sobre las prob­lemáti­cas del sec­tor arte­sanal en con­tex­tos ter­ri­to­ri­ales especí­fi­cos, los cuales se ori­en­tan fun­da­men­tal­mente des­de una ópti­ca Socio-Ambi­en­tal [Ver Bus­tos y Uribe 2009, Ther y Valder­ra­ma 2012].

[3] Enten­di­en­do que la ocu­pación antrópi­ca del ter­ri­to­rio se ha man­i­fes­ta­do en todos los tiem­pos y lugares como un pro­ce­so dinámi­co, se anal­iza como una con­struc­ción social com­ple­ja, resul­tante de rela­ciones que se expre­san en diver­sas for­mas de uso, apropiación y dis­tribu­ción. [Ver Lindón 2007, De La Cruz y Argüel­lo, Ther-Ríos 2008].

[4] Cabe señalar que la empleabil­i­dad direc­ta del sec­tor pes­quero nacional se esti­ma en torno a los 135.000 puestos de tra­ba­jo, a los que se agre­ga una gran can­ti­dad de empleos indi­rec­tos e infor­males en los diver­sos enca­de­namien­tos pro­duc­tivos y la matriz de ser­vi­cios aso­ci­a­dos al rubro pes­quero. En este sen­ti­do, las esti­ma­ciones en torno a la can­ti­dad glob­al de per­sonas vin­cu­ladas ‑direc­ta e indi­rec­ta­mente- al sec­tor ha venido aumen­tan­do des­de 400 mil en el año 1997, lle­gan­do a 600 mil para el 2006 y con­cluyen­do en 1.350.000 per­sonas en el año 2009 [Ver IFOP 2006, OCDE 2009, CENDEC 2010].

[5] En la per­spec­ti­va de este estu­dio, se pro­pu­so cir­cun­scribir la inves­ti­gación al perío­do com­pren­di­do entre los años 1991 y 2013, porque se esti­ma que aquí se gen­er­an las mod­i­fi­ca­ciones que condi­cionaron el esce­nario actu­al del sub­sec­tor pes­quero arte­sanal, tan­to en los ámbitos pro­duc­ti­vo, orga­ni­za­cional, socio­cul­tur­al y ambi­en­tal, instalán­dose una serie de dinámi­cas socio-ter­ri­to­ri­ales que com­ple­jizaron la activi­dad, des­de el pun­to de vista nor­ma­ti­vo como socio-ambi­en­tal.

[6] El análi­sis secun­dario real­iza­do per­mi­tió estable­cer cua­tro ámbitos de acción donde se sitúan los actores claves, denom­i­na­dos como Actores Locales (cat­e­goría que incluyó a pescadores y diri­gentes de la pesca arte­sanal), Actores del ámbito Insti­tu­cional Pub­li­co (red insti­tu­cional en torno a la pesca arte­sanal), Actores del ámbito Insti­tu­cional Pri­va­do (actores direc­ta­mente vin­cu­la­dos con el sec­tor pes­quero arte­sanal en tér­mi­nos de prestación de ser­vi­cios y coop­eración téc­ni­ca) y Otros Actores (cat­e­goría que con­sid­eró a actores del ámbito académi­co, Políti­co y ONGs pre­sentes en el ter­ri­to­rio comu­nal).

[7] Cor­re­spon­di­entes a actores locales de las cale­tas de pan­i­tao bajo, anahúac, pun­til­la ten­g­lo, pichipel­lu­co, quil­lape, piedra azul y chaica.

[8] Por lo gen­er­al los pescadores venden la total­i­dad de sus cap­turas a inter­me­di­ar­ios com­er­ciales espe­cial­mente sus pro­duc­tos de primera cal­i­dad, asimis­mo existe tam­bién un com­prador local, “abaste­cedor de mer­ca­dos regionales” con el cual se com­er­cial­izan los pro­duc­tos de menor tal­la (“pit­u­fa”) y/o con defec­tos (“pic­a­da o mor­di­da”). Otro sis­tema de com­er­cial­ización más rentable para el pescador es la ven­ta direc­ta o “al detalle” como se obser­va por ejem­p­lo, en la cale­ta Pichipel­lu­co, sin embar­go, los volúmenes de ven­ta por esta vía son bajos e irreg­u­lares.

[9] Tal como plantea el estu­dio de Le Hen [2011] esto se rela­ciona con los atrib­u­tos de tra­ba­jo “inde­pen­di­ente y autónomo” que los pescadores le asig­nan a su activi­dad.

[10] Si bien los “caladeros de pesca” no tienen reconocimien­to legal, la actu­al Ley N°20.657 incor­po­ra una serie de medi­das para que sean iden­ti­fi­ca­dos por tipo de pes­quería, recono­cien­do tam­bién los poten­ciales con­flic­tos de uso con otros actores y usuar­ios del bor­de cos­tero.

[11] El reg­istro ofi­cial de cale­tas pes­queras, está reg­u­la­do por el DS N°240 de 1998, mod­i­fi­ca­do por el DS N°337 de 2004 y el DS N°237 de 2009. A niv­el nacional se recono­cen 455 cale­tas per­ma­nentes y 105 fondeaderos tem­po­rales. En la Xa región se recono­cen 206 cale­tas per­ma­nentes y 14 fondeaderos tem­po­rales, cor­re­spon­di­en­do al 45% del total nacional. [Ver CENDEC 2010, SUBPESCA 2013].

[12] Cabe indicar que durante el tra­ba­jo de cam­po se obser­varon difer­en­cias sig­ni­fica­ti­vas entre las cale­tas rurales y urbanas en diver­sos aspec­tos, rela­ciona­dos tan­to con las for­mas de pro­duc­ción como con los mod­os de vida de los pescadores arte­sanales. Así por ejem­p­lo en las cale­tas rurales, los pescadores com­bi­nan su activi­dad pro­duc­ti­va con la pequeña agri­cul­tura, la cri­an­za de ani­males, el tur­is­mo rur­al y la “carpin­tería de rib­era”, entre otras activi­dades pro­duc­ti­vas que evi­den­cian una dinámi­ca lab­o­ral mix­ta.

[13] Cita­do en Bus­tos y Uribe 2009.

[14] El Acce­so define quienes pueden realizar cap­turas y la Propiedad define quien se apropia de la renta o val­or com­er­cial de esas cap­turas [Ver Ibáñez et al 2002].

[15] En Chile la propiedad de los recur­sos se entre­ga vía cuo­tas indi­vid­uales de pesca (CIP) las que son trans­feri­das a los Armadores, sean indus­tri­ales o arte­sanales a través de las fig­uras jurídi­cas de los Límite Máx­i­mo de Cap­tura por Armador (LMCA) y Rég­i­men Arte­sanal de Extrac­ción (RAE), respec­ti­va­mente.

[16] [Ver Amt­mann y Blan­co 2001, Jacobs 2009, Rovi­ra 2009, Bus­tos 2012].

[17] Con­sideran­do que estas fig­uras se sus­ten­tan en un uso pri­va­do y exclu­si­vo de la colum­na de agua y el fon­do mari­no, se esti­ma que con­tribuyeron tam­bién a aumen­tar la ten­sión entre orga­ni­za­ciones de un mis­mo sec­tor o cer­canas, estim­u­lan­do un sen­ti­do de com­pet­i­tivi­dad por el espa­cio marí­ti­mo, lo cual se ha evi­den­ci­a­do por ejem­p­lo, en los múlti­ples hechos de vio­len­cia aso­ci­a­dos a la apari­ción de los denom­i­na­dos “piratas del loco”.

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Cómo citar ¬

Edgardo Solís Tardón y Gonzalo Díaz Crovetto, «Pescadores artesanales y uso del borde costero: caracterización socio-espacial en la comuna de Puerto Montt. Periodo 1991-2013», Revista de Estudios Marítimos y Sociales [En línea], publicado el [insert_php] echo get_the_time('j \d\e\ F \d\e\ Y');[/insert_php], consultado el [insert_php] setlocale(LC_ALL,"es_ES"); echo strftime("%e de %B del %Y");[/insert_php]. URL: https://estudiosmaritimossociales.org/archivo/rems-12/articulos-solis-diaz/
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