Crítica del libro Trabajadores y sindicatos en Latinoamérica

Lau­ra Caru­so*

Recibido: 27 de noviem­bre de 2018
Acep­ta­do: 23 de diciem­bre de 2018

En los últi­mos años la reflex­ión en torno a los y las tra­ba­jado­ras y sus orga­ni­za­ciones ha exper­i­men­ta­do una fuerte rean­i­mación en el cam­po de las cien­cias sociales en gen­er­al, y la his­to­ria en par­tic­u­lar, en la Argenti­na. Tal dinamis­mo gira en gran medi­da en torno la revisión de las escalas, expe­ri­en­cias y suje­tos. Ese es el mar­co de pro­duc­ción del cual da cuen­ta el libro com­pi­la­do recien­te­mente por Sil­via Simonas­si y Daniel Dicósi­mo, Tra­ba­jadores y sindi­catos en Lati­noaméri­ca y edi­ta­do por Ima­go Mun­di.

La com­pi­lación reúne quince tra­ba­jos surgi­dos del work­shop “Tra­ba­jadores, empre­sar­ios y comu­nidades obr­eras: con­cep­tos, prob­le­mas y escalas de análi­sis”, el cuar­to en su tipo, que nucleó a diver­sos inves­ti­gadores, inves­ti­gado­ras y tesis­tas de uni­ver­si­dades de la Provin­cia de Buenos Aires, Rosario, Patag­o­nia y país­es limítro­fes como Uruguay, Brasil y Chile. Con­tin­uan­do en la línea del tra­ba­jo colec­ti­vo y múlti­ple ver­tido en una primera pub­li­cación,[1] este nue­vo libro con­sol­i­da un pro­ce­so de diál­o­go for­ma­ti­vo, resul­tan­do una obra ver­dadera­mente coral, en pal­abras de sus com­pi­ladores, e inter­dis­ci­pli­nar­ia, donde des­de la his­to­ria, la soci­ología y la antropología se abor­da la expe­ri­en­cia de diver­sos gru­pos obreros y sindi­catos lati­noamer­i­canos des­de fines del XIX has­ta el siglo XXI.

Una de las primeras apues­tas iden­ti­fi­ca­bles de la com­pi­lación es la de repon­er la escala region­al lati­noamer­i­cana, reforzan­do diál­o­gos y puentes entre los estu­dios al inte­ri­or de nues­tra región, los que lejos de estar ago­ta­dos, se des­dibu­jan o sub­sumen en las prop­ues­tas sug­er­entes de la his­to­ria glob­al o trasna­cional. Los tra­ba­jos aquí reunidos mues­tran en cam­bio lo mucho que puede apor­tar la his­to­ria social del tra­ba­jo pen­sa­da des­de y en Améri­ca Lati­na a aque­l­las per­spec­ti­vas. En esa red­i­men­sion­a­da aprox­i­mación region­al, el libro estruc­tura la región y la reflex­ión cor­rien­do a la Ciu­dad de Buenos Aires y su pro­duc­ción his­to­ri­ográ­fi­ca del cen­tro de enun­ciación, generan­do otros diál­o­gos entre espa­cios y expe­ri­en­cias. Esto no impli­ca por caso excluir a dicha ciu­dad del análi­sis; el cor­rim­ien­to con­siste en todo caso en colo­car­la como un espa­cio más en la geografía que recorre el libro.

La apues­ta gen­er­al del libro –y el desafío de reseñar­lo- puede medirse en la can­ti­dad de capí­tu­los que con­tiene, en las regiones y casos revisa­dos, y sobre todo, en el tiem­po exten­so que recorre, que va des­de la prob­lema­ti­zación del no-tra­ba­jo y la con­struc­ción estatal y estadís­ti­ca del des­ocu­pa­do en Chile y Argenti­na a fines de siglo XIX has­ta la con­for­ma­ción de sindi­catos glob­ales en el mar­co de cade­nas pro­duc­ti­vas mundi­ales de la siderur­gia del siglo XXI. Por cier­to, tal apues­ta se conc­re­ta en una par­tic­u­lar estruc­tura, que guía y orde­na la lec­tura ya des­de la intro­duc­ción: cua­tro aparta­dos temáti­cos agru­pan al con­jun­to de los tra­ba­jos, estable­cien­do cier­tos diál­o­gos — por sobre otros posi­bles- entre ellos. El primer aparta­do, com­puesto por cua­tro tra­ba­jos que nave­g­an des­de la his­to­ria social por la políti­ca en torno al des­ocu­pa­do y por diver­sas comu­nidades obr­eras en momen­tos de cri­sis y deses­truc­turación. En el primer capí­tu­lo, Ángela Ver­gara prob­lema­ti­za la defini­ción, medición y políti­cas desar­rol­ladas sobre la figu­ra / cat­e­goría del des­ocu­pa­do en Chile y Argenti­na des­de los ini­cios del siglo XX, iden­ti­f­i­can­do un momen­to de esta­bi­lización o con­sen­so sobre quien es des­ocu­pa­do, como se con­cibió estatal, estadís­ti­ca y políti­ca­mente dicha condi­ción des­de los esta­dos nacionales. El capí­tu­lo ensaya una suerte de his­to­ria del desem­pleo des­de la ópti­ca estatal, una de las múlti­ples voces des­de las cuales puede pen­sarse el prob­le­ma, para mostrarnos en prin­ci­pio tres cues­tiones cen­trales: evi­den­ciar como la expe­ri­en­cia de la des­ocu­pación pre­ex­iste a su cat­e­go­rización, como la ini­cial for­ma estatal de abor­dar­lo fue a través de la medición, cuan­tifi­cación y con­trol, focal­izan­do en las agen­cias de colo­cación y el seguro de desem­pleo. Ter­cero, dar lugar a un den­so entra­ma­do de agen­cias estatales, exper­tos y organ­is­mos inter­na­cionales como la OIT que par­tic­i­paron en la con­cep­tu­al­ización y con­struc­ción de políti­cas para el desem­pleo. Advierte tam­bién sobre la vin­cu­lación en torno a los momen­tos de cri­sis mundi­al y la con­struc­ción de una mira­da estatal sobre el desem­pleo, que en Améri­ca Lati­na fue con­ce­bi­da de man­era prevale­ciente como un prob­le­ma invol­un­tario y social, pero coyun­tur­al y pasajero.

Por su parte, Rodol­fo Por­ri­ni anal­iza en el capí­tu­lo 2 la his­to­ria del bar­rio-comu­nidad de El Cer­ro en Mon­te­v­ideo en las décadas inter­me­dias del siglo XX. A par­tir de tes­ti­mo­nios, memo­rias y entre­vis­tas, jun­to a boletines de empre­sa, pren­sa y fotografías, se pien­sa aquí la expe­ri­en­cia obr­era y la mov­i­lización artic­u­la­da ante la reestruc­turación y cierre del frig­orí­fi­co local des­de los años 50, su impacto en las for­mas de protes­ta bar­ri­ales, en la orga­ni­zación gremi­al y en las deman­das obr­eras, anal­izan­do  las dis­putas inter­gremi­ales y la par­tic­i­pación de las mujeres en ese pro­ce­so que trans­for­mó aquel bar­rio ya en los seten­tas, el cual dejó de ser el lugar de tra­ba­jo y de vida obr­era, per­di­en­do su condi­ción comu­ni­taria. De esta for­ma el caso de El Cer­ro per­mite pen­sar la comu­nidad obr­era con­cep­tu­al, históri­ca y geográ­fi­ca­mente situ­a­da, redefinien­do su ciclo históri­co y el suje­to que la pro­duce y habi­ta, las y los tra­ba­jadores nucle­a­d­os en torno al frig­orí­fi­co, jun­to a veci­nos, com­er­ciantes y otros iden­ti­fi­ca­dos ‑den­tro y fuera del lugar de tra­ba­jo- con la protes­ta obr­era y sus deman­das.

En el capí­tu­lo 3 Raphael da Cos­ta Lima se sitúa en la comu­nidad de Vol­ta Redon­da (RJ) con­fig­u­ra­da en torno a la Com­pañía Siderúr­gi­ca Nacional pri­va­ti­za­da a comien­zos de los 90, para pen­sar las recon­fig­u­ra­ciones iden­ti­tarias y las deman­das de los y las tra­ba­jado­ras de la local­i­dad. Des­de el par­a­dig­ma de las com­pa­ny town, el autor sostiene que aún tras la pri­va­ti­zación, e inclu­so tras el divor­cio aparente entre la ciu­dad y la com­pañía, entre el vivir y el tra­ba­jar, dicha ciu­dad per­vivió bajo los aspec­tos sim­bóli­cos y la cul­tura de clase mar­ca­da por aque­l­la indus­tria, en tan­to com­pa­ny town. Con­stru­i­da por cri­te­rios políti­cos en la segun­da pos­guer­ra como com­pañía estatal, Allí en Vol­ta Redon­da se gen­eró entonces un amplio movimien­to de oposi­ción, donde las insti­tu­ciones tradi­cionales como el sindi­ca­to perdieron cen­tral­i­dad y dinamis­mo, para dar paso a nuevos suje­tos y deman­das: el dere­cho a la ciu­dad, al acce­so a aque­l­los espa­cios pri­va­ti­za­dos jun­to con la com­pañía, donde fun­ciona­ban nodos comu­ni­tar­ios de socia­bil­i­dad como clubes y espa­cios verdes. De este reclamo colec­ti­vo por la devolu­ción de tier­ras antes públi­cas surgió en 2015 el Colec­ti­vo Ter­ras da Vol­ta, nucle­an­do otros movimien­to desple­ga­dos en la “ciu­dad del acero”, com­puesto por uni­ver­si­tar­ios, pro­fe­sion­ales, tra­ba­jadores y movimien­tos sociales locales, que con­sti­tuye el coro­lario del pro­ce­so anal­iza­do.

Este primer aparta­do cier­ra con el capí­tu­lo 4, donde Daniel Cabral Márquez refiere a las comu­nidades petrol­eras de la Patag­o­nia argenti­na en clave his­to­ri­ográ­fi­ca y en el mar­co de la com­para­ción con otras regiones de Améri­ca Lati­na, tam­bién de la mano del con­cep­to de com­pa­ny towns. En esta revisión se da cuen­ta de los diver­sos reg­istros gen­er­a­dos sobre las comu­nidades petrol­eras patagóni­cas, que van des­de un rela­to peri­odís­ti­co históri­co-con­mem­o­ra­ti­vo, has­ta su con­fig­u­ración en obje­to / tema de las cien­cias sociales, que dieron pie a diver­sas expli­ca­ciones par­a­dig­máti­cas ampara­das en la anor­mal­i­dad, o desar­rai­go para car­ac­teri­zarlas. Otro eje lo con­sti­tuye la his­to­ria de las empre­sas estatales, como es el caso de YPF que está en el cen­tro de las pre­ocu­pa­ciones del autor, his­to­ria que por cier­to ha tenido esca­so desar­rol­lo en nue­stro cam­po. Sobre esta base el autor anal­iza el trau­ma social y comu­ni­tario del pro­ce­so pri­va­ti­zador de los años 90, la emer­gen­cia de nuevos movimien­tos y actores, y la pos­te­ri­or “petro­lar­ización” de los años 2000, con la pues­ta en val­or del petróleo des­de lo históri­co, económi­co, social y cul­tur­al en esas local­i­dades, con mar­cas tam­bién en el reg­istro de las cien­cias sociales. Cier­ra el capí­tu­lo una reflex­ión inqui­etante sobre el esta­do de despro­tec­ción de los archivos de la empre­sa YPF, su frag­mentación juris­dic­cional /regional y el acce­so inex­is­tente a las empre­sas de carác­ter pri­va­do y su acer­vo doc­u­men­tal.

El segun­do aparta­do del libro reúne tra­ba­jos que reflex­io­nan sobre la dimen­sión políti­ca de la expe­ri­en­cia obr­era, en tres real­i­dades espa­cio tem­po­rales diver­sas. Patri­cio Her­rera González anal­iza en el capí­tu­lo 5 los supuestos y acciones que dieron for­ma al pro­gra­ma y orga­ni­zación de la Con­fed­eración de Tra­ba­jadores de Améri­ca Lati­na (CTAL), durante la segun­da pos­guer­ra. Sigu­ien­do diver­sas instan­cias de con­struc­ción tales como el Con­gre­so Indi­genista de 1940, las reuniones de la propia cen­tral y su par­tic­i­pación en las Con­fer­en­cias Regionales del Tra­ba­jo impul­sadas por la OIT, iden­ti­fi­ca actores y dinámi­cas diver­sas de con­struc­ción de la CTAL. Esto le per­mite a Her­rera mostrar las múlti­ples dimen­siones de esa expe­ri­en­cia region­al, como la bus­ca­da par­tic­i­pación y for­t­alec­imien­to de las cen­trales nacionales de los país­es par­tic­i­pantes, las con­sid­era­ciones del prob­le­ma del campesina­do y la cuestión indí­ge­na en el espa­cio lati­noamer­i­cano y sus suje­tos. Este argu­men­to con­sol­i­da su dis­cusión his­to­ri­ográ­fi­ca, cen­tral en el tex­to aunque no explic­i­ta­da: dis­cu­tir la lec­tura mera­mente políti­ca e instru­men­tal de la CTAL como pro­duc­to de la mil­i­tan­cia par­tidaria comu­nista. Por el con­trario, el tra­ba­jo mues­tra el arrai­go pro­fun­do de la CTAL en relación al mun­do del tra­ba­jo en la región, su conocimien­to, y la artic­u­lación de políti­cas en fun­ción de su pro­gra­ma. El rescate históri­co de esta expe­ri­en­cia plantea así una fuerte difer­en­ciación de sus dimen­siones políti­cas y sindi­cales, las que ni autóno­mas ni escindibles, amer­i­tan una revisión para cal­i­brar su vin­cu­lación y peri­odización, iden­ti­f­i­can­do momen­tos de may­or cer­canía y direc­cional­i­dades cam­biantes y mutuas.

Sobre la políti­ca gremi­al del PRT-ERP entre 1965 y 1976, Lau­ra Scop­pet­ta y Pablo Tor­res en el capí­tu­lo 6 focal­izan en la relación exis­tente entre la con­struc­ción del par­tido y la políti­ca sindi­cal. Los autores recon­struyen la lec­tura de la real­i­dad nacional pro­duci­da por el par­tido para iden­ti­ficar allí posi­ciones sobre el suje­to rev­olu­cionario y el despliegue de una políti­ca propia en el frente sindi­cal y sus trans­for­ma­ciones en cada coyun­tu­ra, por cier­to ver­tig­i­nosa y cam­biante, de los primeros años 70 en Argenti­na. A par­tir de una revisión his­to­ri­ográ­fi­ca, jun­to al análi­sis de cier­tos doc­u­men­tos inter­nos, los autores mues­tran los dis­tin­tos desplaza­mien­tos en la línea políti­ca del par­tido, y su cor­rim­ien­to des­de el mun­do obrero rur­al hacia el ámbito fab­ril urbano, sus for­mas y momen­tos. El PRT leyó la real­i­dad nacional de una man­era par­tic­u­lar y desplegó en fun­ción de estas un vín­cu­lo con la clase tra­ba­jador; esta es la idea estruc­turante del tra­ba­jo que, en defin­i­ti­va, quiere dis­cu­tir la tesis de la ple­na autonomía del PRT en fun­ción de la clase tra­ba­jado­ra, mostran­do que, entre el mil­i­taris­mo y el sindi­cal­is­mo, exis­tió una mira­da aten­ta y reflex­i­va del par­tido sobre la clase, la dic­tadu­ra, y el cam­bio de condi­ciones y eta­pas. Así, en con­traste, el tra­ba­jo de Scop­pet­ta y Torre bus­ca repon­er la cen­tral­i­dad y organi­ci­dad del vín­cu­lo de la expe­ri­en­cia obr­era con las cor­ri­entes políti­cas, una relación clave basa­da en la poli­ti­zación y politi­ci­dad de dicha expe­ri­en­cia, que invi­ta a revis­ar una vez más el vín­cu­lo par­tido-sindi­catos, en sen­ti­do inver­so al bus­ca­do en el capí­tu­lo ante­ri­or, donde se pens­a­ba de man­era más dilu­i­da la acción y agen­cia del Par­tido Comu­nista en la inter­pretación históri­ca de la CTAL.

En el capí­tu­lo 7 que da cierre a esta segun­da parte Andrés Carmi­nati pone en el foco a otro suje­to de la tra­ma de rela­ciones con­sti­tu­ti­vas del mun­do del tra­ba­jo: los empre­sar­ios y sus orga­ni­za­ciones cor­po­ra­ti­vas, su acción desple­ga­da en la con­fig­u­ración en dis­tin­tos momen­tos y fas­es de un con­sen­so políti­co y civ­il a través de múlti­ples voces, incluí­das cier­tas diri­gen­cias sindi­cales, políti­cos y guber­na­men­tales a escala local y nacional, en torno al “ene­mi­go inter­no” empre­sar­i­al, enten­di­do como la “sub­ver­sión indus­tri­al” o guer­ril­la fab­ril, que, como efec­to bus­ca­do o no, colo­ca en primer plano la respon­s­abil­i­dad empre­sar­i­al y civ­il en la repre­sión y per­pe­tración del ter­ror­is­mo de esta­do. En los años que van des­de 1974 al momen­to del golpe, toman­do como base suce­sos, enun­cia­ciones y enun­ciantes en torno a la UOM Vil­la Con­sti­tu­ción en cruce con dis­cur­sos, declara­ciones y tex­tos de este con­jun­to de actores, Carmi­nati mues­tra la con­struc­ción y trans­for­ma­ción de los argu­men­tos y fig­uras que se tejen en torno al ausen­tismo antipa­trióti­co en las fábri­c­as, y cul­mi­nan en la guer­ril­la o sub­ver­sión indus­tri­al, fig­uras políti­cas pro­duc­to de un coro de voces que con­fluyeron y sumaron ele­men­tos en la con­struc­ción públi­ca de con­sen­so sobre el ter­ror estatal, voces ras­treadas de man­era cuida­dosa por el autor inclu­so en doc­u­men­tos desclasi­fi­ca­dos del Depar­ta­men­to de Esta­do de los Esta­dos Unidos.

Un juego explíc­i­to de escalas de análi­sis hil­vana la ter­cera parte del libro, que con­tiene miradas sobre la con­flic­tivi­dad a escala micro, en el lugar del tra­ba­jo, en la local­i­dad y la región en tres capí­tu­los diver­sos. Lau­ra Badaloni escu­d­riña en el capí­tu­lo 8 las huel­gas en el Fer­ro­car­ril Cen­tral Argenti­no en Rosario y Pérez, con­flic­tos pre­vios a la huel­ga gen­er­al fer­roviaria de sep­tiem­bre de 1917. En el análi­sis se evi­den­cia la riqueza de analizar la protes­ta en y des­de el lugar de tra­ba­jo, vis­i­bi­lizan­do diri­gentes, rela­ciones, real­i­dades y dinámi­cas par­tic­u­lares. La auto­ra logra cuan­tificar los despi­dos a con­se­cuen­cia de la cri­sis de la Primera Guer­ra Mundi­al y su vin­cu­lación con la reestruc­turación del tra­ba­jo fer­roviario. En este pro­ce­so se desta­ca la figu­ra del inge­niero inglés Cru­ouch, quien eje­cu­ta y per­son­ifi­ca una par­tic­u­lar cul­tura empre­sar­i­al en esa coyun­tu­ra, y mues­tra las prác­ti­cas y for­mas diver­sas en las que se con­struye la autori­dad patronal, sobre un juego de frag­menta­ciones vin­cu­ladas al pro­ce­so de tra­ba­jo, los gru­pos obreros y sus cal­i­fi­ca­ciones y alian­zas, para con­stru­ir un may­or con­trol y dis­ci­plinamien­to en aquel mun­do del riel sobre el que aún res­ta una den­sa y exhaus­ti­va his­to­ria.

Luciano Baran­di­arán por su parte anal­iza históri­ca­mente la for­ma­ción y com­posi­ción de la clase obr­era tandilense, y las man­eras par­tic­u­lares en que allí se con­struyeron las huel­gas gen­erales de los años 20. El tra­ba­jo dota de vis­i­bil­i­dad a dichas huel­gas y su expre­sión en la ciu­dad, con una clara pre­ocu­pación his­to­ri­ográ­fi­ca en torno a resti­tuir a los “tran­qui­los 20” una dimen­sión con­flic­ti­va, mostran­do la mov­i­lización obr­era en torno a coyun­turas nacionales e inter­na­cionales, como fueron en 1923 el asesina­to de Kurt Wilck­ens, en 1924 el paro en con­tra de Ley de Jubi­la­ciones, y en 1927 el reclamo con­tra la eje­cu­ción de Sac­co y Vanzetti. En el despliegue del capí­tu­lo el autor logra mostrar como el mirar “huel­gas nacionales” des­de una geografía dis­tin­ta da cuen­ta de la het­ero­genei­dad de tiem­pos y for­mas de la protes­ta obr­era, repen­san­do al mis­mo tiem­po su carác­ter “nacional”. Cier­ra este ter­cer aparta­do el capí­tu­lo 10, en el cual Sil­via Simonas­si y Veróni­ca Vogel­mann anal­izan la con­flic­tivi­dad desa­ta­da en la ciu­dad de Rosario en el perío­do 1955–62, coyun­tu­ra por demás con­flic­ti­va y rel­a­ti­va­mente poco estu­di­a­da en sus for­mas y expe­ri­en­cias locales. De man­era nove­dosa y sug­er­ente, el tra­ba­jo mues­tra momen­tos y espa­cios diver­sos de la protes­ta inmedi­a­ta al golpe de 1955: si en un primer momen­to la calle y los bar­rios fueron el espa­cio priv­i­le­gia­do, con el cam­bio de año en 1956, el esce­nario y pro­tag­o­nis­mo se trasladó a los lugares de tra­ba­jo, con el despliegue de sus for­mas habit­uales ausen­tismo, sab­o­ta­jes, huel­gas, paros por sec­ciones para resi­s­tir y com­bat­ir la reestruc­turación indus­tri­al y estatal munic­i­pal y provin­cial. Además de dar luz a la tra­ma de expe­ri­en­cia local, el tra­ba­jo logra iden­ti­ficar y analizar las con­tinuidades exis­tentes entre las políti­cas racional­izado­ras, mate­ri­al­izadas en despi­dos, diver­sas reduc­ciones de salario, condi­ciones y antigüedad, entre otras, sostenidas e imple­men­tadas por la dic­tadu­ra y el desar­rol­lis­mo desple­ga­do por el gob­ier­no de Fron­dizi, tan­to en gremios indus­tri­ales, como la indus­tria frig­orí­fi­ca y met­alúr­gi­ca, como en el esta­do, evi­den­ci­a­do en los casos del empleo munic­i­pal y la docen­cia. Tales con­flic­tos derivan en una cri­sis políti­ca local y la inter­ven­ción de la ciu­dad, lo cual per­mite a las autoras red­i­men­sion­ar las luchas obr­eras que con­frontaron las políti­cas de racional­ización y sus resul­ta­dos diver­sos a niv­el local y nacional.

El cuar­to y últi­mo aparta­do, tit­u­la­do “Trans­for­ma­ciones en el accionar sindi­cal en la his­to­ria reciente: entre lo local, lo nacional y lo transna­cional” se reflex­iona sobre la his­to­ria del sindi­cal­is­mo, sus trans­for­ma­ciones y agen­cias en las últi­mas décadas. En los cin­co capí­tu­los que lo com­po­nen toman pleno cuer­po y pro­tag­o­nis­mo las juven­tudes, la pre­cariedad y la glob­al­ización. Es posi­ble allí repen­sar el peri­o­do ini­ci­a­do en los años 90 en una escala que va de lo munic­i­pal a lo glob­al. En el capí­tu­lo 11 Flo­ren­cia Minar­do abor­da los pro­gra­mas de empleo desar­rol­la­dos en la ciu­dad de Tandil entre 1994 y 2007, sus nuevas dinámi­cas, suje­tos y respues­tas de los sindi­catos. Allí se ilu­mi­na una expe­ri­en­cia local de respues­ta a trans­for­ma­ciones estruc­turales nacionales, cuan­do no mundi­ales, vis­tas des­de el esta­do munic­i­pal: la refor­ma del esta­do y la pre­carización, for­mado­ras de pro­gra­mas locales en los que emerge la flex­i­bi­lización, las cesan­tías, los ser­vi­cios comu­ni­tar­ios, y diver­sas for­mas en que el pro­pio esta­do insti­tu­cional­iza la pre­cariedad del tra­ba­jo en esos años. Esta idea fuerte del análi­sis, la insti­tu­cional­ización del tra­ba­jo pre­cario por parte del esta­do munic­i­pal, incluye al sindi­ca­to munic­i­pal; este últi­mo con posi­ciones ambiguas entre la sol­i­dari­dad con los pre­cariza­dos y su deman­da de plan­ta per­ma­nente, y la con­struc­ción de seg­menta­ciones o fron­teras en el pro­pio mun­do del tra­ba­jo y su exclusión, ambigüedad que car­ac­ter­izó los con­flic­tos en el perío­do 2002–2007, con mat­ices entre los casos de los tra­ba­jadores del cemente­rio y las tra­ba­jado­ras becarias del área de minori­dad. Entre otros, surge aquí el inter­ro­gante en torno al género como ele­men­to con­sti­tu­ti­vo de la diver­si­dad de esta expe­ri­en­cia dis­par de la pre­carización, expe­ri­en­cia anal­iza­da tan­to en su mate­ri­al­i­dad y condi­ciones obje­ti­vas como en su dimen­sión sub­je­ti­va, la huel­la pre­sente en sen­timien­tos de insat­is­fac­ción, incer­tidum­bre, desconocimien­to de rep­re­senta­ciones sindi­cales.

Mari­na Adami­ni en el capí­tu­lo 12 tit­u­la­do “En los már­genes de la revi­tal­ización sindi­cal: acciones y orga­ni­za­ciones colec­ti­vas de jóvenes tra­ba­jadores pre­cariza­dos durante el perío­do kirch­ner­ista”, abor­da los casos de Jóvenes Cien­tí­fi­cos Pre­cariza­dos y los tra­ba­jadores de los call-cen­ters orga­ni­za­dos en la Coor­di­nado­ra de Tra­ba­jadores Pre­cariza­dos, ambos afin­ca­dos en la Ciu­dad de Buenos Aires. Des­de la teoría de la acción colec­ti­va la auto­ra pien­sa la acción y orga­ni­zación de estos jóvenes como con­sti­tu­ti­vas de las már­genes del par­a­dig­ma de la revi­tal­ización sindi­cal, con­sid­erán­do­los como parte de una revi­tal­ización per­iféri­ca, defini­da por la caren­cia de dere­chos y rela­ciones lab­o­rales bási­cas, y car­ac­ter­i­za­da por nuevas prác­ti­cas sindi­cales democráti­cas y auton­o­mis­tas. Se mues­tra en defin­i­ti­va un pro­ce­so de ren­o­vación del movimien­to sindi­cal des­de sus már­genes, en un con­tex­to de crec­imien­to sobre la base de la con­tinuidad nodal del empleo pre­cariza­do. Esa ren­o­vación proviene de un mun­do del tra­ba­jo juve­nil, pre­cario, con una fuerte seg­mentación e inter­sec­ción etárea en la expe­ri­en­cia obr­era, con orga­ni­za­ciones sindi­cales infor­males que suman reper­to­rios de protes­ta nove­dosos, per­for­mances artís­ti­cas, que com­bi­nan un reper­to­rio tradi­cional sindi­cal con un fuerte activis­mo cul­tur­al.

En otra clave, el capí­tu­lo 13 a car­go de San­ti­a­go Duhalde, brin­da una mira­da teóri­ca­mente infor­ma­da en torno a los recur­sos de poder y de orga­ni­zación, mostran­do la cen­tral­i­dad de las rela­ciones y dinámi­cas inter­nas de un sindi­ca­to a la hora de pen­sar su acción, su expe­ri­en­cia, y sobre todo, analizar la efi­ca­cia de su políti­ca. El caso anal­iza­do es la expe­ri­en­cia de la Jun­ta Inter­na de del­e­ga­dos de base de ATE (Aso­ciación de Tra­ba­jadores del Esta­do) del Min­is­te­rio Desar­rol­lo Social de la Nación entre 1997 y 2009, a par­tir del cual se mues­tra su het­ero­genei­dad políti­ca inter­na, las diver­sas trayec­to­rias y for­ma­ciones de sus miem­bros, su dinámi­ca y artic­u­lación en la defini­ción de una estrate­gia y de su acción, y sobre todo, las eta­pas que atraviesa esa expe­ri­en­cia, no sólo en fun­ción de los cam­bios en el gob­ier­no nacional y con­tex­to min­is­te­r­i­al, sino y sobre todo en fun­ción de las rela­ciones y posi­ciones al inte­ri­or del gremio, sus dinámi­cas, dis­putas y afinidades.

Los últi­mos dos capí­tu­los que cier­ran la com­pi­lación ponen el foco en temas claves del mun­do lab­o­ral: la for­ma­ción sindi­cal y la orga­ni­zación glob­al­iza­da. Daniel Dicósi­mo inda­ga en el capí­tu­lo 14 la expe­ri­en­cia de los cen­tros de for­ma­ción sindi­cal como respues­ta a la flex­i­bi­lización en los años 90, una reac­ción o her­ramien­ta para infor­marse, prepararse, resi­s­tir y/o nego­ciar, estrate­gia gremi­al ampli­a­da y ren­o­va­da ante la nue­va eta­pa y la políti­ca lab­o­ral neolib­er­al. Esta estrate­gia supone una relación entre dos cam­pos dis­tin­tos, el de los exper­tos y pro­fe­sion­ales y el mun­do sindi­cal, relación que data de comien­zos de siglo XX y cuya genealogía Dicósi­mo recu­pera. En los diver­sos casos de la CGT, el MTA y la CTA en par­tic­u­lar, se mira las for­mas y casos de incor­po­ración de cen­tros de estu­dio y for­ma­ción gremi­al, la incor­po­ración de sec­tores no obreros para artic­u­lar una respues­ta políti­ca a niv­el local, nacional, e inter­na­cional a la situación estruc­tur­al de flex­i­bi­lización lab­o­ral, pro­ce­so que incluye a la OIT como are­na de for­ma­ción, legit­i­mación y nego­ciación. EL tra­ba­jo pasa revista de diver­sos casos, entre los que se desta­ca el Cen­tro de Estu­dios de For­ma­ción Sindi­cal crea­do en 1982 en Vil­la Con­sti­tu­ción. Allí es posi­ble iden­ti­ficar el pasaje de una fun­ción políti­ca a otra, de la trasmisión de una expe­ri­en­cia mil­i­tante com­bat­i­va en los años 80 al estu­dio e infor­ma­ción pro­fe­sion­al ante la reestruc­turación pro­duc­ti­va y la necesi­dad de for­marse e infor­marse de una nue­va man­era para las nego­cia­ciones colec­ti­vas en los 90.

En el últi­mo capí­tu­lo Julia Soul abor­da las redes sindi­cales glob­ales en este caso en el sec­tor siderúr­gi­co, dan­do cuen­ta de una nue­va for­ma gremi­al que per­mite dis­cu­tir de man­era artic­u­la­da ante las empre­sas multi­na­cionales. Lejos de las fed­era­ciones inter­na­cionales por sec­tor como las del trans­porte, que datan inclu­so de fines del siglo XIX y nucle­a­ban a sindi­catos nacionales, y lejos tam­bién de los espa­cios insti­tu­cionales y la estruc­tura que la propia empre­sa pro­pone para incor­po­rar la rep­re­sentación sindi­cal, estas nuevas for­mas orga­ni­za­cionales sur­gen del des­dibu­jamien­to de la rama/sector y las fron­teras nacionales en la con­fig­u­ración de la cade­na pro­duc­ti­va. El caso siderúr­gi­co de Tenaris y Ger­dau anal­iza­dos mues­tra la imposi­bil­i­dad de dis­putar condi­ciones de tra­ba­jo y salar­i­ales sobre antiguas bases industriales/sectoriales, y a la vez la diver­si­dad de las expe­ri­en­cias desar­rol­ladas. El capí­tu­lo nos para así frente a un fuerte pro­ce­so actu­al de reor­ga­ni­zación de la clase tra­ba­jado­ra mundi­al y la con­fig­u­ración de nuevas for­mas sindi­cales en torno a las cade­nas de pro­ce­sos de tra­ba­jo y val­orización glob­ales. Des­de los primeros años del siglo XXI se despl­ie­gan estas redes, con su propia agen­da (en abier­to dial­o­go con la OIT) cen­tradas en cier­to tipo de acciones glob­ales como cam­pañas en torno al tra­ba­jo femeni­no y juve­nil.

Tras este no tan breve pero nece­sario repa­so por los temas, capí­tu­los y per­spec­ti­vas desple­gadas en la com­pi­lación, es posi­ble afir­mar que el libro colo­ca el foco en la tra­ma social y sindi­cal del mun­do del tra­ba­jo en la región lati­noamer­i­cana, a los esta­dos nacional y munic­i­pal, a los empre­sar­ios, par­tidos y gremios nacionales y sindi­catos de base, munic­i­pales, nacionales y regionales, y al mis­mo tiem­po mar­ca los tiem­pos y for­mas de la pre­carización y las már­genes de ese mun­do obrero, la des­ocu­pación y la repre­sión. En suma, iden­ti­fi­ca y orde­na una serie de prob­lemáti­cas nodales en la his­to­ri­ografía obr­era.

Tam­bién es posi­ble iden­ti­ficar en el con­jun­to de tra­ba­jos momen­tos estruc­turantes glob­ales de la expe­ri­en­cia obr­era que son vis­tos des­de otras lat­i­tudes y conex­iones: coyun­turas como las cri­sis de la primera guer­ra, la de ini­cios de los 30 o la segun­da pos­guer­ra son delin­eadas en diver­sos tra­ba­jos. Con may­or énfa­sis pueden visu­alizarse los momen­tos de reor­ga­ni­zación pro­duc­ti­va en torno a los años 50, o a los 90, a través de pro­ce­sos estruc­turales que glob­al­mente han recon­fig­u­ra­do de man­era diver­sa a amplios sec­tores del tra­ba­jo, generan­do deman­das y acti­van­do sub­je­tivi­dades múlti­ples (obr­eras, estatales, empre­sar­i­ales) ante su impacto local y region­al en las for­mas pro­duc­ti­vas, en las rela­ciones y expe­ri­en­cia lab­o­rales, en la orga­ni­zación y la for­mas de lucha. Dichos momen­tos que atraviesan el libro mues­tran una fuerte vin­cu­lación con los cam­bios en los pro­ce­sos pro­duc­tivos, pro­ce­sos de tra­ba­jo y estruc­turación de cada sec­tor, y su impacto, respues­tas, y las agen­cias de los tra­ba­jadores involu­cra­dos. Así lo mues­tra la protes­ta fer­roviaria en Rosario durante la Primera Guer­ra Mundi­al, y las téc­ni­cas de racional­ización del tra­ba­jo imple­men­tadas por Crouch, pro­ducien­do nuevos des­ocu­pa­dos que están sien­do medi­dos y cat­a­lo­ga­dos por los esta­dos nacionales. Otra mues­tra es la restruc­turación pro­duc­ti­va y la racional­ización ante la cri­sis en los años 60 tan­to en la indus­tria frig­orí­fi­ca, met­alúr­gi­ca, como en la docen­cia y el empleo estatal en Rosario, pero tam­bién en El Cer­ro mon­te­v­ideano. Un nue­vo momen­to se pre­sen­ta ante la cri­sis y las políti­cas neolib­erales en la déca­da de 1990, cuan­do tan­to en la Patag­o­nia y las comu­nidades petrol­eras, la siderúr­gi­ca y pri­va­ti­za­ciones en Vol­ta Redon­da en Brasil, en la recon­fig­u­ración del empleo públi­co en Tandil, impacta una situación estruc­tur­al que recon­figu­ra suje­tos y políti­cas gremi­ales y comu­ni­tarias.

Como pro­pusi­mos en el ini­cio, pen­sar este libro como puer­ta de entra­da al cam­po his­to­ri­ográ­fi­co y su pro­duc­ción, en cier­to sen­ti­do per­mite iden­ti­ficar tam­bién las vacan­cias o sostenidas ausen­cias, que en este caso giran en torno al mun­do del tra­ba­jo rur­al y a la mira­da des­de el género para inter­pre­tar los grandes pro­ce­sos y expe­ri­en­cias a las que el libro refiere. Sobre el mun­do obrero rur­al, hay huel­las en diver­sos capí­tu­los que per­miten for­mu­lar la pre­gun­ta, como la con­sid­eración del prob­le­ma campesino e indí­ge­na por la CTAL en los años 40, por men­cionar algu­na de peso. Sobre cues­tiones de género, hay ref­er­en­cias explíc­i­tas, como es el caso del tra­ba­jo de Por­ri­ni es donde aparece con más clar­i­dad la pre­gun­ta por la par­tic­i­pación de las mujeres, su pres­en­cia en la indus­tria frig­orí­fi­ca por sec­ción ‑las friy­eras -, mostran­do al sindi­ca­to como un uni­ver­so pro­fun­da­mente mas­culi­no, y el caso par­a­dig­máti­co de las her­manas Lordón, que lle­van a inter­rog­a­rse por las rela­ciones de género en el mer­ca­do de tra­ba­jo y sec­tores pro­duc­tivos, pero sobre todo, en las for­mas de las protes­ta y la orga­ni­zación sindi­cal. Por sobre estas las ausen­cias, la pre­ocu­pación por la gen­eración de conocimien­to en torno al mun­do del tra­ba­jo lati­noamer­i­cano, sus suje­tos, sus trans­for­ma­ciones y ten­den­cias actuales, y sobre todo, la recu­peración de su cen­tral­i­dad históri­ca y social en la esce­na local y region­al son el fuerte de esta nue­va com­pi­lación, que colo­ca el foco de una man­era ren­o­va­da en las expe­ri­en­cias de la clase tra­ba­jado­ra. El libro ilu­mi­na así el mun­do obrero des­de el siglo XX y en el siglo XXI, abar­ca una mul­ti­pli­ci­dad de suje­tos (empre­sas, téc­ni­cos, inge­nieros, gremios, esta­dos nacionales, munic­i­pales) y por supuesto, la clase tra­ba­jado­ra en su het­ero­genei­dad (jóvenes, estu­di­antes, des­ocu­pa­dos, pre­cariza­dos), repen­san­do expe­ri­en­cias políti­co-sindi­cales en diver­sas escalas, país­es y sec­tores, vis­i­bi­lizan­do tra­mas inter­na­cionales, tan­to int­elec­tuales como orga­ni­za­ti­vas, del mun­do del tra­ba­jo, colocán­donos así de una man­era más reflex­i­va e infor­ma­da ante las inqui­etudes e incer­tidum­bres del pre­sente lab­o­ral.

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Simonas­si, Sil­via y Daniel Dicósi­mo (comp.) 2018 Tra­ba­jadores y sindi­catos en Lati­noaméri­ca. Ima­go Mun­di, Buenos Aires. 320p. ISBN 978–950–793–295–3

* CONICET (Con­se­jo Nacional de Inves­ti­ga­ciones Cien­tí­fi­cas y Téc­ni­cas). IDAES-UNSAM (Insti­tu­to de Altos Estu­dios Sociales, Uni­ver­si­dad Nacional de San Martín). lauracaruso@gmail.com

[1] Simonas­si, Sil­via y Daniel Dicósi­mo 2011 Tra­ba­jadores y empre­sar­ios en la Argenti­na del Siglo XX: inda­ga­ciones des­de la his­to­ria social. Pro­his­to­ria, Rosario.

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  Cómo citar ¬

Laura caruso, «Crítica del libro Trabajadores y sindicatos en Latinoamérica», Revista de Estudios Marítimos y Sociales [En línea], publicado el [insert_php] echo get_the_time('j \d\e\ F \d\e\ Y');[/insert_php], consultado el [insert_php] setlocale(LC_ALL,"es_ES"); echo strftime("%e de %B del %Y");[/insert_php]. URL: https://estudiosmaritimossociales.org/archivo/rems-14/resena-caruso/
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