Sustentabilidad social en la vivienda de producción estatal: construcción de indicadores de evaluación a partir del proyecto Quinta Monroy (estudio Elemental, 2002, Iquique, Chile)

Social sus­tentabil­i­ty in state-pro­duced hous­ing: con­struc­tion of eval­u­a­tion indi­ca­tors through the Social Hous­ing Project Quin­ta Mon­roy (Ele­men­tal, 2002, Iquique, Chile)

Micaela Tomadoni*
María José Díaz Varela**

Recibido: 27 de mar­zo de 2018
Acep­ta­do: 2 de octubre de 2018

Resumen

En gen­er­al, la prob­lemáti­ca del déficit habita­cional que acon­tece a los país­es lati­noamer­i­canos, tiene como respues­ta del Esta­do la con­struc­ción de vivien­da de interés social. Sin embar­go, en estos proyec­tos no siem­pre se con­sid­er­an aspec­tos sociales de impor­tan­cia. El obje­ti­vo de este tra­ba­jo reside en pro­fun­dizar el con­cep­to de sus­tentabil­i­dad social en la vivien­da de pro­duc­ción estatal para la con­struc­ción de cri­te­rios de eval­u­ación de proyec­tos, bus­can­do a su vez com­ple­men­tar los indi­cadores para la eval­u­ación de la sus­tentabil­i­dad desar­rol­la­dos por las autoras en estu­dios antecedentes. Para ello se plantea la obser­vación de las car­ac­terís­ti­cas prin­ci­pales de sus­tentabil­i­dad social pre­sentes en el proyec­to pro­fe­sion­al “Quin­ta Mon­roy” real­iza­do por el estu­dio Ele­men­tal lid­er­a­do por el arqui­tec­to Ale­jan­dro Arave­na (2002, Iquique, Chile), sig­ni­fica­ti­vo en el con­tex­to lati­noamer­i­cano por haber obtenido resul­ta­dos sat­is­fac­to­rios en la vida de las famil­ias que las habi­tan. El pro­ced­imien­to metodológi­co fue el estu­dio de fuentes bib­li­ográ­fi­cas que describen sus prin­ci­pales car­ac­terís­ti­cas y la expe­ri­en­cia de los habi­tantes del con­jun­to, así como el análi­sis de su doc­u­mentación grá­fi­ca. Se desta­ca que de la obser­vación de la expe­ri­en­cia post-ocu­pa­cional en casos emblemáti­cos de vivien­das de interés social se obtienen impor­tantes aportes para la con­struc­ción de indi­cadores de eval­u­ación de la sus­tentabil­i­dad, espe­cial­mente en su esfera social.

Pal­abras clave: sus­tentabil­i­dad urbana — déficit habita­cional — indi­cadores de sus­tentabil­i­dad — proyec­tos urbanos

Abstract

In gen­er­al, the state’s response to the hous­ing short­age in Latin Amer­i­can coun­tries is the con­struc­tion of the so-called social hous­ing projects. How­ev­er, these projects do not always take into account impor­tant social aspects. The goal of this research is to go deep­er into the con­cept of social sus­tain­abil­i­ty in state-pro­duced hous­ing in order to build cri­te­ria for the eval­u­a­tion of social hous­ing projects, aim­ing at the same time at improv­ing the sus­tain­abil­i­ty eval­u­a­tion indi­ca­tors devel­oped by the authors in pre­vi­ous stud­ies. The approach to achieve these goals was the obser­va­tion of the main char­ac­ter­is­tics of social sus­tain­abil­i­ty found in the pro­fes­sion­al project Quin­ta Mon­roy designed by Ele­men­tal stu­dio led by archi­tect Ale­jan­dro Arave­na (2002, Iquique, Chile), of sig­nif­i­cant inter­est in the Latin Amer­i­can con­text because of the sat­is­fac­to­ry results expe­ri­enced among its inhab­i­tants. The pro­posed research method­ol­o­gy is the study of bib­li­o­graph­ic ref­er­ences that ana­lyze its main char­ac­ter­is­tics and the expe­ri­ence of the fam­i­lies who inhab­it them, as well as the obser­va­tion of the archi­tec­ture draw­ings. It is empha­sized that from the eval­u­a­tion of the post occu­pan­cy expe­ri­ence in out­stand­ing cas­es of social hous­ing projects impor­tant infor­ma­tion can be acquired for the con­struc­tion of indi­ca­tors for sus­tain­abil­i­ty eval­u­a­tion, espe­cial­ly in its social dimen­sion.

Key words: urban sus­tain­abil­i­ty — hous­ing short­age — sus­tain­abil­i­ty indi­ca­tors — urban project

~•~

Introducción

La situación habita­cional en Lati­noaméri­ca mues­tra un déficit que se ve refle­ja­do en la difer­en­cia entre hog­a­res con­for­ma­dos y la can­ti­dad de vivien­das con­stru­idas exis­tentes [Nieto 1999]. Ante esta prob­lemáti­ca, los país­es de Améri­ca Lati­na y el Caribe acor­daron en las Naciones Unidas “aumen­tar sus­tan­cial­mente las solu­ciones habita­cionales para hac­er frente a las caren­cias de alo­jamien­to, en espe­cial de las famil­ias de menores recur­sos, en un número que debería ser, por lo menos, igual al de los nuevos hog­a­res que se for­man anual­mente, para así evi­tar que el déficit cuan­ti­ta­ti­vo con­tinúe incre­men­tán­dose” [Nieto 1999: 7]. Este acon­tec­imien­to infiere en las políti­cas habita­cionales que influyeron en nues­tra región.

La situación de déficit habita­cional se ve refle­ja­da en Argenti­na, agrava­da por la cri­sis social que alcanzó un pun­to máx­i­mo en el 2001. A par­tir de este pun­to de inflex­ión, la con­struc­ción de vivien­das se con­sid­eró no sólo para sol­ven­tar el déficit, sino tam­bién como reac­ti­vador económi­co. La pro­duc­ción estatal se ve refle­ja­da entre las dis­tin­tas oper­a­to­rias de vivien­da real­izadas, entre las cuales se desta­can: (i) el Plan Fed­er­al de Vivien­da, Ter­reno y Proyec­to, PFV (TyP), de cober­tu­ra nacional; (ii) el Pro­gra­ma Fed­er­al de Emer­gen­cia Habita­cional (PFEH), cono­ci­do como “Techo y Tra­ba­jo”, de cober­tu­ra nacional; y (iii) el Plan Dig­nidad (PD), de cober­tu­ra nacional y provin­cial [Tomadoni y Díaz Varela 2017]. Sien­do que estas oper­a­to­rias no lograron resolver los prob­le­mas habita­cionales, debido prin­ci­pal­mente a que no con­tem­pla­ban la inte­gración urbana, el com­ple­tamien­to de equipamien­tos, y en muchas oca­siones no cumplían con los requer­im­ien­tos bási­cos con­struc­tivos, como desta­can Tor­res Cano et al. [2001], se pre­tende pro­fun­dizar en los con­cep­tos de sus­tentabil­i­dad apli­ca­dos a la vivien­da de interés social.

Se define a la vivien­da de interés social como aque­l­la con­stru­i­da con recur­sos del Esta­do y des­ti­na­da a la población de menores recur­sos y en condi­ciones vul­ner­a­bles [Asis 2014]. Com­ple­men­tari­a­mente a este con­cep­to se debe men­cionar la noción de hábi­tat dig­no, de gran impor­tan­cia al momen­to de gener­ar los cri­te­rios a aplicar en el análi­sis de la vivien­da. Este con­cep­to,

incluye a las condiciones habitacionales, pero incluye también condiciones para el ámbito barrial, su relación con la ciudad y los diversos factores que hacen a la integración de estos hogares a la sociedad: la tenencia segura de la vivienda, el acceso al trabajo decente y los recursos económicos necesarios para la reproducción adecuada de la vida, las protecciones sociales para acceder a la salud, la educación, la participación en la vida social y política, la identidad social positiva y las posibilidades de disfrutar del ocio y la cultura, etc., que es necesario que queden lo más especificadamente posible como metas para el diseño de las soluciones de los proyectos integrales a elaborarse para la intervención de dichas áreas [Barreto 2010: 176].

Estas defini­ciones per­miten pro­fun­dizar en la con­cep­tu­al­ización de la vivien­da de interés social y a su vez apor­tan a la con­struc­ción de indi­cadores de sus­tentabil­i­dad.

Se pro­pone como obje­ti­vo de esta pub­li­cación estable­cer indi­cadores de sus­tentabil­i­dad social, que com­ple­menten los desar­rol­la­dos en estu­dios antecedentes por Tomadoni y Díaz Varela [2017], par­tic­u­lar­mente para los ejes Implantación y Emplaza­mien­to, y Fun­cionabil­i­dad y Dura­bil­i­dad.  Como defini­ción de indi­cadores de sus­tentabil­i­dad se con­sid­era lo expuesto por [Singh et al. 2009] quienes los definen como her­ramien­tas útiles para la for­mu­lación de políti­cas debido a que per­miten visu­alizar clara­mente fenó­menos y destacar ten­den­cias hacia obje­tivos de sus­tentabil­i­dad; además, tienen la capaci­dad de sin­te­ti­zar, cuan­tificar y comu­nicar infor­ma­ción com­ple­ja de una man­era sim­ple que facilite la toma de deci­siones. A par­tir de la con­struc­ción de los mis­mos, se pre­tende con­sti­tuir una her­ramien­ta de eval­u­ación de la sus­tentabil­i­dad en vivien­da de interés social posi­ble de aplicar tan­to en la eta­pa de gen­eración del proyec­to como su a vez en una eta­pa post-ocu­pa­cional. Como obje­ti­vo especí­fi­co se plantea pro­fun­dizar en el con­cep­to de sus­tentabil­i­dad social a par­tir del análi­sis de un caso pro­fe­sion­al de vivien­da de interés social, el proyec­to Quin­ta Mon­roy real­iza­do en Iquique, Chile por el estu­dio Ele­men­tal. Como metodología se pro­pone el estu­dio de fuentes bib­li­ográ­fi­cas que describen las car­ac­terís­ti­cas y la expe­ri­en­cia post-ocu­pa­cional de los habi­tantes del con­jun­to Quin­ta Mon­roy, así como la obser­vación y análi­sis de doc­u­mentación grá­fi­ca del proyec­to en cuestión, hacien­do énfa­sis en aque­l­los aspec­tos que refieren a la sus­tentabil­i­dad, en su esfera social prin­ci­pal­mente. Mon­tan­er [2015] desta­ca que este es uno de los proyec­tos de vivien­da de interés social en situa­ciones per­iféri­c­as que “han con­segui­do dig­nificar dichas real­iza­ciones con la cal­i­dad de la vivien­da, de la estruc­tura urbana y de los espa­cios libres que la mor­fología va cre­an­do” [Mon­tan­er 2015: 235].

Sustentabilidad: conceptualización

Para alcan­zar el desar­rol­lo sus­tentable es nece­sario eval­u­ar dis­tin­tas vari­ables que influyen en las deci­siones proyec­tuales. A fines de la real­ización de este tra­ba­jo se tomó de ref­er­en­cia el desar­rol­lo del con­cep­to de sus­tentabil­i­dad real­iza­do por Evans [2010], que pro­pone tres pilares donde la sociedad debiera desar­rol­larse: el ecológi­co, el económi­co y el social. Estos pilares en su con­jun­to dan soporte al con­cep­to de sus­tentabil­i­dad (Figu­ra 1). Al pro­fun­dizar en estas cat­e­gorías, el pilar sus­tentabil­i­dad ambi­en­tal se sub­di­vide a su vez en dos sub­cat­e­gorías: “con­ser­vación” y “uso sus­tentable de los recur­sos”. La primera tiene como prin­ci­pio apun­tar a la diver­si­dad en los sis­temas de soportes y preser­vación de ambi­entes cul­tur­ales e históri­cos. El segun­do, uso sus­tentable de los recur­sos, pre­tende poten­ciar el aprovechamien­to inte­gral de los recur­sos ren­ov­ables y la min­i­mización de los recur­sos no ren­ov­ables, la polu­ción, daños ambi­en­tales y daños a la salud. Con respec­to al pilar sus­tentabil­i­dad económi­ca, se com­pone de las sub­cat­e­gorías “equidad” y “via­bil­i­dad”. La primera sub­cat­e­goría refiere a la equidad entre naciones y gen­era­ciones, bus­car evi­tar los inter­cam­bios des­pare­jos y en la dis­tribu­ción del cos­to-ben­efi­cio. Otro de los aspec­tos al que apun­ta este pilar es la via­bil­i­dad de prop­ues­tas, la cual ase­gu­ra cos­tos reales y apun­ta al apoyo de las economías locales y pro­mueve políti­cas éti­cas. El últi­mo pilar, la sus­tentabil­i­dad social, se sub­di­vide en las sub­cat­e­gorías “ben­efi­cios” y “orga­ni­zación”. Respec­to a la sub­cat­e­goría ben­efi­cios, refiere a aque­l­las cues­tiones que per­mi­tan la mejo­ra de la cal­i­dad de vida, la equidad social y la inte­gración cul­tur­al; y en cuan­to a la orga­ni­zación, refiere a defend­er la inde­pen­den­cia y autode­ter­mi­nación, la par­tic­i­pación y la coop­eración [Evans 2010].

Figura 1. Concepto de sustentabilidad

Fuente: Elab­o­ración propia sobre la base de Evans 2010

Pro­fun­dizan­do en la noción de sus­tentabil­i­dad social, se con­sid­era rel­e­vante incor­po­rar el con­cep­to de Desar­rol­lo Humano Sus­tentable que, de acuer­do con Taks [2017] con­siste en no solo en dejar un mejor ambi­ente a las gen­era­ciones futuras, sino en legar mejores gen­era­ciones para el ambi­ente, resaltan­do la necesi­dad de dis­minuir y abolir las pro­fun­das difer­en­cias entre país­es, entre clases, entre géneros, entre gru­pos étni­cos y entre edades. Intere­sa destacar en este pun­to, cómo los aspec­tos men­ciona­dos influyen en la con­cep­ción del proyec­to arqui­tec­tóni­co y su relación con la vivien­da de interés social. A pri­ori, esta idea puede verse refle­ja­da en el hecho de que un proyec­to sus­tentable es una solu­ción inte­gral ter­ri­to­r­i­al y social­mente, acce­si­ble físi­ca y económi­ca­mente, ade­cua­da fun­cional­mente, segu­ra jurídica­mente y estim­u­lante psi­cológi­ca­mente [Nahoum 2017]. A lo men­ciona­do puede agre­garse que la sus­tentabil­i­dad debería incluir al acce­so al sue­lo, la “no seg­re­gación”, que las solu­ciones sat­isfa­gan las necesi­dades físi­cas, cul­tur­ales de recreación y tra­ba­jo de los habi­tantes y a su vez, que las oper­a­to­rias de vivien­da respe­ten el ter­ri­to­rio donde se implan­tan.

Otro de los aspec­tos con­sid­er­a­do de sig­nif­i­can­cia para la con­struc­ción de una metodología de eval­u­ación de la sus­tentabil­i­dad social es la hab­it­abil­i­dad urbana como uno de los fac­tores de cal­i­dad de vida. Para acced­er a condi­ciones sat­is­fac­to­rias de hab­it­abil­i­dad, los desar­rol­los habita­cionales, deberían con­tener áreas urbanas hab­it­a­bles [Moreno Olmos 2008]. Con respec­to a la hab­it­abil­i­dad se con­sid­era nece­sario cumplir con están­dares de salu­bri­dad, tér­mi­cos y acús­ti­cos, con­tem­p­lan­do las pro­tec­ciones cor­re­spon­di­entes y agre­gan­do otro aspec­to sig­ni­fica­ti­vo como el ahor­ro energéti­co.

Estos con­cep­tos desar­rol­la­dos a lo largo de este aparta­do per­miten la real­ización de un análi­sis del caso del con­jun­to Quin­ta Mon­roy, per­mi­tien­do así, visu­alizar la ejem­pli­fi­cación con­cep­tu­al en un proyec­to pro­fe­sion­al con­stru­i­do. Lo men­ciona­do con­tribuirá con la con­struc­ción de cri­te­rios e indi­cadores para la eval­u­ación de la sus­tentabil­i­dad social.

Sustentabilidad social en Quinta Monroy de Elemental

El proyec­to Quin­ta Mon­roy, con­ce­bido por el estu­dio Ele­men­tal encabeza­do por el arqui­tec­to Ale­jan­dro Arave­na, fue real­iza­do en la ciu­dad de Iquique en Chile (2002–2004). El estu­dio fue con­tac­ta­do en el 2002 por el Pro­gra­ma Chile-Bar­rio del Gob­ier­no chileno, para tra­ba­jar en el cam­pa­men­to Quin­ta Mon­roy de Iquique en el desier­to chileno. El obje­ti­vo era radicar a 100 famil­ias que durante 30 años ocu­paron un ter­reno de media hec­tárea en el cen­tro de la ciu­dad.

A con­tin­uación, se brin­dan las car­ac­terís­ti­cas más sig­ni­fica­ti­vas obser­vadas en este proyec­to que influyen en la sus­tentabil­i­dad social, en relación a dos cues­tiones fun­da­men­tales que per­mi­tirán con­stru­ir los indi­cadores que con­for­marán la her­ramien­ta de eval­u­ación: la inte­gración urbana y la par­tic­i­pación e iden­ti­dad en el pro­ce­so de proyec­to.

Una de las premisas del estu­dio Ele­men­tal fue pro­pon­er una nue­va tipología de vivien­da social, bus­can­do una vivien­da pop­u­lar cre­ced­era, y con respec­to a su local­ización, no situ­ar­la en la per­ife­ria sino en parce­las de una hec­tárea aprox­i­mada­mente, den­tro de un teji­do urbano ade­cuada­mente equipa­do [Mon­tan­er 2015]. Este proyec­to per­mite inda­gar la vivien­da de interés social no como un ente ais­la­do de su implantación urbana, sino impli­can­do la urban­idad de un con­jun­to que no puede con­sti­tuirse des­de cero, desta­can­do la impor­tan­cia de los condi­cio­nantes del con­tex­to como la cer­canía a equipamien­tos (escue­las, hos­pi­tales, espa­cios deportivos, etc.), cer­canía a medios de trans­porte y a su vez a la fuente de tra­ba­jo de los habi­tantes.

Una de las claves en la imple­mentación de la prop­ues­ta fue selec­cionar como ter­reno para las nuevas vivien­das el mis­mo sitio donde se encon­tra­ban entonces habi­tan­do las famil­ias, per­mi­tien­do con esta local­ización man­ten­er la cer­canía a las redes de opor­tu­nidades rela­cionadas con el tra­ba­jo, trans­porte, edu­cación, salud, etc. [Arave­na et al. 2004]. En la Figu­ra 2 se encuen­tra primero el asen­tamien­to orig­i­nal y al lado la prop­ues­ta de inter­ven­ción arqui­tec­tóni­ca, en la cual la inten­ción de no perder la urban­idad y la con­sid­eración de la frag­ili­dad de los vín­cu­los y el con­tex­to cul­tur­al sub­y­a­cente se desta­can como con­cep­tos cen­trales. Esta respues­ta a inser­tar la vivien­da en la ciu­dad tenien­do en cuen­ta el con­tex­to social y la cul­tura como premisa, per­mite que se con­tem­plen las defini­ciones desar­rol­ladas por Rapa­port [1969] de la vivien­da como “unidad espa­cial social”.

Es impor­tante destacar a su vez, que el proyec­to Quin­ta Mon­roy con­ta­ba con condi­ciones de ini­cio par­tic­u­lares, donde el pre­supuesto para poder realizar las vivien­das era muy ajus­ta­do y per­mitía con­stru­ir sola­mente una super­fi­cie mín­i­ma. Ante esta condi­ción de ini­cio el estu­dio Ele­men­tal pro­pu­so desar­rol­lar una solu­ción habita­cional que se con­virtiera en una vivien­da digna con el tiem­po. En la Figu­ra 2, en la ima­gen infe­ri­or, se puede obser­var el proyec­to en su eta­pa ini­cial de con­cep­ción del pro­totipo “inacaba­do”. Esta solu­ción habita­cional comen­zó a ten­er otro carác­ter con el avance en el desar­rol­lo de sus premisas.

Figura 2. Implantación antes y después e Imagen del proyecto del Prototipo de vivienda Quinta Monroy, por el equipo Elemental

Fuente: Elab­o­ración propia sobre la base de Arave­na 2004

Otro de los aspec­tos a destacar en el desar­rol­lo de este proyec­to es la con­sid­eración de la críti­ca históri­ca de la vivien­da de interés social por su inca­paci­dad de respon­der a la diver­si­dad de con­for­ma­ciones de gus­tos y sen­si­bil­i­dades de las dis­tin­tas famil­ias [Arave­na 2004]. Los proyec­tis­tas anal­izan esta críti­ca a par­tir de la con­cep­ción de que la vivien­da es posi­ble de ampli­ar a través de la auto­con­struc­ción de los habi­tantes, que apor­tan su mira­da e inten­ciones en la idea del con­jun­to, mejo­ran­do así la apropiación de la vivien­da y del bar­rio. La Figu­ra 3 mues­tra la inves­ti­gación proyec­tu­al de la evolu­ción en la con­cep­ción del pro­totipo y la eval­u­ación que se real­iza de las dis­tin­tas tipologías volumétri­c­as posi­bles has­ta el resul­ta­do final. Las vari­ables con­sid­er­adas por el equipo de proyec­to fueron: vivien­da por lote con perímetro libre, vivien­da com­pacta entre medi­an­eras, y edi­fi­cio en torre. Todas ellas, sumadas al pre­supuesto y a las dimen­siones del ter­reno, rep­re­senta­ban dis­tin­tas prob­lemáti­cas, es por ello que pro­pusieron una nue­va tipología que per­mite a la vivien­da cre­cer.

Figura 3. Experiencias tipológicas

Fuente: Elab­o­ración propia sobre la base de Arave­na 2004 y Pérez 2011

La prop­ues­ta de lograr que cada famil­ia pue­da cre­cer con­struyen­do y dán­dole sen­ti­do de perte­nen­cia a su unidad de vivien­da, se man­i­festó en la real­i­dad ya que actual­mente pueden obser­varse los crec­imien­tos real­iza­dos por los habi­tantes. En la Figu­ra 4, que mues­tra una foto actu­al del con­jun­to, se obser­va el com­ple­tamien­to de lo proyec­ta­do por los arqui­tec­tos. El modo de ampliación que pro­po­nen las vivien­das posi­bili­ta a los habi­tantes brindar­les a los espa­cios los usos que nece­siten per­mi­tien­do, entre otras cues­tiones, adap­tar­las para el desar­rol­lo de su tra­ba­jo y sus­ten­to. Además, la elec­ción del mobil­iario, la ima­gen y for­ma final de la unidad, quedó deter­mi­na­da por cada habi­tante a par­tir de la auto­con­struc­ción, logran­do otor­gar una iden­ti­dad propia al con­jun­to que facili­ta la apropiación efec­ti­va, refle­jan­do las cos­tum­bres y cul­tura de las per­sonas para las que fue proyec­ta­do.

Figura 4. Fotografías de las viviendas adaptadas

Fuente: Elab­o­ración propia sobre la base de https://www.plataformaarquitectura.cl/cl/02–2794/quinta-monroy-elemental

Criterios e indicadores para la evaluación de la sustentabilidad social

A par­tir del desar­rol­lo e inda­gación de los con­cep­tos y cri­te­rios de eval­u­ación de la sus­tentabil­i­dad social, suma­do a la obser­vación del caso Quin­ta Mon­roy como ref­er­ente de una expe­ri­en­cia lati­noamer­i­cana, fue posi­ble incor­po­rar una nue­va per­spec­ti­va cor­re­spon­di­ente a esta esfera de la sus­tentabil­i­dad al con­jun­to de indi­cadores definidos en tra­ba­jos pub­li­ca­dos pre­vi­a­mente en Revista I+A, en el artícu­lo “Sus­tentabil­i­dad en la vivien­da de interés social en Mar del Pla­ta: una metodología para su eval­u­ación a par­tir de indi­cadores” [Tomadoni y Díaz Varela 2017]. Se tra­ba­jó en la incor­po­ración de estos cri­te­rios en los ejes “Implantación y emplaza­mien­to” y “Proyec­to y Par­tic­i­pación”. Al primer eje, se agregó el cri­te­rio referi­do a la Inte­gración Urbana, y al segun­do eje se incor­poró el cri­te­rio Par­tic­i­pación e Iden­ti­dad. A con­tin­uación, se desar­rol­la el méto­do de con­struc­ción de los indi­cadores, por cada uno de los ejes con­sid­er­a­dos.

Implantación y Emplaza­mien­to

En la con­for­ma­ción de este eje, fue nece­sario con­sid­er­ar las car­ac­terís­ti­cas del sitio de implantación, uti­lizan­do como ref­er­en­cia la nor­ma IRAM 1160, que establece las condi­ciones climáti­cas, posi­bil­i­tan­do apre­ciar como el proyec­to de la vivien­da aprovecha el asoleamien­to en los meses fríos y cáli­dos. A su vez se anal­izan los vien­tos pre­dom­i­nantes para con­fig­u­rar la implantación de la vivien­da [Cza­jkow­ki y Gómez 2009]. Estos ítems son desar­rol­la­dos en los temas de eval­u­ación prop­uestos “Sitio y paisaje” y “Ori­entación y vien­tos”.

Al desar­rol­lar el tema “Inte­gración Urbana”, se pre­tende obser­var el impacto de la ubi­cación del con­jun­to. Para poder rel­e­var y analizar estos datos se con­for­maron tres indi­cadores. El primer indi­cador, “Gra­do de cer­canía a equipamien­tos”, tiene en cuen­ta y evalúa cuan­ti­ta­ti­va­mente la dis­tan­cia del con­jun­to a los difer­entes equipamien­tos, con­tem­p­lan­do tam­bién analizar la posi­bil­i­dad de los habi­tantes de las vivien­das a acced­er a los equipamien­tos pri­mar­ios. Para poder obser­var estas dis­tan­cias se tienen en cuen­ta radios en met­ros. Se con­tem­pla para:

  • Equipamien­tos de enseñan­za: Jar­dines de infantes y enseñan­za pri­maria, dis­tan­cia máx­i­ma 500m, y enseñan­za secun­daria, dis­tan­cia máx­i­ma 1000m.
  • Equipamien­tos socio­cul­tur­ales: bib­liote­cas y museos, dis­tan­cia max­i­ma 1000m, cines y teatros, dis­tan­cia máx­i­ma 5000m.
  • Equipamien­tos com­er­ciales: de abastec­imien­to diario, dis­tan­cia máx­i­ma 500m.
  • Equipamien­tos de salud: Unidad san­i­taria per­iféri­ca, dis­tan­cia máx­i­ma 500m.
  • Equipamien­tos de ser­vi­cio a la comu­nidad: come­dores munic­i­pales, sociedades de fomen­to, desta­ca­men­tos poli­ciales, dis­tan­cia máx­i­ma 1000m, desta­ca­men­tos de bomberos, dis­tan­cia máx­i­ma 2000m.

En la medi­da que el con­jun­to cumpla con más cer­canía a los equipamien­tos mejor será su implantación e inte­gración urbana.

Como segun­do indi­cador se evalúa “Gra­do de inclusión de redes de ser­vi­cios”, que tiene como obje­ti­vo deter­mi­nar cómo se cumplen las necesi­dades de las vivien­das con respec­to a las redes de ser­vi­cios urbanos. En este ítem se eval­u­ará si el con­jun­to cuen­ta con: Sum­in­istro de agua potable; Desagües plu­viales; Desagües cloa­cales; Sum­in­istro de gas; Sum­in­istro de energía eléc­tri­ca; Alum­bra­do públi­co; Vías de cir­cu­lación; Esta­cionamien­to y Recolec­ción de resid­u­os. Se con­sid­era que a medi­da que el con­jun­to incluye más redes de ser­vi­cio, mejor es su desem­peño sus­tentable.

El últi­mo indi­cador prop­uesto es “Gra­do de cer­canía a fuentes lab­o­rales y medios de trans­porte”, tenien­do como obje­ti­vo visu­alizar la relación de los habi­tantes con el lugar en la ciu­dad donde se encuen­tren sus fuentes lab­o­rales. Tenien­do en cuen­ta lo que con­sid­era Nieto [1999] para la CEPAL, se entiende que:

sí a los costos asumidos por el Estado se agregan los verdaderos costos que ha debido experimentar la población “beneficiaria” de los proyectos de viviendas sociales, (…) a vivir permanentemente en un lugar muy distante de su lugar de trabajo, se podría llegar a la conclusión que se han adoptado decisiones francamente irracionales. Además, los supuestos beneficios sociales del proyecto de viviendas pueden verse neutralizados por los costos de las molestias y privaciones de servicios indispensables, gasto de tiempo y dinero en transporte y frustración de expectativas [Nieto 1999: 10].

Por este moti­vo se con­sid­era que la implantación de los con­jun­tos no debiera estar a may­or dis­tan­cia de 35 min­u­tos en hora pico del lugar de tra­ba­jo, y los medios de trans­porte a una dis­tan­cia máx­i­ma de 300m. Si el con­jun­to habita­cional cumple en su total­i­dad con estas condi­ciones se con­sid­era may­or la respues­ta a la sus­tentabil­i­dad social, obje­ti­vo de este artícu­lo (Tabla 1).

Para la poder lle­var a cabo la apli­cación de los indi­cadores de eval­u­ación de la “Inte­gración Urbana” será nece­sario con­tar pre­vi­a­mente con el análi­sis de la implantación den­tro de la ciu­dad del con­jun­to de vivien­das a eval­u­ar, a par­tir de la con­struc­ción de una Estruc­tura Urbana [Castells 1979] que per­mi­ta visu­alizar la inte­gración del con­jun­to con la ciu­dad y con el bar­rio. Otra doc­u­mentación nece­saria serán las planimetrías de las redes de ser­vi­cios y trans­porte, infor­ma­ción que per­mite el análi­sis de los aspec­tos lab­o­rales de los habi­tantes, que ayu­dará a eval­u­ar la cer­canía a los sec­tores urbanos donde se desar­rol­lan las activi­dades lab­o­rales.

Tabla 1. Eje 1: Implantación y emplazamiento
EJE 1: IMPLANTACIÓN Y EMPLAZAMIENTO
TEMAS VARIABLES INDICADORES VALORACIÓN
Sitio y Paisaje. Relación con el entorno. 1) Gra­do de con­tinuidad de la tra­ma y el teji­do. ALTO: Total con­tinuidad de la tra­ma y el teji­do.
MEDIO: Par­cial con­tinuidad de la tra­ma y / o del teji­do.
BAJO: Ausen­cia con­tinuidad de la tra­ma y el teji­do.
Impacto sobre el paisaje. 2) Gra­do de trans­for­ma­ción del entorno nat­ur­al. ALTO: Total con­ser­vación de la veg­etación pre exis­tente / Leve mod­i­fi­cación de la topografía nat­ur­al del sitio.
MEDIO: Par­cial con­ser­vación de la veg­etación pre exis­tente / Par­cial mod­i­fi­cación de la topografía nat­ur­al del sitio.
BAJO: Elim­i­nación total de la veg­etación pre exis­tente / Total mod­i­fi­cación de la topografía nat­ur­al del sitio.
Cono de som­bra.

 

3) Inci­den­cia de la som­bra proyec­ta­da sobre espa­cios públi­cos. ALTO: Leve o nula inci­den­cia de som­bra proyec­ta­da sobre espa­cios públi­cos.
MEDIO: Par­cial inci­den­cia de som­bra proyec­ta­da espa­cios públi­cos.
BAJO: Alta inci­den­cia de som­bra proyec­ta­da sobre espa­cios públi­cos.
Ori­entación y Vien­tos. Implantación en relación al asoleamien­to. 4) Gra­do de ganan­cia solar de las aber­turas en los ambi­entes prin­ci­pales (estar-come­dor, dor­mi­to­rios). (INVIERNO) ALTO: May­oría de las aber­turas de los ambi­entes prin­ci­pales ori­en­tadas hacia el N — NE / Posi­bil­i­dad del ingre­so de rayos solares a través de las aber­turas al mediodía durante invier­no (ángu­lo de inci­den­cia 28.55°).
MEDIO: Algu­nas de las aber­turas de los ambi­entes prin­ci­pales ori­en­tadas hacia el N — NE / Obstruc­ción par­cial del ingre­so de rayos solares a través de las aber­turas al mediodía durante invier­no (ángu­lo de inci­den­cia 28.55°).
BAJO: Ningu­na de las aber­turas de los ambi­entes prin­ci­pales ori­en­tadas hacia el N — NE / Obstruc­ción total del ingre­so de rayos solares a través de las aber­turas al mediodía durante invier­no (ángu­lo de inci­den­cia solar 28.55°).
Mecan­is­mos de pro­tec­ción solar. 5) Gra­do de pro­tec­ción del asoleamien­to sobre las aber­turas. (VERANO) ALTO: Total obstruc­ción del paso de los rayos solares del mediodía sobre aven­tanamien­tos en ver­a­no (ángu­lo de inci­den­cia solar 75.45°) / Ningún aven­tanamien­to ori­en­ta­do al O.
MEDIO:  Par­cial obstruc­ción del paso de los rayos solares del mediodía sobre aven­tanamien­tos en ver­a­no (ángu­lo de inci­den­cia solar 75.45°) / Pocos aven­tanamien­tos ori­en­ta­do al O.
BAJO: Nula obstruc­ción del paso de los rayos solares del mediodía sobre aven­tanamien­tos en ver­a­no (ángu­lo de inci­den­cia solar 75.45°) / May­oría de aven­tanamien­tos ori­en­ta­dos al O.
Estrate­gias de defen­sa de vien­tos pre­dom­i­nantes. 6) Gra­do de exposi­ción del perímetro a los vien­tos pre­dom­i­nantes.

(INVIERNO)

ALTO: Leve o nula exposi­ción del perímetro de las vivien­das frente a los vien­tos pre­dom­i­nantes / Uti­lización de recur­sos para su pro­tec­ción.
MEDIO: Par­cial exposi­ción del perímetro de las vivien­das frente a los vien­tos pre­dom­i­nantes / Algunos recur­sos para su pro­tec­ción.
BAJO: Total exposi­ción del perímetro de las vivien­das frente a los vien­tos pre­dom­i­nantes / Ningún recur­so para pro­tec­ción frente al vien­to.
Inte­gración urbana. Implantación del con­jun­to y estruc­tura urbana. 7) Gra­do de cer­canía a equipamien­tos. ALTO: May­oría de equipamien­tos cer­canos (reúne entre 4 y 5 tipos de equipamien­tos).
MEDIO: Algunos equipamien­tos cer­canos (reúne entre 2 y 3 tipos de equipamien­tos, sien­do pri­or­i­dad salud y edu­cación).
BAJO:  Ninguno de los equipamien­tos cer­canos (alcan­za entre 1 tipo de equipamien­to, o ninguno).
Redes de abastec­imien­to. 8) Gra­do de inclusión de redes de ser­vi­cio. ALTO: May­oría de ser­vi­cios en el con­jun­to (de 8 a 10 ser­vi­cios).
MEDIO: Algunos ser­vi­cios en el con­jun­to (de 4 a 7 ser­vi­cios).
BAJO: Ningún / Pocos ser­vi­cios en el con­jun­to (de 0 a 3 ser­vi­cios).
Fuentes lab­o­rales y trans­porte públi­co. 9) Gra­do de cer­canía a fuentes lab­o­rales y medios de trans­porte. ALTO: Leve lejanía de las fuentes lab­o­rales (has­ta 20min de trasla­do) y cer­canía a medios de trans­porte.
MEDIO: Par­cial lejanía de las fuentes lab­o­rales (entre 20min y 35min de trasla­do) y cer­canía a medios de trans­porte.
BAJO: Alta lejanía de las fuentes lab­o­rales (may­or a 35min de trasla­do) y lejanía a medios de trans­porte.

Fuente: Elab­o­ración propia

Proyec­to y par­tic­i­pación

Medi­ante este eje se tiene como obje­ti­vo pro­fun­dizar en la eval­u­ación de la tipología de la vivien­da y su capaci­dad de adap­tarse a sus habi­tantes. Por este moti­vo, en el tra­ba­jo pre­vi­a­mente real­iza­do por Tomadoni y Díaz Varela [2017] se planteó la necesi­dad de que el proyec­to de vivien­da sea sus­tentable a través del tiem­po. La vivien­da debería poder cre­cer y adap­tarse, y es por este moti­vo que se con­for­maron los temas de eval­u­ación “Crec­imien­tos y amplia­ciones” y “Adapt­abil­i­dad fun­cional”, que per­miten eval­u­ar su tipología.

A par­tir del análi­sis de los con­cep­tos de sus­tentabil­i­dad social y la obser­vación del caso Quin­ta Mon­roy, surgió la necesi­dad de incor­po­rar un ter­cer tema al eje Proyec­to y par­tic­i­pación, el tema “Par­tic­i­pación e iden­ti­dad”. Para la con­struc­ción de este tema, se plantearon dos indi­cadores cual­i­ta­tivos que per­miten eval­u­ar la cal­i­dad de la vivien­da con respec­to a la apropiación de la mis­ma en el sen­ti­do social.

Como primer indi­cador de eval­u­ación se pro­pu­so “Gra­do de iden­ti­fi­cación con la vivien­da”, tenien­do en cuen­ta lo expuesto por Hernán­dez [2014] quien plantea que la necesi­dad del ser humano de que lo iden­ti­fiquen y lo difer­en­cien es impor­tante para la sus­tentabil­i­dad de la vivien­da. Para poder medir el gra­do de afinidad con la vivien­da se tomó en cuen­ta la eval­u­ación de cua­tro vari­ables a par­tir de la real­ización de entre­vis­tas a los habi­tantes: Sen­ti­do de arrai­go; Esta­tus; Iden­ti­dad; Perte­nen­cia e Indi­vid­u­al­i­dad. A par­tir del análi­sis de estas vari­ables es posi­ble eval­u­ar si es mejor la apropiación de la vivien­da.

El segun­do indi­cador prop­uesto para este tema es “Gra­do de par­tic­i­pación” en la con­cep­ción de la vivien­da. Para con­for­mar este indi­cador se toman como pun­to de par­ti­da las defini­ciones de los prin­ci­pales actores sociales par­tic­i­pantes en el proyec­to de vivien­da de interés social: el arqui­tec­to, el comi­tente y el usuario Pel­li [2007]. Com­pren­der las rela­ciones de poder entre los dis­tin­tos actores sociales que inter­vienen en la con­cep­ción de la vivien­da per­mite estable­cer cómo son las rela­ciones que con­fluyen en el pro­ce­so de proyec­to, y obser­var dónde posi­cionarse para el análi­sis del mis­mo. Ten­er en cuen­ta el rol del habi­tante en el pro­ce­so de proyec­to es suma­mente impor­tante y per­mite que la iden­ti­fi­cación con la vivien­da sea may­or. El análi­sis de estas cues­tiones será posi­ble a par­tir de la real­ización de entre­vis­tas (Tabla 2).

Para poder eval­u­ar este indi­cador se entiende entonces la necesi­dad de ten­er primero que rel­e­var en el sitio las condi­ciones de vida de los habi­tantes de la vivien­da, medi­ante la imple­mentación de entre­vis­tas, comen­zan­do con datos gen­erales de los mis­mos, para poder obten­er su condi­ción económi­ca y cul­tur­al, género, edad, edu­cación, etc. A su vez, den­tro de la mis­ma será nece­sario incor­po­rar cues­tiones sobre su gra­do de par­tic­i­pación en la con­cep­ción de la vivien­da y su sen­ti­do de apropiación.

Tabla 2. Eje 2: Proyecto y participación
EJE 2: PROYECTO Y PARTICIPACIÓN
TEMAS VARIABLES INDICADORES VALORACIÓN
Crec­imien­tos y amplia­ciones. Crec­imien­tos sobre el ter­reno. 7) Exis­ten­cia de crec­imien­tos prop­uestos por el proyec­to sobre el ter­reno. ALTO: Pre­visión de diver­sas posi­bil­i­dades de crec­imien­tos prop­uestos des­de el proyec­to sobre el ter­reno.
MEDIO: Posi­bil­i­dad lim­i­ta­da de crec­imien­tos prop­ues­tas des­de el proyec­to sobre el ter­reno.
BAJO: Imposi­bil­i­dad de crec­imien­tos a par­tir del proyec­to plantea­do sobre el ter­reno.
Crec­imien­tos en altura. 8)  Exis­ten­cia de crec­imien­tos prop­uestos por el proyec­to en altura. ALTO: Pre­visión de diver­sas posi­bil­i­dades de crec­imien­tos prop­uestos des­de el proyec­to en altura.
MEDIO: Posi­bil­i­dad lim­i­ta­da de crec­imien­tos prop­ues­tas des­de el proyec­to en altura.
BAJO: Imposi­bil­i­dad de crec­imien­tos a par­tir del proyec­to plantea­do en altura.
Dis­posi­ción de cir­cu­la­ciones y núcleo húme­do. 9) Posi­bil­i­dades de crec­imien­tos a par­tir de la prop­ues­ta tipológ­i­ca. ALTO: Diver­sas posi­bil­i­dades de orga­ni­za­ti­vas y de crec­imien­tos a par­tir de la prop­ues­ta tipológ­i­ca en relación a dis­posi­ción de cir­cu­la­ciones y del núcleo húme­do.
MEDIO: Algu­na posi­bil­i­dad de crec­imien­tos a par­tir de la prop­ues­ta tipológ­i­ca en relación a dis­posi­ción de cir­cu­la­ciones y del núcleo húme­do.
BAJO: Ningu­na posi­bil­i­dad de crec­imien­tos a par­tir de la prop­ues­ta tipológ­i­ca en relación a dis­posi­ción de cir­cu­la­ciones y del núcleo húme­do.
Adapt­abil­i­dad

Fun­cional.

Diver­si­dad de fun­ciones. 10)  Exis­ten­cia de espa­cios neu­trales con posi­bil­i­dad de adapt­abil­i­dad. ALTO: Exis­ten­cia de diver­sos espa­cios neu­trales con posi­bil­i­dad de adapt­abil­i­dad y/o cam­bio de uso.
MEDIO: Lim­i­ta­dos espa­cios neu­trales con posi­bil­i­dad de adapt­abil­i­dad y/o cam­bio de uso.
BAJO: Ausen­cia de espa­cios neu­trales con posi­bil­i­dad de adapt­abil­i­dad y/o cam­bio de uso.
Adapt­abil­i­dad a más de un grupo famil­iar. 11)  Gra­do de pri­va­ti­zación de los ambi­entes (estar-come­dor; coci­na-come­dor; dor­mi­to­rios; etc.) ALTO: Posi­ble pri­va­ti­zación de todos los ambi­entes.
MEDIO: Posi­bil­i­dad lim­i­ta­da de pri­va­ti­zación de los ambi­entes.
BAJO: Imposi­bil­i­dad de pri­va­ti­zación de los ambi­entes.
Adi­ción de activi­dades lab­o­rales com­ple­men­ta-rias. 12)  Gra­do de posi­bil­i­dades de incor­po­ración de una activi­dad lab­o­ral. ALTO: Diver­sas posi­bil­i­dades de incor­po­ración de activi­dades lab­o­rales.
MEDIO: Posi­bil­i­dad lim­i­ta­da de incor­po­ración de una activi­dad lab­o­ral.
BAJO: Imposi­bil­i­dad de incor­po­ración de una activi­dad lab­o­ral.
Par­tic­i­pación e iden­ti­dad. Iden­ti­dad en la vivien­da. Gra­do de iden­ti­fi­cación con la vivien­da. ALTO: Total iden­ti­fi­cación por parte de los habi­tantes con la vivien­da.
MEDIO: Par­cial iden­ti­fi­cación por parte de los habi­tantes con la vivien­da.
BAJO: Nula iden­ti­fi­cación por parte de los habi­tantes con la vivien­da.
Par­tic­i­pación en la con­cep­ción y con­struc­ción de la vivien­da. Gra­do de par­tic­i­pación. ALTO: Total par­tic­i­pación de los habi­tantes en la con­cep­ción de la vivien­da.
MEDIO: Par­cial par­tic­i­pación de los habi­tantes en la con­cep­ción de la vivien­da.
BAJO: Nula par­tic­i­pación de los habi­tantes en la con­cep­ción de la vivien­da.

Fuente: Elab­o­ración propia

Consideraciones finales

El estu­dio real­iza­do per­mite sosten­er que la incor­po­ración de los aspec­tos ten­di­entes a la sus­tentabil­i­dad para la eval­u­ación de con­jun­tos habita­cionales, tan­to en su eta­pa de proyec­to como en su eta­pa post-ocu­pa­cional, es fun­da­men­tal para la sociedad. A par­tir de este tra­ba­jo fue posi­ble la revisión y elab­o­ración de indi­cadores de sus­tentabil­i­dad (especí­fi­ca­mente en su dimen­sión social) aplic­a­bles a la vivien­da de interés social. Enten­demos esen­cial la incor­po­ración de los con­cep­tos de Desar­rol­lo Humano Sus­tentable y Hab­it­abil­i­dad Urbana, como ampliación del mar­co teóri­co que per­mite cues­tionar las deci­siones tomadas en los con­jun­tos de vivien­da de interés social. La obser­vación de los resul­ta­dos obtenidos en con­jun­tos con­stru­i­dos, como el caso de “Quin­ta Mon­roy” en Chile, real­iza­do por Ele­men­tal, com­ple­men­ta y sus­ten­ta el pro­ce­so de defini­ción de los parámet­ros acer­ca de “para qué” y “cómo” medir aspec­tos cual­i­ta­tivos de la sus­tentabil­i­dad social.

Para la con­for­ma­ción de los cri­te­rios del tema “Inte­gración Urbana”, se tuvieron en cuen­ta los aspec­tos de la hab­it­abil­i­dad, per­mi­tien­do incor­po­rar indi­cadores que posi­bil­i­tan visu­alizar la relación entre la ciu­dad y los con­jun­tos habita­cionales. Este aporte apun­ta a con­sid­er­ar las cues­tiones de la impor­tan­cia de la implantación del con­jun­to, incor­po­ran­do el con­tex­to físi­co y cul­tur­al para su mejor fun­cionamien­to. Con respec­to al tema “Par­tic­i­pación e Iden­ti­dad”, los indi­cadores prop­uestos pre­tenden cues­tionar los mod­e­los de gestión a la hora de con­ce­bir los con­jun­tos habita­cionales y con­sid­er­an, a su vez, la relación del proyec­to y los habi­tantes, sien­do partícipes esen­ciales en el fun­cionamien­to cor­rec­to del con­jun­to y la vivien­da. Estos cri­te­rios inte­gra­dos en el análi­sis de la sus­tentabil­i­dad social, poten­cian el instru­men­to de eval­u­ación.

Con­sid­er­amos que el instru­men­to con­stru­i­do es factible aún de ser ajus­ta­do y mejo­ra­do, incor­po­ran­do cri­te­rios e indi­cadores para la eval­u­ación de la sus­tentabil­i­dad económi­ca, y tam­bién medi­ante la pro­fun­dización de la obser­vación de la relación entre el proyec­to arqui­tec­tóni­co y mod­e­los de gestión urbanos y políti­cas públi­cas de acce­so a la vivien­da. Final­mente, se desta­ca la fun­ción que cumplen los indi­cadores apli­ca­dos a la eval­u­ación de la sus­tentabil­i­dad, como mod­e­los para el diag­nós­ti­co de proyec­tos arqui­tec­tóni­cos que per­miten eval­u­ar, iden­ti­ficar, revis­ar y cor­re­gir cri­te­rios durante las eta­pas del pro­ce­so de dis­eño y gener­ar medi­ante la eval­u­ación post-ocu­pa­cional recomen­da­ciones para el mejo­ramien­to de con­jun­tos con­stru­i­dos.

 Citas

* Inves­ti­gado­ra en el Insti­tu­to del Hábi­tat y del Ambi­ente (IHAM), Fac­ul­tad de Arqui­tec­tura, Urban­is­mo y Dis­eño, Uni­ver­si­dad Nacional de Mar del Pla­ta. m_tomadoni@yahoo.com.ar

** Becaria del Con­se­jo Nacional de Inves­ti­ga­ciones Cien­tí­fi­cas y Téc­ni­cas (CONICET), Cen­tro de Estu­dios de Dis­eño, Fac­ul­tad de Arqui­tec­tura, Urban­is­mo y Dis­eño, Uni­ver­si­dad Nacional de Mar del Pla­ta. mjdiazvarela@gmail.com

Bibliografia

Arave­na, Ale­jan­dro; Alfon­so Mon­tero, Tomás Cortese, Emilio de la Cer­da y Andrés Iaco­bel­li
2004 Quin­ta Mon­roy. ARQ (San­ti­a­go), 57: 30–33.

Asis, Sabine
2014 Mejo­ramien­to de las condi­ciones medioam­bi­en­tales de la vivien­da social de Mar del Pla­ta a par­tir de la imple­mentación de metodologías de ACV. I+A Inves­ti­gación + Acción, 16: 91–116.

Bar­reto, Miguel
2010 El con­cep­to de “hábi­tat dig­no” como meta de una políti­ca inte­gral de áreas urbanas defici­tarias críti­cas, para la inte­gración social des­de los dere­chos humanos. Revista INVI, 69 (25): 161–187.

Castells, Manuel
1979 La cuestión urbana. Siglo XXI, Madrid.

Cza­jkows­ki, Jorge y Analía Gómez
2009 Arqui­tec­tura Sus­tentable. Arte Grá­fi­co Edi­to­r­i­al Argenti­no, Buenos Aires.

Evans, Julián
2010 Sus­tentabil­i­dad en arqui­tec­tura 1. Con­se­jo Pro­fe­sion­al de Arqui­tec­tura y Urban­is­mo, Buenos Aires.

Hernán­dez, Gus­ta­vo
2014 Vivien­da y cal­i­dad de vida. Medición del hábi­tat social en el Méx­i­co Occi­den­tal. Revista Bitá­co­ra Urbano Ter­ri­to­r­i­al, 24 (1): 142–158.

Mon­tan­er, Josep María
2015 La arqui­tec­tura de la vivien­da colec­ti­va. Políti­cas y proyec­tos en la ciu­dad con­tem­po­ranea. Edi­to­r­i­al Reverte, Barcelona.

Moreno Olmos, Sil­via
2008 La hab­it­abil­i­dad urbana como condi­ción de cal­i­dad de vida. Pala­pa, 3 (2): 47–54.

Nahoum, Ben­jamín
2017 Vivien­da, hábi­tat y ciu­dad. Algu­nas reflex­iones sobre sus­tentabil­i­dad. R‑Mayo sus­tentable.

Nieto, María
1999 Metodología de eval­u­ación de proyec­tos de vivien­das sociales. ONU-CEPAL, San­ti­a­go de Chile.

Pel­li, Víc­tor
2007 Habitar, Par­tic­i­par, Pertenecer. Acced­er a la vivien­da — Incluirse en la sociedad. Nobuko, Buenos Aires.

Rapoport, Amos
1969 Vivien­da y cul­tura. Edi­to­r­i­al Gus­ta­vo Gili, Barcelona.

Singh, Rajesh; H. Mur­ty, S. Gup­ta y A. Dik­shit
2009 An overview of sus­tain­abil­i­ty assess­ment method­olo­gies. Eco­log­i­cal Indi­ca­tors, 9 (2): 182–212.

Taks, Javier
2017 Sus­tentabil­i­dad social. Lo social en el desar­rol­lo sus­tentable. R‑Mayo sus­tentable.

Tomadoni, Micalela y María José Díaz Varela
2017 Sus­tentabil­i­dad en la vivien­da de interés social en mar del pla­ta: una metodología para su eval­u­ación a par­tir de indi­cadores. Inves­ti­gación + Acción, 19: 99–122.

Tor­res Cano , Manuel; José Dimar­co, Lil­iana Dimar­co, Lei­va María, Inés Pers­man y Car­los Touguinas.
2001 Reha­bil­itación de con­jun­tos habita­cionales.Uni­ver­si­dad Nacional de Mar del Pla­ta, Mar del Pla­ta.

~•~

  Cómo citar ¬

Micaela Tomadoni y María José Díaz Varela, «Sustentabilidad social en la vivienda de producción estatal: construcción de indicadores de evaluación a partir del proyecto Quinta Monroy (estudio Elemental, 2002, Iquique, Chile)», Revista de Estudios Marítimos y Sociales [En línea], publicado el [insert_php] echo get_the_time('j \d\e\ F \d\e\ Y');[/insert_php], consultado el [insert_php] setlocale(LC_ALL,"es_ES"); echo strftime("%e de %B del %Y");[/insert_php]. URL: https://estudiosmaritimossociales.org/archivo/rems-14/dossier-tomadoni/
~•~
Licencia de Creative Commons
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento — No Comercial — Compartir Igual 4.0 Internacional.