Aportes conceptuales y metodológicos para la definición y análisis del periurbano de la Ciudad de Puebla, México

Con­cep­tu­al and method­olog­i­cal con­tri­bu­tions for the def­i­n­i­tion and analy­sis of the peri-urban area of the City of Puebla, Mex­i­co

Emil­ia Lara Galin­do*
Lau­ra Zulaica**
Ángel David Flo­res Domínguez***

Recibido: 3 de abril de 2018
Acep­ta­do: 9 de sep­tiem­bre de 2018

Resumen

La urban­ización acel­er­a­da en Améri­ca Lati­na ha gen­er­a­do numerosos prob­le­mas sociales y ambi­en­tales que afectan la sus­tentabil­i­dad de las ciu­dades, espe­cial­mente de áreas peri­ur­banas. Del mis­mo modo, la Ciu­dad de Puebla, Méx­i­co, pre­sen­ta un crec­imien­to urbano des­or­de­na­do como resul­ta­do de la nula apli­cación de estrate­gias de Orde­namien­to Ter­ri­to­r­i­al (OT) que direc­cio­nen su expan­sión y desar­rol­lo. Adi­cional­mente esta ciu­dad carece de una con­cep­tu­al­ización inte­gral de su peri­ur­bano. Par­tien­do de estu­dios pre­vios y de cri­te­rios cen­tra­dos en la exten­sión de ser­vi­cios, el pre­sente tra­ba­jo define el peri­ur­bano de la Ciu­dad de Puebla y anal­iza este espa­cio com­ple­jo y het­erogé­neo, cuya con­for­ma­ción obe­dece a suce­si­vas trans­for­ma­ciones ter­ri­to­ri­ales. Los resul­ta­dos obtenidos per­mi­tirán pro­fun­dizar en el conocimien­to del peri­ur­bano de la ciu­dad apor­tan­do bases diag­nós­ti­cas que con­tribuyan al dis­eño de políti­cas públi­cas de OT ten­di­entes a la sus­tentabil­i­dad urbana.

Pal­abras clave: expan­sión urbana — prob­le­mas peri­ur­banos — dinámi­ca ter­ri­to­r­i­al — orde­namien­to ter­ri­to­r­i­al — sus­tentabil­i­dad urbana

Abstract

Accel­er­at­ed urban­iza­tion in Latin Amer­i­ca has gen­er­at­ed numer­ous social and envi­ron­men­tal prob­lems that affect the sus­tain­abil­i­ty of cities, espe­cial­ly in peri-urban areas. In the same way, the City of Puebla, Mex­i­co, presents a dis­or­ga­nized urban growth as a result of the null appli­ca­tion of Land Man­age­ment (LM) strate­gies that direct its expan­sion and devel­op­ment. Addi­tion­al­ly, this city lacks a com­pre­hen­sive con­cep­tu­al­iza­tion of its peri-urban area. Based on pre­vi­ous stud­ies and cri­te­ria focused on the exten­sion of ser­vices, the present paper defines the peri-urban area of the City of Puebla and ana­lyzes this com­plex and het­ero­ge­neous space, whose con­for­ma­tion obeys to suc­ces­sive ter­ri­to­r­i­al trans­for­ma­tions. The results obtained will allow deep­en­ing the knowl­edge of the peri-urban area of the city, pro­vid­ing diag­nos­tic bases that con­tribute to the design of LM pub­lic poli­cies aimed at urban sus­tain­abil­i­ty.

Key words: urban expan­sion — peri-urban prob­lems — ter­ri­to­r­i­al dynam­ics — land man­age­ment — urban sus­tain­abil­i­ty

~•~

Introducción

El pro­ce­so de urban­ización a niv­el mundi­al ha alcan­za­do una veloci­dad sin prece­dentes, sien­do Améri­ca Lati­na y el Caribe la segun­da región más urban­iza­da del plan­e­ta; entre 1960 y 2015, la población urbana aumen­tó de 44% a 78% [BID 2016]. De acuer­do con Durán et al. [2016], en la región existe una ten­den­cia a la con­cen­tración de los flu­jos económi­cos en urbes cada vez más exten­sas y pobladas en donde urge la necesi­dad de gener­ar instru­men­tos de plan­i­fi­cación frente a la con­struc­ción incon­tro­la­da. En con­se­cuen­cia, los país­es han definido diver­sos esque­mas para mit­i­gar los efec­tos del pro­ce­so y mejo­rar la sus­tentabil­i­dad de la urban­ización [Zhou et al. 2015].

La acel­er­a­da urban­ización con­ll­e­va difer­entes prob­le­mas sociales y ambi­en­tales, afectan­do espe­cial­mente la sus­tentabil­i­dad de las áreas peri­ur­banas, que fre­cuente­mente care­cen de pro­gra­mas de desar­rol­lo sostenidos en políti­cas e instru­men­tos para el Orde­namien­to Ter­ri­to­r­i­al (OT), o bien no se han apli­ca­do ade­cuada­mente. Según Gómez Orea [2002], el OT define hacia el futuro la estruc­tura espa­cial o mar­co físi­co (for­ma de uti­lización del sue­lo, redes for­madas por núcleos de población y por canales que conectan el con­jun­to) en el que se orga­ni­zan activi­dades prop­i­ci­adas por las políti­cas social, económi­ca, cul­tur­al y ambi­en­tal de la sociedad y reg­u­la el com­por­tamien­to de los agentes socioe­conómi­cos; todo ello ori­en­ta­do a con­seguir un desar­rol­lo equi­tati­vo, equi­li­bra­do y sostenible de las difer­entes regiones. Se tra­ta de un pro­ce­so que pre­tende con­fig­u­rar, en el largo pla­zo, una orga­ni­zación del uso y ocu­pación del ter­ri­to­rio acorde con sus poten­cial­i­dades y lim­ita­ciones con­sideran­do las expec­ta­ti­vas y las aspira­ciones de la población [Mas­siris Cabeza 2005].

Las políti­cas de OT se ini­cian en Améri­ca Lati­na a finales de los años sesen­ta lig­adas a la reg­u­lación del uso del sue­lo urbano; en los años ochen­ta, la visión del orde­namien­to se amplió al incor­po­rar escalas regionales y nacionales, así como obje­tivos ambi­en­tales; hacia finales de la déca­da del 2000, casi todos los país­es lati­noamer­i­canos habían estable­ci­do políti­cas de orde­namien­to con difer­entes enfo­ques [Calderón 2017]. Des­de ese momen­to, se for­mu­la­ron nor­ma­ti­vas y planes especí­fi­cos con­te­nien­do instru­men­tos de gestión urbana, entre los que se desta­can aque­l­los de OT [Mas­siris Cabeza 2012].

Más allá de lo expre­sa­do, los resul­ta­dos de la imple­mentación de estos instru­men­tos en Lati­noaméri­ca han mostra­do defi­cien­cias. En parte, dichas defi­cien­cias pueden atribuirse: al pre­do­minio de las visiones sec­to­ri­ales y los intere­ses de actores influyentes en la deter­mi­nación de mod­e­los ter­ri­to­ri­ales adop­ta­dos en los planes; a la ausen­cia de vol­un­tad políti­ca para hac­er cumplir dichos planes; a la débil par­tic­i­pación social en el pro­ce­so; y a los prob­le­mas de cal­i­dad de la infor­ma­ción [Mas­siris Cabeza 2012; Calderón 2017].

Al respec­to, Tran [2016] define al desar­rol­lo sus­tentable como un pro­ce­so de inte­gración sinér­gi­ca, inter­ac­ción y coevolu­ción entre los sub­sis­temas económi­cos, sociales, físi­cos y ambi­en­tales que con­for­man una ciu­dad, de modo que garan­ti­zan el bien­es­tar de la población a largo pla­zo, man­te­nien­do un equi­lib­rio con las áreas cir­cun­dantes y con­tribuyen­do a reducir los efec­tos nocivos sobre la bios­fera. En este sen­ti­do, el OT con­for­ma un instru­men­to de políti­ca públi­ca ori­en­ta­do a dar respues­ta los prob­le­mas actuales y poten­ciales que inci­den en la sus­tentabil­i­dad de las ciu­dades, espe­cial­mente en los ter­ri­to­rios peri­ur­banos donde los desafíos aparentan ser may­ores.

La Ciu­dad de Puebla, Méx­i­co (Figu­ra 1), for­ma parte de la cuar­ta zona met­ro­pol­i­tana más impor­tante del Sis­tema Met­ro­pol­i­tano Nacional [CONAPO 2010] y con­cen­tra­ba 2.220.143 mil­lones de habi­tantes (más de 35% del total estatal) en 224 km2 [INEGI 2010], lo cual con­trasta con los 532 mil habi­tantes que tenía en 1970 en una super­fi­cie de 23 km2. En gran medi­da, esta expan­sión se debe a dis­tin­tos pro­ce­sos como la con­cen­tración económi­ca, la cri­sis del sec­tor agrí­co­la, el crec­imien­to demográ­fi­co, la migración, y más recien­te­mente a la espec­u­lación inmo­bil­iaria [Hernán­dez et al. 2009].

Actual­mente, la Ciu­dad de Puebla carece de un diag­nós­ti­co inte­gra­do de su ter­ri­to­rio que per­mi­ta definir lin­eamien­tos y estrate­gias de OT espe­cial­mente en el área peri­ur­bana, la cual no ha sido delim­i­ta­da geográ­fi­ca­mente has­ta el momen­to. En el mar­co plantea­do, el pre­sente tra­ba­jo tiene como obje­ti­vo definir el área peri­ur­bana de la Ciu­dad de Puebla y analizar este espa­cio com­ple­jo y het­erogé­neo, cuya con­for­ma­ción obe­dece a suce­si­vas trans­for­ma­ciones ter­ri­to­ri­ales. Los resul­ta­dos obtenidos per­mi­tirán pro­fun­dizar en el conocimien­to del peri­ur­bano de la ciu­dad apor­tan­do bases diag­nós­ti­cas que con­tribuyan al dis­eño de políti­cas públi­cas de OT ten­di­entes al desar­rol­lo sus­tentable.

Figura 1. Localización de la Ciudad de Puebla, Estado de Puebla, México

Fuente: Elab­o­ración propia sobre la base del Mar­co Geoes­tadís­ti­co Nacional [INEGI 2010].

A fin de alcan­zar los obje­tivos prop­uestos, el artícu­lo se orga­ni­za en dis­tin­tos aparta­dos. En primer lugar, se brin­dan algu­nas pre­ci­siones con­cep­tuales sobre el peri­ur­bano; en una segun­da sec­ción se especi­f­i­can algu­nas cues­tiones metodológ­i­cas a con­sid­er­ar al momen­to de abor­dar los espa­cios peri­ur­banos. Pos­te­ri­or­mente, se describen los pro­ced­imien­tos metodológi­cos emplea­d­os en la defini­ción del peri­ur­bano de la Ciu­dad de Puebla para luego describir sus límites, analizar la dinámi­ca de su con­for­ma­ción y los prob­le­mas que ame­nazan la sus­tentabil­i­dad. Final­mente se pre­sen­tan con­sid­era­ciones finales a man­era de reflex­ión sobre la impor­tan­cia de definir y car­ac­teri­zar el peri­ur­bano de la Ciu­dad de Puebla, en la expec­ta­ti­va de con­tribuir con el desar­rol­lo de instru­men­tos de OT.

Reflexiones conceptuales en torno al periurbano

La con­for­ma­ción de áreas peri­ur­banas es alta­mente dinámi­ca y obe­dece a pro­ce­sos de crec­imien­to urbano sostenidos en fenó­menos económi­cos y políti­cos. El crec­imien­to en las ciu­dades lati­noamer­i­canas es dis­per­so, lo que gen­eral­mente trae con­si­go con­se­cuen­cias neg­a­ti­vas sobre la cal­i­dad de vida de sus habi­tantes y de los nuevos res­i­dentes.

Pese a las debil­i­dades con las que cuen­ta la delim­itación de este espa­cio, se con­sid­era fun­da­men­tal el estu­dio de esta zona fron­ter­i­za, debido a que, en fechas recientes ha reco­bra­do impor­tan­cia en el pro­ce­so de expan­sión urbana y el análi­sis de su vin­cu­lación con las condi­ciones de vida de los habi­tantes. Sin embar­go, esta pre­ocu­pación por estu­di­ar el peri­ur­bano se remon­ta al siglo XIX cuan­do las trans­for­ma­ciones de la per­ife­ria urbana se tornaron nota­bles [Barsky 2005].

La dinámi­ca del área peri­ur­bana ha sido abor­da­da des­de difer­entes miradas como la ecológ­i­ca, urbanís­ti­ca y socioe­conómi­ca [Di Pace et al. 2004]; si bien cada una de ellas se focal­iza en una per­spec­ti­va en par­tic­u­lar, se com­ple­men­tan en el análi­sis de la com­ple­ji­dad y het­ero­genei­dad ter­ri­to­r­i­al. Asimis­mo, el peri­ur­bano ha sido definido des­de ópti­cas lati­noamer­i­canas y mex­i­canas. En este sen­ti­do, Barsky [2005] define como peri­ur­bano al espa­cio de tran­si­ción entre lo habita­do y lo deshabita­do, cam­po-ciu­dad, dinámi­co, frágil y sus­cep­ti­ble a nuevas inter­ven­ciones. Por su parte, Ávi­la Sánchez [2009] señala que el peri­ur­bano es la exten­sión con­tin­ua de la ciu­dad car­ac­ter­i­za­da por la absor­ción pau­lati­na de los espa­cios rurales que le rodean; se tra­ta del ámbito de difusión urbano-rur­al e inclu­so rur­al, donde se desar­rol­lan prác­ti­cas económi­cas y sociales lig­adas a la dinámi­ca de las ciu­dades.

Al respec­to, Di Pace et al. [2004] definen al peri­ur­bano como zona de tran­si­ción o ecotono entre el cam­po y la ciu­dad que con­sti­tuye un espa­cio donde se despl­ie­gan com­ple­jos fenó­menos ecológi­cos y sociales. Del­ga­do [2003] com­prende al peri­ur­bano como un espa­cio genéri­co que rodea a cualquier ciu­dad inde­pen­di­en­te­mente de su activi­dad, fun­ción o tipo de ocu­pación. El autor desta­ca que cualquier sitio alrede­dor de la ciu­dad es peri­ur­bano, pero no cualquiera es rurur­bano. Razón por la cual es impor­tante difer­en­ciar peri­ur­bano de rurur­bano.

En relación con ello, Galin­do y Del­ga­do [2006] entien­den “lo rurur­bano” como la inter­ac­ción y coex­is­ten­cia de ele­men­tos urbanos y rurales en un mis­mo ter­ri­to­rio, esto como resul­ta­do de una difusión de activi­dades y población urbana hacia zonas rurales que le rodean sin que pier­dan total­mente sus atrib­u­tos económi­cos, sociales e inclu­so ter­ri­to­ri­ales. Del mis­mo modo, Zulaica y Fer­raro [2013] men­cio­nan que el espa­cio urbano posee límites y bor­des indefinidos, ten­di­en­do a frag­men­tarse. Así, el bor­de urbano-rur­al, se mues­tra como un ele­men­to difu­so, como una fran­ja o espa­cio en donde con­ver­gen y coex­is­ten diver­sas dinámi­cas socioe­conómi­cas, cul­tur­ales y ambi­en­tales en un área peri­ur­bana que tiene diver­sos nive­les de relación con la ciu­dad y el ter­ri­to­rio cir­cun­dante. Muchas veces, estas dinámi­cas se tra­ducen en dese­qui­lib­rios ter­ri­to­ri­ales que se man­i­fi­es­tan en un dete­ri­oro ambi­en­tal y con­stantes con­flic­tos sociales y de intere­ses de diver­sos actores [Talav­era y Vil­lamizar 2012].

La het­ero­genei­dad y el dinamis­mo que car­ac­ter­i­zan las áreas peri­ur­banas hacen que su delim­itación no resulte una tarea sen­cil­la. De esta man­era, Gar­cía [2006] señala que una parte fun­da­men­tal del esfuer­zo de inves­ti­gación es la con­struc­ción (con­cep­tu­al­ización) del sis­tema como recorte más o menos arbi­trario de la real­i­dad que no se pre­sen­ta con límites ni defini­ciones pre­cisas.

Aspectos metodológicos a considerar al momento de abordar espacios periurbanos

Los aportes metodológi­cos para el abor­da­je de áreas peri­ur­banas han sido anal­iza­dos en estu­dios pre­vios [Fer­raro y Zulaica 2008, Zulaica y Fer­raro 2011, Fer­raro et al. 2013, Zulaica 2015]. Sigu­ien­do esos antecedentes, la com­pren­sión de la inter­ac­ción urbano-rur­al requiere de enfo­ques inte­gradores capaces de cap­tar la diver­si­dad de pro­ce­sos que tienen lugar en el peri­ur­bano. Berg­er [2003], basán­dose en el tra­ba­jo real­iza­do por Oli­va Ser­ra­no [1995], sostiene que una de las críti­cas a la dis­tin­ción entre lo rur­al y lo urbano más intere­sante ha sido la con­cep­tu­al­ización del con­tin­u­um rur­al-urbano; el con­tin­u­um parte de la difi­cul­tad de trazar límites pre­cisos entre lo rur­al y lo urbano donde las car­ac­terís­ti­cas bási­cas de estos espa­cios se mez­clan y com­bi­nan en las comu­nidades reales con­sti­tuyen­do pecu­liari­dades com­ple­jas.

En el estu­dio de la inter­faz urbano-rur­al existe una diver­sa gama de posi­ciones des­de las que enfo­can los pro­ce­sos y en las que se percibe la ausen­cia de una visión inte­gral de análi­sis; has­ta el momen­to, cada dis­ci­plina espe­cial­iza su enfoque y pri­or­iza el uso de sus her­ramien­tas par­tic­u­lares en la inves­ti­gación [Ávi­la Sánchez 2009]. Iaquin­ta y Dresch­er [2000] parten de la noción de que lo rur­al y lo urbano oper­an como un sis­tema y no de modo inde­pen­di­ente. Así enten­di­do, el con­cep­to de peri­ur­bano surge como con­se­cuen­cia de las lim­ita­ciones que ofrece el enfoque sim­plista de dico­tomía rur­al-urbana donde se des­dibu­ja el espec­tro de cam­bio entre un espa­cio y otro; ese amplio espec­tro, que emerge de pro­ce­sos sociales sub­y­a­centes, es dis­con­tin­uo, bor­roso y mul­ti­di­men­sion­al [Zulaica 2015].

Galin­do y Del­ga­do [2006] car­ac­ter­i­zan a los espa­cios peri­ur­banos como “híbri­dos”, donde lo rur­al y lo urbano se ensam­blan y son difí­ciles de iden­ti­ficar, analizar y con­tex­tu­alizar con los par­a­dig­mas tradi­cionales. Los autores sostienen que es nece­sario pasar de un enfoque bipo­lar cam­po-ciu­dad a uno donde la inter­ac­ción se diluya y ocur­ra un pro­ce­so de incor­po­ración a la red urbano-region­al; esto es, pasar de los sis­temas de ciu­dades unidas por dis­tin­tos flu­jos a una fran­ja peri­ur­bana que con­sti­tuya un espa­cio de inter­faz donde lo urbano inter­ac­túe con lo rur­al.

En ese con­tex­to, y en con­tra­posi­ción con las for­mas tradi­cionales de abor­dar estos espa­cios, el enfoque teóri­co-metodológi­co de los sis­temas com­ple­jos [Gar­cía 2006] ofrece una per­spec­ti­va intere­sante para inter­pre­tar y analizar el área peri­ur­bana [Fer­raro y Zulaica 2008, Zulaica y Fer­raro 2011, Fer­raro et al. 2013]. Según Schuschny [1998], un sis­tema com­ple­jo es enten­di­do como un sis­tema for­ma­do por un gran número de ele­men­tos sim­ples que, además de inter­ac­tu­ar entre sí, son capaces de inter­cam­biar infor­ma­ción entre ellos y el entorno, y son, a su vez, capaces de adap­tar su estruc­tura inter­na a tales inter­ac­ciones.

Par­tien­do de este con­cep­to, las revi­siones real­izadas en ante­ri­ores inves­ti­ga­ciones, per­miten afir­mar que la con­for­ma­ción de la inter­faz peri­ur­bana pre­sen­ta una gran com­ple­ji­dad que deman­da enfo­ques con per­spec­ti­va inte­gral, como son los que provienen del estu­dio de los sis­temas com­ple­jos.

Procedimiento metodológico para la delimitación y análisis del periurbano de la Ciudad de Puebla

Como fue ade­lan­ta­do, de acuer­do con Gar­cía [2006], los sis­temas com­ple­jos que se pre­sen­tan en la real­i­dad empíri­ca, como es el caso del peri­ur­bano, care­cen de límites pre­cisos, tan­to en su exten­sión físi­ca como en su prob­lemáti­ca; por ello es nece­sario estable­cer “recortes” de la real­i­dad o impon­er límites arbi­trar­ios para poder definir el sis­tema que se pre­tende estu­di­ar. Este hecho plantea dos prob­le­mas estrechamente rela­ciona­dos: i. la defini­ción de los límites en for­ma tal que se reduz­ca al mín­i­mo posi­ble la arbi­trariedad en el recorte que se adopte y ii. la for­ma de tomar en cuen­ta las inter­ac­ciones del sis­tema, así definido, con el “medio exter­no”.

En fun­ción de lo expre­sa­do, Vil­lamizar-Duarte y Luna Sánchez [2012] señalan que, en el con­tex­to social y económi­co actu­al, el estu­dio de áreas de bor­de como espa­cios físi­cos iden­ti­fi­ca­bles en ter­ri­to­rios urbanos, con­ll­e­va la obser­vación de pro­ce­sos de diver­sa nat­u­raleza entre los que se incluyen aque­l­los vin­cu­la­dos con la artic­u­lación fun­cional y físi­ca de la ciu­dad con el medio rur­al. Por otro lado, Rodríguez Igle­sias [2009] men­ciona que, a la hora de delim­i­tar y difer­en­ciar el ter­ri­to­rio, el parámetro a uti­lizar aparece como un inter­ro­gante.

El dinamis­mo del peri­ur­bano, se expre­sa tan­to en la defini­ción de su límite inter­no (urbano-peri­ur­bano) como exter­no (peri­ur­bano-rur­al) y en el inte­ri­or de los mis­mos. De acuer­do con Alber­to [2009] el dinamis­mo pro­pio de estos espa­cios imprime con­stantes varia­ciones en sus com­po­nentes, en su con­fig­u­ración y en su apari­en­cia, impul­sa­do por fuerzas endó­ge­nas y exó­ge­nas.

Por ello, es posi­ble estable­cer que la delim­itación físi­ca del peri­ur­bano es arbi­traria en la medi­da que los con­cep­tos cono­ci­dos, muchas veces resul­tan insu­fi­cientes para car­ac­teri­zar los bor­des urbanos. De acuer­do con Fer­raro et al. [2013] una defini­ción de peri­ur­bano muy útil para estable­cer ese límite es la prop­ues­ta por Morel­lo [2000], quien lo define des­de una per­spec­ti­va ecológ­i­ca, como una zona de inter­faz donde dis­min­uyen var­ios ser­vi­cios del sis­tema urbano (red de agua potable, cloa­cas, pavi­men­to, desagües plu­viales, etc.) y tam­bién se atenúan ser­vi­cios ecológi­cos que provee el cam­po (absor­ción de dióx­i­do de car­bono, reci­cla­je de nutri­entes, dis­tribu­ción de flu­jos plu­viales, amor­tiguación de extremos climáti­cos, etc.).

En el con­tex­to mex­i­cano, cabe men­cionar la exis­ten­cia de esca­sos estu­dios metodológi­cos que delim­iten espa­cial­mente zonas peri­ur­banas en ciu­dades mex­i­canas. Un estu­dio cer­cano a la prop­ues­ta de cri­te­rios de delim­itación, es el pub­li­ca­do por la Sec­re­taría de Medio Ambi­ente y Recur­sos Nat­u­rales (SEMARNAT) en con­jun­to con el Insti­tu­to Mex­i­cano de Tec­nología del Agua (IMTA) en el cual, men­cio­nan que la defini­ción de las zonas peri­ur­banas obe­dece a car­ac­terís­ti­cas tan­to físi­cas como demográ­fi­cas. Entre dichas car­ac­terís­ti­cas se desta­can el déficit en ser­vi­cios urbanos bási­cos, la local­ización den­tro del perímetro con­sid­er­a­do urbano y ocu­pación o super­fi­cie con­stru­i­da (SEMARNAT e IMTA 2015). En fun­ción de lo expuesto, la defini­ción y car­ac­ter­i­zación del peri­ur­bano de la Ciu­dad de Puebla y su dinámi­ca, deman­da la revisión de estu­dios en ciu­dades lati­noamer­i­canas en gen­er­al [Allen 2003, Barsky 2005, Fer­raro et al. 2013, Zulaica y Fer­raro 2013] y mex­i­canas en par­tic­u­lar [Patiño Tovar 2004, Hernán­dez et al. 2009, Ávi­la Sánchez 2009, Aguilar Martínez y López 2014].

La delim­itación del peri­ur­bano de la Ciu­dad de Puebla parte entonces de con­cep­tos uti­liza­dos en el estu­dio de sis­temas com­ple­jos [Gar­cía 2006] y de la com­pren­sión de este espa­cio des­de una per­spec­ti­va ecológ­i­ca [Morel­lo 2000], con­sid­er­a­do como un ecotono ciu­dad-cam­po. Ello per­mite definir cri­te­rios basa­dos en el déficit de ser­vi­cios con­sid­er­a­dos esen­ciales y en la pro­por­ción de la super­fi­cie con­stru­i­da [SEMARNAT e IMTA 2015; Zulaica y Fer­raro 2013].

La unidad de ref­er­en­cia espa­cial es el Área Geoes­tadís­ti­ca Bási­ca (AGEB) defini­da por el Insti­tu­to Nacional de Estadís­ti­ca y Geografía de Méx­i­co (INEGI) en el año 2010. En este sen­ti­do, un AGEB urbano, es un área geográ­fi­ca ocu­pa­da por un con­jun­to de man­zanas delim­i­tadas por calles y cuyo uso del sue­lo es prin­ci­pal­mente habita­cional, indus­tri­al, de ser­vi­cios, com­er­cial. Solo son asig­nadas al inte­ri­or de las local­i­dades urbanas, es decir aque­l­las que poseen una población may­or o igual a 2.500 habi­tantes [INEGI 2010]. Para cada AGEB se dispone de infor­ma­ción cen­sal especí­fi­ca de car­ac­terís­ti­cas socioe­conómi­cas, que se puede obten­er del Sis­tema para la Con­sul­ta de Infor­ma­ción Cen­sal (SCINCE).

Los límites del peri­ur­bano se definieron espa­cial­mente sobre la base geor­ref­er­en­ci­a­da del INEGI [2010] e imá­genes satelitales obtenidas de Google Earth® cor­re­spon­di­entes a 2016–2017. La dig­i­tal­ización del peri­ur­bano se real­izó uti­lizan­do ArcGIS® (V. 10.2). La delim­itación del peri­ur­bano de la Ciu­dad de Puebla parte de AGEB. Estas unidades cen­sales per­miten con­tar con infor­ma­ción desagre­ga­da para car­ac­teri­zar el ter­ri­to­rio peri­ur­bano. En primer lugar, se define el límite peri­ur­bano-rur­al de la ciu­dad, que establece la sep­a­ración con las áreas rurales. Para ello se con­sid­er­an las AGEB definidas como urbanas en el Munici­pio de Puebla y en aque­l­los munici­p­ios col­in­dantes a éste.

Si bien los límites con­sti­tuyen bor­des com­ple­jos y difu­sos, la defini­ción del límite peri­ur­bano-rur­al, con­for­ma un avance por estable­cer un primer recorte para com­pren­der ese ter­ri­to­rio. En la defini­ción del límite inter­no, es decir urbano-peri­ur­bano, se con­sid­era al peri­ur­bano como un área de fron­tera o ecotono entre dos sub­sis­temas con estruc­turas y fun­ciones difer­entes y cuya car­ac­terís­ti­ca más sig­ni­fica­ti­va la con­sti­tuyen las dis­con­tinuidades en los ser­vi­cios ambi­en­tales que ofre­cen el sis­tema urbano y el sis­tema rur­al [Morel­lo 2000].

Par­tien­do de la con­cep­tu­al­ización ante­ri­or y de los aportes del SERMANAT e IMTA [2015] donde se men­ciona que tan­to el déficit de los ser­vi­cios como la den­si­dad de ocu­pación son útiles para definir áreas peri­ur­banas, es posi­ble estable­cer el límite urbano-peri­ur­bano de la Ciu­dad de Puebla. Se con­sid­er­an para ello tres ser­vi­cios públi­cos esen­ciales como son drena­je, energía eléc­tri­ca y agua potable disponibles a niv­el de AGEB y cuyo déficit se define en cada caso por un por­centu­al de disponi­bil­i­dad.

Los val­ores fueron definidos a par­tir de la clasi­fi­cación de las vari­ables men­cionadas por cortes nat­u­rales, medi­ante ArcGIS V. 10.2. Este méto­do iden­ti­fi­ca los pun­tos de rup­tura entre las clases uti­lizan­do una fór­mu­la estadís­ti­ca (opti­mización de Jenk), que min­i­miza la suma de la var­i­an­za den­tro de cada una de las clases. Pos­te­ri­or­mente, se definieron umbrales, para el caso de la energía eléc­tri­ca, el déficit se con­sid­era a par­tir de 2,9% o más de vivien­das par­tic­u­lares habitadas del AGEB sin ser­vi­cio. El déficit de agua potable se alcan­za a par­tir de un 20,0% sin acce­so, en tan­to que, para el drena­je, val­ores supe­ri­ores a 6,9% de vivien­das que no cuen­tan con el ser­vi­cio, supo­nen un déficit. Por otra parte, se con­sid­era fun­da­men­tal ajus­tar los límites suponien­do una con­tinuidad espa­cial y tenien­do en cuen­ta que la super­fi­cie con­stru­i­da en cada AGEB varía entre 10% y 75%.

Los límites del periurbano poblano

A par­tir de un primer recorte (urbano-peri­ur­bano-rur­al) se delim­itó la huel­la urbana de la Ciu­dad de Puebla, la cual está con­sti­tu­i­da por nueve munici­p­ios pertenecientes a los esta­dos de Puebla y Tlax­cala: Amo­zoc, Cuaut­lancin­go, Puebla, Ocoyu­can, Papalot­la de Xico­ten­catl, Ten­ancin­go, San Pablo del Monte, San Andrés y San Pedro Cholu­la. La huel­la urbana así defini­da pre­sen­ta con­tinuidad espa­cial, per­mite estable­cer clara­mente el límite exter­no (peri­ur­bano-rur­al) en el área de estu­dio y tiende a sobrepasar los límites políti­co-admin­is­tra­tivos de ambos esta­dos. De acuer­do con esta delim­itación, la Ciu­dad de Puebla, que incluye los munici­p­ios tlax­cal­te­cas, ocu­pa una super­fi­cie de 425,3 km2 y reúne un total de 2.220.143 habi­tantes.

El límite inter­no (urbano-peri­ur­bano) definido según la metodología explic­i­ta­da prece­den­te­mente, establece una fran­ja rel­a­ti­va­mente con­tin­ua de inter­faz cuya com­ple­ji­dad y dinámi­ca son las car­ac­terís­ti­cas sobre­salientes. El peri­ur­bano de la Ciu­dad de Puebla delim­i­ta­do como se mues­tra en la Figu­ra 2, abar­ca por­ciones de los 9 munici­p­ios, alcan­zan­do 266,3 km2 y una población de 846.140 habi­tantes, con­cen­tra­dos en su may­or parte en el Munici­pio del Puebla (52,3%). Por su parte, la exten­sión máx­i­ma del peri­ur­bano se pre­sen­ta en los munici­p­ios de San Pedro y San Andrés Cholu­la.

Figura 2. Área urbana y periurbana de la Ciudad de Puebla

Fuente: Elab­o­ración propia sobre la base del Mar­co Geoes­tadís­ti­co Nacional [INEGI 2010].

Conformación del periurbano de la Ciudad de Puebla

La fun­dación de la Ciu­dad de Puebla respondió a fac­tores pri­mor­dial­mente de local­ización que, durante la época de la colo­nia, fue fun­da­men­tal para el com­er­cio, desar­rol­lo, y en el pro­ce­so históri­co que posi­cionó a la ciu­dad como una de las impor­tantes en el país [Bernal 2005]. No obstante, la con­for­ma­ción del peri­ur­bano poblano, obe­dece a suce­si­vas trans­for­ma­ciones ter­ri­to­ri­ales lig­adas al pro­ce­so de expan­sión urbana.

A medi­a­dos del siglo XX, Puebla, al igual que el resto de las ciu­dades mex­i­canas pre­sen­taron nota­bles cam­bios urbanos y arqui­tec­tóni­cos [Patiño Tovar 2004; Hernán­dez et al. 2009], que se mostraron a la par de la imple­mentación de medi­das económi­cas (cam­bio de mod­e­lo económi­co, pasan­do de susti­tu­ción de importa­ciones al neolib­er­al) que mod­i­fi­caron por com­ple­to el obje­ti­vo y direc­ción de crec­imien­to. En este sen­ti­do, la agri­cul­tura pasaría a segun­do tér­mi­no dan­do paso la pre­dom­i­nan­cia de activi­dades secun­darias (prin­ci­pal­mente indus­tri­ales) en una primera fase y ter­cia­rias en una segun­da.

En 1960 y has­ta medi­a­dos de 1970, la indus­tri­al­ización en la Ciu­dad de Puebla se hizo pre­sente con may­or inten­si­dad debido al auge del mer­ca­do de tier­ras donde tier­ras eji­dales, rurales y agrarias se incor­po­raron a zonas urbanas, al mis­mo tiem­po que se exhibió la con­cen­tración demográ­fi­ca en el cen­tro y en munici­p­ios conur­ba­dos a la cap­i­tal poblana [Hernán­dez y Martínez 2011]. Durante esta déca­da se desar­rol­lan impor­tantes vial­i­dades como la autopista que conec­ta Puebla con la Ciu­dad de Méx­i­co, se insta­lan impor­tantes empre­sas, indus­tria auto­motriz, siderúr­gi­cas, entre otros proyec­tos [Hernán­dez et al. 2009]. Con el desar­rol­lo de este tipo de activi­dades, la ciu­dad se expande hacia munici­p­ios conur­ba­dos local­iza­dos hacia el norte y noreste.

A par­tir de la deca­den­cia de la indus­tria en 1980, la inver­sión se reori­en­tó hacia el sec­tor inmo­bil­iario, la cual gen­eró más tarde una espec­u­lación en el mer­ca­do del sue­lo, donde áreas agrí­co­las fueron susti­tu­idas por con­jun­tos habita­cionales [Hernán­dez et al. 2009]. Este cam­bio de uso de sue­lo prop­i­ció una expan­sión urbana con­sid­er­able prin­ci­pal­mente en el noreste de la ciu­dad en munici­p­ios conur­ba­dos como Cuaut­lancin­go, San Miguel Xoxt­la, San Pedro y San Andrés Cholu­la, munici­p­ios que en la actu­al­i­dad pre­sen­tan serios prob­le­mas de OT [Patiño Tovar 2004].

Asimis­mo, la espec­u­lación inmo­bil­iaria en el noreste de la ciu­dad ha prop­i­ci­a­do prob­le­mas limítro­fes en el afán de reten­er impuestos pre­di­ales de con­jun­tos res­i­den­ciales exis­tentes en estas zonas urbanas donde la plus­valía del sue­lo es coti­z­able en dólares. Este pro­ce­so de espec­u­lación inmo­bil­iaria es car­ac­terís­ti­co del peri­ur­bano estu­di­a­do sien­do más evi­dente des­de el año 2000 y se ha exhibido prin­ci­pal­mente en la zona conur­ba­da a la cap­i­tal poblana y en zonas per­iféri­c­as de la cap­i­tal mis­ma. No obstante, en fechas recientes, en zonas especí­fi­cas del peri­ur­bano poblano se ha acen­tu­a­do cada vez más el pro­ce­so, desta­can­do el munici­pio de San Andrés Cholu­la con la insta­lación del res­i­den­cial más impor­tante de la ciu­dad “Lomas de Angelópo­lis”. Al respec­to, este res­i­den­cial alcan­za una exten­sión de 470 hec­táreas divi­di­das en seis sec­ciones: Lomas I, Lomas II, Lomas Zona Azul, Cas­cat­ta I, Cas­cat­ta II y Cas­cat­ta II‑B. El com­ple­jo habita­cional está proyec­ta­do para la con­struc­ción de 19000 vivien­das que alber­garían a más de 80 mil per­sonas has­ta el momen­to.

Problemas que afectan la sustentabilidad del periurbano poblano

Como se deduce del aparta­do ante­ri­or, la Ciu­dad de Puebla está suje­ta a pro­ce­sos de crec­imien­to con insu­fi­ciente o nula plan­i­fi­cación que se tra­ducen en prob­lemáti­cas com­ple­jas tan­to sociales como ambi­en­tales, que inci­den en la sus­tentabil­i­dad del peri­ur­bano.

De acuer­do con Rees [2001], la sus­tentabil­i­dad de las ciu­dades no se reduce sólo al ámbito urbano, sino que está lig­a­da a la inte­gri­dad de las áreas exter­nas que depen­den direc­ta o indi­rec­ta­mente de ellas. Asimis­mo, la urban­ización además de afec­tar el ambi­ente local incide en su entorno medi­ante la explotación de los recur­sos nat­u­rales como motor de la economía urbana [Michael et al. 2014], generan­do y acen­tuan­do pro­ce­sos de vul­ner­a­bil­i­dad socioam­bi­en­tal.

El crec­imien­to urbano expan­si­vo y lin­eal, con muy bajas den­si­dades y sin ningún patrón de plan­i­fi­cación, con­ll­e­va con­se­cuen­cias direc­tas e inmedi­atas sobre el ter­ri­to­rio; la ocu­pación de áreas nat­u­rales, zonas de ries­go, sue­los de alto poten­cial agrí­co­la, la con­t­a­m­i­nación de zonas de recar­ga acuífera y de fuentes de agua, son algunos de sus efec­tos [Acuña Araya 2001]. En esa mis­ma línea, Ivane­ga [2009] clasi­fi­ca en cua­tro grandes gru­pos los prob­le­mas a los que se enfrentan las ciu­dades como con­se­cuen­cia de su crec­imien­to no plan­i­fi­ca­do: a) difi­cul­tades en el acce­so a la infraestruc­tura y ser­vi­cios; b) con­t­a­m­i­nación por des­perdi­cios y emi­siones; c) degradación de recur­sos; y d) exposi­ción a peli­gros ambi­en­tales.

Si bien estos prob­le­mas son fre­cuentes en la may­oría de las ciu­dades, gen­eral­mente alcan­zan su man­i­festación máx­i­ma en las áreas peri­ur­banas como es el caso de la Ciu­dad de Puebla. De acuer­do con la clasi­fi­cación real­iza­da por Fer­nán­dez [2000], numerosos prob­le­mas emer­gen de la dinámi­ca de flu­jos en el con­tex­to region­al, como por ejem­p­lo, los aso­ci­a­dos con emplaza­mien­tos en áreas de vul­ner­a­bil­i­dad nat­ur­al o aque­l­los lig­a­dos a la frag­mentación ter­ri­to­r­i­al que devienen de políti­cas glob­ales o regionales que impi­den la inte­gración de algunos sec­tores. A niv­el urbano, tam­bién se pre­sen­tan prob­le­mas que devienen del crec­imien­to de la ciu­dad en su con­tex­to ter­ri­to­r­i­al inmedi­a­to como es el avance de la urban­ización sobre ter­renos con poten­cial­i­dad agrí­co­la. Se suman tam­bién aque­l­los deriva­dos del mane­jo del ciclo de dese­chos y de insumos, como pueden ser las situa­ciones derivadas de las for­mas de dis­posi­ción de resid­u­os (pro­ce­sos de con­t­a­m­i­nación) y los prob­le­mas emer­gentes de la con­flic­tivi­dad rel­a­ti­va de activi­dades de nula o baja com­pat­i­bil­i­dad como las indus­tri­ales y res­i­den­ciales. Son rel­e­vantes tam­bién los prob­le­mas deriva­dos de efec­tos sus­ci­ta­dos por políti­cas públi­cas sec­to­ri­ales como las situa­ciones derivadas de ausen­cia de infraestruc­tura, equipamien­tos y ser­vi­cios bási­cos.

Todos estos con­flic­tos, car­ac­terís­ti­cos de los espa­cios peri­ur­banos, se man­i­fi­es­tan de man­era direc­ta o indi­rec­ta en la cal­i­dad de vida de la población [Rue­da 1997, Velázquez 2001, Lucero 2008], que com­prende la base mate­r­i­al en la que se desar­rol­la la vida, el ambi­ente nat­ur­al y con­stru­i­do el cual inte­gra, además, todas las rela­ciones que devienen de las activi­dades real­izadas. Asimis­mo, el peri­ur­bano de la Ciu­dad de Puebla exhibe prob­lemáti­cas tales como pro­ce­sos ero­sivos del sue­lo debido al crec­imien­to expan­si­vo y con­stante de la población que ha desplaza­do a los campesinos a laderas que bor­dean la ciu­dad [Castelán et al. 2017]; la con­t­a­m­i­nación del río Atoy­ac local­iza­do en una exten­sión impor­tante del peri­ur­bano de la ciu­dad cuyos efec­tos sobrepasan este espa­cio [Rodríguez et al. 2012]; una mar­ca­da desigual­dad social, refle­ja­da en seg­re­gación [Lara et al. 2016] y frag­mentación socio-espa­cial entre los prin­ci­pales vecin­dar­ios de la ciu­dad [Mil­ián y Guenet 2006]. No obstante, estas prob­lemáti­cas evi­den­ci­adas a lo largo del peri­ur­bano poblano, son más noto­rias en el peri­ur­bano noreste y norte de la ciu­dad.

Por un lado, prob­le­mas de seg­re­gación y frag­mentación social se pre­sen­tan en el noreste de la ciu­dad en munici­p­ios como San Andrés y San Pedro Cholu­la y por otro, en el peri­ur­bano norte se exhiben prob­le­mas limítro­fes entre los esta­dos de Puebla y Tlax­cala, donde, el aban­dono guber­na­men­tal se hace pre­sente de ambos esta­dos, observán­dose la exis­ten­cia de asen­tamien­tos irreg­u­lares, así como defi­cientes condi­ciones de hab­it­abil­i­dad, fal­ta de plan­i­fi­cación urbana, ser­vi­cios públi­cos, entre otros prob­le­mas.

Cabe men­cionar que la acel­eración urbana sobrepasa límites políti­co-admin­is­tra­tivos, pro­fun­dizan­do con­flic­tos limítro­fes, exhibidos en bajas condi­ciones de hab­it­abil­i­dad. De este modo, la inte­gración de zonas rurales- urbanas a la ciu­dad tip­i­fi­ca un peri­ur­bano het­erogé­neo [Aguilar Martínez y López 2014].

Consideraciones finales

El acel­er­a­do crec­imien­to pobla­cional en las ciu­dades y la expan­sión de su huel­la urbana, definen nuevas dinámi­cas tan­to al inte­ri­or como al exte­ri­or de estos espa­cios, espe­cial­mente en sus áreas peri­ur­banas. Si bien el conocimien­to de la dinámi­ca urbana en estas áreas es rel­e­vante, la Ciu­dad de Puebla no con­ta­ba has­ta el momen­to con una delim­itación espa­cial que intente definir y car­ac­teri­zar el peri­ur­bano. En fun­ción de ello y sobre la base de defini­ciones con­cep­tuales y metodológ­i­cas apor­tadas en estu­dios antecedentes, se pro­pu­so una primera delim­itación.

El peri­ur­bano delim­i­ta­do, expre­sa fuertes con­trastes sociales y ambi­en­tales que se refle­jan en las condi­ciones de hab­it­abil­i­dad de sus habi­tantes. Se car­ac­ter­i­za por la pres­en­cia de áreas res­i­den­ciales de altos ingre­sos económi­cos (Munici­pio de San Andrés Cholu­la) y de sec­tores mar­ginales (espe­cial­mente en la zona del peri­ur­bano norte). A su vez, en esta zona de inter­faz se iden­ti­f­i­can indus­trias, desar­rol­los inmo­bil­iar­ios en crec­imien­to, ver­tido de eflu­entes, pres­en­cia de basur­ales autor­iza­dos y clan­des­ti­nos, desar­rol­lo de activi­dades pro­duc­ti­vas vin­cu­ladas con el medio rur­al (prin­ci­pal­mente cul­ti­vo de maíz), entre otras. La delim­itación real­iza­da, per­mi­tió sep­a­rar una por­ción del ter­ri­to­rio het­erogé­neo en el que se entremez­clan y yux­tapo­nen activi­dades con una población de car­ac­terís­ti­cas socioe­conómi­cas diver­sas, pero iden­ti­fi­cadas con un común denom­i­nador de difer­entes con­flic­tivi­dades (sociales, económi­cas, de con­viven­cia de usos, etc.), las cuales provienen de car­ac­terís­ti­cas par­tic­u­lares de ter­ri­to­rios en especí­fi­co.

En este espa­cio com­ple­jo, la con­struc­ción de corre­dores indus­tri­ales a lo largo de los prin­ci­pales ejes de comu­ni­cación fun­da­men­tal­mente des­de la déca­da de 1960, mar­có el ini­cio de las con­tradic­ciones y el enfrentamien­to entre las lóg­i­cas urbana y rur­al en el Esta­do de Puebla; a su vez la dotación de infraestruc­tura urbana prop­i­ció la reval­orización y el incre­men­to de la plus­valía de los ter­renos agrí­co­las, generan­do exclusión de los campesinos met­ro­pol­i­tanos [Hernán­dez et al. 2009].

Las prob­lemáti­cas sociales y ambi­en­tales en el peri­ur­bano de la ciu­dad de Puebla se entre­lazan y se tor­nan com­ple­jas. La ausen­cia de una plan­i­fi­cación ade­cua­da en el peri­ur­bano y el mer­ca­do cre­an espa­cios exclu­sivos que desin­te­gran los teji­dos sociales, espe­cial­mente en el sec­tor norte. Este mod­e­lo de ciu­dad difusa, que se extiende hacia áreas cada vez ale­jadas del núcleo urbano, afec­ta las condi­ciones de hab­it­abil­i­dad de los sec­tores más vul­ner­a­bles requirien­do la imple­mentación de instru­men­tos jurídi­cos, planes y pro­gra­mas de OT.

Final­mente, se desta­ca que la gestión de los prob­le­mas en las áreas de expan­sión de la ciu­dad, exige un nue­vo par­a­dig­ma de planeamien­to urbano [Reese y Cate­nazzi 2011]. Este nue­vo par­a­dig­ma debiera priv­i­le­giar la ciu­dad pro­duci­da tenien­do en cuen­ta que inter­vienen una mul­ti­pli­ci­dad de agentes (famil­ias, empre­sas, gob­ier­no).

 Citas

* CONACYT (El Cole­gio de Tlax­cala A.C., Méx­i­co /Consejo Nacional de Cien­cia y Tec­nología) emilia.larag@coltlax.edu.mx

** CONICET (Con­se­jo Nacional de Inves­ti­ga­ciones Cien­tí­fi­cas y Téc­ni­cas). IHAM (Insti­tu­to del Hábi­tat y del Ambi­ente), Fac­ul­tad de Arqui­tec­tura, Urban­is­mo y Dis­eño; Grupo de Estu­dios Sociour­banos, Fac­ul­tad de Humanidades, Uni­ver­si­dad Nacional de Mar del Pla­ta. laurazulaica@conicet.gov.ar

*** CONACYT (El Cole­gio de Tlax­cala A.C., México/ Con­se­jo Nacional de Cien­cia y Tec­nología) angeldavid@coltlax.edu.mx

Bibliografia

Acuña Araya, Luis (coord.)
2001 Doc­u­men­to final del grupo urban­is­mo y uso de sue­lo. San José de Cos­ta Rica, Sec­re­taría Téc­ni­ca del Con­se­jo Nacional de Plan­i­fi­cación Urbana.

Aguilar Martínez, Adrián Guiller­mo y Flor López
2014 La peri­ur­ban­ización y los retos de su orga­ni­zación ter­ri­to­r­i­al, en Metrópo­lis: Estruc­tura urbana, medio ambi­ente y políti­ca públi­ca, Graizbord, B. (Coord.). El Cole­gio de Méx­i­co, Méx­i­co: 61–101.

Alber­to, Juan
2009 Geografía y Crec­imien­to Urbano. Paisajes y Prob­le­mas Ambi­en­tales. Geográ­fi­ca Dig­i­tal, 6(11): 1–14.

Allen, Adri­ana
2003 La inter­fase peri­ur­bana como esce­nario de cam­bio y acción hacia la sus­tentabil­i­dad del desar­rol­lo. Cuader­nos del CENDES, 20 (53): 7–21.

Ávi­la Sánchez, Héc­tor
2009 Peri­ur­ban­ización y espa­cios rurales en la per­ife­ria de las ciu­dades. Estu­dios Agrar­ios. Revista de la Procu­raduría Agraria, 41: 93–123.

Ban­co Inter­amer­i­cano de Desar­rol­lo
2016 Doc­u­men­to de Enfoque: Eval­u­ación de la Ini­cia­ti­va Ciu­dades Emer­gentes y Sostenibles. Ban­co Inter­amer­i­cano de Desar­rol­lo, Wash­ing­ton.

Barsky, Andrés
2005 El peri­ur­bano pro­duc­ti­vo, un espa­cio en con­stante trans­for­ma­ción. Intro­duc­ción al esta­do del debate, con ref­er­en­cias al caso de Buenos Aires. Scrip­ta Nova, 9 (194): 36.

Berg­er, Matías
2003 Cañue­las: un caso de con­fig­u­ración ter­ri­to­r­i­al de rela­ciones sociales. 6º Con­gre­so Nacional de Estu­dios del Tra­ba­jo. Aso­ciación Argenti­na de Espe­cial­is­tas en Estu­dios del Tra­ba­jo, Buenos Aires.

Bernal, Héc­tor
2005 Con­tradic­ciones del desar­rol­lo en la cuar­ta Zona Met­ro­pol­i­tana de Puebla ¿una región ganado­ra?, en Lo urbano des­de lo rur­al. El caso de la zona conur­ba­da de la ciu­dad de Puebla (1980–2004), Pérez, Gómez y Ávi­la (coords.). BUAP, Puebla.

Calderón, Gabriela
2017 Imple­mentación de la políti­ca de orde­namien­to ter­ri­to­r­i­al en el área ser­rana del Par­tido de Gen­er­al Pueyrre­don (Provin­cia de Buenos Aires, Argenti­na). Inves­ti­gación + Acción, 20 (20): 30–62.

Castelán Vega, Ros­alía; Leti­cia Cit­laly López Teloxa, Víc­tor Tama­riz Flo­res, Gladys Linares Fleites y Abel Cruz Mon­tal­vo
2017 Erosión y pér­di­da de nutri­entes en difer­entes sis­temas agrí­co­las de una microcuen­ca en la zona peri­ur­bana de la ciu­dad de Puebla, Méx­i­co. Ter­ra Lati­noamer­i­cana, 35(3): 229–235.

Con­se­jo Nacional de Población
2010 Indice de Mar­ginación por Local­i­dad 2010. Con­se­jo Nacional de Población, Ciu­dad de Méx­i­co.

Del­ga­do, Javier
2003 Tran­si­ción rur­al-urbana y oposi­ción cam­po-ciu­dad, en Urban­ización, cam­bio tec­nológi­co y cos­to social. El caso de la región cen­tro de Méx­i­co, Guiller­mo Aguilar Adrián (Coord). Insti­tu­to de Geografía-UNAM, CONACYT, Méx­i­co: 73–118.

Di Pace, María; Martín Ale­jan­dro Cro­jethovich y Andrés Barsky
2004 Los sis­temas de soporte urbano, en Ecología de la ciu­dad, Di Pace (Coord.). Uni­ver­si­dad Nacional de Gen­er­al Sarmien­to, Argenti­na: 131–164.

Fer­nán­dez, Rober­to
2000 La ciu­dad verde: teoría de la gestión ambi­en­tal urbana. Cen­tro de Inves­ti­ga­ciones Ambi­en­tales-Espa­cio Edi­to­r­i­al, Buenos Aires.

Fer­raro, Rosana y Lau­ra Zulaica
2008 El peri­ur­bano de Mar del Pla­ta, un sis­tema com­ple­jo, en Actas de X Jor­nadas Cuyanas de Geografía. Men­doza: Insti­tu­to de Geografía. Depar­ta­men­to de Geografía, Uni­ver­si­dad Nacional de Cuyo. Men­doza.

Fer­raro, Rosana; Lau­ra Zulaica y Héc­tor Echechuri
2013 Per­spec­ti­vas de abor­da­je y car­ac­ter­i­zación del peri­ur­bano de Mar del Pla­ta, Argenti­na. Letras Verdes, Revista del Pro­gra­ma de Estu­dios Socioam­bi­en­tales, 13: 19–40.

Galin­do, Car­los Javier Del­ga­do
2006 Los espa­cios emer­gentes de la dinámi­ca rur­al-urbana. Prob­le­mas del desar­rol­lo, 37 (147):187–216.

Gar­cía, Rolan­do
2006 Sis­temas com­ple­jos: con­cep­tos, méto­do y fun­da­mentación epis­te­mológ­i­ca de la inves­ti­gación inter­dis­ci­pli­nar­ia. Edi­to­r­i­al Gedisa: Barcelona.

Gómez Orea, Domin­go
2002 Orde­nación Ter­ri­to­r­i­al. Edi­ciones Mun­di-Pren­sa y Edi­to­r­i­al Agrí­co­la Españo­la S.A, Madrid.

Hernán­dez Flo­res, José Álvaro; Beat­riz Martínez Coro­na, José Arturo Mén­dez Espinoza, Ricar­do Pérez Avilés, Javier Ramírez Juárez y Her­milio Navar­ro Garza
2009 Rurales y peri­ur­banos: una aprox­i­mación al pro­ce­so de con­for­ma­ción de la per­ife­ria poblana. Pape­les de Población, 61: 275–295.

Hernán­dez Flo­res, José Álvaro y Beat­riz Martínez Coro­na
2011 Dis­putas del ter­ri­to­rio rur­al: la Cholu­la pre­his­páni­ca frente a la expan­sión de la Puebla colo­nial. Agri­cul­tura, sociedad y desar­rol­lo, 8(2): 281–296.

Iaquin­ta, David y Axel Dresch­er
2000 Definig Peri­ur­ban: Under­stand­ing Rur­al-Urban Link­ages and their con­nec­tion to insti­tu­tion­al con­texts, en Actas del Déci­mo Con­gre­so de la Aso­ciación Inter­na­cional de Soci­ología Rur­al. Aso­ciación Inter­na­cional de Soci­ología Rur­al, Río de Janeiro.

Insti­tu­to Mex­i­cano de Tec­nología del Agua
2015 Estu­dio y Desar­rol­los Tec­nológi­cos en áreas peri­ur­banas. Insti­tu­to Mex­i­cano de Tec­nología del Agua, More­los.

Insti­tu­to Nacional de Estadís­ti­ca y Geografía
2010 Cen­sos de Población y Vivien­da 2010. Insti­tu­to Nacional de Estadís­ti­ca y Geografía, Ciu­dad de Méx­i­co.

Ivane­ga, Miri­am Mabel
2009 Con­struc­ciones urbanas y medio ambi­ente, en Rég­i­men jurídi­co del urban­is­mo, Jorge Fer­nán­dez Ruiz, Ger­mán Cis­neros Farías y Fil­ib­er­to Otero Salas (Coords). Insti­tu­to de Inves­ti­ga­ciones Jurídi­cas, UNAM.

Lara Galin­do Emil­ia; Rebec­ca Raquel Vera Velez y María Isabel Angoa Pérez
2016 Seg­re­gación socioe­s­pa­cial en el munici­pio de Puebla, 2010, en Expre­sión ter­ri­to­r­i­al de la frag­mentación y seg­re­gación, Con­cep­ción Alvara­do Rosas, Ricar­do Gómez Mat­u­ra­no y Rodri­go Hidal­go Dat­twyler (Coords.). Uni­ver­si­dad Autóno­ma del Esta­do de More­los, Méx­i­co: 222–243.

Lucero, Patri­cia (Direc­to­ra)
2008 Ter­ri­to­rio y Cal­i­dad de Vida, una mira­da des­de la Geografía Local, Mar del Pla­ta y Par­tido de Gen­er­al Pueyrre­don. Eudem-UNMdP, Mar del Pla­ta.

Mas­siris Cabeza, Ángel
2005 Fun­da­men­tos con­cep­tuales y metodológi­cos del orde­namien­to ter­ri­to­r­i­al. Uni­ver­si­dad Pedagóg­i­ca y Tec­nológ­i­ca de Colom­bia, Boy­acá.
2012 Gestión ter­ri­to­r­i­al y desar­rol­lo — Hacia una políti­ca de desar­rol­lo ter­ri­to­r­i­al sostenible en Améri­ca Lati­na. Uni­ver­si­dad Pedagóg­i­ca y Tec­nológ­i­ca de Colom­bia, Tun­ja.

Michael, Flo­ri­an­na ; Zainu­ra Zain­on Noor y María Figueroa
2014 Review of urban sus­tain­abil­i­ty indi­ca­tors assess­ment e Case study between Asian coun­tries. Habi­tat Inter­na­tion­al, 44: 491–500.

Mil­ián, Guadalupe y Michel Guenet
2006 Frag­mentación socio-espa­cial y caos urbano: los vecin­dar­ios cer­ra­dos en la aglom­eración de Puebla, en La seg­re­gación socio-espa­cial urbana: una mira­da sobre Puebla, Puer­to España, San José y San Sal­vador, Anne-Marie Séguin (Coord.). FLaC­So, Cos­ta Rica: 109–147.

Morel­lo, Jorge
2000 Fun­ciones del sis­tema peri­ur­bano: el caso de Buenos Aires. Cen­tro de Inves­ti­ga­ciones Ambi­en­tales, FAUD-UNMdP, Mar del Pla­ta.

Oli­va Ser­ra­no, Jesús
1995 Mer­ca­dos de tra­ba­jo y reestruc­turación rur­al: una aprox­i­mación al caso Castel­lano-Manchego. Min­is­te­rio de Agri­cul­tura, Pesca y Ali­mentación, Madrid.

Patiño Tovar, Elsa
2004 Per­ife­ria poblana: la desigual­dad del crec­imien­to. Pape­les de población, 10(42):125–151.

Rees, William
2001 The conun­drum of urban sus­tain­abil­i­ty, en How Green Is the City? Sus­tain­abil­i­ty Assess­ment and the Man­age­ment of Urban Envi­ron­ments, Devuyst D, Hens L. y De Lan­noy W. (Coords). Colum­bia Uni­ver­si­ty Press, New York: 37–42.

Reese, Eduar­do y Andrea Cate­nazzi
2011 Plan­i­fi­cación e instru­men­tos de gestión del Ter­ri­to­rio, en Gestión munic­i­pal y ciu­dad: dile­mas y opor­tu­nidades, Marisa Álvarez (Coord.). Pro­gra­ma de Mejo­ra de la Gestión Munic­i­pal, Min­is­te­rio del Inte­ri­or, Buenos Aires: 75–115.

Rodríguez Igle­sias, Ger­mán
2009 Análi­sis del gas­to públi­co munic­i­pal en infraestruc­tura bási­ca: Mar del Pla­ta 1996–2006. Dis­ertación de Licen­ciatu­ra en Economía, Mar del Pla­ta, Fac­ul­tad de Cien­cias Económi­cas y Sociales, UNMdP.

Rodríguez-Tapia, Lil­ia; Jorge Morales Nov­elo y Patri­cia Zavala Var­gas
2012 Eval­u­ación socioe­conómi­ca de daños ambi­en­tales por con­t­a­m­i­nación del río Atoy­ac en Méx­i­co. Tec­nología y Cien­cias del Agua, III: 143–151.

Rue­da, Sal­vador
1997 Hab­it­abil­i­dad y cal­i­dad de vida. Ciu­dades para un futuro sostenible. La con­struc­ción de la ciu­dad sostenible, 30.

Schuschny, Andrés
1998 Estu­dio del Medio Ambi­ente des­de las Cien­cias de la Com­ple­ji­dad, en Sis­temas Ambi­en­tales Com­ple­jos: her­ramien­tas de análi­sis espa­cial, Sil­via Mat­teuc­ci y Gus­ta­vo Buzai (Coords). Eude­ba, Buenos Aires: 33–55.

Talav­era, Hen­ry y Natalia Vil­lamizar
2012 Pre­sentación del prob­le­ma y jus­ti­fi­cación para la real­ización del Sem­i­nario, Doc­u­men­to de Tra­ba­jo. Sem­i­nario Bor­des Urbanos: Pro­ce­sos Ter­ri­to­ri­ales Colom­bia, Chile, Gran Bre­taña, India, Chi­na, España.Insti­tu­to Hábi­tat, Ciu­dad y Ter­ri­to­rio de la Uni­ver­si­dad Nacional de Colom­bia y Red Arqui­tec­tura del Ter­ri­to­rio, Bogotá.

Tran, Liem
2016 An inter­ac­tive method to select a set of sus­tain­able urban devel­op­ment indi­ca­tors. Eco­log­i­cal Indi­ca­tors, 61: 418–427.

Velázquez, Guiller­mo
2001 Geografía, cal­i­dad de Vida y frag­mentación en la Geografía de los noven­ta; Análi­sis region­al y depar­ta­men­tal uti­lizan­do SIG´s. Cen­tro de Inves­ti­ga­ciones Geográ­fi­cas-Fac­ul­tad de Cien­cias Humanas, Tandil.

Vil­lamizar-Duarte, Natalia y Jeny Luna Sánchez
2012 Bor­des urbanos: una pre­gun­ta des­de el crec­imien­to de las ciu­dades hacia la con­cep­ción de una cat­e­goría para el análi­sis y la proyec­ción de ter­ri­to­rios urbanos. Sem­i­nario Bor­des Urbanos: Pro­ce­sos Ter­ri­to­ri­ales Colom­bia, Chile, Gran Bre­taña, India, Chi­na. Insti­tu­to Hábi­tat, Ciu­dad y Ter­ri­to­rio Uni­ver­si­dad Nacional de Colom­bia y Red Arqui­tec­tura del Ter­ri­to­rio, Bogotá.

Zhou, Jingyang; Liyin Shenb, Xiang­nan Song y Xiaol­ing Zhang
2015 Selec­tion and mod­el­ing sus­tain­able urban­iza­tion indi­ca­tors: Are­spon­si­bil­i­ty-based method. Eco­log­i­cal Indi­ca­tors, 56: 87–95.

Zulaica, Lau­ra
2015 El peri­ur­bano de Mar del Pla­ta: aportes con­cep­tuales y metodológi­cos para el abor­da­je de sus prob­lemáti­cas ambi­en­tales, en Agro­quími­cos en áreas de tran­si­ción urbano-rur­al: prob­le­mas sociales y ambi­en­tales en el Par­tido de Gen­er­al Pueyrre­don, Lau­ra Zulaica, Sil­via Bocero, Jorge Tribó y Vic­to­ria Cabral (Coords). Serie Estu­dios Sociode­mográ­fi­cos, Nº 5. Fac­ul­tad de Humanidades, UNMdP, Mar del Pla­ta: 9–72.

Zulaica, Lau­ra y Rosana Fer­raro
2011 Aportes metodológi­cos para la gestión ter­ri­to­r­i­al del peri­ur­bano marplatense (provin­cia de Buenos Aires, Argenti­na): apli­ca­ciones en el sec­tor sur”. XIII Encuen­tro de Geó­grafos de Améri­ca Lati­na, Escuela de Cien­cias Geográ­fi­cas, Uni­ver­si­dad Nacional de Cos­ta Rica, San José de Cos­ta Rica.
2013 El peri­ur­bano de Mar del Pla­ta: un sis­tema com­ple­jo con bor­des dinámi­cos. IV Con­gre­so Nacional de Geografía de Uni­ver­si­dades Públi­cas y XI Jor­nadas Cuyanas de Geografía. Fac­ul­tad de Filosofía y Letras, UNCu, Men­doza.

~•~

  Cómo citar ¬

Emilia Lara Galindo, Laura Zulaica y Ángel David Flores Domínguez, «Aportes conceptuales y metodológicos para la definición y análisis del periurbano de la Ciudad de Puebla, México», Revista de Estudios Marítimos y Sociales [En línea], publicado el [insert_php] echo get_the_time('j \d\e\ F \d\e\ Y');[/insert_php], consultado el [insert_php] setlocale(LC_ALL,"es_ES"); echo strftime("%e de %B del %Y");[/insert_php]. URL: https://estudiosmaritimossociales.org/archivo/rems-14/dossier-zulaica/
~•~
Licencia de Creative Commons
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento — No Comercial — Compartir Igual 4.0 Internacional.