Recursos alimentarios y espacios marítimos: una geografía de la pesca en el mundo

Food resources and mar­itime spaces: a world fish­ing geog­ra­phy

Yvanne Bou­vet*

Recibido: 10 de abril de 2017
Acep­ta­do: 09 de octubre de 2017

Resumen

En este artícu­lo se pro­pone de analizar la pesca y la acui­cul­tura en el Mun­do, su orga­ni­zación, las zonas afec­tadas y la evolu­ción reciente de estas activi­dades des­de una per­spec­ti­va geográ­fi­ca. La primera parte se enfo­ca sobre la pro­duc­ción hal­iéu­ti­ca y las con­se­cuen­cias espa­ciales de la evolu­ción de los insumos para pro­duc­ción, insumos nat­u­rales o humanos. Después, pre­sen­ta los pescadores y el respeto del medio ambi­ente por man­ten­er la sosteni­bil­i­dad de la activi­dad de pesca y de acui­cul­tura. La últi­ma parte se cen­tra en la orga­ni­zación mundi­al­iza­da del con­sumo de los pro­duc­tos mari­nos en de los mer­ca­dos.

Pal­abras clave: espa­cios marí­ti­mos — recur­sos nat­u­rales — pesca marí­ti­ma- acui­cul­tura — ali­mentación humana

Abstract

This paper presents fish­ing and aqua­cul­ture activ­i­ties in the world, their orga­ni­za­tion, the spaces where those activ­i­ties are car­ried out and their recent devel­op­ment from a geo­graph­i­cal per­spec­tive. First, we will make a pre­sen­ta­tion of fish­ing and aqua­cul­ture pro­duc­tion in the world, of the areas and the coun­tries where fish­ing is an impor­tant activ­i­ty. Next, we will con­tin­ue with the major fac­tors caus­ing the evo­lu­tion of fish­ing spaces and activ­i­ties, whether human or nat­ur­al. Then, we will focus on fish­er­men and their link to the man­age­ment of the nat­ur­al envi­ron­ment with a view to main­tain­ing the sus­tain­abil­i­ty of fish­ing and aqua­cul­ture. Final­ly, we will present the orga­ni­za­tion of the sup­ply chain of seafood prod­ucts, their con­sump­tion and exports world­wide.

Key­words: mar­itime spaces — nat­ur­al resources — mar­itime fish­ing — aqua­cul­ture — human food

Résumé

Cet arti­cle trace le por­trait de l’activité halieu­tique et de l’aquaculture dans le monde, son organ­i­sa­tion, les zones con­cernées par ces activ­ités et leurs évo­lu­tions récentes dans une per­spec­tive géo­graphique. Dans une pre­mière par­tie, un focus est fait sur la pêche et l’aquaculture dans le monde, et les con­séquences spa­tiales de l’évolution des fac­teurs de pro­duc­tion, qu’ils soient naturels ou humains. Ensuite, les pêcheurs sont présen­tés en lien avec le respect du milieu naturel pour main­tenir la souten­abil­ité de l’activité, que ce soit la pêche ou l’aquaculture. Enfin, la dernière par­tie est cen­trée sur l’organisation mon­di­ale de la con­som­ma­tion des pro­duits de la mer et de ses marchés.

Mots-clés: espaces mar­itimes — ressources naturelles — pêche mar­itime — aqua­cul­ture ‑ali­men­ta­tion humaine

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Introducción

Con una población humana que va en aumen­to diari­a­mente, la activi­dad pes­quera y la acuí­co­la tienen una final­i­dad esen­cial: brindar ali­men­tos para bue­na parte de la humanidad. El sec­tor hal­iéu­ti­co tiene su par­tic­u­lar­i­dad porque se tra­ta de una activi­dad de recolec­ción que uti­liza los recur­sos vivos del mar, con for­mas seme­jantes a las de nue­stros antepasa­dos. Hace sig­los que pescamos en el mar, posi­ble­mente mile­nios. Es por eso que en este momen­to nos pre­gun­ta­mos (porque nece­si­ta­mos saber­lo) cuán­tos años más podremos con­tin­uar disponien­do de los recur­sos del espa­cio mari­no, que son reser­vas ecológ­i­cas, y tam­bién com­modi­ties. La pesca es en la actu­al­i­dad la prin­ci­pal activi­dad a través de la cual se obtienen dichos recur­sos. La acui­cul­tura mari­na, por su parte, con­tribuye con el 20% de todo lo que brin­dan los océanos. Con una pro­duc­ción acuí­co­la que reúne una parte muy impor­tante de lo que se con­sume, cabría pre­gun­tarse si no esta­mos atrav­es­an­do un momen­to sim­i­lar al que cono­ció la humanidad cuan­do pasó de la búsque­da del recur­so (a través de la recolec­ción y la caza) a la ganadería, tal como sucedió en el perío­do neolíti­co.

Algu­nas inves­ti­ga­ciones en geografía referi­das a la pesca tra­ba­jan sobre cómo se con­fig­u­ran los calderos y las activi­dades aso­ci­adas pos­te­ri­ores, como la trans­for­ma­ción y la com­er­cial­ización. El artícu­lo pre­sen­ta un esta­do de la pesca y de la acui­cul­tura marí­ti­mas en el mun­do, a par­tir de los datos sum­in­istra­dos por la Orga­ni­zación de las Naciones Unidas para la ali­mentación y la Agri­cul­tura [FAO], organ­is­mo inter­na­cional que reúne estadís­ti­cas hal­iéu­ti­cas de todos país­es del Mun­do. FAO real­iza, además, un tra­ba­jo de eval­u­ación y armo­nización de datos nacionales reunidos en una pub­li­cación bien­al sobre pesca y acui­cul­tura. La infor­ma­ción pub­li­ca­da nos otor­ga una visión glob­al de la pesca, lo que nos per­mite analizar su situación y evolu­ción a niv­el inter­na­cional. El artícu­lo pro­pone un enfoque geo-sistémi­co a través numerosos mapas y grá­fi­cos para pre­sen­tar los difer­entes espa­cios hal­iéu­ti­cos a escala mundi­al.

La primera parte anal­iza la pesca en el mun­do sobre el tema de la recolec­ción de los recur­sos mari­nos y la man­era en la que se dis­tribuyen los insumos de repar­ti­ción y pro­duc­ción, así como la evolu­ción y la inten­si­fi­cación de la activi­dad pes­quera a niv­el mundi­al. Se pre­sen­tan, además, los país­es hal­iéu­ti­cos dom­i­nantes en la pro­duc­ción y la orga­ni­zación de la pesca glob­al.

La segun­da parte pre­sen­ta las activi­dades de la pesca deter­mi­nan­do en primer lugar quiénes son los 55 mil­lones de pescadores que exis­ten en el mun­do y donde tra­ba­jan. Aunque todos ellos viv­en de los recur­sos del mar, su relación con los mis­mos es muy difer­ente según el ter­ri­to­rio en el que viv­en. La por­ción may­or de estos actores sociales la con­for­man los pequeños pescadores que van al mar con el propósi­to de obten­er ali­men­tos para su famil­ia. El resto, está rep­re­sen­ta­do por los tra­ba­jadores de grandes fir­mas financieras que con­struyen bar­cos para obten­er pro­duc­tos de cap­i­tales. Se pre­sen­tan tam­bién las artes de pesca uti­lizadas, con­cen­tradas en algu­nas especies, con con­se­cuen­cias sobre las pobla­ciones de peces y la con­ser­vación de la pesca. A con­tin­uación, vemos el lugar impor­tante que tiene acui­cul­tura en la pro­duc­ción de pro­duc­tos del mar.

La últi­ma parte se cen­tra en la orga­ni­zación mundi­al­iza­da del con­sumo de los pro­duc­tos mari­nos, para ver cómo el pez va del mar hacia el pla­to para con­ver­tirse en pesca­do.[1] La orga­ni­zación de los mer­ca­dos se desar­rol­la a escala mundi­al. Existe una fuerte relación entre los país­es que pro­ducen, en el sur, y los país­es que con­sumen, en el norte. Por últi­mo y para con­cluir, se pre­sen­ta el con­cep­to de la geografía hal­iéu­ti­ca, con los difer­entes espa­cios o ter­ri­to­rios que se con­struyen alrede­dor de esta activi­dad mari­na.

La repartición de los recursos y explotación del océano mundial

La pro­duc­ción hal­iéu­ti­ca no se reparte igual­mente en las aguas del Mun­do. En 2014, la pro­duc­ción de pesca y acui­cul­tura fue de 167 mil­lones de toneladas (en ade­lante Mt). La may­or parte fue extraí­da del espa­cio marí­ti­mo (108Mt), aunque hay una pro­duc­ción alta en agua dulce tam­bién. El mar provee 81Mt de pro­duc­tos (75% del total) a través de la pesca. La otra parte (27Mt) es obteni­da medi­ante la activi­dad acuí­co­la. En total, el 42% de la pro­duc­ción proviene de la acui­cul­tura y es des­ti­na­da en su may­oría al con­sumo humano, como se puede ver en el gráfico1. A con­tin­uación, se cen­tra más la aten­ción en lo que concierne a la pro­duc­ción mari­na a través de la pesca y la acui­cul­tura, como así tam­bién a los espa­cios marí­ti­mos.

Gráfico 1: Producción de pesca y acuicultura en el mundo: repartición en 2014

Fuente: FAO, 2016

Con océano mundi­al de 361 mil­lones de km2 y aguas con­ti­nen­tales 3.5 mil­lones de km2, la hidrós­fera rep­re­sen­ta el 71% del mun­do entero. Sin embar­go, las aguas tienen una baja pro­duc­tivi­dad y pro­ducen menos del 2% del ali­men­to humano [Car­ré 2008]. Según dis­tin­tos antigu­os autores, la predic­ción del niv­el máx­i­mo de pro­duc­ción para el con­sumo humano es de 120 a 150 mil­lones de toneladas obtenidas a través de la pesca marí­ti­ma [Cury y Mis­erey 2008]. Para que la vida mari­na exista y se desar­rolle es nece­saria la con­ver­gen­cia de diver­sos fac­tores e insumos, prác­ti­ca­mente los mis­mos que se nece­si­tan en el con­ti­nente. El ciclo biológi­co se basa sobre la foto­sín­te­sis y dis­tin­tos pro­ce­sos com­ple­jos que per­miten el ini­cio de la vida y la co-hab­it­abil­i­dad de fito­planc­ton, zoo­planc­ton y otros ani­males her­bívoros y carnívoros. La cade­na ali­men­ta­ria puede ser una descrip­ción sim­plista de que el pez más grande se come al pez más pequeño. Para ten­er un medio rico en el mar, debe­mos ten­er en cuen­ta difer­entes fac­tores tal como la tem­per­atu­ra, la salin­idad, el oxígeno y la luz, que con­struyen la dis­tribu­ción de la vida. Podemos obten­er una clasi­fi­cación de las zonas mari­nas anal­izan­do su pro­fun­di­dad: una zona pelág­i­ca en la super­fi­cie, la zona bén­ti­ca en el fon­do y la lla­ma­da zona dem­er­sal, situ­a­da entre las dos antes men­cionadas (grá­fi­co 2). Podemos, además, hac­er una zonación ver­ti­cal de la fau­na y flo­ra, ya que con el aumen­to de la pro­fun­di­dad aumen­ta la oscuri­dad, el frío, la pre­sión y dis­min­uyen las posi­bil­i­dades de una bue­na nutri­ción. En con­se­cuen­cia, las zonas de platafor­mas con­ti­nen­tales son las áreas más propen­sas para el desar­rol­lo de la vida y casi toda la pro­duc­ción se real­iza cer­ca de las áreas costeras [Doumenge 1965].

Gráfico 2: Medios marinos y cadena alimentaria

Elab­o­ración propia

Un insumo impor­tante para la vida marí­ti­ma son las cor­ri­entes oceáni­cas y las zonas de con­ver­gen­cia de cor­ri­entes de dis­tin­tas car­ac­terís­ti­cas de tem­per­atu­ra y salin­idad, como se puede ver en el grá­fi­co 3, y tam­bién las zonas de upwelling (cor­ri­entes sub­su­per­fi­ciales ascen­dentes ric­as en nutri­entes), cuyos ejem­p­los más nota­bles se encuen­tran en las costas peru­a­nas aso­ci­adas con la cor­ri­ente de Hum­boldt, como así tam­bién en Mau­ri­ta­nia. El tipo de sue­lo o sus­tra­to es impor­tante por la pesca. No es posi­ble (o resul­ta muy difi­cul­toso) pescar con arras­tre en fon­dos rocosos; en con­se­cuen­cia, se deben bus­car sue­los arenosos o fan­gosos. Asimis­mo existe una zonifi­cación ver­ti­cal (en pro­fun­di­dad) y hor­i­zon­tal que se com­bi­nan para deter­mi­nar las posi­bil­i­dades téc­ni­cas a la hora de pescar. Las for­mas y los mod­os de vida son difer­entes según los tipos de peces. Algunos de ellos viv­en en la parte supe­ri­or del mar (pelági­cos), otros en el fon­do mari­no (bén­ti­cos), otros entre los dos espa­cios men­ciona­dos (dem­er­sales) y algunos que viv­en en el mar y en agua dulce (especies diá­dro­mas como salmón, trucha, o catá­dro­mas como anguila). Los grandes caladeros mundi­ales están en zonas de este tipo, como los ban­cos de Ter­ra­no­va, el Atlán­ti­co noroeste, el Mar europeo, el Mar de Chi­na o la platafor­ma del Mar argenti­no.

Gráfico 3: Anomalías térmicas, encuentros de corrientes

Elab­o­ración propia

La pesca se real­iza en zonas marí­ti­mas, pero los recur­sos no están en todo el mar por igual, hay lugares que tienen más recur­sos que otros. Las zonas cer­canas a la tier­ra, como el litoral, son zonas más ric­as donde la pesca por lo tan­to es may­or. Las zonas de pro­duc­ción están, aso­ci­adas a las zonas donde se dispone de recur­sos, pero tam­bién de posi­bil­i­dades téc­ni­cas e históri­c­as en relación a la pesca. Con grá­fi­co 4, se ve las zonas de pro­duc­ciones. La primera zona oceáni­ca de pesca es el océano Pací­fi­co quien efec­tiviza más del 58% de la pro­duc­ción mundi­al con tres zonas:

  • Pací­fi­co noroeste (22Mt con la explotación masi­va de una especie, el abade­jo de Alas­ka) a través de los grandes pro­duc­tores (Chi­na, Japón, Rusia, etc.)
  • Pací­fi­co cen­tro oeste (11Mt) en mares muy ricos del sud­este de Asia, con grandes país­es de pesca (Indone­sia, Viet­nam, Tai­lan­dia)
  • Pací­fi­co sud­este (12Mt) con la pro­duc­ción de anchoas peru­a­nas para hac­er hari­na, con una dis­min­u­ción com­para­do con años ante­ri­ores debido al Niño de 2014.

La segun­da zona de cap­turas se encuen­tra en el océano Atlán­ti­co con más de un cuar­to de la pro­duc­ción, prin­ci­pal­mente el noreste (8Mt), alrede­dor de Europa y el oeste de África. Allí se encuen­tran muchos recur­sos y tam­bién país­es hal­iéu­ti­cos que tienen una his­to­ria impor­tante de pesca en casi todos los país­es de Europa y del gol­fo de Guinea. El ter­cer océano en la pro­duc­ción mundi­al es el océano Índi­co con 12Mt de cap­turas, com­pues­tas prin­ci­pal­mente de atún y de lan­gosti­nos. Esta es una zona nue­va de pro­duc­ción, que nace luego de la migración de bar­cos europeos y asiáti­cos en los años 1990. Los mares donde se hacen pro­duc­ciones impor­tantes son las aguas bore­ales tem­pladas. Son zonas que reú­nen recur­sos nat­u­rales (especies endémi­cas como arenque, abade­jo, bacalao) pero tam­bién altas con­cen­tra­ciones demográ­fi­cas. Además, las prác­ti­cas pes­queras se real­izan des­de hace var­ios sig­los (sal­vo en el océano Índi­co y en Améri­ca del Sur), con una activi­dad indus­tri­al impor­tante que comien­za a par­tir del siglo XX. Pescar es parte de la cul­tura de los pueb­los europeos o asiáti­cos y con­sti­tuye una necesi­dad para ali­men­tar a sus pobladores.

Gráfico 4: Producción de la pesca marítima por zona oceánica en 2014

Fuente: FAO, 2016

Sin embar­go, los fac­tores ambi­en­tales no son los úni­cos que sir­ven para explicar en qué lugares se pesca en el mun­do. La deman­da de las pobla­ciones humanas y la tec­nología de cada sociedad para cap­turar recur­sos y después con­sumir­los son insumos casi de la mis­ma impor­tan­cia. Con el mapa de los pro­duc­tores hal­iéu­ti­cos, vemos que son los país­es que tienen una platafor­ma con­ti­nen­tal y una población numerosa los que se posi­cio­nan como prin­ci­pales pro­duc­tores.

Asia es el primer con­ti­nente en pro­duc­ción de pro­duc­tos del mar, uno de cada dos peces es pesca­do por un país asiáti­co (grá­fi­co 5). El primer país gen­er­ador de pro­duc­tos de mar es Chi­na con 16Mt en 2014, lo que con­sti­tuye un crec­imien­to muy impor­tante de la pro­duc­ción en 30 años, además de la pro­duc­ción de acui­cul­tura (33Mt). Pero Chi­na es tam­bién un país con una población de 1300 mil­lones de habi­tantes y nece­si­ta por lo tan­to muchos ali­men­tos para su población. Las zonas de cap­turas de los bar­cos chi­nos están en el Paci­fi­co noroeste, en la zona exclu­si­va económi­ca (ZEE) de Chi­na, y tam­bién en otras zonas, más lejanas, como el Paci­fi­co noreste, el Atlán­ti­co sur y el océano Indi­co. Además, Chi­na no está sola en Asia. Otros país­es se con­virtieron en país­es de pesca y acui­cul­tura tan­to para cubrir el con­sumo inter­no como para realizar exporta­ciones: Indone­sia (6Mt), India (4,3Mt), Myan­mar (3Mt), Viet­nam (2,5Mt), Fil­ip­inas (2,3Mt), y país­es pes­queros que sufren en la actu­al­i­dad bajas en su pro­duc­ción como el caso de Japón (6Mt en 2000 y 3,7Mt en 2014) o Tai­lan­dia (de 3Mt a 1,6Mt en 14 años), con cierre de caladeros en mares lejanos.

El Con­ti­nente Amer­i­cano es el segun­do con­ti­nente pro­duc­tor de pesca­dos con Perú (8Mt y 1.2Mt sin anchoa), Esta­dos Unidos (5Mt), Chile (3Mt), Argenti­na y Brasil (8Mt cada uno), y Méx­i­co (1,5Mt) como país­es de impor­tante pro­duc­ción de difer­entes especies para el con­sumo inte­ri­or y para las exporta­ciones. Europa es un con­ti­nente vet­er­a­no en su pro­duc­ción pero tam­bién es un gran con­sum­i­dor que nece­si­ta pro­duc­tos de otras zonas para sus mer­ca­dos. Des­de hace 30 años la pro­duc­ción en el Atlán­ti­co noreste es la mis­ma y las leyes de la Europa azul no per­miten que la activi­dad pes­quera crez­ca. Es por eso que los país­es europeos pes­can en otras zonas del mun­do, en los mares africanos o amer­i­canos por ejem­p­lo.

África es un con­ti­nente pobre en cuan­to a la activi­dad pes­quera. A pesar de dispon­er de aguas ric­as y pobla­ciones numerosas, se encuen­tra geográ­fi­ca­mente demasi­a­do cer­ca de Europa. Las aguas africanas se han trans­for­ma­do en las zonas de pesca de los europeos, razón por la cual a los pescadores africanos se les difi­cul­ta com­pe­tir con sus bar­cos y tam­poco dispo­nen de un poder de policía ade­cua­do que con­t­role las extrac­ciones con el fin de pro­te­ger a las especies y a los pescadores pequeños y arte­sanales.

 Gráfico 5: La producción de la pesca marítima por países en 2011

Fuente: FAO, 2016

A par­tir del siglo XXI, los datos de la FAO nos mues­tran que el 80% de la pro­duc­ción de pesca­dos es lle­va­da a cabo por 25 país­es y sólo los 10 primeros pes­can el 60% de pesca­dos del mun­do entero. La pro­duc­ción hal­iéu­ti­ca se encuen­tra más diver­si­fi­ca­da des­de los últi­mos 20 años. Hay una inten­si­fi­cación de la pesca mundi­al con antigu­os país­es como Japón, Europa, Esta­dos Unidos y Rusia en con­jun­to con nuevos país­es. Has­ta el año 1985, los antigu­os país­es con­tro­la­ban la activi­dad a través de tec­nología de pro­duc­ción, de trans­for­ma­ción y de com­er­cial­ización de los pesca­dos. A par­tir de esta fecha, nuevos pro­duc­tores van a con­tribuir a la pro­duc­ción y sobrepasar a los primeros. Es lo que podemos ver en el grá­fi­co 6 que mues­tra la evolu­ción de la pro­duc­ción mundi­al de pesca y acui­cul­tura des­de 1950. A grandes ras­gos podemos recono­cer tres eta­pas en la evolu­ción.

 Gráfico 6: Producción mundial de pesca y acuicultura 1950 – 2011

Fuente: FAO, 2016

Des­de el final de la Segun­da Guer­ra Mundi­al al ini­cio de la déca­da de 1970, vemos un tiem­po de crec­imien­to. Pasamos de 20Mt por año a 60Mt. Esto sucede en un momen­to en el cual los país­es pes­queros comien­zan a con­stru­ir bar­cos más mod­er­nos, más grandes, más potentes, con téc­ni­cas de pesca que otor­gan may­ores pro­duc­tivi­dades, que per­miten lle­gar a nuevos lugares oceáni­cos para explotar ban­cos de peces nun­ca antes “uti­liza­dos”. Es la época de las “grandes pes­querías”, cuan­do España, Ale­ma­nia, Rusia, Japón, Esta­dos Unidos y Fran­cia iban a pescar a los mares extran­jeros o a otros espa­cios oceáni­cos y podían con­ser­var may­or can­ti­dad de peces en sus grandes frig­orí­fi­cos [Chaus­sade 1997]. Es el tiem­po de ir más lejos, más pro­fun­do, de obten­er más pesca­dos, de más con­sumo. Es tam­bién el tiem­po del desar­rol­lo de la pesca de pequeños peces pelági­cos (anchoas, sar­di­na, chu­los,…) para hac­er hari­na con el fin de ali­men­tar ani­males de la ganadería con­ti­nen­tal (pol­lo, cer­do).

La segun­da época es un momen­to donde la evolu­ción es más pau­sa­da debido a la pro­duc­ción, pero hay una expan­sión del espa­cio hal­iéu­ti­co. En la déca­da de 1970, algu­nas especies mari­nas en el Atlán­ti­co norte o en el Paci­fi­co norte esta­ban en peli­gro de extin­ción, pero como los mer­ca­dos y los armadores de botes de pesca nece­sita­ban que la pesca sigu­iera existien­do, fueron a pescar a otras zonas (Gol­fo de Guinea, Océano Índi­co, Atlán­ti­co Sur, Mar Antár­ti­co) donde había especies más intere­santes. Esta era una cos­tum­bre de los grandes y tradi­cionales país­es vin­cu­la­dos con la activi­dad pes­quera (Europa y Ter­ra­no­va después del siglo XVII). Para ir más lejos, se nece­sita­ban botes más grandes, más rápi­dos, que puedan ir al otro lado del mun­do y uti­lizar ultra con­gelación para alma­ce­nar los pro­duc­tos; era una escal­a­da al gigan­tismo. Pero la expan­sión se vio inter­rump­i­da por los reclam­os de los país­es que se ven afec­ta­dos por la pesca que lle­van a cabo otros país­es en sus aguas. En 1982, el primer dere­cho inter­na­cional del mar es fir­ma­do en Mon­tego Bay (Jamaica) y otor­ga el dere­cho a todos los país­es marí­ti­mos de usar sus recur­sos en las 200 mil­las náu­ti­cas después de la cos­ta, en la Zona económi­ca exclu­si­va (ZEE).[2] Con los logros obtenidos en Mon­tego Bay, resul­ta más difí­cil pescar sin autor­ización, ya que se nece­si­tan dere­chos de pesca para hac­er­lo. De todas for­mas, si no hay con­trol poli­cial que vig­ile la apli­cación del dere­cho, se saque­an igual­mente los recur­sos de man­era ile­gal. Esto pre­sen­ta muchos prob­le­mas acu­ciantes. La cri­sis energéti­ca y los pre­cios altos de la gasoli­na hacen que se nece­site mucha can­ti­dad de dinero para poder ir a pescar más lejos, razón por la cual los pescadores tradi­cionales dis­min­uyen su pro­duc­ción com­para­da a la fuerza de pesca de los grandes bar­cos. Al ini­cio de los años 1990, lleg­amos al niv­el máx­i­mo de pro­duc­ción, cer­ca de 80Mt, niv­el que se mantiene año tras año. Aparece el con­cep­to de gestión de las especies, de ren­o­vación de los peces, y tam­bién de crec­imien­to del con­sumo, con una población mundi­al cada vez más impor­tante que desea con­sumir pesca­dos.

Des­de 1990, la pro­duc­ción de pesca se mantiene estable y el aumen­to del con­sumo de pesca­dos proviene de la acui­cul­tura. Es un tiem­po de crec­imien­to para esta activi­dad. Con una pro­duc­ción actu­al de 60Mt, su incre­men­to con­tinúa. En el 2014 logró por primera vez lle­gar al 40% de la pro­duc­ción total, lo que rep­re­sen­ta la mitad del total del con­sumo humano. Ese crec­imien­to se da gra­cias al desar­rol­lo de la acui­cul­tura en Asia (prin­ci­pal­mente en Chi­na), como así tam­bién en Améri­ca y Europa.

Muchos pescadores y especies en cantidades limitadas

Para com­pren­der la pesca, es nece­sario tam­bién intere­sarse por los hom­bres que tra­ba­jan en la activi­dad así como la man­era en la cual tra­ba­jan. Si bien las evolu­ciones tec­nológ­i­cas han dado a la pesca una dimen­sión mundi­al, hoy en día exis­ten todavía muchos pescadores que son tra­ba­jadores arte­sanales y que uti­lizan redes o líneas de mano. A escala mundi­al, el número de per­sonas que viv­en de la pesca y la acui­cul­tura aumen­ta cada año has­ta el 2014 (grá­fi­co 7). En 25 años, las cifras han pasa­do de 31 mil­lones de per­sonas a 57 mil­lones hoy en día, con un crec­imien­to en el número de pescadores y sobre todo de acuicul­tores que pasan de menos de 4M a 16,5M de per­sonas. Se tra­ta en su may­oría de hom­bres, úni­ca­mente el 19% son mujeres, y sólo 4 de cada diez 10 tra­ba­jadores real­izan otras activi­dades además de pescar (empleos pre­car­ios en el sec­tor agrí­co­la o de ser­vi­cios). Un ter­cio de esos tra­ba­jadores se ded­i­ca a la acui­cul­tura. El fuerte crec­imien­to de esta activi­dad se debe al desar­rol­lo de acui­cul­tura en Asia, en África y en Améri­ca lati­na.

El número de pescadores resul­ta de gran sig­ni­fica­tivi­dad para com­pren­der la impor­tan­cia y la enver­gadu­ra que tiene la activi­dad pes­quera. Además, nos sirve para tomar con­cien­cia de que la pesca es una necesi­dad. Para el 90% de los pescadores, la pesca es una activi­dad arte­sanal, un medio de sub­sis­ten­cia, espa­cial­mente en el espa­cio rur­al, la pesca es una con­tribu­ción a la seguri­dad ali­men­ta­ria con la agri­cul­tura tradi­cional.

Gráfico 7: Número de pescadores y productividad

Fuente: FAO, 2016

La may­oría de los pescadores y acuicul­tores viv­en en Asia, con 48 mil­lones (84% del total); en África (10%) y en Améri­ca Lati­na (4%). Estos números con­tinúan cre­cien­do. Con­trari­a­mente, Europa y Améri­ca del Norte rep­re­sen­tan sólo el 2% del total y las cifras de pescadores decre­cen en cuan­ti­dad e impor­tan­cia como con­se­cuen­cia de la alta tec­nología uti­liza­da en los bar­cos y la reduc­ción de las flotas de pesca en Europa. Pero cuan­do obser­va­mos la pro­duc­tivi­dad por tra­ba­jador (grá­fi­co 7), vemos la difer­en­cia de lo que lla­mamos “fuerza de pesca”. Europa tiene grandes buques y tec­nología, mucha infor­ma­ción cien­tí­fi­ca y recur­sos humanos alta­mente capac­i­ta­dos que le per­miten un buen proce­samien­to de la mis­ma. Estas posi­bil­i­dades son la razón de su ele­va­do vol­u­men de pesca (26t/año). Con­trari­a­mente, en Asia, todo se real­iza man­ual­mente, con muchos tra­ba­jadores en el bar­co (2,1 t/año). El tamaño de los bar­cos y el niv­el de tec­nología son clave para com­pren­der la situación. En el mun­do hay 4,6 mil­lones de buques de pesca. La may­oría son botes de menos 12 met­ros (85%), pre­sentes en cada con­ti­nente del mun­do, un ter­cio de los mis­mos no poseen motor (dos ter­cios de los mis­mos en África). La may­oría de los bar­cos hace una pesca de río, de rada o costera para ten­er pro­duc­ción para las famil­ias o pobla­ciones cer­canas. Esta situación hace de la pesca una activi­dad muy desigual: por un lado hay gente que no puede hac­er otra cosa para poder com­er y por otro lado exis­ten grandes buques indus­tri­ales que tienen acce­so más fácil­mente a los recur­sos y al mer­ca­do.

En una lan­cha de África de 16 met­ros, hay veinte marineros que van al mar por dos o tres días y car­gan una o dos toneladas de sar­di­nas. En un bar­co europeo de 24 met­ros (ras­treros) hay cin­co mari­nos que van al océano por ocho días y descar­gan en puer­to veinte toneladas de bacalao. En Ale­ma­nia existe un bar­co de 140 met­ros que alma­ce­na 1000 toneladas y esto se com­ple­ta en doce días con car­ga de arenque [Le Roux y Noël 2007].

La difer­en­cia de pro­duc­tivi­dad tiene que ver tam­bién con el uso de tec­nología adap­ta­da. Para ten­er pesca­dos en cada bar­co, se nece­si­ta cono­cer los mod­os de vida de los peces bus­ca­dos y poseer la tec­nología ade­cua­da para desa­lo­jar y cap­turar a dichos peces. Para cada pez (o para cada especie) se nece­si­ta una tec­nología, un bar­co espe­cial, y un arte apropi­a­do. Este arte es lo que se lla­mamos un ofi­cio, una car­rera especí­fi­ca. Exis­ten dos grandes cat­e­gorías de ofi­cios:

  • los artes fijos: son para los ani­males que se atra­pan den­tro de obje­tos especí­fi­cos (redes, trampas/jaulas, palan­gre, etc.)
  • los artes de arras­tre: son los artes que uti­lizan soportes para la cap­tura dinámi­ca del ani­mal (redes de arras­tre, de cer­co, dra­ga, etc.)

Los artes de arras­tre tienen con­se­cuen­cias neg­a­ti­vas para todas las for­mas de vida mari­na porque no se real­iza ningu­na selec­ción de lo que se pesca. Todo puede estar con­tenido en las redes de arras­tre, lo grande y lo pequeño, el pez adul­to y el juve­nil. No se hacen dis­tin­ciones den­tro de la cade­na tró­fi­ca (peces que se ali­men­tan de otros) pro­ducién­dose así lo que se denom­i­na cap­turas acce­so­rias o acci­den­tales.

Se pro­duce entonces un gran der­roche debido a los descartes de peces que no son ópti­mos para sat­is­fac­er las deman­das del mer­ca­do. En el mun­do hay un der­roche esti­ma­do de 30 mil­lones de toneladas por año. En la actu­al­i­dad, existe una ten­den­cia a la orde­nación de la pesca, para lo que se real­izan ensayos con dis­pos­i­tivos que inten­tan dis­minuir las cap­turas acce­so­rias. Además obser­va­mos tam­bién que existe una incli­nación a realizar otros estu­dios sobre apare­jos selec­tivos para ayu­dar a ges­tionar los caladeros de man­era más efi­caz. Si quer­e­mos pescar mejor es nece­sario recopi­lar toda esta infor­ma­ción para ten­er una com­pren­sión más cabal de los efec­tos de las prác­ti­cas de pesca. Con­tar con estos datos sirve además como medi­da para pro­te­ger los eco­sis­temas mari­nos vul­ner­a­bles. Por lo gen­er­al, cono­ce­mos a los peces recién cuan­do están sobre el bar­co, por lo que es muy difí­cil saber cómo viv­en en el mar. Los cien­tí­fi­cos que tra­ba­jan sobre este tema, colab­o­ran con los pescadores que saben más cuáles, dónde, cuán­do y cuán­tos tipo de peces exis­ten en cada zona, en qué momen­to del año apare­cen y si sus apari­ciones están aso­ci­adas o no con otras especies.

Actu­able­mente, existe una gran con­cen­tración de la pro­duc­ción en algu­nas especies. La FAO enu­mera 70 especies difer­entes de pesca­dos que se encuen­tran en el mer­ca­do actu­al, mucho más que en 1970 (50 especies). Pero sólo algu­nas de ellas rep­re­sen­tan la may­oría de la pro­duc­ción: la may­oría son peces mari­nos y 15 especies hacen más de un mil­lón de toneladas por año (grá­fi­co 8). Esta con­cen­tración de la pro­duc­ción en algu­nas especies mues­tra un sis­tema frágil, muy depen­di­ente de las fluc­tua­ciones y fac­tores nat­u­rales, por ejem­p­lo de fenó­menos climáti­cos como El Niño, que hizo caer la pro­duc­ción de anchove­ta del Pací­fi­co de 9Mt en 1994 a 1Mt en 1998, o más recien­te­mente, de 6Mt en 2013 a 3Mt en 2014, lo que deses­ta­bi­lizó el sec­tor mundi­al de la pesca y del con­sumo. Entre las primeras especies, en primer lugar se encuen­tran los pequeños pelági­cos como anchove­ta, sar­dinela y sar­di­na, y arenque. La may­oría se uti­liza para hac­er hari­na y aceite con el fin de ali­men­tar a otras especies de la acui­cul­tura o ganadería (pol­lo, cer­do). En segun­do lugar están los grandes pelági­cos como el atún, el lis­ta­do o el rabil. Esta pro­duc­ción viene a susti­tuir a la mala pro­duc­ción de “peces blan­cos”, cat­e­goría que ocu­pa el ter­cer puesto. Se los lla­ma “peces blan­cos” porque su carne es blan­ca y son con­sid­er­a­dos peces de gran val­or (colín de Alas­ka, bacalao, mer­luza) porque pueden ser con­ge­la­dos y trans­for­ma­dos en pal­i­to (pesca­do empana­do como Árti­co).

Gráfico 8: Producción de pescados en 2014

Fuente: FAO, 2016

Para garan­ti­zar una activi­dad pes­quera más segu­ra y sostenible se nece­si­ta un buen conocimien­to de los mod­os de vida de los peces. De esta man­era, se pueden imple­men­tar medi­das de con­ser­vación para cada especie; con orde­na­ciones de las pobla­ciones de peces para la pesca (cuo­ta, arte de pesca, zonas de repro­duc­ción, de pro­tec­ción). Es nece­sario aumen­tar la efi­ca­cia de las cien­cias mari­nas y mejo­rar la colab­o­ración con país­es pescadores.

Un prob­le­ma de la pesca actu­al es que el 32 % de los stocks (población de peces) en el mun­do están sobre­ex­plota­dos (70% en Europa) y el 68% ple­na­mente explota­do, lo que se denom­i­na sobrepesca. Esta situación se agra­va año tras año. El futuro de la pesca depen­derá de que esta se con­vier­ta en un sec­tor sostenible y respetu­oso del medio ambi­ente, con el fin de ase­gu­rar una disponi­bil­i­dad de peces para las futuras gen­era­ciones de con­sum­i­dores y de pescadores. Esto sig­nifi­ca incluir tan­to el respeto por el medio ambi­ente como tam­bién la sosteni­bil­i­dad de los pescadores. En teoría, pescar de man­era respon­s­able es fácil: sólo se ten­dría que ordenar la activi­dad pes­quera y realizar una opti­mización de la renta biológ­i­ca tenien­do en cuen­ta que, por ejem­p­lo, cada año en una población de peces hay ejem­plares nuevos (juve­niles) que aumen­tan la famil­ia. Debe­mos pescar sólo los adul­tos que ya se repro­du­jeron varias veces (que son los más grandes) y esper­ar que las nuevas cohort­es crez­can; es la renta. Pero, en la prác­ti­ca, resul­ta difí­cil porque en un ban­co de peces no hay sólo un tipo de peces. La may­oría de las veces estos están mez­cladas y no tienen la mis­ma edad o madurez sex­u­al y, cuan­do los peces pequeñi­tos están en la cubier­ta del bote, ya es demasi­a­do tarde. Se nece­si­ta, además, cono­cer el hábi­tat y la dinámi­ca de vida de los peces y tam­bién apor­tar conocimien­tos a los con­sum­i­dores para que se com­pro­metan a favor de un con­sumo respon­s­able, es decir, a no con­sumir peces pequeños o en peli­gro de extin­ción.

Des­de la déca­da de 1990, la acui­cul­tura ocu­pa año tras año un lugar cada vez más impor­tante en la pro­duc­ción de pro­duc­tos del mar, como una repues­ta a la esta­gnación de la pesca. Con 74Mt en 2014 (y más de 27Mt de plan­tas acuáti­cas), 44% de la pro­duc­ción anu­al total viene de la acui­cul­tura y se ha vuel­to nece­saria para la ali­mentación humana, aunque la minoría se pro­duz­ca en los espa­cios mari­nos, sola­mente 27Mt (grá­fi­co 9). El crec­imien­to de la pro­duc­ción es con­se­cuen­cia del con­trol del ciclo de vida y de repro­duc­ción en cir­cuito cer­ra­do. La ganadería de aguas dul­ces existe des­de hace sig­los, como maris­quero, pero la ganadería de especies mari­nas es más reciente, con algunos pesca­dos (salmón) o crustáceos (camarones). En 2014, la acui­cul­tura da la mis­ma can­ti­dad de peces que la pesca para el con­sumo humano, con 580 especies difer­entes y 35 país­es que pro­ducen más en acui­cul­tura que en pesca; entre estos los 5 grandes país­es de pro­duc­ción: Chi­na (45Mt), India, Viet­nam, Bangladesh y Egip­to. El 90% de la pro­duc­ción se hace en Asia, con una acui­cul­tura de camarones en casi todos los país­es del con­ti­nente (como tam­bién en África del Este, y en Améri­ca trop­i­cal).

En los últi­mos años, la acui­cul­tura parecía una alter­na­ti­va para suplir el decrec­imien­to de la pesca, se mostra­ba como una rev­olu­ción azul.[3] Pero recien­te­mente, comen­zamos a ver sus límites de expan­sión y obser­va­mos tam­bién una esta­bi­lización del crec­imien­to de esta activi­dad. Algu­nas cifras pueden explicar esto. Como sabe­mos, muchas de las especies que se crían en la acui­cul­tura son carnívo­ras, por lo que se nece­si­ta comi­da que proven­ga del mar, hari­na y aceite para el salmón y camarones. Para pro­ducir uno kilo­gramo de salmón, se nece­si­tan de cin­co a siete kilo­gramos de anchoa. Se nece­si­tan tam­bién espa­cios en la cos­ta como lagu­nas, canales, fior­dos, en lugares que actual­mente ya se ded­i­can a otras activi­dades (indus­tria, tur­is­mo, pesca, etc.). Además, las aguas deben ser de bue­na cal­i­dad y no estar con­t­a­m­i­nadas, situación que se pro­duce en deter­mi­nadas zonas cuan­do la con­cen­tración de peces es demasi­a­do fuerte (epi­zootias).

En veinte años, nuevas poten­cias hal­iéu­ti­cas y de acui­cul­tura emer­gen en el Mun­do. Tal es el caso de Chi­na, que es el país más grande por pro­duc­ción. Al mis­mo tiem­po, se con­struyen conocimien­tos sobre los mod­os de evolu­ción de los peces así como tam­bién medi­das de gestión y de orde­nación de las pobla­ciones mari­nas. Pero el mer­ca­do de con­sumo nece­si­ta más pesca­dos año tras año a causa del crec­imien­to de la población humana como así tam­bién de la parte de ella que puede com­prar­los.

Gráfico 9: Acuicultura en 2014

Fuente: FAO, 2016

Una organización mundializada del consumo

Los peces son pro­duc­tos pere­cederos y nece­si­tan ser trans­for­ma­dos ráp­i­da­mente. Esta es una de las razones por la cual se venden caros. Dichos peces se pueden com­er de muchos mod­os: vivos (gen­eral­mente son más caros), fres­cos con refrig­eración, en con­gelación, sal­a­dos, sec­os, en con­ser­vas u otro (condi­men­to nuoc mam). A mejor niv­el téc­ni­co de con­ser­vación y de dis­tribu­ción, mejor es la cal­i­dad con­ser­v­a­ti­va del pez que se come (sal­van­do el vivo o fres­co) cuan­do se lo trans­porta lejos de los puer­tos y del mar, y may­ores son las ganan­cias pecu­niarias. El con­sumo humano direc­to es de 146Mt en el 2014, 87% de la pro­duc­ción total (pesca y acui­cul­tura), con 46% de con­sumo vivo, fres­co y refrig­er­a­do, 41% de con­sumo ahu­ma­do, con­ge­la­do o en con­ser­vas. Otra parte de la pro­duc­ción (21Mt, 13% del total) se des­ti­na el con­sumo de ani­males como hari­na o aceite, ya sean del con­ti­nente (cer­do, pol­lo), de acui­cul­tura o de acuario (grá­fi­co 10). El con­sumo es difer­ente de una región a otra, pero en casi todas las regiones de pesca, el pesca­do se con­sume may­or­mente fres­co. En Asia, el con­sumo de pesca­dos vivos es una espa­cial­i­dad, cer­ca­do de los puer­tos de desem­bar­ca­do. En Europa y Améri­ca, el pesca­do se con­sume refrig­er­a­do, con­ge­la­do o en con­ser­vas. En África, el pesca­do tiene trans­for­ma­ción sal­a­do, seco o ahu­ma­do [Bou­vet 2014].

Gráfico 10: Usos de los productos del mar de 1962 a 2015

Fuente: FAO, 2016

La evolu­ción de la deman­da y la ofer­ta en los pro­duc­tos de mar depende (mín­i­ma­mente) de tres parámet­ros: la evolu­ción de la población, el niv­el de salarios y de vida, y el pre­cio del pesca­do. La ofer­ta ali­men­ta­ria hal­iéu­ti­ca crece un 3.2% por año, más rápi­do que la población mundi­al, como se puede ver en el grá­fi­co 11. La pro­por­ción de los usos ali­men­ta­r­ios crece más que los usos no-ali­men­ta­r­ios, es decir que los pesca­dos se uti­lizan en su may­oría para con­sumo humano. El sum­in­istro ali­men­ta­rio pasó de 10 kg/habitante en la déca­da de 1960 a casi 20 kg/habitante en el mun­do actu­al, a pesar de las difer­en­cias que exis­ten entre las dis­tin­tas regiones. Asia, Améri­ca del Norte, Europa y Oceanía tienen una ofer­ta más impor­tante que Améri­ca Lati­na y África, con una difer­en­cia mar­ca­da (dos veces menos). Pero la ofer­ta ali­men­ta­ria crece en todos los país­es, inclu­so en los más pobres.

El crec­imien­to más impor­tante ‑el de Chi­na, con 38 kg/habitante en 2014‑, dis­min­uye con­sid­er­able­mente la disponi­bil­i­dad para otros país­es. Chi­na tuvo una pro­duc­ción de acui­cul­tura, de pesca y de importa­ciones de pro­duc­tos muy fuerte en los últi­mos años debido al aumen­to del niv­el de vida y de una fuerte urban­ización. Sin Chi­na, el con­sumo es un poco menos ele­va­do: un 15 kg/cápita.

Gráfico 11: Utilización y suministro mundial de pescados

Fuente: FAO, 2016

No son sólo los recur­sos los que con­sti­tuyen la ofer­ta, tam­bién debe­mos ten­er en cuen­ta las téc­ni­cas disponibles (bar­cos, artes, rutas, refrig­eración, etc.) y la posi­bil­i­dad de inter­venir en toda las activi­dades alrede­dor de la pesca (las leyes, la orga­ni­zación del mer­ca­do inter­na­cional, etc.). El con­sumo de pesca­dos depende tam­bién del pre­cio y de los pre­cios de otros tipos de ali­men­tos como carne, cer­do, pol­lo, etc.; así tam­bién como del niv­el de vida de la población y de las cos­tum­bres cul­tur­ales. Una pro­duc­ción fuerte puede explicar un con­sumo impor­tante, por ejem­p­lo, las islas (Mal­divas con 159 kg/cápita, Sey­chelles 59 kg/cápita, Islandia 92 kg/cápita, Japón 49 kg/cápita). Pero hay otros espa­cios donde aunque la pro­duc­ción es fuerte, el con­sumo es bajo, como Argenti­na con 7 kg/cápita o África del sur con 6 kg/cápita, donde los pesca­dos se des­ti­nan a las exporta­ciones (grá­fi­co 12).

Los pro­duc­tos del mar se trans­for­man cada vez más, año tras año, y si bien pueden inter­cam­biarse entre todos los país­es, se vende mucho más des­de el sur hacia el norte. Dos ter­cios de las exporta­ciones de los país­es del sur van hacia los país­es del norte. Los inter­cam­bios de peces han gen­er­a­do 148.000 mil­lones de dólares en 2014, 1% del com­er­cio mundi­al y 10% de los inter­cam­bios de pro­duc­tos de agri­cul­tura. Estos flu­jos delin­ean los cir­cuitos de dis­tribu­ción que con­fig­u­ran la glob­al­ización y mundi­al­ización de la economía y de la ali­mentación. Se tra­ta de un mer­ca­do en fuerte crec­imien­to, con 5% más cada año. Hoy, 78% de pesca­dos de con­sumo humano son además obje­to de con­cur­ren­cia mundi­al y 200 país­es hacen inter­cam­bios de pesca­dos. Esta es la con­se­cuen­cia de la aper­tu­ra de los mer­ca­dos y el trasla­do de las plan­tas trans­for­mado­ras a país­es que poseen mano de obra bara­ta, como Chi­na, Tai­lan­dia o Viet­nam. Algunos peces sali­dos de las aguas del Océano Atlán­ti­co pueden ser con­ge­la­dos en un bar­co francés, español o ruso para luego ser desem­bar­ca­dos en un puer­to del oeste de África (Dakar), ser traslada­dos en otro bar­co hacia Chi­na para ten­er una segun­da trans­for­ma­ción y volver a Europa para sufrir un ter­cer cam­bio y así, final­mente, ser con­sum­i­dos. El mer­ca­do más impor­tante se encuen­tra en Europa, donde viv­en los grandes con­sum­i­dores (40% del mer­ca­do son de importa­ciones), con­sum­i­dores que son, además, los más ricos y los más antigu­os pro­duc­tores de pesca­dos.

Gráfico 12: Consumo de pescados en 2014

Fuente: FAO, 2016

Las importa­ciones exis­ten para com­pen­sar la pesca que no se puede realizar en las aguas euro­peas donde la orga­ni­zación euro­pea (Europa azul) ha impuesto un orde­namien­to de especies para todos los pescadores. Para preser­var las especies de las aguas euro­peas, los europeos van a pescar a otras aguas (con acuer­dos legales) y com­pran pesca­dos a otros país­es [Noël 2013].

Con el grá­fi­co de inter­cam­bios de pesca­dos (grá­fi­co 13), podemos recono­cer las desigual­dades de dis­tribu­ción y con­sumo. Visu­al­izamos a Chi­na como el país con may­or importación y exportación de pro­duc­tos del mar, jun­to a otros país­es de Asia. Vemos tam­bién país­es del Norte que expor­tan pesca­dos de menor val­or o pesca­dos que deben sufrir trans­for­ma­ciones pos­te­ri­ores en país­es de mano de obra bara­ta. Hay tam­bién país­es ded­i­ca­dos a la acui­cul­tura como Norue­ga y Chile que expor­tan salmón. Los país­es impor­ta­dores son país­es ricos. El primero es Esta­dos unidos, segui­do por Japón y Europa. El mer­ca­do mundi­al se con­struye sobre dos tipos de pro­duc­ción: una pro­duc­ción de peces para hac­er hari­na (pequeños peces pelági­cos) y sosten­er la acui­cul­tura y ganadería inten­si­va; y la pro­duc­ción de pesca­dos sal­va­jes de val­or (tuna, pesca­dos blan­cos como colín, bacalao, mer­luza) o de acui­cul­tura (salmón, camarones). Pero el sis­tema de pro­duc­ción y de inter­cam­bios crea una mul­ti­tud de actores y de espa­cios que podemos con­cep­tu­alizar con la mira­da de la geografía.

Gráfico13: Principales países de intercambios de pescados en 2014

Fuente: FAO, 2016

Conclusión, un geo-sistema haliéutico

El geo-sis­tema hal­iéu­ti­co [Cor­lay 1993] con­sti­tuye el encuen­tro entre el eco­sis­tema y el socio-sis­tema, que se con­for­ma sobre recur­sos mari­nos. Nece­si­ta de muchos ele­men­tos para exi­s­tir. Ele­men­tos difer­entes según el tipo de pesca. Pueden ser ele­men­tos biológi­cos, físi­cos, téc­ni­cos, económi­cos, socio-cul­tur­ales, jurídi­cos, políti­cos, etc. El sis­tema pro­duce bienes, bienes de pro­duc­tos bru­tos, trans­for­ma­dos, renta de tra­ba­jo, renta del cap­i­tal, inges­ta ali­men­ta­ria. Con el paso del tiem­po se cre­an los espa­cios hal­iéu­ti­cos, espa­cios de pro­duc­ción (pes­querías), espa­cios de dis­tribu­ción (con­ti­nen­tales o inter­cam­bios) que estruc­turan los puer­tos y las costas para las activi­dades antes y después de la pesca. Gen­eral­mente, podemos obser­var espa­cios difer­entes para cada tipo de pesca en el mar. En la cos­ta (caladeros y artes de pesca); en el puer­to, donde se real­izan activi­dades de preparación de la pesca (muelles, astilleros, avi­tu­al­lamien­to de buques, y plan­tas de trans­for­ma­ción de pesca­dos) y donde viv­en los pescadores; y en el inte­ri­or, el hin­ter­land, donde se conc­re­ta la dis­tribu­ción y con­sumo de los pro­duc­tos de mar (grá­fi­co 14).

Podemos con­stru­ir algunos mod­e­los de orga­ni­zación espa­cial, alrede­dor del tipo de pesca [Couliou 1998]:

  • El mod­e­lo arte­sanal o de pequeña pesca, con piragua o pequeño bar­co que pesca en el mar cos­tero y con­sume pesca­dos alrede­dor del pun­to de desem­bar­que.
  • El mod­e­lo de pesca de altura fres­quera, que uti­liza bar­cos más grandes (de 12 a 16 met­ros) para ir a caladeros más lejanos. Nece­si­ta muelles para desem­bar­que e infraestruc­turas de trans­portes y con­ser­vación para vender pesca­dos más lejos en ciu­dades del inte­ri­or.
  • El mod­e­lo indus­tri­al altura, que es el mod­e­lo de la pesca de buques grandes, que pueden ser tam­bién fac­toría. Nece­si­ta puer­to para avi­tu­al­lamien­to, pescadores o mano de obra, téc­ni­cas de pesca efi­cientes y caladeros con muchos peces de pre­cio ele­va­do. Su com­er­cial­ización nece­si­ta de un mer­ca­do impor­tante de con­sumo. Se real­iza en el puer­to pero más en las grandes ciu­dades del país o del extran­jero.
  • El mod­e­lo extraver­tido con caladeros muy ale­ja­dos de las zonas de con­sumo, donde los recur­sos nat­u­rales son des­ti­na­dos a otras pobla­ciones y no a la población de pescadores (hari­na de anchoa, camarones, mer­luza).

Pero el geo-sis­tema hal­iéu­ti­co no se encuen­tra ais­la­do. Se rela­ciona con otros sis­temas de pro­duc­ción, sis­temas más pequeños o más grandes y for­ma parte de un sis­tema más glob­al con rela­ciones que cam­bian con el tiem­po. 

Gráfico 14: El geo-sistema haliéutico

Elab­o­ración propia

La pesca y la acui­cul­tura atraviesan un pro­ce­so de glob­al­ización. Obser­va­mos una exten­sión de los caladeros al niv­el oceáni­co mundi­al y una explotación de muchas especies del mar, de for­ma indus­tri­al e inten­si­va, aso­ci­a­da al crec­imien­to de deman­da y al crec­imien­to de la población. Para com­pren­der cómo se con­sti­tuyen los ter­ri­to­rios de pesca, se nece­si­ta ten­er una mira­da con dis­tin­tas escalas para ver el desliza­mien­to de pro­duc­ción que existe des­de los país­es del norte hacia las poten­cias hal­iéu­ti­cas de Asia, que son tam­bién pro­duc­tores de acui­cul­tura. La dis­tribu­ción y el con­sumo con­tinúan real­izán­dose en los país­es occi­den­tales.

Los mares cos­teros son espa­cios fuerte­mente uti­liza­dos, no sólo por la pesca sino por otras activi­dades, como el tur­is­mo, la indus­tria y por el crec­imien­to de ciu­dades en los país­es de grandes pobla­ciones como en Asia, en África o en los país­es occi­den­tales. El desar­rol­lo de activi­dades de pesca y acui­cul­tura crea numerosos prob­le­mas de orga­ni­zación de los espa­cios cos­teros, marí­ti­mos y con­ti­nen­tales.

No debe olvi­darse que la may­oría de los pescadores uti­lizan bar­cos pequeños y nece­si­tan de los pesca­dos para poder com­er, mien­tras que la minoría está con­sti­tu­i­da por los gru­pos indus­tri­ales poderosos que dom­i­nan el mer­ca­do mundi­al y el acce­so a los recur­sos nat­u­rales. Esta situación crea desajustes y desigual­dades sociales, espa­ciales y económi­cas. La orde­nación de las pobla­ciones y de la pesca es indis­pens­able para lograr una uti­lización efi­caz de los recur­sos, para luchar con­tra el despil­far­ro ali­men­ta­rio, con­tra la mer­can­tilización, con­tra la pri­va­ti­zación de los recur­sos comunes y para esper­ar que haya una bue­na repar­ti­ción de la renta nat­ur­al. Para hac­erse realizar al niv­el mundi­al, nece­si­ta inves­ti­ga­ciones de cien­cias nat­u­rales y humanas al niv­el de cado caladero, de cada región con las pobla­ciones viv­en de las pro­duc­ciones del mar.

Citas

* Doc­to­ra en Geografía. Pro­fe­so­ra en la cát­e­dra Geografía de la pesca marí­ti­ma, en la Uni­ver­sité de Bre­tagne occi­den­tale UBO-Brest (France). Inves­ti­gado­ra en el Lab­o­ra­to­rio Géoar­chi­tec­ture, Ter­ri­toire, Urban­isme, Bio­di­ver­sité Envi­ron­nement. Correo elec­tróni­co: yvanne.bouvet@univ-brest.fr

[1] En castel­lano se uti­lizan dos pal­abras: pez para el ani­mal vivo, pesca­do para el ani­mal muer­to. En francés, en inglés o en alemán se uti­liza una mis­ma pal­abra: pois­son, fish, fisch, respec­ti­va­mente.

[2] En 1952, Perú, Chile, Ecuador hicieron la declaración de San­ti­a­go y la procla­mación de Zonas económi­cas exclu­si­vas frente a los pescadores de atún de los Esta­dos Unidos. En 1972, Islandia hizo una ZEE de 50 mil­las y cer­ró sus aguas al arri­bo de bar­cos extran­jeros, sobre todo británi­cos: fue la famosa Guer­ra del Bacalao que ganaron los islándi­cos.

[3] Por ref­er­en­cia en la rev­olu­ción verde de los años 1970.

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Yvanne Bouvet «Recursos alimentarios y espacios marítimos: una geografía de la pesca en el mundo», Revista de Estudios Marítimos y Sociales [En línea], publicado el [insert_php] echo get_the_time('j \d\e\ F \d\e\ Y');[/insert_php], consultado el [insert_php] setlocale(LC_ALL,"es_ES"); echo strftime("%e de %B del %Y");[/insert_php]. URL: https://estudiosmaritimossociales.org/archivo/rems-12/comunicaciones-bouvet/
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