El rompecabezas cambiado: un recorrido por la salud entramada en el
extremo austral de América (fines del siglo XIX — comienzos del XX)

The changed puz­zle: woven health at the south­ern­most tip of Amer­i­ca (late XIX — ear­ly XX cen­turies)

Ricar­do A. Guichón*

Recibido: 9 de mar­zo de 2017
Acep­ta­do: 29 de mayo de 2017

Resumen

Nue­stro tra­ba­jo en la Isla Grande de Tier­ra del Fuego ha tenido en los últi­mos diez años espe­cial énfa­sis en lo ocur­ri­do en la mis­ión sale­siana Nues­tra Seño­ra de la Can­de­lar­ia (1893–1928). En esta mis­ión vivieron y murieron pobla­ciones humanas resul­tantes de difer­entes for­mas y gra­dos de inter­ac­ciones entre indí­ge­nas, mes­ti­zos y europeos. Aquí nos intere­sa recu­per­ar posi­bles tra­mas (las redes de rela­ciones entre piezas de este rompecabezas cam­bi­a­do) que hemos ido inter­pre­tan­do. Pro­ponemos hilar un con­jun­to de ideas, la primera vin­cu­la­da pre­cisa­mente a la metá­fo­ra del rompecabezas, que en muchos casos hemos uti­lizan­do para con­sid­er­ar los estu­dios sobre el pasa­do de Patag­o­nia. Nos detendremos para hac­er un breve comen­tario sobre algu­nas for­t­alezas y debil­i­dades que nos planteó el uso de par­a­dig­mas y pro­gra­mas de inves­ti­gación para enten­der los cam­bios de encuadres teóri­cos en la región. Luego avan­zare­mos sobre nive­les de análi­sis para repen­sar cómo evolu­cionaron nue­stros obje­tivos y la man­era de enten­der el con­cep­to de salud.  Final­mente, recu­per­amos la tra­ma para situ­ar algunos de nue­stros actuales desafíos.

Pal­abras clave: salud — con­tac­to interét­ni­co — inter­dis­ci­pli­nar­iedad — par­a­dig­mas.

Abstract

Our work on the Great Island of Tier­ra del Fuego in the last ten years has put spe­cial empha­sis on the Sale­sian mis­sion of “Nues­tra Seño­ra de la Can­de­lar­ia” (1893–1928). In this mis­sion, human pop­u­la­tions result­ing from inter­ac­tions between indige­nous, mes­ti­zos and Euro­peans lived and died. Here we are inter­est­ed in recov­er­ing pos­si­ble plots (the net­works of rela­tion­ships between pieces of this changed puz­zle) that we have been inter­pret­ing. We pro­pose to dis­cuss a set of ideas. The first is pre­cise­ly linked to the metaphor of the puz­zle that, in many cas­es we have used to con­sid­er the stud­ies on the past of Patag­o­nia. In order to under­stand the changes of the the­o­ret­i­cal frame­works in the region, we briefly to the strengths and weak­ness­es of the use of par­a­digms and research pro­grams. Then, we will advance on lev­els of analy­sis to rethink how our goals have evolved and how to under­stand the con­cept of health. Final­ly, we recov­er the plot to locate some of our cur­rent chal­lenges.

Key­words: health — intereth­nic con­tact — inter­dis­ci­pli­nar­i­ty — par­a­digms

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Rompecabezas y paradigmas

Un rompecabezas es definido por la Real Acad­e­mia Españo­la[1] como un juego de habil­i­dad y pacien­cia que con­siste en recom­pon­er una figu­ra o una ima­gen com­bi­nan­do de man­era cor­rec­ta unas deter­mi­nadas piezas, en cada una de las cuales hay una parte de dicha figu­ra o ima­gen. La idea de búsque­da y enca­je de piezas de un rompecabezas ha esta­do pre­sente en mi imag­i­nario, y en el de muchos, sobre la activi­dad cien­tí­fi­ca. Vamos a uti­lizar esta metá­fo­ra del rompecabezas para intro­ducir una serie de temas vin­cu­la­dos a nues­tras inves­ti­ga­ciones sobre los cam­bios en la Salud de las pobla­ciones humanas como con­se­cuen­cia del pro­ce­so de con­tac­to europeo-indí­ge­na en Patag­o­nia Aus­tral.

En el estu­dio del pasa­do nos enfrenta­mos con el prob­le­ma que impli­ca no cono­cer la figu­ra o ima­gen a recom­pon­er. En cada momen­to somos capaces de esbozar posi­bles ideas sobre “la ima­gen” que nos ori­en­ta, pero que a su vez tam­bién pueden ir cam­bian­do al andar el juego. Alguien podría señalar “perdón, inves­ti­gar no es un juego”. Es cier­to no lo es, aunque inves­ti­gar puede implicar algo lúdi­co tam­bién. En nues­tra metá­fo­ra este juego requiere segu­ra­mente de habil­i­dad y pacien­cia. Las piezas pueden ser “inter­pre­tadas” cada una de ellas como parte, pero tam­bién como un todo. Resalta­mos “inter­pre­tar” en lugar de “recon­stru­ir” porque se adap­ta mejor a una situación donde hay muchos aspec­tos a con­sid­er­ar. Por últi­mo, somos parte del juego, “esta­mos impli­ca­dos” y en cada momen­to y cir­cun­stan­cia podemos algo.[2]

A con­tin­uación vamos a deten­er­nos primero, en la ima­gen que quer­e­mos inter­pre­tar; luego, des­de qué lugar gen­er­amos conocimien­tos; cuáles fueron nues­tras estrate­gias y resul­ta­dos (espe­cial­mente des­de los tra­ba­jos his­to­ri­ográ­fi­cos) para abor­dar el estu­dio de la salud a fines del siglo XIX y prin­ci­p­ios del XX en Tier­ra del Fuego; por últi­mo, nos referire­mos a los cam­bios en el esce­nario y en nues­tra agen­da de tra­ba­jo.

La imagen del rompecabezas que queremos interpretar

Una de estas miradas posi­bles es con­sid­er­ar que la ima­gen que quer­e­mos inter­pre­tar (en lugar de recon­stru­ir) no es plana sino “mul­ti­di­men­sion­al” y que los encas­tres son vari­a­dos y dinámi­cos. Des­de esta mira­da, lo que quer­e­mos inter­pre­tar entonces es el resul­ta­do de múlti­ples actores que per­siguen múlti­ples acciones e ini­cia­ti­vas al mis­mo tiem­po, en numerosos nive­les de rela­ciones sociales, en un esce­nario inter­de­pen­di­ente [Morín 2002]. La com­ple­ji­dad emerge de la mul­ti­pli­ci­dad, inter­de­pen­den­cia y simul­tane­i­dad [Led­er­ach 2006]. A todo esto, los men­ciona­dos autores [Morín y Led­erech] lo lla­man: esce­nar­ios com­ple­jos. En estos esce­nar­ios la salud tam­bién puede con­sid­er­arse como impli­ca­da en rela­ciones dinámi­cas den­tro de la macro región patagóni­ca y el poblamien­to humano a lo largo de más de 10.000 años. Las car­ac­terís­ti­cas dinámi­cas de esta bio­geografía, en tér­mi­nos de sis­tema com­ple­jo, con­tem­pla la exis­ten­cia de “cuen­cas de atrac­ción” o “pun­tos de bifur­cación críti­cos de inesta­bil­i­dad” que pudieron estar pre­sentes a lo largo de este tiem­po [Smale y Poincoré en Capra 1998]. A niv­el con­ti­nen­tal, por ejem­p­lo, el pro­ce­so de con­tac­to europeo indí­ge­na en Améri­ca puede ser con­sid­er­a­do un pun­to críti­co de inesta­bil­i­dad que dio lugar a la emer­gen­cia de una inmen­sa var­iedad de con­tex­tos y rela­ciones [Mur­phy y Klaus 2017] entre los que es posi­ble ubicar el caso de Tier­ra del Fuego [Guichón et al. 2017]. Ya no ten­emos una figu­ra a recon­stru­ir en este rompecabeza cam­bi­a­do sino un esce­nario com­ple­jo.

Des­de esta mira­da, algunos de los desafíos impli­can car­tografi­ar posi­bles con­fig­u­ra­ciones de rela­ciones [Naj­manovich 2007] que vin­culen cam­bios climáti­cos; cam­bios en el niv­el del mar; stress ambi­en­tal (como resul­ta­do de erup­ciones vol­cáni­cas per­iódi­cas); disponi­bil­i­dad local­iza­da o no de mate­rias pri­mas [Bor­rero 1991]; pres­en­cia de bar­reras geográ­fi­cas o no; y de fil­tros poten­cial­mente más o menos traslú­ci­dos para las pobla­ciones humanas [Guichón 2002] entre otras cues­tiones. Se tra­ta de algu­nas de las rela­ciones que se han emplea­do para inter­pre­tar la dinámi­ca del poblamien­to humano y que dan cuen­ta de esce­nar­ios inter­de­pen­di­entes donde la salud es uno de los nive­les de análi­sis en el mar­co de lo que inter­pre­ta­mos como una tra­ma com­ple­ja[3].

Como parte de esta con­sid­eración de un esce­nario más amplio en relación a la salud durante el pro­ce­so de con­tac­to europeo indí­ge­na en Améri­ca, Ramenof­sky incor­po­ra los momen­tos ini­ciales del con­tac­to en tér­mi­nos de con­tac­to indi­rec­to [Ramenof­sky 1987]. En el mar­co de nue­stro proyec­to, Fugas­sa [2004], exploró algunos aspec­tos del esce­nario pale­oepi­demi­ológi­co para el con­tac­to indi­rec­to en Patag­o­nia Aus­tral. Asimis­mo, es nece­sario con­sid­er­ar que la prob­lemáti­ca de los nive­les de análi­sis tiene innu­mer­ables aris­tas y ha sido abor­da­da por muchos autores y de difer­entes for­mas. Es así como des­de una per­spec­ti­va arque­ológ­i­ca Manzi [2001] anal­iza la dinámi­ca de los Selk´nam[4] en momen­tos tardíos (1880–1924) ponien­do en ten­sión la infor­ma­ción etno­grá­fi­ca (aso­ci­a­da al cor­to pla­zo y que da cuen­ta de fluc­tua­ciones), y la arque­ología (que tiene otro gra­do de res­olu­ción en este caso de más largo pla­zo). Reg­istros escritos y arque­ológi­cos, difer­entes escalas y nive­les de análi­sis[5] en su dimen­sión geográ­fi­ca (local, region­al, macro region­al) son parte del diál­o­go en el que esta­mos tra­ba­jan­do.

Cabe señalar que en algu­na medi­da en mi for­ma­ción y prác­ti­ca sub­y­acía la idea de que “la man­era” de afrontar los prob­le­mas era ais­lando vari­ables, con­trolan­do fac­tores de variación y esperan­do sumar resul­ta­dos. Clara­mente las rec­etas son útiles. Sin embar­go, el prob­le­ma es con­sid­er­ar a las rec­etas como abso­lu­tas y aplic­a­bles a todos los casos. De esta man­era, los esce­nar­ios inter­de­pen­di­entes impli­can un desafió para los mod­e­los lin­eales que están ori­en­ta­dos al con­trol[6] y que resul­tan muy útiles para algunos prob­le­mas.

¿Desde qué lugar estamos generando conocimiento?

La gen­eración de conocimien­to puede ser pen­sa­da de varias for­mas, como fue men­ciona­do en el pár­rafo ante­ri­or: lin­eal y acu­mu­la­ti­vo o en redes entra­madas. Hace trein­ta años buscábamos una alter­na­ti­va a la “críti­ca” como for­ma de analizar antecedentes sobre la antropología biológ­i­ca de Tier­ra del Fuego (lo ante­ri­or esta­ba mal y lo actu­al bien). Al encon­tramos con las ideas de Kuhn y Lakatos surgió la inqui­etud de pen­sar los antecedentes des­de otros lugares. Es así como en mi tesis doc­tor­al [1994] util­icé las ideas de Kuhn [1971] y Lakatos [1983] y las com­biné para pro­pon­er, a modo de hipóte­sis, una nue­va man­era de inter­pre­tar el panora­ma históri­co. En ese momen­to me tomé la lib­er­tad de con­sid­er­ar a los par­a­dig­mas de Kuhn y a los pro­gra­mas de inves­ti­gación de Lakatos como equiv­a­lentes, lo que me per­mi­tió den­tro de los par­a­dig­mas tra­ba­jar con una con­cep­ción laka­to­ni­ana y pen­sar­los como pro­gra­mas de inves­ti­gación. Del diál­o­go entre las ideas de los men­ciona­dos epis­temól­o­gos y lo que emergía de las lec­turas de los antecedentes de los tra­ba­jos en la región, pro­puse dos par­a­dig­mas y una tran­si­ción ubi­ca­da históri­ca­mente en la déca­da de 1980–90 que implic­a­ba el momen­to que estábamos vivien­do como de un cam­bio de par­a­dig­ma de tipol­o­gis­tas a evolu­cionistas. En la tabla 1 se incluyen los supuestos bási­cos y algu­nas pre­gun­tas sobre las cuales inter­preté tra­ba­ja­ba cada pro­gra­ma de inves­ti­gación.

Tabla 1: Supuestos y preguntas de los programas de investigación
Supuestos bási­cos en Antropología Biológ­i­ca para Patag­o­nia Aus­tral
Pro­gra­ma de Inves­ti­gación Tipol­o­gista Pro­gra­ma de inves­ti­gación Evolu­cionista
Desar­rol­lo de plas­ti­ci­dad – ori­gen de las razas humanas

Car­ac­terís­ti­cas de las razas orig­i­nales detecta­bles en sus descen­di­entes

Difer­en­cias mor­fológ­i­cas observ­ables = mez­cla entre razas

Raza = Pat­ri­mo­nio Cul­tur­al

Mor­fología “prim­i­ti­va” = cul­tura “arcaica”

La especie humana se mod­i­fi­ca con­stan­te­mente

Los fac­tores evo­lu­tivos impli­ca­dos son: Selec­ción Nat­ur­al, Deri­va Géni­ca, Mutación y Migración

Las especies pueden analizarse en unidades menores “pobla­ciones”.

Con­sti­tu­ción biológ­i­ca no condi­ciona pat­ri­mo­nio cul­tur­al

Evolu­ción biológ­i­ca y cul­tur­al mul­ti­ni­lin­eal

Pre­gun­tas den­tro del pro­gra­ma Pre­gun­tas den­tro del pro­gra­ma
¿Cuán­tas razas o tipos se pueden recono­cer en este lugar?

¿De dónde pudieron venir?

¿Qué gra­do de mez­cla o mes­ti­za­je han tenido con otras pobla­ciones?

¿Qué fre­cuen­cias géni­cas y genotípi­cas están pre­sentes en la mues­tra o población estu­di­a­da?

¿Qué fac­tores evo­lu­tivos (migración, selec­ción, deri­va o mutación) y sus inter­ac­ciones pueden ayu­dar a enten­der las difer­en­cias entre pobla­ciones?

Fuente: Guichón [1994].

En 1994 comenta­ba: “pese a lo atrac­ti­vo de esta inter­pretación, por lo que podríamos lla­mar “sim­pli­ci­dad” recono­ce­mos que el prob­le­ma históri­co puede recibir otros tratamien­tos más com­ple­jos” [Guichón, 1994: 6]. En una char­la per­son­al el Dr. Wal­ter Neves (inves­ti­gador brasilero) me dio a enten­der que la sim­pli­ci­dad del planteo era tam­bién su debil­i­dad. Claro, en esa época le estabamos dan­do un lugar cen­tral a la búsque­da de esque­mas sin­téti­cos. Las ideas de par­a­dig­mas y pro­gra­mas de inves­ti­gación pueden con­sti­tuir una bue­na aprox­i­mación, pero como señala Fer­nán­dez Savater [2016] se corre el ries­go de homo­geneizar. Se pier­den, por ejem­p­lo, la variación que apor­ta lo indi­vid­ual y las man­eras par­tic­u­lares. Porque claro, inves­ti­gar ‑parafrase­an­do al cien­tí­fi­co aus­tri­a­co Heinz von Foerter‑,[7] no se puede hac­er sin per­sonas que la lleven ade­lante. Car­ac­teri­zar nue­stros gra­dos de involu­cramien­to y posi­cionamien­tos ide­ológi­co-teóri­cos, agre­gan vari­abil­i­dad. Cada uno de nosotros podemos com­par­tir per­spec­ti­vas ide­ológi­co-teóri­c­as pero es esper­a­ble que en relación a ellas no actue­mos y pense­mos exac­ta­mente igual. Esto no impli­ca inval­i­dar las sín­te­sis que nos colo­can en un mis­mo lugar teóri­co en tér­mi­nos por ejem­p­lo de “par­a­dig­mas” sigu­ien­do a Kuhn o posi­cionamien­tos ide­ológi­cos (Derecha o izquier­da). Conc­re­ta­mente, al tratar de ubicar las man­eras de hac­er y pen­sar cien­cia de un con­jun­to de inves­ti­gadores que vivieron o viv­en en un lugar deter­mi­na­do den­tro de “cajas” (par­a­dig­mas o pro­gra­mas de inves­ti­gación) nos perdemos parte de esa diver­si­dad de ideas y trayec­to­rias per­son­ales.

Las cir­cun­stan­cias y lugares a lo largo del tiem­po agre­gan y deben ser con­sid­er­a­dos al momen­to de inter­pre­tar.

Un prob­le­ma adi­cional con el que tropezamos en nues­tra tesis es que el fun­cionamien­to de las denom­i­nadas “rev­olu­ciones cien­tí­fi­cas”, así como los “pro­gra­mas de inves­ti­gación”, refieren a la dinámi­ca de la cien­cia en los país­es cen­trales donde sur­gen estos par­a­dig­mas. Entonces nos pre­gun­ta­mos ¿cómo fun­cio­nan “la insta­lación” y los cam­bios de par­a­dig­mas y pro­gra­mas de inves­ti­gación en los país­es per­iféri­cos? Remar­camos, “insta­lación”, para enfa­ti­zar la idea de lugares donde al menos en nue­stro caso de estu­dio (Antropología Biológ­i­ca, Améri­ca del Sur, Patag­o­nia Aus­tral) no se gener­aron los par­a­dig­mas que esta­mos con­sideran­do. En 1994 no encon­tramos respues­ta; hoy pen­samos que en la pre­gun­ta podría estar el camino de la respues­ta. Conc­re­ta­mente, la agen­da es “situ­ar” las prob­lemáti­cas en tiem­po y espa­cio. Regre­samos a la idea antes men­ciona­da: las inter­preta­ciones abstrac­tas, atem­po­rales y no situ­adas sue­len ser útiles en algunos nive­les de análi­sis, pero no en todos. La com­ple­ji­dad social requiere, en muchos casos, anclar en lo local-históri­co para gener­ar inter­preta­ciones. Las rev­olu­ciones cien­tí­fi­cas y los pro­gra­mas de inves­ti­gación con sus supuestos bási­cos y pre­gun­tas en la per­ife­ria (tabla 1) pueden ser pen­sa­dos como uno de los nive­les de análi­sis. Prob­a­ble­mente inter­pre­tar la dinámi­ca de un área del conocimien­to en un lugar deter­mi­na­do requiera además con­sid­er­ar un entra­ma­do de nive­les de análi­sis que den cuen­ta de la com­ple­ji­dad social impli­ca­da.[8]

Las ten­siones y esfuer­zos para poder abor­dar e inter­pre­tar esta com­ple­ji­dad que tam­bién nos atraviesa tienen muchas expre­siones. Para entrar por uno de los lugares posi­bles (no creo que el mejor) a la idea de “redes entra­madas” recu­per­aremos lo que decíamos en 1994: una pre­gun­ta que nos planteamos fue cómo se rela­ciona­ba la teoría gen­er­al (la teoría de la Evolu­ción) con nue­stros datos. Para explicar el prob­le­ma, desar­rol­lam­os el sigu­iente ejem­p­lo: detrás de un indi­cador de pres­en­cia de caries exis­ten teorías de bajo niv­el de abstrac­ción sobre la eti­ología de esta patología. Es esper­a­ble que entre la Teoría de la Evolu­ción, las teorías sobre el ori­gen de las caries y los datos exis­ten artic­u­la­ciones. La inter­pretación de Rabb y Goodyear sobre las “teorías de ran­go medio”, en tér­mi­nos de eslabones lógi­cos entre un rel­a­ti­va­mente bajo orden de gen­er­al­ización empíri­ca y un orden com­par­a­ti­va­mente alto de teoría, per­miten ten­der ese bus­ca­do puente artic­u­la­to­rio [Guichón 1994]. En un pie de pági­na en ese momen­to señalábamos que las artic­u­la­ciones en tér­mi­nos de “eslabones lógi­cos” son supuestos teóri­cos.[9] Es así como señalábamos que la teoría de la evolu­ción era un encuadre de alto niv­el de abstrac­ción y las teorías de ran­go medio [Raab y Goodyear en Guichón 1994], que con­sid­er­an aspec­tos genéti­cos, ecológi­cos y ontogéni­cos, implic­a­ban un niv­el menor de abstrac­ción. En relación a esto la emer­gen­cia de muchas de las actuales man­eras de enten­der el hac­er-pen­sar las prob­lemáti­cas vin­cu­ladas a la salud puede sosten­erse en parte en este entra­ma­do.

La per­spec­ti­va evo­lu­ti­va y las teorías de menor niv­el de abstrac­ción podrían ser pen­sa­dos como gen­er­adores de inter­preta­ciones sobre la emer­gen­cia de sis­temas com­ple­jos, abier­tos, imbri­ca­dos, sola­pa­dos, super­puestos, replica­tivos y con autonomías rel­a­ti­vas. Des­de esta mira­da, la dinámi­ca del pro­ce­so salud-enfer­medad, con­sideran­do sus dimen­siones indi­vid­uales, sociales y ecológ­i­cas, se acoplan, imbri­can, sola­pan, super­po­nen y pre­sen­tan autonomías rel­a­ti­vas y final­mente son factibles de ser inter­pre­tadas por difer­entes per­spec­ti­vas entre ellas la evo­lu­ti­va. Aquí resul­ta útil men­cionar que lo que enten­demos por dinámi­ca del pro­ce­so salud-enfer­medad puede ser tan­to un niv­el de análi­sis como un prob­le­ma depen­di­en­do de en qué este­mos hacien­do foco en un momen­to y lugar deter­mi­na­do.

Retoman­do la inter­pretación de idea de puentes artic­u­la­to­rios, de Rabb y Goodyear, cuan­do nos refe­r­i­mos a evi­den­cias direc­tas esta­mos pen­san­do en lesiones: cualquier sig­no físi­co de pro­ce­sos patológi­cos en hue­sos o dientes [sigu­ien­do a Bold­sen y Mil­ner 2012]. Tal sig­no podría estar aso­ci­a­do con una condi­ción patológ­i­ca especí­fi­ca como la tuber­cu­lo­sis. Al referirnos a otros nive­les de análi­sis, por ejem­p­lo pale­oepi­demi­ológi­co, apare­cen otros con­cep­tos tales como el de enfer­medades: condi­ciones que incre­men­ta el ries­go de morir en una población en un lugar y tiem­po deter­mi­na­do. En este con­tex­to las lesiones en el esquele­to como con­se­cuen­cia de estas pueden con­sid­er­arse como fac­tores de ries­go de muerte en una tra­ma de rela­ciones que trascurre en un lugar y momen­to deter­mi­na­do. Aquí es posi­ble intro­ducir además del niv­el indi­vid­ual (pale­opa­tología) el del con­tex­to pobla­cional (pale­oepi­demi­ología). Esta tra­ma de rela­ciones no sólo incluye a los gra­dos de inter­ac­ciones den­tro y entre deter­mi­nadas pobla­ciones humanas en un lugar y tiem­po par­tic­u­lar, sino a otros actores y redes de rela­ciones que atraviesan y se sola­pan sobre estas rela­ciones. Estas redes pueden ser pen­sadas como cier­tas condi­ciones patológ­i­cas que se dan con deter­mi­nadas fre­cuen­cias en gru­pos de per­sonas que difieren de otras: por ori­gen geográ­fi­co, perío­do de tiem­po, sexo, edad, posi­ción socioe­conómi­ca y ubi­cación res­i­den­cial entre otras [Bold­sen y Mil­ner 2012].

En estos esce­nar­ios com­ple­jos, los espa­cios “entre” pueden ser pen­sa­dos como claves en la emer­gen­cia de inno­va­ciones tan­to en relación a la dinámi­ca del esce­nario como de los abor­da­jes de cada inves­ti­gador. La intro­duc­ción del proyec­to de inves­ti­gación que elab­o­ramos en el 2015 y que tran­scribi­mos a con­tin­uación da cuen­ta de ello:

“en el proyec­to que está final­izan­do (PICT N°0575) abor­damos el estu­dio de los esce­nar­ios epi­demi­ológi­cos pre y post con­tac­to en Patag­o­nia Aus­tral. Espe­cial­mente, el estu­dio cen­tró sus esfuer­zos en un con­tex­to espa­cial y tem­po­ral aco­ta­do: la mis­ión sale­siana “Nues­tra Seño­ra de La Can­de­lar­ia” (en ade­lante, “la mis­ión”) de Río Grande en Tier­ra del Fuego (TDF), hacia finales del siglo XIX y prin­ci­p­ios del siglo XX. La per­spec­ti­va mul­ti­dis­ci­pli­nar­ia[10] gen­eró valiosa infor­ma­ción, que for­t­ale­ció la idea del desafió que implic­a­ba abor­dar las inter­ac­ciones de múlti­ples pro­ce­sos biológi­cos y socio-cul­tur­ales. Pese a que el tra­ba­jo entre inves­ti­gadores prove­nientes de difer­entes espe­cial­i­dades resultó una expe­ri­en­cia pro­duc­ti­va y enrique­ce­do­ra, la inte­gración sigue sien­do un desafío. La acción con­jun­ta ‑tan­to en el gabi­nete como en el cam­po– de bioar­quéol­o­gos, his­to­ri­adores, arqueól­o­gos, antropól­o­gos mol­e­c­u­lares, biól­o­gos espe­cial­is­tas en isó­to­pos esta­bles, entre otros, en búsque­da de respues­tas comunes a prob­le­mas que ini­cial­mente habían sido con­sid­er­a­dos inde­pen­di­entes por sus orí­genes biológi­cos o sociales, plantea nuevos esce­nar­ios de diál­o­go. Se tra­ta de un doble pro­ce­so de difer­en­ciación e inte­gración suce­si­va.[11] Para el desar­rol­lo de este tipo de proyec­tos, que impli­can el estu­dio de “sis­temas com­ple­jos”, Gar­cía [2006] sug­iere una estrate­gia inter­dis­ci­pli­nar­ia que requiere refor­mu­la­ciones con­tin­uas. En el mar­co del proyec­to ante­ri­or, la com­ple­ji­dad del abor­da­je de los esce­nar­ios epi­demi­ológi­cos y la con­sid­eración de los intere­ses de las comu­nidades locales comen­zaron a deman­dar el desar­rol­lo de nuevas líneas de tra­ba­jo. Asimis­mo, se volvió evi­dente que para com­pren­der mejor las par­tic­u­lar­i­dades de la mis­ión se volvía nece­sario ir más allá de los límites del caso. Como resul­ta­do de esta situación, se planteó la necesi­dad de realizar mod­i­fi­ca­ciones en la defini­ción del prob­le­ma de inves­ti­gación y sus escalas espa­ciales y tem­po­rales. Actual­mente, el obje­ti­vo gen­er­al del proyec­to supone dis­cu­tir los cam­bios en las pobla­ciones orig­i­nar­ias y sus condi­ciones de vida en TDF, con­sideran­do el impacto pro­duci­do por las situa­ciones de con­tac­to interét­ni­co. Para lle­var ade­lante el análi­sis, se con­struyeron “sub­sis­temas”[12] [sen­su Gar­cía, 2006] con escalas y dinámi­cas difer­entes”.

Con el tex­to antes men­ciona­do inten­to refle­jar las búsquedas que real­izan muchos inves­ti­gadores para pon­er en diál­o­go difer­entes his­to­rias de for­ma­ción y man­eras de tra­ba­jar. Como de algu­na for­ma nos señala Gar­cía [2006], pen­sar estrate­gias que per­mi­tan la inter­ac­ción de líneas de evi­den­cia y al mis­mo tiem­po darnos la posi­bil­i­dad de, a par­tir de los resul­ta­dos, refor­mu­lar pre­gun­tas, escalas de análi­sis y espe­cial­mente apren­der de los errores.

Esperan­do no cansar al lec­tor, men­cionare­mos que tuvi­mos algu­nas dudas de pre­sen­tar el proyec­to men­ciona­do en el pár­rafo ante­ri­or donde par­tic­i­paron espe­cial­is­tas de Cien­cias Nat­u­rales y Sociales. Un reciente tra­ba­jo de Nature dio cuen­ta de que luego estu­di­ar 18000 prop­ues­tas de finan­ciamien­to encon­traron que las agen­cias son menos propen­sas a finan­ciar estu­dios inter­dis­ci­pli­nar­ios espe­cial­mente entre las cien­cias Nat­u­rales y Sociales [Bozhko­va 2016]. Las situa­ciones con­tra­dic­to­rias son car­ac­terís­ti­cas de prob­lemáti­cas com­ple­jas [Gar­cía 2006; Naj­manovich 2002, 2007]. Si se con­sid­era que parte de los actuales desar­rol­los inno­vadores sur­gen de espa­cios inter­dis­ci­pli­nar­ios y tran­dis­ci­pli­nar­ios, es claro que “esta­mos en prob­le­mas”. El estu­dio de la salud “situ­a­da e históri­ca” puede ser inter­pre­ta­do como un sis­tema com­ple­jo y abier­to que para su abor­da­je se pueden desar­rol­lar estrate­gias inter o trans­dis­ci­pli­nares.[13] En este camino la ten­sión en difer­entes nive­les de análi­sis es parte de lo que nos atraviesa.[14]

Hilando la trama

En nues­tra expe­ri­en­cia per­son­al el hila­do de la tra­ma es siem­pre con otros, con tropiezos, caminos en espi­ral, dudas, explo­raciones, encuen­tros y des­en­cuen­tros son parte de ésta. De todo lo antes dicho surge cómo esta­mos pen­sa­do la salud para aprox­i­marnos a nue­stro caso de estu­dio. Para este tra­ba­jo recu­per­aremos la idea de Naj­manovich [2002] donde señala que el itin­er­ario de cada comu­nidad, val­ores y prác­ti­cas cul­tur­ales le dan sen­ti­do a su con­cep­ción de Salud. La salud puede ser inter­pre­ta­da como un sis­tema abier­to en per­ma­nente con­fig­u­ración acti­va con un medio que es un con­tex­to acti­vo y en con­stante cam­bio [Naj­manovich 2002]. En el caso de la Mis­ión Sale­siana a fines del siglo XIX prin­ci­p­ios del XX en Río Grande, Tier­ra del Fuego la con­cep­ción de salud puede ser enten­di­da como el resul­ta­do del “encuen­tro” de difer­entes gru­pos humanos. En esta aprox­i­mación con­sid­er­aremos dos grandes gru­pos de con­cep­ciones, val­ores y prác­ti­cas. Una plantea­da des­de los recientes migrantes (europeos, chilenos y argenti­nos del norte), y otra sosteni­da por las pobla­ciones nati­vas rep­re­sen­tadas por los Selk´nam. En este esce­nario, resul­tante del pro­ce­so de con­tac­to interét­ni­co, la con­cep­ción de salud (como un fenó­meno social) será una “novedad” fru­to de un con­tex­to y lugar de inter­cam­bio para todos los actores. Con­sid­er­amos que en todos los casos cobran rel­e­van­cia otras dimen­siones vin­cu­ladas a la asimetría, con­flic­tivi­dad y vio­len­cia que par­tic­i­pan en las con­fig­u­ra­ciones y posi­bil­i­dades del pen­sar, vivir y actu­ar de las per­sonas y gru­pos en cada momen­to. En el esce­nario que nos con­vo­ca este últi­mo aspec­to cobra espe­cial rel­e­van­cia.

Aquí es impor­tante difer­en­ciar causal­i­dad de emer­gen­cia. En el primer caso hablam­os de fenó­menos lin­eales (causas-con­se­cuen­cias). Como señala Naj­manovich [2007] la emer­gen­cia, a difer­en­cia de la ante­ri­or, hace lugar al acon­tec­imien­to y al azar. Es así como con­sideran­do difer­entes aprox­i­ma­ciones, caminos (metodologías), líneas de análi­sis y mues­tras (con sus lim­ita­ciones y posi­bil­i­dades) es posi­ble pro­pon­er posi­bles entra­ma­dos e inter­preta­ciones de los aspec­tos locales (par­tic­u­lares).

Los estu­dios his­to­ri­ográ­fi­cos, pen­sa­dos a par­tir de una aprox­i­mación micro y mul­ti­dis­ci­pli­nar­ia, ayu­dan a for­mu­lar pre­gun­tas. Den­tro de nue­stro grupo de inves­ti­gación, Casali anal­izó las fuentes doc­u­men­tales de la mis­ión ‑cróni­cas, diar­ios per­son­ales, reg­istros de bautismos, mat­ri­mo­nios y defun­ciones, etc.-, ponien­do en rel­e­van­cia diver­sos nive­les de análi­sis.[15] Quizás lo intere­sante es que algunos de ellos no esta­ban pre­vis­tos y emergieron del “habitar” un prob­le­ma, trayen­do y con­struyen­do en la inter­ac­ción ‑e inclu­so en las ten­siones- nuevas pre­gun­tas, nuevas miradas y nuevos intere­ses. En este tran­si­tar, la inves­ti­gado­ra recu­peró infor­ma­ción especí­fi­ca capaz de gener­ar expec­ta­ti­vas respec­to no sólo del pro­ce­so salud-enfer­medad, sino de la vida cotid­i­ana y de la muerte de las per­sonas que esta­ban enter­radas en el cemente­rio de la antigua mis­ión sale­siana, con­tribuyen­do inclu­so a la inter­pretación de su dinámi­ca admin­is­tra­ti­va. Las alteraciones de la comu­nidad selk’nam a par­tir de su seden­ta­rización, en la mis­ión, su relación con lo que esta­ba ocur­rien­do en el resto de la Isla, el descen­so del número de per­sonas alo­jadas, nos acer­có a explo­rar los posi­bles cam­bios demográ­fi­cos. Los reg­istros doc­u­men­tales dan cuen­ta de las prác­ti­cas dietarias que incor­po­ra la mis­ión respec­to de las for­mas y recur­sos Selk´nam que en parte ya habían comen­za­do a cam­biar con la lle­ga­da del europeo; apor­tan infor­ma­ción sobre las varia­ciones en el esti­lo de vida selk’nam en cuan­to a movil­i­dad, asen­tamien­to, activi­dades diarias (y sus difer­en­cias entre hom­bres, mujeres y niños) y sobre su com­por­tamien­to sinér­gi­co respec­to de la salud de los Selk´nam que habitaron La Can­de­lar­ia [Casali 2013].

La inte­gración de infor­ma­ción en el caso de la mis­ión implicó con­sid­er­ar no sólo la per­spec­ti­va bio­médi­ca y la ecológ­i­ca, sino además pon­er en esce­na el con­tex­to y el carác­ter social: “la salud y la enfer­medad, las tran­si­ciones demográ­fi­cas y aque­l­las epi­demi­ológ­i­cas se obser­van a la luz de las condi­ciones económi­cas, sociales, cul­tur­ales, políti­cas y cien­tí­fi­cas, de la tran­si­ción san­i­taria” [Casali 2013:238]. Por ejem­p­lo, se estimó la com­pe­ten­cia entre gua­na­co-ove­ja en esa época aju­s­tan­do nues­tra inter­pretación sobre los cam­bios en el ambi­ente tradi­cional pre­vio al con­tac­to.

Estos tra­ba­jos per­mi­tieron tam­bién inte­grar la línea de evi­den­cia his­to­ri­ográ­fi­ca con la bioar­que­ológ­i­ca: por ejem­p­lo, la infor­ma­ción sobre el tiem­po tran­scur­ri­do entre el ini­cio de enfer­medades infec­ciosas y la muerte gen­eró bajas expec­ta­ti­vas sobre la pres­en­cia de evi­den­cias a niv­el óseo.[16] Estas ideas fueron con­sid­er­adas a par­tir del análi­sis del estu­dio de los cuer­pos recu­per­a­dos en el cemente­rio de la mis­ión por otro miem­bro del equipo [Gar­cía Labor­de 2017]. Las edades de fal­l­ec­imien­to surgi­das de las fuentes con­sti­tuyeron infor­ma­ción impor­tante al momen­to de las excava­ciones en el cemente­rio y los reg­istros sobre cam­bios dietar­ios pudieron ser cruza­dos con la infor­ma­ción pre­via al con­tac­to y pos­te­ri­or a él. Den­tro y fuera de la mis­ión se com­para­ron, por ejem­p­lo, indi­cadores no especí­fi­cos en dientes como caries y des­gaste den­tal. Asimis­mo, los isó­to­pos esta­bles de car­bono y nitrógeno (con otro gra­do de res­olu­ción) dieron cuen­ta de situa­ciones de cam­bio en la dieta [Guichón et a. 2014 y Valen­zuela com. Pers.]. La causa prin­ci­pal de muerte ‑de acuer­do a los reg­istros doc­u­men­tales- fue la Tuber­cu­lo­sis [Casali 2013]. Actual­mente el ajuste de un diag­nós­ti­co de Tuber­cu­lo­sis[17] requiere con­sid­er­ar varias líneas de evi­den­cia (doc­u­men­tales, con­tex­tuales, mol­e­c­u­lares y lesiones óseas), por lo que aquel no sólo depen­derá de estu­dios sobre aspec­tos genéti­cos o inmunológi­cos, sino tam­bién de aque­l­los que infor­men acer­ca de las condi­ciones de vida, fac­tores cul­tur­ales y sociales en gen­er­al y sobre cues­tiones de dieta y nutri­ción, aspec­tos ecológi­cos y demográ­fi­cos, en par­tic­u­lar, todos los cuales inci­den en la sus­cep­ti­bil­i­dad a la tuber­cu­lo­sis y su desar­rol­lo. En este sen­ti­do, al análi­sis de la trayec­to­ria y co-evolu­ción entre hospedador y patógeno, la his­to­ria inmunológ­i­ca y la estruc­tura genéti­ca de la población hospedado­ra, es pre­ciso anexar el de las dis­rup­ciones socio­cul­tur­ales y cam­bios en la dieta que puedan aumen­tar la sus­cep­ti­bil­i­dad a enfer­medades infec­ciosas [Casali 2013: 240–241].

Los restos óseos de las per­sonas exhumadas del cemente­rio, como parte de nue­stro tra­ba­jo bioar­que­ológi­co, fueron anal­iza­dos para deter­mi­nar la pres­en­cia de tuber­cu­lo­sis por medio de estu­dios mol­e­c­u­lares. Los mis­mos fueron efec­tu­a­do por las Dra. Stone y Buik­stra (School of Human Evo­lu­tion and Social Change at the Ari­zona State Uni­ver­si­ty, USA) con resul­ta­dos neg­a­tivos has­ta el momen­to.

Por otra parte, los rel­e­vamien­tos real­iza­dos sobre los restos óseos indi­can pres­en­cia de lesiones vin­cu­la­bles a enfer­medades infec­ciosas (como la tuber­cu­lo­sis) y de ten­den­cias que indi­carían sin­er­gis­mo entre indi­cadores no especí­fi­cos de dos gru­pos eti­ológi­cos: enfer­medades infec­ciosas y metabóli­co nutri­cionales [Gar­cía Labor­de 2017].

Al con­sid­er­ar las estrate­gias de abor­da­je[18] debe­mos con­sid­er­ar que el estu­dio de restos óseos pre­sen­ta lim­ita­ciones. Las posi­bil­i­dades que ten­emos de rel­e­var la pres­en­cia de lesiones están condi­cionadas, en parte, por el esta­do en la que se encuen­tran los cuer­pos al momen­to de su recu­peración. Los estu­dios tafonómi­cos[19] real­iza­dos sobre los cuer­pos esquele­ti­za­dos, recu­per­a­dos en las excava­ciones del cemente­rio, per­mi­tieron car­ac­teri­zar difer­entes aspec­tos de la con­ser­vación de los mis­mos (relación entre número de hue­sos esper­a­dos y recu­per­a­dos para cada indi­vid­uo, gra­do de frag­mentación, pres­en­cia de improntas de raíces u otros aspec­tos que puedan difi­cul­tar los rel­e­vamien­tos etc.). Estos estu­dios for­maron parte de la tesis doc­tor­al de Gar­cía Labor­de (miem­bro del equipo). Ésta anal­izó un total 33 indi­vid­u­os[20] generan­do resul­ta­dos impor­tantes sobre lesiones aso­cia­bles a los dos grandes gru­pos eti­ológi­cos antes men­ciona­dos (Infec­ciosas y metabóli­co nutri­cionales) [Guichón et al. 2014; Gar­cía Labor­de 2017].

Hace siete años ten­ta­ti­va­mente pen­samos como debería ser nue­stro flu­jo de tra­ba­jo. La idea fue traí­da por una ami­ga y cole­ga la Dra. Sheila Men­don­ca de Sousa (comu­ni­cación per­son­al). En la figu­ra 1 como una aprox­i­mación a cómo deberíamos rela­cionar difer­entes aspec­tos del proyec­to pre­sen­ta­mos el dia­gra­ma de flu­jo.

Figura 1. Flujo de trabajo reelaborado a partir de propuesta de Mendonça de Souza

Fuente: Men­don­ca de Souza comu­ni­cación per­son­al

Nuevas agendas

Decíamos que en esto de hac­er-pen­sar posi­bles caminos en tér­mi­nos de desafíos en difer­entes nive­les de análi­sis, implic­a­ba con­sid­er­ar y estar dis­puesto a la emer­gen­cia de novedades (caminos y resul­ta­dos) no esper­a­dos.[21] Mira­do des­de el pre­sente, resul­ta intere­sante tan­to rescatar las pres­en­cias, como las ausen­cias de pre­gun­tas, estu­dios especí­fi­cos y datos. Por ejem­p­lo, revisan­do nues­tra tesis doc­tor­al nos lla­ma la aten­ción la ausen­cia de una aprox­i­mación a la idea de salud, sin embar­go sí nos detu­vi­mos en la defini­ción de stress. En todo este tiem­po, nue­stros obje­tivos fueron cam­bian­do. Hace unos años el énfa­sis eran las inves­ti­ga­ciones en la Mis­ión Sale­siana de Río Grande, mien­tras que hoy el interés es un esce­nario más amplio y este cam­bio no nece­sari­a­mente impli­ca que se fue de lo par­tic­u­lar a lo gen­er­al. Por ejem­p­lo, el proyec­to SECYT-UNMDP del 2001 (04–09929), que se denom­inó Ecología Evo­lu­ti­va Humana en Patag­o­nia, esta­ba referi­do a un esce­nario region­al. Por otra parte, sobre los momen­tos pre con­tac­to (antes del XVI) en mi tesis doc­tor­al [Guichón 1994] trata­mos toda la isla de Tier­ra del Fuego. Más recien­te­mente y en relación a estu­dios de momen­tos de con­tac­to ini­cial estu­di­amos bajo la direc­ción de la Dra. Sen­a­tore el primer inten­to de asen­tamien­to español ‑Nom­bre de Jesús- en el estre­cho de Mag­a­l­lanes, efec­tu­a­do por la expe­di­ción de Sarmien­to de Gam­boa en la Ciu­dad [Guichón et al. 2006; Sen­a­tore et al. 2007 y Suby et al. 2009].

Recu­per­amos una frase que uti­lizamos muchas veces en los pár­rafos finales de nue­stros tra­ba­jos: “será posi­ble con­stru­ir en el futuro mejores aprox­i­ma­ciones si aumen­ta­mos el número de mues­tras anal­izadas”. A esto podemos agre­gar la idea de que el cruce de líneas de evi­den­cia (la suma de resul­ta­dos par­ciales) per­mi­tirá, con el tiem­po, arrib­ar a una mejor aprox­i­mación en relación a la prob­lemáti­ca trata­da. Sin embar­go, en este nue­vo juego los esce­nar­ios com­ple­jos que quer­e­mos inter­pre­tar, cam­bian. Es así que, por ejem­p­lo, debe­mos estar dis­puestos a que con el tiem­po quizás podamos aumen­tar la mues­tra, pero eso no nos ase­gure estar intere­sa­dos en la mis­ma pre­gun­ta. Es claro que la cien­cia no es sola­mente obten­ción de nuevos datos.

Los pro­ce­sos post deposita­cionales que ocur­rieron durante y después de que el cemente­rio dejó de fun­cionar como tal en 1947 son rel­e­vantes al momen­to de inter­pre­tar los resul­ta­dos de las excava­ciones actuales y en estos temas aún hay mucho por hac­er.

La pres­en­cia de una cepa de tuber­cu­lo­sis (Tuber­cu­lo­sis pin­ni­pe­di) iden­ti­fi­ca­da en momias de Perú con una antigüedad de 3000 años [Bos et al. 2014] plantea la necesi­dad de con­sid­er­ar ésta y otras vías zoonóti­cas pre­vias, pero tam­bién pos­te­ri­ores al con­tac­to tam­bién en Patag­o­nia Aus­tral [Basti­da et al. 2011]. Conc­re­ta­mente, será nece­sario pen­sar en la trasmisión de TB a especies no domes­ti­cadas y domés­ti­cas (euro­peas y no euro­peas) pre­sentes en améri­ca del sur. Por otra parte, a niv­el epi­demi­ológi­co esta­mos intere­sa­dos en mejo­rar nue­stro conocimien­to sobre los esce­nar­ios donde las cepas euro­peas de TB se dis­per­saron den­tro de Europa entre el siglo XVI y prin­ci­p­ios de XX y que pudieron lle­gar a Améri­ca y espe­cial­mente a Sudaméri­ca. Todos estos últi­mos aspec­tos esper­amos tra­ba­jar­los en colab­o­ración con cole­gas de Norteaméri­ca, Europa y Sudaméri­ca.

Por últi­mo, quer­e­mos hac­er ref­er­en­cia a otra temáti­ca que tam­bién inter­pela la con­struc­ción de agen­das de tra­ba­jo. El caso del antiguo cemente­rio de la Mis­ión cor­re­sponde a una his­to­ria reciente (los últi­mos 100 años) en la cual, de difer­entes for­mas, esta­mos impli­ca­dos. Hace unos años tit­ulábamos un poster “Des­de el pre­sente con­stru­imos el pasa­do”. Los actuales descen­di­entes de aque­l­los que vivieron y murieron en la mis­ión con­struyen des­de el pre­sente su iden­ti­dad respec­to del pasa­do, pero tam­bién a par­tir de los vín­cu­los que hoy gen­er­an. Nosotros como inves­ti­gadores pro­duci­mos infor­ma­ción, y asimis­mo con­stru­imos nues­tra iden­ti­dad en relación a los demás actores de la sociedad. Este es otro entra­ma­do donde no sola­mente gen­er­amos conocimien­to y datos. Puede ser pen­sa­do como otro sis­tema abier­to con difer­entes nive­les que están atrav­es­a­dos por nues­tras expe­ri­en­cias e his­to­rias, así como tam­bién por condi­cio­nantes surgi­dos des­de difer­entes lugares e insti­tu­ciones (académi­cas, admin­is­tra­ti­vas, económi­cas, entre otros). En relación a esto uno de los aspec­tos que emerge del tra­ba­jo, en los últi­mos años, es el may­or énfa­sis y tiem­po que le fuimos ded­i­can­do a la relación con la comu­nidad (espe­cial­mente el diál­o­go con miem­bros de la comu­nidad Selk nam). Recien­te­mente ese aspec­to fue desta­ca­do en su doc­tor­a­do por un miem­bro del equipo, Gar­cía Labor­de [2017]. A par­tir del 2004 estos vín­cu­los comen­zaron a dar cuen­ta de que era posi­ble for­mu­lar agen­das de tra­ba­jo con­jun­tas. Esto implic­a­ba no par­tir de la agen­da “cien­tí­fi­ca” y con­tem­plar los intere­ses de la comu­nidad selk´nam y de otros sec­tores de la sociedad [Restre­po Esco­bar 2005; Rap­pa­port 2007; Nahuelquir et al. 2015; Guichón et al. 2015; Guichón 2016].

En relación a lo men­ciona­do en el pár­rafo ante­ri­or esta­mos apren­di­en­do que es posi­ble for­malizar en mod­os diver­sos la gen­eración de conocimien­to. Recu­per­amos la exis­ten­cia de varias dinámi­cas en las sociedades con­tem­poráneas en los mod­os de pro­duc­ción de conocimien­to [Gib­bons et al. 1994 y Acos­ta Valdeleón y Manos­al­va 2013]. Estos autores parten de una cat­e­go­rización de Modo 1 de pro­duc­ción de conocimien­to ini­ci­a­da en la Europa del XVIII y XIX. Este primer modo, de acuer­do a los autores, pro­duce fun­da­men­tal­mente conocimien­tos ori­en­ta­dos a con­tro­lar y pre­de­cir fenó­menos nat­u­rales, com­pren­der pro­ce­sos sociales y apor­tar a la superación de injus­ti­cias des­de cada una de las cien­cias acep­tadas o en pro­ce­so de val­i­dación [Acos­ta Valdeleón y Manos­al­va 2013]. El Modo 2 plantea otra man­era (ni mejor ni peor) de gener­ar conocimien­to. Este modo 2 le da una may­or rel­e­van­cia al con­tex­to de apli­cación, como gen­er­ador de prob­le­mas, a difer­en­cia del modo 1 donde pre­pon­der­an­te­mente la acad­e­mia define la agen­da cien­tí­fi­ca. La tran­dis­ci­pli­nar­iedad, la con­sid­eración de for­mas diver­sas y het­erogéneas de orga­ni­zación de los gru­pos de inves­ti­gación; una pre­ocu­pación por la respon­s­abil­i­dad y reflex­ivi­dad social y la con­sid­eración de otros actores sociales, además de los académi­cos, al momen­to de realizar el con­trol de cal­i­dad [Gib­bons et al. 1994]. En los últi­mos años Acos­ta Valdeleón y Manos­al­va recu­per­an un Modo 3 de pro­duc­ción de conocimien­to que mantiene varias de las car­ac­terís­ti­cas del Modo 2, plante­an­do un may­or peso la respon­s­abil­i­dad social y la creación de val­or social com­par­tido. En el 2017 nue­stro nue­vo pedi­do de sub­sidio pre­sen­tó car­ac­terís­ti­cas propias del modo 2 y 3 sug­eri­do por estos autores.

Tratan­do de dar un cierre es claro que “los caminos” pueden ser hila­dos de muchas for­mas. Parafrase­an­do lo escrito en el rever­so de una hoja de almanaque, para el arma­do de nue­stro rompecabezas no nece­si­ta­mos ver el final del camino para empezar a recor­rerlo.

La pres­en­cia, dis­per­sión y trans­misión de enfer­medades está atrav­es­a­da y entra­ma­da. El pro­ce­so de con­tac­to en Patag­o­nia Aus­tral puede ser pen­sa­do como una var­iedad de pun­tos críti­cos de inesta­bil­i­dad que se dieron en Améri­ca. Hoy algunos de nue­stros intere­ses están en inter­pre­tar los cam­bios en las múlti­ples inter­ac­ciones de las pobla­ciones humanas en el extremo aus­tral de Améri­ca a fines del siglo XIX y prin­ci­p­ios del XX. Como hemos señal­a­do, pen­samos que estas múlti­ples inter­ac­ciones se dieron en múlti­ples dimen­siones y que su abor­da­je es un desafío.

Las trayec­to­rias de inves­ti­gación pare­cen ser el resul­ta­do de una tra­ma de vín­cu­los y cir­cun­stan­cias que nos atraviesan. Impli­carnos y pen­sar en for­ma situ­a­da e históri­ca las for­mas de gen­eración de conocimien­tos abre un aban­i­co de esti­los y posi­bil­i­dades. Enfa­ti­zamos, sin embar­go, que es posi­ble con­vivir y com­ple­men­tarse con otros mod­os de cono­cer que nos agre­gan riquezas. De algu­na for­ma la invitación a escribir este ensayo per­mi­tió comen­zar a deten­erme en con­tradic­ciones y espa­cios no claros que indud­able­mente ayu­dan a la emer­gen­cia de novedades.

Agradecimientos:

A mis padres y famil­ia que habitaron y habi­tan las lec­turas y dis­cu­siones e ilu­siones de mi vida. En este sen­ti­do, recuer­do que el libro de Kuhn llegó a mí de la mano de mi padre. Mucha gente influyó de difer­entes for­mas en lo que está refle­ja­do en este tra­ba­jo, des­de Denise Naj­manovich has­ta Eduar­do Menén­dez (en mi primer año de la car­rera), pasan­do por Tar­ra­go, Car­rara, Rak, Bor­rero, Cocilo­vo, Aschero, Aguerre, Gradin, D´Rienzo, por nom­brar sólo algunos. Actual­mente, sin las dis­cu­siones y el tra­ba­jo con mis cole­gas del Núcleo de Estu­dios Inter­dis­ci­pli­nar­ios de Pobla­ciones Humanas de Patag­o­nia Aus­tral ‑Luciano Valen­zuela, Jose­fi­na Mot­ti, Pamela Gar­cía Labor­de, Manuel D´Angelo del Cam­po, Mar­ili­na Mar­tuc­ci, Romi­na Casali y Melisa Saler­no- nada sería posi­ble. A mis com­pañeros del equipo en San­ta Cruz, espe­cial­mente a Isabel Cruz y Sebastián Muñoz que me apor­taron sus comen­tar­ios sobre una ver­sión pre­lim­i­nar de este escrito. A Jorge Suby, que me acom­paño durante var­ios años en mi tra­ba­jo. Nora Fle­gen­heimer, Paula Nov­el­li­no, Clara Scabuz­zo, Martín Fugas­sa y Nor­ber­to Lan­za ayu­daron a con­stru­ir vín­cu­los e ideas que se refle­jan en este tra­ba­jo. A los miem­bros de la Aso­ciación Civ­il Alfre­do Marcenac y de la Cát­e­dra Abier­ta Alfre­do Marcenac. Agradez­co espe­cial­mente a Denise Naj­manovich, Pedro Soto­lon­go y todos mis com­pañeros del sem­i­nario Itin­er­ar­ios de la Com­ple­ji­dad II (2016) y del sem­i­nario Pen­sar la sub­je­tivi­dad y la comu­nidad (2017), por haberme ayu­da­do quizás sin saber­lo en esta trav­es­ía. Este tra­ba­jo es tam­bién el resul­ta­do de una nue­va for­ma de hac­er-pen­sar que me atraviesa y me con­vo­ca des­de los vín­cu­los con Ser­gio Nahuelquir, Car­los Huili­nao, Mar­gari­ta Mal­don­a­do, Bren­da Vilte; Antonel­la Gue­vara, Mir­ta y María Sala­man­ca, Cris­t­ian Pan­to­ja, Wal­ter Bar­ria, Rubén Mal­don­a­do y la Her­mana Ana María Fer­nán­dez. Las cosas pasan en deter­mi­na­dos lugares y con la ayu­da y la recep­ción de per­sonas que en deter­mi­na­do momen­to son las autori­dades munic­i­pales de Río Grande (Tier­ra del Fuego) y de Puer­to San­ta Cruz (San­ta Cruz) y Par­ques Nacionales (Par­que Nacional Monte León). Gra­cias a ellos como a las autori­dades provin­ciales de cada dis­tri­to. Las autori­dades sale­sianas tan­to a niv­el nacional como local de Río Grande, facil­i­taron difer­entes aspec­tos de este tra­ba­jo durante años. A la Famil­ia Lemaire por su interés y respeto por el cuida­do del pasa­do. Al Cen­tro de Antigu­os Pobladores de Río Grande, a la Escuela Agrotéc­ni­ca Sale­siana de Río Grande, espe­cial­mente al padre Ticó y la Dr. Bitsch (ambos ya fal­l­e­ci­dos) por su afec­to, acom­pañamien­to y char­las. Al pro­fe­sor Car­los Bal­das­sarre que en difer­entes momen­tos de su gestión en Río Grande con­fió en mi tra­ba­jo y cri­te­rio. Toda mi famil­ia Grieco en Ushua­ia fue y es un apoyo incondi­cional en cada via­je. Al CADIC-CONICET de Ushua­ia y espe­cial­mente a Móni­ca Salemme, Martín Vázquez y Fer­nan­do San­ti­a­go por su ayu­da y apoyo. A los direc­tivos y per­son­al del Museo Munic­i­pal de Río Grande y del Fin del Mun­do de Ushua­ia. Este tra­ba­jo con­tó con el apoyo a lo largo de muchos años de var­ios proyec­tos PIP/CONICET 112–200801-00996, UNPA 29/A206‑1, 29/A302, 05/F723 SeCyT-UNC y UBA­CyT 20020090200015; los proyec­tos Secyt son el 05/F723 y el 162/12; UBA­CYt F447; PIP 5576; PICT 01520 y PICT 0575.

Citas

* Dr. en Antropología. Inves­ti­gador prin­ci­pal del CONICET (Con­se­jo Nacional de Inves­ti­ga­ciones Cien­tí­fi­cas y Téc­ni­cas), Argenti­na. Direc­tor del NEIPHPA (Núcleo de Estu­dios Inter­dis­ci­pli­nar­ios sobre Pobla­ciones Humanas de Patag­o­nia Aus­tral), Que­quén, Argenti­na. UNICEN (Uni­ver­si­dad Nacional del Cen­tro de la Provin­cia de Buenos Aires), Argenti­na. Correo elec­tróni­co: guichon2012@gmail.com

[1]RAE: “juego que con­siste en com­pon­er deter­mi­na­da figu­ra com­bi­nan­do cier­to número de peda­zos de madera o cartón, en cada uno de los cuales hay una parte de la figu­ra”. http://dle.rae.es/srv/fetch?id=WeclWg7

[2]Al referirnos a “podemos” quer­e­mos recu­per­ar ‑en tér­mi­nos de Naj­manovich y Soto­lon­go [2016 ms]- la idea de “la poten­cia”, esa capaci­dad de todo lo que vive de “poder algo”.

[3] En este tra­ba­jo cuan­do me refiero a tra­ma com­ple­ja estoy pen­sa­do en las redes de rela­ciones y vín­cu­los dinámi­cos que atraviesan posi­bles nive­les de análi­sis que este­mos con­sideran­do, en nue­stro caso la salud.

[4]Los lla­ma­dos tam­bién Onas de Tier­ra del Fuego.

[5] Más ade­lante nos referire­mos a lo que en este tra­ba­jo tam­bién denom­inare­mos nive­les de análi­sis pero que no están vin­cu­la­dos a los aspec­tos geográ­fi­cos.

[6] Den­tro de una situación con­tro­la­da (exper­i­men­tal) trata­mos de descon­tar del error fac­tores de variación y con­sid­er­ar tam­bién las inter­ac­ciones entre esos fac­tores de variación.

[7] “Obje­tivi­dad es el delirio de un suje­to que pien­sa que obser­var se puede hac­er sin él” [Foer­ster 1991] extraí­do de S. Mas­soni Pági­na 12. 5–2‑14 Peri­odis­mo y Real­i­dad. https://www.pagina12.com.ar/diario/laventana/26–239184-2014–02-05.html

[8] Como señaló un ami­go y cole­ga el Dr. Sebastián Muñoz estos abor­da­jes epis­te­mológi­cos a que recur­rí en 1994 pre­sen­tan difi­cul­tades al inten­tar inter­pre­tar las cien­cias sociales.

[9] Excede a los obje­tivos de este tra­ba­jo hac­er un análi­sis pro­fun­do de estas ideas.

[10]Enten­demos por per­spec­ti­vas mul­ti­dis­ci­pli­nar­ias aque­l­las que abor­dan una prob­lemáti­ca en el mar­co de gru­pos inter­dis­ci­pli­nar­ios. Los resul­ta­dos par­ciales de cada línea de tra­ba­jo gen­er­an infor­ma­ción inde­pen­di­ente. La artic­u­lación se desar­rol­la en una eta­pa inte­grado­ra.

[11]Cuan­do el prob­le­ma dis­ci­pli­nario surge por difer­en­ciación de una prob­lemáti­ca gen­er­al, lle­va a una per­spec­ti­va difer­ente si se lo hubiera enfo­ca­do a par­tir de la dis­ci­plina en cuestión.

[12] El Sub­sis­tema 1 tiene una escala aco­ta­da; con­sid­era espe­cial­mente, el momen­to que aquí denom­i­namos como “cri­sis demográ­fi­ca” [Casali 2013] de la población Selk´nam. Aquí tam­bién con­sid­er­amos la gestión de la apli­cación y trans­fer­en­cia de los conocimien­tos gen­er­a­dos en el mar­co del proyec­to. Las inves­ti­ga­ciones con restos humanos históri­cos requieren la inter­ac­ción con las comu­nidades direc­ta­mente com­pro­meti­das (en nue­stro caso, pueb­los orig­i­nar­ios, miem­bros de la orden sale­siana, colonos de Río Grande) y el desar­rol­lo de espa­cio de acuer­dos, tra­ba­jo en temas de interés común y trans­fer­en­cia de con­tenidos. El Sub­sis­tema 2 con­sid­era una escala espa­cial y tem­po­ral más amplias (toda la Isla Grande, los archip­iéla­gos fueguinos y la región del canal de Mag­a­l­lanes, durante los últi­mos 10.000 años), con el fin de gener­ar un mar­co com­par­a­ti­vo para lo suce­di­do en la mis­ión (pre con­tac­to y con­tac­to). Este mar­co impli­ca el estu­dio de la vari­abil­i­dad en pobla­ciones nati­vas en difer­entes nive­les de análi­sis: lina­jes mito­con­dri­ales; mor­fología esqueléti­ca; uso del espa­cio y los recur­sos a par­tir de estu­dios de isó­to­pos esta­bles y análi­sis pale­opa­tológi­cos.

[13] La inter­dis­ci­pli­nar­iedad ya fue men­ciona­da pero aquí quiero rescatar la idea de Soto­lon­go Cod­i­na y Del­ga­do Dìaz [2006] y Soto­lon­go [2010] sobre trans­dici­planer­i­dad vin­culán­dola prob­le­mas com­ple­jos donde el desar­rol­lo de una metodología es un obje­ti­vo donde no hay rec­etas uni­ver­sales y lo local e históri­co atraviesa la prob­lemáti­ca.

[14] Como hecho anecdóti­co el proyec­to no fue finan­cia­do.

[15]Aquí uti­lizare­mos tam­bién el tér­mi­no nive­les de análi­sis, pero para aso­cia­r­lo a prob­lemáti­cas como las demográ­fi­cas, dietarías entre otras.

[16]Al no tratarse prob­a­ble­mente de prob­le­mas cróni­cos.

[17]Cabe señalar que la pres­en­cia del baci­lo de la tuber­cu­lo­sis es nece­sario, pero no sufi­ciente para el desar­rol­lo de la enfer­medad ya que hay fac­tores ambi­en­tales y vin­cu­la­dos al huésped que son impor­tantes.

[18]Con “estrate­gias” esta­mos hacien­do ref­er­en­cia, en este tra­ba­jo, al dis­eño que involu­cra con­sid­er­ar pre­gun­tas que pueden ser con­tes­tadas a par­tir del reg­istro que se dispon­ga. Asimis­mo, la con­sid­eración de vari­ables que puedan ser rel­e­vadas sobre ese reg­istro. Al mis­mo tiem­po es impor­tante ten­er en cuen­ta tan­to qué téc­ni­cas se van aplicar para obten­ción del dato, como qué se hace con los datos (metodología) una vez obtenidos. El últi­mo aspec­to impli­ca pen­sar los nive­les infer­en­ciales a los que per­miten arrib­ar esos datos.

[19] La tax­onomía puede ser enten­di­da como el estu­dio de los pro­ce­sos que ayu­dan a inter­pre­tar la his­to­ria del reg­istro arque­ológi­co que encon­tramos al momen­to de la excavación.

[20] Escapa a los obje­tivos de este tra­ba­jo referirnos a otros estu­dios que fueron desar­rol­la­dos en el mar­co de este pro­gra­ma de inves­ti­gación (algunos pub­li­ca­dos y otros en preparación) que incluyen análi­sis de propiedades bio­mecáni­cas de restos humanos (den­sit­o­metrías), pale­opa­tologías (espondilóli­sis) y mol­e­c­u­lares (ADN mito­con­dr­i­al) para deter­mi­nar ori­gen nati­vo amer­i­cano.

[21]Exis­ten otros nive­les de análi­sis que emergieron del tra­ba­jo en la mis­ión, pero dado el énfa­sis en la salud no serán con­sid­er­a­dos, pese a que amplían y abren nuevas puer­tas. La tesis doc­tor­al de Mar­tuc­ci [2016] plantea la necesi­dad de abor­dar y ampli­ar el esce­nario a todo el espa­cio mision­al (con­ta­do en cien­tos de hec­táreas y no en “edi­fi­cios”), explo­ran­do la poten­cial­i­dad del reg­istro arque­ológi­co en la total­i­dad del espa­cio. La Dra. Saler­no comen­zó tra­ba­jan­do con el reg­istro cul­tur­al aso­ci­a­do a los restos humanos del cemente­rio. Una de las deriva­ciones está impli­can­do una his­to­ria que lle­ga has­ta la actu­al­i­dad en relación al cemente­rio y su recon­struc­ción 3D [Saler­no et al. 2016; Saler­no y Gui­chon 2017] por dar dos ejem­p­los. En este con­tex­to, lo no esper­a­do puede ser pen­sa­do como Serendip­ia: “es un des­cubrim­ien­to o un hal­laz­go afor­tu­na­do e ines­per­a­do que se pro­duce cuan­do se está bus­can­do otra cosa dis­tin­ta. Tam­bién puede referirse a la ha habil­i­dad de un suje­to para recono­cer que ha hecho un des­cubrim­ien­to impor­tante, aunque no ten­ga relación con lo que bus­ca” (https://es.wikipedia.org/wiki/Serendipia).

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   Cómo citar ¬

Ricardo A. Guichón, «El rompecabezas cambiado: un recorrido por la salud entramada en el extremo austral de América (fines del siglo XIX - comienzos del XX)», Revista de Estudios Marítimos y Sociales [En línea], publicado el [insert_php] echo get_the_time('j \d\e\ F \d\e\ Y');[/insert_php], consultado el . URL: https://wp.me/P7xjsR-Oe
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